domingo, 22 de diciembre de 2024

"El Paraíso existe, pero no pienso decir dónde está".


 
Y al Paraíso me llevo libros, claro, algunos para releerlos. Ahora me acompaña en la mochila Harry Haller, "El lobo estepario", la novela de Hermann Hesse, y con ella vienen conmigo Mozart, Beethoven, Schubert, Chopin, Brahms, Wagner, Wolf.
 
"Y a través de las estancias vacías del interior del teatro oí resonar una música -me dice Haller-, una música hermosa y terrible, aquella música del "Don Juan", que acompaña la salida del convidado de piedra (...)
 
- ¡Mozart!, pensé, evocando con ellos las imágenes más amadas y más sublimes de mi vida anterior (...)
 
-¿Dónde estamos? -pregunté.
 
-Estamos en el último acto del "Don Juan". Leporello está ya de rodillas. Una escena magnífica, y hasta la música se puede oír, vaya. Aun cuando tiene todavía toda clase de matices humanos dentro de sí, se manifiesta ya el otro mundo, la risa, ¿no?
 
- Es la última música grande que se ha escrito -dije solemnemente, como un profesor, me dice Haller-. Ciertamente que vino todavía Schubert, que vino después Hugo Wolf, y tampoco debe olvidar al pobre y magnífico Chopin. Arruga usted la mente, maestro. ¡Oh, desde luego! También está ahí Beethoven, también él es maravilloso (...)
 
..........................
 
Entré en la taberna de la fotografía, que estaba llena de alemanes, pedí a la camarera, también alemana, un Paté bávaro y una cerveza negra, y no sé si me sonrió donjuan o es que estaba mirándome en un espejo:
 
Así nacen mis novelas.
 
Así nació "Poeta en Madrid" (Huso, 2021).
 
Así me divierte e interesa la vida.

 

sábado, 21 de diciembre de 2024

"Tu es un enfant terrible".


 
Dijo ayer por aquí María Jesús Egmont, añadiendo más ideas al retrato que están haciendo mis amigas los últimos días como si fueran regalos de Navidad. "En el sentido de brillante, rebelde, transgresor, innovador y vanguardista", completó su visión de un tipo que podría ser yo o un tal Justo Sotelo. Esto me parece literario. El escritor habla, por ejemplo, de un sujeto que está en los huesos y cabalga a lomos de un caballo cansado por los páramos de La Mancha a principios del XVII y el lector procura ponerle un rostro, conferirle una personalidad, y que de esa manera adquiera cierto sentido en su mente. El primero lleva a cabo un desarrollo "extensional" de su obra, mientras que el segundo lo que realiza es una reconstrucción "intensional" de lo que el escritor ha querido decir. Mágicamente se produce el "pacto de ficción" entre ambos.
 
Y ahora me pongo a cantar una canción de Navidad, mientras huelo la sal de la vida, aunque no sé si soy yo o Justo Sotelo:
 

viernes, 20 de diciembre de 2024

"Mi retrato como una ecuación de matemáticas, y con un foulard", por Presina Pereiro.


 
Cada día suceden cosas bonitas, a mí y a todo el mundo, y ayer la escritora malagueña Presina Pereiro escribió lo siguiente sobre mí en esta red social:
 
"Música + literatura + cine + docencia + redes + tertulianos + terrible camiseta + selfie con gafas oscuras + afiches + paseo por Madrid + un vino en San Michel + la isla..."
 
Presina se refiere a la plaza donde siempre digo al taxista que me lleve tras bajarme en el aeropuerto de Orly, a las afueras de París. Es una plaza en el corazón del barrio latino, donde hay una librería en la que compré la primera edición en francés de "Las flores del mal", de Baudelaire, y por eso mismo he buscado una fotografía mía con un foulard delante de la Universidad de la Sorbonne, que está al lado (por allí cerca también encontré un museo lleno de unicornios que luego aparecieron en mi novela favorita de Murakami, "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo"). Entendí las correspondencias de esta vida cuando leí al poeta tras leer al filósofo John Locke. En lo que no cambio es en la música que me acompaña al despertar cada mañana y pasear y escribir, para ser lo que soy, en definitiva, un romántico empedernido que se pasea por la vida con un foulard:
 

jueves, 19 de diciembre de 2024

"Eres un romántico lleno de ternura".

 

Me dijo hace unos días en esta red social Rocío Flores Alcázar. Y la verdad es que me gustan las dos palabras, "romántico" y "ternura". Me siento un privilegiado porque me digan cosas significativas. Ya que esa fotografía me la hice en la puerta del Auditorio donde toca la Orquesta Nacional de España y he sacado las entradas para dos conciertos de enero donde va a interpretar la Sinfonía Mandred de Chaikosvski y la Segunda de Rachmaninov, dos de las obras más románticas de la música, de esas que te dejan estaqueado en mitad del patio como sucede con el amor, el verdadero amor, como diría Cortázar en Rayuela, una de las novelas de mi vida, qué mejor que ver amanecer, antes de irme a poner más exámenes, escuchando la historia que se inventó Lord Byron unos meses después de aquella noche mítica de 1816, en la Villa Diodati, una mansión romántica a orillas del lago Lemán, donde Mary Shelley se imaginó Frankenstein y Polidory el Vampiro.
 
La literatura y la música están llenas de "Faustos" que venden su alma para lograr la inmortalidad o conocer la belleza y poder tocarla con la yema de los dedos, como sería mi caso:
 
Un romántico viene a este mundo a comérselo mientras se escucha a Chaikovski, y eso es lo que he hecho yo toda mi vida, pero con ternura.


 


miércoles, 18 de diciembre de 2024

"Donde nacen la Literatura y la Libertad".


 
En la última tertulia de este año en Casa Manolo, ayer por la tarde me llevé a mis amigos a pasear por la historia de la humanidad, la que escribieron Hesíodo y Ovidio, con el objeto de justificar la base mitológica de "El anillo del nibelungo" de Wagner. Luego hablaron los tertulianos Isabel, Javier, Cristina, Miguel Ángel, M Carmen y todos los demás. Terminamos comiendo bombones que nos trajo Miguel Ángel y cantando dos villancicos escritos para la tertulia por este y por Concha
 
Según la mitología griega, la humanidad pasó por varias Edades. Hesíodo habló de cinco en el siglo VIII a.C. y Ovidio de cuatro en el I a.C. En la Edad de Oro el dios que gobernaba a los dios y hombres era Cronos, desde la armonía. Había abundancia de alimentos de la naturaleza y los humanos no necesitaban trabajar, y pudieron vivir hasta una edad muy avanzada y morir en paz. Desde la Edad de Plata hasta la época de Hesíodo, se creía que Zeus era el dios de los dioses y gobernante del universo (la primera foto que he puesto es del cuadro de Lucas Cranach el Viejo). Los hombres vivían como niños durante cien años, sostenidos por sus madres, mientras que como adultos vivían por un tiempo muy corto ya que se enfrentaban entre sí. No pagaban tributos a los dioses, por lo que Zeus los mató a todos. En la Edad del Bronce los hombres eran duros y guerreros. Utilizaban bronce para crear sus armas y viviendas y, finalmente, se destruyeron entre sí con guerras. El final de la era estuvo marcado por el diluvio de Deucalión. La Edad Heroica supuso una mejora de la anterior. Esta era la época en la que vivieron héroes y semidioses, luchadores cuyas hazañas serían cantadas en los siglos venideros. Por último, Hesíodo creía que él y sus contemporáneos estaban en la Edad del Hierro, una época de desolación, destrucción y dolor. Los humanos luchaban entre sí y únicamente se preocupaban por sí mismos. Por falta de vergüenza e indignación, la humanidad se destruiría a sí misma y los dioses la abandonarían. Según Ovidio, solo existieron cuatro edades y dejó fuera la de los Héroes. Durante la Edad de Oro, los hombres no podían viajar muy lejos y no podían explorar el mundo entero. Durante la Edad de Plata, Júpiter (el equivalente romano de Zeus) ofreció a los hombres el cambio de estaciones, así como el arte de la agricultura. Para Ovidio, la Edad del Bronce también estuvo marcada por la guerra, mientras que en la Edad del Hierro los hombres no solo eran belicosos, sino también impíos y desleales.
 
Tras improvisar estas explicaciones a mis amigos, les leí en el móvil estas frases:
 
"Porque hay nuevos gobernantes en el cielo, y Zeus gobierna con costumbres ilegales; lo que antes era poderoso, ahora lo destruye". (Estribillo de "Oceánidas", de Esquilo, Prometeo Bound 150).
 
"Sócrates: Bueno, creo que él [Hesíodo] quiere decir que la raza dorada no estaba hecha de oro, sino que era buena y hermosa. Y considero una prueba de esto que dice además que somos la raza de hierro". (Platón, "Crátilo", 398a).
 
"...fugit irreparabile tempus..." (Virgilio, "Geórgicas", 3.284).
 
"¡Oh Tiempo, gran devorador, y tú, Edad envidiosa, juntos destruís todas las cosas; y, royendo lentamente con los dientes, finalmente consumis todas las cosas en una muerte prolongada!" (Ovidio, "Metamorfosis" 15.234).
 
Don Quijote: "Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío." (Miguel de Cervantes, "Don Quijote", Parte I, Capítulo XI).
 
"La gran era del mundo comienza de nuevo,
Vuelven los años dorados,
La tierra se renueva como una serpiente
Sus malas hierbas de invierno gastadas:
El cielo sonríe y las religiones y los imperios brillan
Como restos de un sueño que se disuelve." (Shelley, "Hellas").
 
"... Más que maquinaria, necesitamos humanidad, más que inteligencia, necesitamos bondad y gentileza. Sin estas cualidades, la vida será violenta y todo estará perdido..." (El barbero en "El gran dictador" de Chaplin, 1940).
 
El final de este post solo puede ser este, que además acaba con música de Wagner:
 

martes, 17 de diciembre de 2024

"Hoy despedimos "la tertulia de los amigos de Justo" por este año".

 

Será como siempre en Casa Manolo, calle Princesa 83, a las 18.30, y hje pedido a mis amigos que improvisemos la tertulia, hablando de un libro que estemos leyendo, de una película que hayamos visto o un concierto que hayamos escuchado. Yo puedo hablar un poco de Mitología, aprovechando el concierto sobre la música de Wagner de este domingo. En realidad, la verdadera finalidad es reunirnos para hablar de lo que nos gusta, como hacía la gente de aquella película. Por eso me tomo el primer café de la mañana y pido a Sam que vuelva a tocar la canción. El Café de Rick no existió en realidad, pero como se dice en "El hombre que mató a Liberty Valance", de John Ford, cuando la leyenda supera a la realidad, nos quedamos con la leyenda.
 
"Play, it, Sam", por favor: 
 
 
Y luego que la chica se quede con quien quiera.

lunes, 16 de diciembre de 2024

"El poeta y la sílfide".


 
El poeta es un ser que vive dentro de sí mismo. Antes de escuchar ayer en el Auditorio Nacional "El anillo sin palabras", me saqué esta foto en el hall y después comprobé que encima del árbol de Navidad y de mí se proyectaba "La sílfide" en un video. Es un "ballet blanco" romántico (en la misma categoría que, por ejemplo, "El lago de los cisnes") que tuvo una gran influencia para el ballet del siglo XX. Fue el primero sin trama, un ballet abstracto, realizado en un acto, donde es la danza pura, única, la que lleva la pieza, en lugar de una trama establecida. Para ayudar a proporcionar un poco más de contexto, la premisa básica es un hombre solitario (el "poeta") rodeado de ninfas o sílfides del bosque, bailando a la luz de la luna. Lo demás lo puso Chopin:
 
Y después, sí, Wagner, la apoteosis del arte y la creación. Esta es la versión de Maazel, desde Berlín, con la mítica Filarmónica, que ayer escuché en Madrid. Mientras lo hacía comprendí de nuevo lo que buscaba Wagner. El dueño del anillo tiene que renunciar al amor. El amor es incompatible con la riqueza y la fama. Él y ella se convierten en Uno (como el de Parménides) después de que muera Sigfrido y de que lo haga a continuación Brunilda para estar juntos en la Eternidad: