viernes, 10 de agosto de 2018

"Hay cuadros donde no me importaría dormir".

La ficción no deja de ser una imagen del mundo de la experiencia y por eso representa la realidad de alguna forma. La frontera entre lo ficticio y lo real es imprecisa y permeable, y el límite opera en ambos sentidos. Los poemas épicos y los mitos acaban por ficcionalizarse, y lo mismo ocurre a la inversa con las parábolas, las profecías o las novelas de tesis, que sobrepasan los límites de la ficción y terminan afectando al mundo real. Las posibilidades de acceso según los elementos compartidos o compatibles entre los dos mundos pueden ser la identidad de las propiedades de los objetos comunes -como en la novela realista-, la coincidencia en el inventario de los objetos -como en la nouveau roman-, la uniformidad entre las leyes de los mundos y la compatibilidad lógica, analítica o lingüística existente.

Lo que sí tengo claro es que dentro de este cuadro nunca podría vivir una novela de tesis.

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