Esta fotografía es de ayer por la tarde, casi anocheciendo, con mis chicos del máster de Geoestrategia Internacional en la Universidad Pontificia de Comillas (Icade). Cada año por esta fecha me apetece impartir unas clases en este precioso máster, en donde hablo de la situación en el mundo, en particular de África (un continente que me fascina), Oriente Medio, China, Estados Unidos y ayer, también, del Caribe y la República Dominicana. Cuento todo lo que sé, lo que leo y continúo aprendiendo. Y hablo del Desarrollo Sostenible, de economía, ecología (es lo que tiene ser de Greenpeace) y cultura, la economía del conocimiento y de tecnología y esta cuarta revolución apasionante que estamos viviendo. Y ahí están conmigo Alejandro, Batiste, Gemma, Ane, Claudia, Juan Carlos, Samuel, Beatriz y otra Claudia, pertenecientes a Universidades de Inglaterra, Italia, Santo Domindo y España (Alicante, Valencia, País Vasco y Madrid). Les prometí que subiría la foto a Linkedin, que es la red que más utilizan ellos ahora, con sus 25 años, aunque yo escribo más en Facebook. Acabábamos de hablar del pasado, el presente y futuro del mundo y no estábamos de acuerdo en todo (ellos son más pesimistas que los que somos de la generación del baby boom). Me dijeron cosas que me hicieron pensar después y en las que sigo pensando ahora, mientras me tomo el primer café de este viernes radiante y escucho una de las músicas que más gustaban a mi hermano de joven y fue profesor en el colegio Retamar, que convertí en uno de los leitmotiv de mi novela "Entrevías mon amour", de la que también hablé ayer a mis alumnos:
El día en que deje de escuchar y aceptar opiniones diferentes de las mías, dejaré de escribir.
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