Es algo que aprendí muy joven cuando estudié la asignatura de Teoría
General de Sistemas. Anoche me lo confirmó Nietzsche releyendo "El
nacimiento de la tragedia", respecto del arte y la poesía trágica, la
sombra y la figura, la luz y noche, lo finito y lo infinito, la vida y
la muerte, lo apolineo y lo dionisíaco, todo ello bajo el vaivén de las
olas.
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