Vivimos en un mundo en continuo cambio, dominado por un proceso
imparable de mundialización (y regionalización) económica, con apertura
de mercados, financieros y de capitales, de tecnología y conocimientos.
Los
avances en todos los frentes son un hecho: científicos, sociales,
culturales, políticos y económicos. Nunca como ahora ha progresado tanto
el terreno de las ideas, con teorías y modelos de todo tipo que
intentan explicar, y en cierto modo lo consiguen, este complejo mundo.
Por eso es preciso utilizar un gran rigor terminológico a la hora de
abordar el problema del método, como camino de investigación necesario
para explicar las transformaciones y avances.
La epistemología se dedica al examen de la naturaleza y validez del
conocimiento científico, mientras que la metodología estudia las maneras
de lograr tal conocimiento. La interrelación de ambos conceptos permite
profundizar en el problema del método con el fin de otorgar su justo
significado al mundo de la economía en general, y más en concreto al de
la política económica.
La idea es arrojar algo de luz a un problema que al final no persigue
conocer otra cosa que el auténtico comportamiento del hombre en la
búsqueda de la verdad, algo que lograron, por ejemplo, en el mundo de la
literatura Marcel Proust (con “A la busca del tiempo perdido”), James
Joyce (con “Ulises”), Kafka (con “La metamorfosis”) y todo lo que
escribió Pessoa, por citar las cumbres del siglo XX, o en música Bach,
Beethoven y Mahler, con “El clave bien temperado” y las dos novenas
sinfonías.
La política económica no puede quedarse en manos de personas que no
dominan la ciencia económica y tampoco poseen valores éticos que marcan
las decisiones que deben tomar.
No puede olvidarse que detrás de la política económica existe una
dimensión científica propia, pues es mucho más que algo orientado hacia
la praxis, lo que la convierte en una disciplina autónoma dentro del
sistema de ciencias económicas, en relación a la forma en que deben
actuar las autoridades para conseguir sus fines, sobre todo políticos y
sociales.
(Publicado en el Diario Progresista el 11 de enero de 2013).
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