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lunes, 21 de abril de 2025

"Siempre en busca de la belleza".


 
Mi íntimo amigo Javier, mi cura vasco favorito, me llama santo laico, como ya he comentado más de una vez. Y ayer este "santo laico" se sentó en la zona de las autoridades civiles y militares de la catedral primada de Toledo (yo no pintaba nada allí, claro, pero había un sitio libre) y escuché perfectamente el momento en el que el arzobispo se refirió al "Cantar de los Cantares" para mencionar a María Magdalena que se acercó al sepulcro de Jesús y lo encontró vacío, y me acordé de las interpretaciones de este poema de la Biblia por parte de San Juan de la Cruz y Fray Luis de León. ¿La belleza es de alguna fecha? ¿Quién tiene el patrimonio de la belleza? Tenía a mi lado al jefe de la Policía Nacional y en cierto momento me puse a charlar con él. Fue un rato agradable, como todo el día paseando por Toledo, seguramente la ciudad más bella de España, la ciudad árabe, judía y cristiana, la visigoda, románica y gótica. Luego algo de ella lo encontré en Girona y también me la quedé, como hago siempre con lo que me gusta. Me sé Toledo de memoria y me sé sus calles por la noche a la luz de los faroles. Es la Toledo romántica sin gente, una ciudad sentimental.
 
Y, al regreso en el coche, Bach:
 
"Rían los cielos, alégrese la Tierra
y todo lo que en su seno encierra;
el Creador vive, el Altísimo triunfa,
libre de las ataduras de la muerte.
El que había escogido la tumba como descanso,
el Santo, no podía corromperse..."
 
Aunque pase el tiempo y el rostro se me llene de arrugas y la Capilla Sixtina se olvide de la mirada de Miguel Ángel o mi mirada miope se pierda en los cuadros de Da Vinci, mis oídos siempre se dejarán seducir por la belleza.

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