Con esa frase terminé el
máster sobre "Geoestrategia internacional" que he impartido estas
semanas. Entre los alumnos, un jordano, una ucraniana, un venezolano y
varios españoles. No creo que las cosas vayan a cambiar tras la pandemia
y posterior crisis económica, dije igualmente a mis alumnos. Y eso es
porque ya llevaban cambiando desde hace mucho tiempo. Cada año que pasa
la concienciación ecológica resulta más evidente entre las nuevas generaciones,
y el hecho lógico de que sigan disminuyendo las diferencias económicas
entre los países. El mensaje que envía la Unión Europea desde hace
varias décadas, para respetar y defender los Derechos Humanos, está
calando en la juventud de todo el mundo, con independencia de la
situación económica, política, religiosa y cultural. Y no olvidemos que
los jóvenes son mayoría en los países menos desarrollados. En este
sentido me parece que Internet lo está democratizando todo, el nivel
cultural aumenta sin cesar, la expansión de China es imparable, las
posiciones de los países en Oriente Medio son cada vez más
significativas en busca de la mejora de su nivel de vida (he compartido
una transparencia de clase sobre el traspaso de agua entre el Mar Rojo y
el Mar Muerto, y otras de Estados Unidos, el Congo y el sudeste
asiático). Por ejemplo, el sudeste asiático no deja de moverse, ya que
está habitado por una juventud deseosa de aprender, como ocurre en
muchos paises africanos, en los que la gente piensa, siente, sufre,
estudia y disfruta como en cualquier lugar de este mundo. La palabra
esencial para lograr la libertad y el desarrollo se llama Democracia. Lo
dijo el Nobel indio de economía Amartya Sen, profesor de Cambridge y
Harvard, entre otras universidades, y yo soy uno de sus grandes
lectores, sobre el que además he escrito algunas cosas.
Páginas
▼
domingo, 31 de mayo de 2020
sábado, 30 de mayo de 2020
"Un desayuno muy especial de una admiradora desconocida".
Ayer
por la mañana estaba vigilando tranquilamente un examen a través de
Internet cuando tocaron en el portero automático. Me traían un paquete.
Un minuto después recibía una caja con una botellita de café, otra de
zumo de naranja, un suizo esponjoso, galletas de mantequilla y demás
chucherías. Venía de un lugar próximo a la Dehesa de la Villa, "Chic
Blue Macaron". Era como sentirse dentro de una película que se llamara
"Vacaciones en Roma". Como sentirse Audrey Hepburn paseando en moto por
esa ciudad o incluso Whitney Houston cantando "I Will Always Love You".
Como siga así seguro que engordo algún kilo de más y no me van a sentir bien mis trajes italianos.
Me voy a la calle a correr un rato y dar unos cuantos agudos de pecho, jeje:
https://www.youtube.com/watch?v=3JWTaaS7LdU
Me voy a la calle a correr un rato y dar unos cuantos agudos de pecho, jeje:
https://www.youtube.com/watch?v=3JWTaaS7LdU
viernes, 29 de mayo de 2020
"Un banco frente al Café Gijón".
Ayer estuve caminando
temprano, despacio, por el Paseo de Recoletos, en ese momento mágico en
el que Madrid se despereza intentando recuperar la libertad perdida. Y
de esa libertad voy a hablar a lo largo de este texto. El Paseo de
Recoletos es uno de los lugares que más me gustan de la ciudad; limita
al norte con la Plaza de Colón y al sur con la de Cibeles. En ocasiones
me siento en un banco que está situado en medio del Paseo, frente al Café
Gijón, el mismo donde se sentaba uno de mis amigos, Miguel Ángel Andés,
uno de los últimos bohemios de verdad que he conocido, amigo también de
Antonio Zaballos. Siempre decía que se sentaba allí para estar cerca de
los escritores del Gijón; no tenía dinero para pagarse un café con
leche de esos tan caros, aseguraba. Además con aquel dinero podía
acercarse a la Cuesta de Moyano, en Atocha, camino del Retiro, y
comprarse la novela de uno de esos autores olvidados que le gustaban
tanto. Murió demasiado joven y yo escribí sobre él años después en "Las
mentiras inexactas", la novela donde quise hablar de algunas de las
personas con las que aprendí que hay otras formas de mirar la vida, sin
vanidad ni orgullo, y una ambición desmesurada por el dinero, el poder y
la notoriedad. Mi amigo era pintor, poeta, narrador, ensayista y sobre
todo alguien diferente. Me lo encuentro siempre por casa a través de los
cuadros que quise comprarle, pero que me regalaba él. Ya le pagaba con
mi amistad, decía entre sonrisas. Y por eso le invité a entrar en mi
vida privada, algo poco habitual en mí. Miguel Ángel no quiso trabajar a
cambio de un salario en todos esos empleos donde tuviera que fichar
cada mañana, ya fuera en un Banco, una compañía de seguros, una
Universidad, la multinacional de turno o la editorial que te paga para
que escribas el libro que está a la moda. Decía que el arte y la
literatura no están al servicio de nadie, salvo de Dios, y que la
persona libre es aquella que tiene más tiempo libre durante toda su
vida.
jueves, 28 de mayo de 2020
"Los jardines de marzo".
Ana Ráez es una modelo y pintora que
conocí hace años en esta red social. En 2016 me acerqué a una galería de
arte que se encuentra junto a la calle Goya, en Madrid, para ver su
obra en directo (también lo hice a una galería de Chamberí). En cierto
momento dejé de saber de ella. El otro día escribió lo siguiente:
""Justo Sotelo, te dicen tantas cosas que es difícil no coincidir con
otros comentarios. Aprendo tanto contigo que necesito agradecértelo. Entre
los primeros valores que me inculcó mi madre está el agradecimiento.
Ella decía que es de bien nacidos ser agradecidos. Yo lo soy. El regalo
más importante que una persona puede hacerme es darme conocimiento con
su conversación, actitud y generosidad. Como fui mamá con 17 años, y
siendo de una familia humilde, imaginarás que lo importante fue
sobrevivir, incluso con el segundo bebé que vino muy pronto, igual que
el final del matrimonio. La vida me dio salud para trabajar y poder
ofrecer el mejor patrimonio a mis hijos: preparación y cultura. He
decidido volver a FB después de dos años de ausencia por necesidad
personal (me retiré también de exponer). Debo reconocer que he sentido
alegría al reencontrarme con mis amigos. Surgen lazos en una red social
que pueden consolidarse con el conocimiento físico. Justo Sotelo, tú
eres uno de esos seres humanos que me alegran nada más ver tu nombre (a
pesar de que todavía no hemos hablado). Tus artículos me enseñaron
muchas cosas interesantes, tus libros me sorprendieron y fuiste a mis
exposiciones para apoyarme, y te lo agradezco. Quizá lo que más me
conmueve de ti es tu leal forma de ser, y no solo conmigo. ¡Cómo envidio
a tus amigos! Al margen de esta parrafada de elogio, tengo que decir
que ser "amig@", o simple conocida, de un tipo así es un gran
privilegio".
¿Qué más puede
añadir un tipo así? Solo irse a la calle a darse una vuelta. Ayer
estuve de charla un rato por la Gran Vía con José Zurriega, que, si no
recuerdo mal, también estuvo en la exposición de Ana Ráez en la galería
de Chamberí que he mencionado antes. Y escuchar música con los
auriculares por la calle, recuperando, por ejemplo, esos "jardines de
marzo" que se nos quedaron congelados a todos hace dos meses y medio.
El mundo no se para y yo siento una gran debilidad por ser feliz:
https://www.youtube.com/watch?v=pYy74LNUSNE
El mundo no se para y yo siento una gran debilidad por ser feliz:
https://www.youtube.com/watch?v=pYy74LNUSNE
"Cosme I de Médicis".
Eres el Cosme de Médici de estos tiempos, me acaba de escribir una
amiga por Wasap. Ha añadido que si tengo orígenes italianos esa es la
conexión. Le digo que el apellido de mi madre, Navalpotro, tiene esos
orígenes y ella asiente.
Estas cosas me resultan tan curiosas
como divertidas. Ya he hablado otras veces del parecido que me sacan con
algunos actores de cine, así que me hace ilusión que me comparen, en
cuanto al comportamiento y la forma de ser, con este auténtico mecenas
de su época. El retrato que he puesto es el oficial de Cosme I con
armadura, obra del taller de Agnolo Bronzino (Galería de los Uffizi).
Hablar de él es hacerlo de Florencia. Una parte de su legado se aprecia
en el aspecto de la ciudad. Algunos ejemplos son la famosísima Galería y
el Corredor Vasariano. Cosme terminó las obras del palacio Pitti,
inició las del Bóboli, transformó el palacio Vecchio y la plaza de la
Signoria y su estatua a Neptuno. En el Museo Thyssen-Bornemisza hay una
tabla de Cosme que procede de la colección Gonzaga, y es una versión de
la pintura conservada en la mencionada Galería de los Uffizi. Además en
Sidney, en la Art Gallery of New South Wales, se conserva otra versión
en la que Cosme I aparece de un poco más de medio cuerpo, con un
cortinaje azul, y el yelmo sobre un fragmento de columna donde se coloca
una inscripción.
miércoles, 27 de mayo de 2020
"Sobre el carácter universal de la literatura".
Algunas veces
me encuentro con poetas de verdad, y me apetece tomarme un café con
ellos. Me ocurrió hace siete u ocho años con la poeta tinerfeña Candelaria Villavicencio.
Quise mirarla a los ojos y buscar ese lugar inefable del que brota a
espasmos la poesía. En realidad todos somos obras de arte, dijo ella
ayer por la tarde en la tertulia virtual del "Café Gijón", y lo esencial
es conectarse con la obra de arte universal. Uno de
los primeros escritores que se refirieron al carácter universal de la
literatura fue Goethe, el autor de "Werther", "Fausto", "Wilhelm
Meister", "Las afinidades electivas" y "Viaje a Italia", es decir, la
mayor literatura de su tiempo y de las más influyentes en la literatura y
el arte posteriores. Para Lali, como para Goethe, la poesía no es de
ella, sino del Universo. Por eso aseguró que el proceso amoroso con la
escritura, con la palabra en sí misma, va mucho más allá de acto físico
de escribir e incluso del acto físico de pensar. Cuando alguien conecta
su "yo interior" con la conciencia colectiva es cuando se produce el
flechazo, ese amor que es para toda la vida. ¿En qué lugar queda la
poesía? ¿Cuál es su finalidad? Es ponerte en conexión con el mundo con
un lenguaje universal, porque el silencio es fundamental, como ocurre
con la música. Sin silencios no hay poesía. Cuando ella dice silencio,
no se refiere solo al silencio de las palabras, sino también al silencio
de Todo. Cree que cuando se consiga ese silencio, escribirá versos de
verdad, versos que estén más allá de la propia palabra. Siempre estamos
creando, a pesar de que no escribamos una sola palabra. Creamos por
necesidad de ser creíble o por puro egoísmo. A veces hay muchos ruidos
por dentro y le es imposible crear, entonces se aleja de sí, se vuelve
cualquier cosa y huye de adentro. Se va al mar y se concede la licencia
de ser torpe.
Luego todo vuelve.
Aquí pueden leerse sus poemas:
https://laultimamiradadeldinosaurio.wordpress.com/
https://libroemmagunst.blogspot.com/…/candelaria-villavicen…
Y la tertulia fueron más cosas, claro. Yo no paré de hablar, para variar, y me echaron la bronca para que me callara, mientras no dejábamos de reírnos. Después nuestro joven tertuliano, Abel Jara, me escribió para agradecerme otra tertulia divertidísima, a la que quiere seguir conectado de alguna forma desde su casa cuando vuelvan a ser presenciales. Este carácter universal del mundo que estamos viviendo gracias a Internet también salió a relucir y mantuvimos una apasionada controversia el catedrático de la Universidad de Toulousse, Javier Pérez Bazo, Yolanda Brown, la filóloga y actriz que está escribiendo su tesis sobre mi obra en la Autónoma de Madrid, nuestro filósofo Mariwan Shall, que es más majo que las pesetas o los euros, y yo. Y al final Almudena Mestre puso paz preguntando a Lali por el carácter místico y espiritual de sus poemas.
En fin, la vida siempre convertida en literatura o al revés.
Aquí pueden leerse sus poemas:
https://laultimamiradadeldinosaurio.wordpress.com/
https://libroemmagunst.blogspot.com/…/candelaria-villavicen…
Y la tertulia fueron más cosas, claro. Yo no paré de hablar, para variar, y me echaron la bronca para que me callara, mientras no dejábamos de reírnos. Después nuestro joven tertuliano, Abel Jara, me escribió para agradecerme otra tertulia divertidísima, a la que quiere seguir conectado de alguna forma desde su casa cuando vuelvan a ser presenciales. Este carácter universal del mundo que estamos viviendo gracias a Internet también salió a relucir y mantuvimos una apasionada controversia el catedrático de la Universidad de Toulousse, Javier Pérez Bazo, Yolanda Brown, la filóloga y actriz que está escribiendo su tesis sobre mi obra en la Autónoma de Madrid, nuestro filósofo Mariwan Shall, que es más majo que las pesetas o los euros, y yo. Y al final Almudena Mestre puso paz preguntando a Lali por el carácter místico y espiritual de sus poemas.
En fin, la vida siempre convertida en literatura o al revés.
martes, 26 de mayo de 2020
"Mi forma de caminar por la vida".
Una de las cosas que echo de menos es ir al teatro. Sé que volveré
pronto. También sé que es la manifestación artística más humana que
existe, la que más acerca al ser humano a Dios desde el origen de los
tiempos. En estos tiempos extraños que estamos viviendo ha sonado con
fuerza en mi cabeza una canción de la que ya he hablado por aquí y que
ayer reapareció durante mi paseo de por las mañanas, en la calle
Barquillo, haciendo esquina con la calle
Almirante y otras calles próximas como Conde de Xiquena, lugares en los
que me he comprado los trajes que me gustan y que me quedan mejor. Es
mi forma de vestir la vida. Nunca me he vestido en contra de nadie, sino
a favor de la belleza. Nunca he escrito contra nadie, sino en busca del
bien común. No necesito enemigos para ser feliz, solo ternura. Camino
despacio por la vida, sin ninguna prisa, dejando en paz a los demás,
procurando que también me dejen en paz a mí. Leyendo los carteles de las
paredes y con la suerte de encontrarme la ternura que llena la vida.
Los trajes que me gustan siempre me quedan bien. Lo demás lo ponen ZAZ y Jenifer:
https://www.youtube.com/watch?v=j6Eb9OLMB9A
https://www.youtube.com/watch?v=j6Eb9OLMB9A
lunes, 25 de mayo de 2020
La poeta tinerfeña Candelaria Villavicencio en la tertulia del "Café Gijón" de mañana martes.
Le pedí un poema y me envió este:
"Me dicen".
"Me dicen
¡tiene la cabeza en otro sitio!
Y me voy sin ella por la calle
Nadie se extraña
Todo eso lo esperan de mí
Los que me conocen
Ni siquiera saben que existo
Estoy con el cuerpo en la otra parte del mundo
Mi cabeza gira y me va desvelando el origen de quien soy
No estar me gusta más de lo que imaginaba
La opacidad del suelo me incomoda
Hoy tuve una pesadilla
No me gusta soñar cosas feas
No entiendo mucho sobre los sueños
Vuelvo a estar ahí
De nuevo estoy junto a ella
Necesito tenerme cerca
Lo suficiente para no olvidarme".
También le pedí que me dijera algo sobre ella y su literatura, y sobre lo que piensa contarnos mañana en la tertulia.
Y me envió esto:
"Hoy estoy bajo la arena negra del Atlántico, en un huequito, esperando que el sol llegue hasta mí y me vuelva de fuego o de mar.
¿ Qué significa la escritura para mí? La escritura es la herramienta que necesito para construir mi laberinto. Allí donde nadie puede encontrarme, aunque me vea y me toque.
¿ Por qué es el verso? Porque es fugaz, me gusta todo lo que es fugaz. Me permite ser libre, incluso hacer añicos la sintaxis, diría que las palabras se convierten en miles de confetis que flotan en el aire y que tomo prestados para vestirme y no sentirme desnuda.
La escritura me ha permitido conocer los entresijos del ser humano, por eso con cada palabra que me adorno me permito alzar la mirada a ese azul en movimiento, esa luz que no quiebra, que me sostiene cuando mis palabras me dejan en silencio.
De eso quiero hablar, de la relación amorosa con la palabra, con su silencio, con su vacío. Y les advierto, no soy nadie, tengo la misma vida que un deseo".
Y esto lo añado yo:
Solemos vernos una vez al año para tomar un café, en Madrid o en Tenerife, y casi siempre hablo yo todo el rato. Ella calla y escucha. Un día le pregunté por qué actuaba de esa forma y me dijo que prefería escucharme a mí. Ese día comprendí que no le hace falta decir nada. Lali es de esas personas de las que siempre se puede aprender, quizá porque es de las pocas poetas que, en realidad, no es poeta, sino la poesía en sí misma.
¡tiene la cabeza en otro sitio!
Y me voy sin ella por la calle
Nadie se extraña
Todo eso lo esperan de mí
Los que me conocen
Ni siquiera saben que existo
Estoy con el cuerpo en la otra parte del mundo
Mi cabeza gira y me va desvelando el origen de quien soy
No estar me gusta más de lo que imaginaba
La opacidad del suelo me incomoda
Hoy tuve una pesadilla
No me gusta soñar cosas feas
No entiendo mucho sobre los sueños
Vuelvo a estar ahí
De nuevo estoy junto a ella
Necesito tenerme cerca
Lo suficiente para no olvidarme".
También le pedí que me dijera algo sobre ella y su literatura, y sobre lo que piensa contarnos mañana en la tertulia.
Y me envió esto:
"Hoy estoy bajo la arena negra del Atlántico, en un huequito, esperando que el sol llegue hasta mí y me vuelva de fuego o de mar.
¿ Qué significa la escritura para mí? La escritura es la herramienta que necesito para construir mi laberinto. Allí donde nadie puede encontrarme, aunque me vea y me toque.
¿ Por qué es el verso? Porque es fugaz, me gusta todo lo que es fugaz. Me permite ser libre, incluso hacer añicos la sintaxis, diría que las palabras se convierten en miles de confetis que flotan en el aire y que tomo prestados para vestirme y no sentirme desnuda.
La escritura me ha permitido conocer los entresijos del ser humano, por eso con cada palabra que me adorno me permito alzar la mirada a ese azul en movimiento, esa luz que no quiebra, que me sostiene cuando mis palabras me dejan en silencio.
De eso quiero hablar, de la relación amorosa con la palabra, con su silencio, con su vacío. Y les advierto, no soy nadie, tengo la misma vida que un deseo".
Y esto lo añado yo:
Solemos vernos una vez al año para tomar un café, en Madrid o en Tenerife, y casi siempre hablo yo todo el rato. Ella calla y escucha. Un día le pregunté por qué actuaba de esa forma y me dijo que prefería escucharme a mí. Ese día comprendí que no le hace falta decir nada. Lali es de esas personas de las que siempre se puede aprender, quizá porque es de las pocas poetas que, en realidad, no es poeta, sino la poesía en sí misma.
domingo, 24 de mayo de 2020
"El reloj de la Puerta del Sol".
Ayer me fijé y parecía en
hora. 8.40 AM. A pesar de que haya pasado toda la vida por delante, este
reloj siempre me recuerda las 12 campanadas y las 12 uvas, que sigo
tomando, esté donde esté. No tardé en enterarme de que el reloj fue
instalado en 1866 en la torre de la que era la Casa de Correos y hoy es
la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. En esa época había
muchas casas sin reloj, por lo que algunos empezaron a acercarse a Sol
para escuchar las 12 campanadas. Y nació una tradición que se debilitó
con la llegada de las radios a las viviendas madrileñas. La costumbre
volvió desde los Estados Unidos, ya que a partir de 1907 la llegada del
Año Nuevo comenzó a recibirse en Times Square, la plaza más famosa de
Nueva York, con cotillón incluido. Esta costumbre americana tuvo mucha
repercusión en España. Y después llegaron las retransmisiones de TVE
desde 1962, con la excepción de 1972, al hacerse desde el Ayuntamiento
de Barcelona, con el reloj de la Plaça Sant Jaume. Luego está la
tradición de las uvas, iniciada en 1896 y reforzada en 1909, cuando
durante aquel otoño se produjo una gran cosecha de uvas en todo el país,
lo que provocó un inusitado aumento en el consumo. Los agricultores se
plantaron tan contentos en Sol y se pusieron a regalar racimos de uvas a
todos los que estaban allí para celebrar el Año. Y alguien tuvo la idea
de tomar una uva por cada campanada. En la fachada norte de la plaza se
había abierto el año 1898 el Gran Hotel Universo, lugar donde arrancó
la tradición que con el tiempo se haría tan popular entre los españoles.
Por de pronto, yo le guiño un ojo al reloj y busco en el móvil una canción de Mecano:
https://www.youtube.com/watch?v=KJbeA7JNC8s
Y ahora solo falta que cada español ponga también su reloj en hora y mire hacia adelante.
https://www.youtube.com/watch?v=KJbeA7JNC8s
Y ahora solo falta que cada español ponga también su reloj en hora y mire hacia adelante.
sábado, 23 de mayo de 2020
"Eso de ser infiel con un escritor, con perdón".
Ayer releí
tres relatos de uno de los libros contemporáneos que aprecio, los
"Cuentos de Bloomsbury" (1999), de Ana María Navales, una escritora que
se sentía muy atraída por el mundo artístico e intelectual de Virginia
Woolf y John M. Keynes, lo mismo que me ocurre a mí, lo que nos unió
durante un tiempo, hasta su muerte. Siempre que venía a Madrid desde
Zaragoza nos tomábamos un café. Me contaba un montón de cosas del
curioso mundillo de los escritores
españoles y luego hablábamos de algo que me interesaba más, de aquella
gente del barrio de Bloomsbury que está al lado del British. Lo más
parecido que hubo en España fue la Residencia de Estudiantes, con Lorca,
Buñuel, Dalí y compañía, en Madrid, que prácticamente desapareció con
la Dictadura. Ayer me percaté de que los cuentos de Ana María Navales
tienen bastantes páginas subrayadas. Hace un tiempo, Milagros Gonzalvo,
una nueva tertuliana de este curso, escribió por aquí que había acabado
de leer mis "Cuentos de los otros" y como le había gustado tanto quería
leerlo otra vez, pero subrayándolo y dejándolo en la mesilla de noche.
En uno de mis cuentos, una voz omnisciente en tercera persona dice en la
página 128 de la edición de Bartleby del año 2017 que cuando un lector
subraya el libro que lee, lo que está haciendo es hablar en voz baja con
el escritor. Umberto Eco investigó la idea de ficción durante buena
parte de su vida y relacionó el texto narrativo con un bosque cuyos
senderos se bifurcan, en alusión a Borges, para volver a encontrarse en
el territorio onírico del duermevela. La experiencia humana toma
sentido en la literatura a través del tiempo y el espacio, como diría
Ricoeur. El lector llena los huecos que deja el escritor de manera
consciente, todo eso que no se dice ni se escribe, algo que yo defiendo
en la literatura contemporánea (en ese momento la voz en tercera
persona se convierte en Justo Sotelo). Considero que es más importante
lo que no se dice que lo que se dice. Por eso resulta esencial que el
escritor y el lector “hablen” continuamente, por ejemplo, a la luz de la
lámpara de la mesilla de noche, mientras que todo el mundo duerme en
casa y solo ellos están despiertos. De esa forma la literatura sería
la verdadera causa de la infidelidad de las parejas. Las demás causas
son necesidad de poder, de sexo, de protección, de dinero, es decir,
poca cosa.
No recuerdo
quién me envió la primera fotografía hace tiempo. Lo que sí sé es que el
libro que está al lado del mío es de los que más habré subrayado y
regalado en mi vida. Todos los libros que me gustan están subrayados.
Antes de salir por la puerta para dar el bonito paseo de todas las
mañanas, recuerdo la obra maestra de Nietzsche, esa mezcla de filosofía y
literatura que nos lleva al mundo de los griegos de la mano de Apolo y
Dionisos. Ahí no hay ni una sola página sin subrayar.
Seguro que en la calle huele a verano.
Seguro que en la calle huele a verano.
viernes, 22 de mayo de 2020
"Una canción de amor y un cóctel en Madrid".
Me gusta pasear
por mi ciudad. Hacerlo temprano, cuando las horas huelen a nuevo y los
pájaros solo piensan en cantar sin imaginar un mañana. Todo el mundo
tiene su propia Gran Vía y su Plaza Mayor, incluso una Puerta del Sol
improvisada en cada rincón del recuerdo y de la memoria. Deteniéndote en
la plaza de Callao antes de continuar tu camino hacia la Plaza de
España y saludar a las esculturas inamovibles de don Quijote y Sancho
que esperan a cualquier español a la vuelta de la esquina, mientras
piensas en las luces de los cines y los teatros que ya no existen.
Deletreando cada sílaba de los libros que te comprabas en Doña Pepita,
en la calle de los Libreros cuando los libros eran de papel, o un poco
más arriba, en la Casa del Libro, donde te llevaban tus padres de la
mano de pequeño para enseñarte a leer. Antes habías pasado sin darte
cuenta por una coctelería del principio de la calle a la que iban a
emborracharse Ernest Hemingway, Grace Kelly, Rita Hayworth, Frank
Sinatra y Ava Gardner, o eso decían algunos, tal vez porque el mundo
nunca ha sido perfecto, salvo el rostro de Ava. Una vez ella me dijo que
era un sueño recorrer conmigo en coche la Gran Vía mientras Sinatra
cantaba "I'm a Fool to Want You". Ahora voy a repetir el paseo de ayer,
concentrado en esas tres fotografías de los tres fragmentos de la calle
que más camino de mi ciudad, el ascendente de Chicote, el horizontal de
la Casa del Libro y el descendente de los cines, tal vez el Palacio de
la Música, imaginando las míticas peleas entre Ava y Frank, y sus
continuas reconciliaciones. Por eso su amor fue una cosa diferente,
siempre lo es cuando hablamos de un amor de película. Después de
aprender a leer, aprendí a vivir en el interior de una película mientras
ella me servía un cocktail al atardecer, una combinación de whisky
escocés, brandy, cherry brandy Herrings, Ginger Ale Schweppes, twist de
naranja y stick guinda luxardo.
jueves, 21 de mayo de 2020
"Eso de ser feliz y tener éxito".
Alguna vez debería hablar de
lo que opino sobre el curioso nivel intelectual de los políticos
españoles, de la reunión que mantuvieron ayer los reyes de este país
para hablar del estado de la cultura durante la pandemia con unos
escritores de los que no he leído nada, y que me suenan de tanto como
los mencionan unos periodistas que no me suenan de nada, o de cualquier
otro hecho coyuntural que se olvida en un par de horas o días. Sin
embargo, no voy a hacerlo porque todo
esto me aburre mucho. A veces creo que vivo en otro planeta. Algunos
amigos me dicen que siempre he estado por encima del bien y el mal, algo
que me hace sonreír, ya que Nietzsche es uno de mis escritores
favoritos. Ayer por la tarde, mientras buscaba en la estantería por la
"e" un libro de Friedrich Engels que me regaló mi hermano cuando era un
adolescente, para citarlo en el máster que imparto estos días, me
encontré con un libro de Mónica Esgueva sobre la felicidad. Después de
todo, entre Engels y Esgueva solo hay tres letras de diferencia. Como
sabemos, Engels fue uno de los grandes amigos y colaboradores de Karl
Marx, con el que escribió el "Manifiesto del partido comunista" (1948).
El libro que pretendía consultar es "Del socialismo utópico al
socialismo científico" (1880), donde Engels critica a los socialistas
utópicos, como Fourier y Owen, y ofrece una explicación del marco
socialista para comprender el capitalismo, y un breve resumen del
desarrollo social y económico desde el materialismo histórico. Mónica Esgueva
nació en Valladolid, se hizo economista en la Universidad Complutense,
cursó un máster en Comercio Exterior y ha trabajado en París y Londres.
Desde el año 2008 se dedica al coaching, a enseñar Liderazgo y
Mindfulness a empresas. Nos conocimos hace muchos años, ha estado en mi
tertulia, comimos en alguna ocasión para seguir hablando de los pilares
de la felicidad (podrían ser de la sabiduría) y cuando no está en
Sudáfrica aparece por cualquier lugar de la India, China o América.
Estas son dos breves e interesantes entrevistas que le hicieron en la 2
de RTVE donde habla de ese libro que me encontré ayer por la tarde y
que no escribió Engels, y del hecho de tener o no éxito. Lo que es
incuestionable es la clase que tiene esta mujer:
https://www.youtube.com/watch?v=K4Qb6CmnvzQ
https://www.youtube.com/watch?v=v3akWBXQyaQ
https://www.youtube.com/watch?v=K4Qb6CmnvzQ
https://www.youtube.com/watch?v=v3akWBXQyaQ
miércoles, 20 de mayo de 2020
El poema "Cordillera", de Gabriela Mistral, entre la voz religiosa del discurso y el americanismo.
La tertulia virtual del "Café Gijón" de ayer por la tarde viajó de Madrid hasta Santiago de Chile, subió hasta Georgetown (Washington D. C.), regresó por Alemania y Francia, y terminó de nuevo en Madrid. Fue un viaje existencial de la mano de la profesora chilena Magda Sepúlveda Eriz, especialista en la figura de Gabriela Mistral, que desentrañó el riquísimo lenguaje del poema "Cordillera", que pertenece a su segundo libro de poemas publicado, "Tala" (1938). Y gracias a mi ex alumno David Blanco, a la profesora Anna Deeny, de la Universidad de Georgetown, y a todos los tertulianos, que llegamos a ser 37. Disfruté con el hecho de que se hablara de los "Estudios culturales" (en concreto de los poscoloniales), importantes en Literatura Comparada, y se analizara el lenguaje del texto, con esa reivindicación de la madre tierra inca que realiza Mistral con la cordillera de los Andes. Es la ascensión hacia el lugar donde radica la solución al problema existencial. En el principio es la madre yacente y que anda. Enunciar la identidad de los contrarios atenta contra los fundamentos de nuestro pensar. Lo que no puede ocurrir en un orden racional es lo que la imagen poética puede entregar. El oxímaron y la antítesis son figuras utilizadas con frecuencia por los místicos, porque se adecúan a lo que no puede ser expresado racionalmente. Al caracterizarse a la cordillera por medio de elementos antitéticos, se apunta a su calidad de ser numinoso, trascedente. La cordillera es en el poema una especie de demiurgo que actúa como puente entre lo terreno y divino. Es la madre que aúpa con sus "faldas acigüeñadas" a los siete pueblos andinos, en busca de su destino.
http://www.gabrielamistral.uchile.cl/poesia/poemachile/cordillera.html
La tertulia empezó con la interpretación de dos poemas de Mistral por Iván Víctor Jadresic (del que ayer compartí su recital con el sitar indio) y Maja Gračner. Dejo por aquí un pequeño "teaser" con los poemas que subieron a Instagram:
https://www.instagram.com/p/CAVMu00pE-W/?igshid=1e17nht80yl9z&fbclid=IwAR06TJ4IHfLiLf4CKJDRW65nNdASo02zwUNG32hIhlt0U9XBrsxwmNFkUCA
A última hora me escribí unos Wasap con Abel Jara, nuestro tertuliano más joven, que me dijo que, gracias a esta tertulia virtual, se le está abriendo la mente. Me lanzó unos cuantos halagos, pero supongo que los publicará él en su post. Solo voy a reproducir unas palabras con su permiso, ya que de alguna manera resumen mi habitual actitud ante la vida: "¿Y sabes a lo que doy mucho valor? A que puedes estar de acuerdo o no, pero en la tertulia cabemos todos. Y no solo aceptas, sino que tiras de paciencia cuando algo no te agrada para continuar manteniendo esa honesta aceptación".
martes, 19 de mayo de 2020
"Mi vida bohemia con música de la India".
Esta noche he vuelto
a viajar a la India, esta vez con la imaginación. Lo hice escuchando el
"sitar", el instrumento tradicional indio de siete cuerdas ("si" es
siete en sánscrito y "tar" cuerda, que en griego pasará a llamarse
cítara y en español guitarra). El sitar lo tocaba la diosa Sarasvati y
antes de dormir se lo escuché al músico chileno Iván Víctor Jadresic que
esta tarde también estará en la tertulia literaria virtual que dedicaremos
a Gabriela Mistral. Con su pareja, Maja Gračner, ha musicalizado cuatro
poemas de la premio Nobel chilena. Escuchando esta música antes de
dormirme (al final del texto está el link de un recital de Iván en
Santiago de Chile) me he vuelto a encontrar a las orillas del lago
sagrado de Pushkar, sentado en uno de los más de 50 ghats o escaleras
que se sumergen en el lago. Allí escuché otro atardecer de primavera un
concierto de sitar casi improvisado. Pushkar es una ciudad próxima a
Jaipur, en el Rajastán. adonde se acude en peregrinación desde todos los
lugares de la India, ya que cuenta con uno de los pocos templos (S.
XIV) dedicados a Brahma. Estas fotografías no las había compartido por
aquí, quizá porque, por encima de todo, los momentos que me gustan son
los que vivo a cada instante y esos no los puede describir una
fotografía, ni siquiera un video. Como cuando me dijeron, mientras
estaba sentado en un ghat de la primera foto, que cierto día Brahma pasó
por Pushkar y dejó caer una flor de loto. Y surgió el lago de la nada.
Entonces supe que, aunque he publicado algunos cuentos que hablan del
lago sagrado, tengo que escribir una novela que se detenga en Pushkar.
Se dice que Brahma se quedó allí a hacer penitencia durante 60 000 años
para poder contemplar brevemente a Radha y Krishna (la divina pareja de
dioses).
Aún no me ha llegado el momento de dejar caer mi propia flor de loto, pero lo hará; siempre lo hago.
Esta es la música de sitar:
https://www.youtube.com/watch?v=wdQrtKJDB3U
Esta es la música de sitar:
https://www.youtube.com/watch?v=wdQrtKJDB3U
lunes, 18 de mayo de 2020
"Estudiar te permite tener un lugar en el mundo".
Hoy empiezo a
impartir una serie de lecciones en el Máster Universitario en Asuntos
Internacionales (MUAI), de la Universidad Pontificia de Comillas. Y
tengo que hablar de la "Geoestrategia internacional" en el Medio
Ambiente y el Cambio Climático. Entre los alumnos hay personas de varios
países. He escrito bastante sobre esto (ser miembro de Greenpeace desde
hace años me obligaba a ello o a la inversa); aun así estas últimas semanas
he estado leyendo algunos artículos con el fin de valorar mejor la
situación en Estados Unidos, China, África y Oriente Medio. La verdad es
que he prestado mayor atención a esa parte del mundo que limita con
Egipto al oeste, Irán al este, Azerbaiyán al norte y Yemen al sur (he
puesto una fotografía de uno de mis viajes por ahí). Después de la caída
del muro de Berlín y la desintegración de la URSS, cada país se movió
en una u otra dirección, hacia Europa, Asia o para consolidar la misma
idea de un renovado Oriente Medio. Y de cómo confluyen los intereses
"geopolíticos" y "geoeconómicos" de los dos países más poderosos en la
actualidad, sobre todo por los yacimientos de petróleo y de gas, y por
la dificultad de su traslado. Estados Unidos y China también coquetean
desde hace tiempo con el continente africano (estoy pensando en la
extracción de coltan, por ejemplo, esa cosa que tanto apreciamos los
ricos, ya que sin él nuestros móviles dejarían de funcionar).
domingo, 17 de mayo de 2020
La tertulia virtual del Café Gjón del próximo martes se irá a Chile o, dicho de otra forma, Chile vendrá a la tertulia.
Con 6 horas menos allá, tendremos como invitada a Magda Sepúlveda Eriz, académica de la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, especialista en "estudios culturales" y, en concreto, en la figura de la Nobel chilena Gabriela Mistral (las dos están en el cartel). Ha publicado los libros "Ciudad quiltra. Poesía chilena" (1973-2013) (2013), "Chile urbano: la ciudad en la literatura y el cine" (2013) y una obra que explora a la premio Nobel, "Gabriela Mistral. Somos los Andinos que fuimos" (2018), lo que da nombre al tema de la tertulia. Esta reunión ha sido organizada por David Blanco, un ex alumno mío al que dirigí el TFG en su día. Fue tertuliano durante varios años y después se marchó a Chile, donde sigue viviendo con su familia.
La Biblioteca Nacional de Chile está editando la obra reunida de Mistral, donde participa Magda Sepúlveda. Ayer me pasé el día leyendo y disfrutando de los dos primeros tomos, en este link que es una joya:
http://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/visor/BND:605887?fbclid=IwAR2MigkPSj4w9IZpyxBERFLjtvVD4mjm3CYixvJUSwfTRXJvQZR23cihNs4
Dejo por aquí uno de sus célebres poemas, "Todas íbamos a ser reinas", que pertenece a su segundo libro, "Tala" (1938), donde la poeta refleja cómo los sueños de cuatro amigas se truncan. La infancia les hace soñar con castillos, princesas y príncipes azules que nunca llegarán a aparecer.
"Todas íbamos a ser reinas,
de cuatro reinos sobre el mar:
Rosalía con Efigenia
y Lucila con Soledad.
En el Valle de Elqui, ceñido
de cien montañas o de más,
que como ofrendas o tributos
arden en rojo y azafrán.
Lo decíamos embriagadas,
y lo tuvimos por verdad,
que seríamos todas reinas
y llegaríamos al mar.
Con las trenzas de los siete años,
y batas claras de percal,
persiguiendo tordos huidos
en la sombra del higueral.
De los cuatros reinos, decíamos,
indudables como el Corán,
que por grandes y por cabales
alcanzarían hasta el mar.
Cuatro esposos desposarían,
por el tiempo de desposar,
y eran reyes y cantadores
como David, rey de Judá.
Y de ser grandes nuestros reinos,
ellos tendrían, sin faltar,
mares verdes, mares de algas,
y el ave loca del faisán.
Y de tener todos los frutos,
árbol de leche, árbol del pan,
el guayacán no cortaríamos
ni morderíamos metal.
Todas íbamos a ser reinas,
y de verídico reinar;
pero ninguna ha sido reina
ni en Arauco ni en Copán…
Rosalía besó marino
ya desposado con el mar,
y al besador, en las Guaitecas,
se lo comió la tempestad.
Soledad crió siete hermanos
y su sangre dejó en su pan,
y sus ojos quedaron negros
de no haber visto nunca el mar.
En las viñas de Montegrande,
con su puro seno candeal,
mece los hijos de otras reinas
y los suyos nunca jamás.
Efigenia cruzó extranjero
en las rutas, y sin hablar,
le siguió, sin saberle nombre,
porque el hombre parece el mar.
Y Lucila, que hablaba a río,
a montaña y cañaveral,
en las lunas de la locura
recibió reino de verdad.
En las nubes contó diez hijos
y en los salares su reinar,
en los ríos ha visto esposos
y su manto en la tempestad.
Pero en el Valle de Elqui, donde
son cien montañas o más,
cantan las otras que vinieron
y las que vienen cantarán:
"En la tierra seremos reinas,
y de verídico reinar
y siendo grandes nuestros reinos,