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lunes, 2 de septiembre de 2024

"Hoy hace un año".



Esta red social me recuerda esta fotografía de Almudena Mestre con "Un hombre que se parecía a Al Pacino" en la mano, su primera lectora. En realidad le había llegado días atrás a su casa, ya que lo había comprado por Internet a la editorial incluso antes de editarse, y se fue a hacer la foto al parque de El Capricho de Madrid. Desde que lo recibió, Almudena no había dejado de leerlo, con el fin de desentrañarlo y comprenderlo, y eso que son más de 300 páginas. A continuación recogí la contraportada escrita por Pagés editors y la Universitat de Lleida en la colección Le fil d´Ariadna dirigida por la catedrática de literatura francesa Angels Santa Bañeres. El libro no hubiera existido sin ella.
 
"El cine inventó la ciudad de París y antes lo hicieron los pintores y los bohemios”. Así inicia Justo Sotelo su andadura en el prólogo. De golpe París se alza en el punto de referencia en el tratamiento de temas tan importantes y complementarios como la literatura y el cine. De la mano del escritor, de una manera desenfadada, en este ensayo fragmentario, de tintes postmodernos, compartiendo con el autor el primer café de la mañana, vamos a recorrer los mundos de la amistad cómplice entre dos artes que han caminado paralelas desde el descubrimiento del cine por los hermanos Lumière. La literatura alimentó el cine en sus inicios y ha continuado inspirándolo a lo largo del tiempo, aunque ahora el cine, de manera paradójica, alimenta la literatura y la inspira a su vez. Esa escritura que le lleva hoy a engarzarse con el cine presentado por Balbín en "La clave", o con la poesía y el magnetismo del profesor de "El club de los poetas muertos", o el polifacético trabajo de Woody Allen, dejándose mecer por las sinfonías de Mahler, la filosofía de Kant y Platón y por el inconfundible paisaje de la ciudad de Madrid, marco incomparable del más puro amor..."
 
Hoy hace un año escuchaba una balada de Chopin mientras me tomaba el primer café de la mañana:
 
 
Almudena estaba sentada en un banco sin anclajes mientras leía mi libro, y había que tener "precaución" decía el cartel. Sabemos que el Quijote se inspira en el "Entremés de los romances", de autor anónimo, y esa idea de que leer mucho puedo ser malo para la salud. 
 
Es lo que tiene la literatura.

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