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domingo, 19 de enero de 2025

"Más opiniones para mi retrato, por Edita Brocos y Eulalia Oviaño".


 
"Tierno amor te miro
con esos grandes ojos
y me desdigo de la ira".
 
Esto tan hermoso y poético me lo ha escrito por aquí Edita Brocos, ante esta foto que compartí a las puertas del Auditorio Nacional de Príncipe de Vergara, donde había ido para escuchar a Wagner y al que volveré dentro de un rato para escuchar a Berlioz y Chaikovski. En ese sentido, Eulalia Ovaño comentó que es la foto que debería dejar siempre como portada. Ayer sábado lo recordé mientras mis alumnos hacían uno de los primeros exámenes de 2025. Hacía un frío tremendo a las ocho de la mañana en la Ciudad Universitaria, y mientras miraba a mis alumnos, me dio por pensar en las palabras de Edita. La ira puede ser o no un pecado (nunca me he metido en las cuestiones morales de cada persona), pero es uno de los mayores errores de los seres humanos. Si mis grandes ojos de miope desde la niñez pueden provocar esas palabras de Edita, me alegro de tenerlos y de que me los regalaran mis padres. Y hablando de Chaikovski, por el camino a la Facultad fui escuchando su primera sinfonía, "Sueños de invierno":
 
El primer movimiento, allegro tranquilo, se titula “Sueños junto a un camino barrido por el viento”. El primer tema es presentado por la flauta y el fagot. El clarinete presenta el segundo tema, ampliamente melódico también con sabor ruso. Durante la sección de desarrollo se escuchan frases habituales de sus posteriores obras. El viento invernal no puede impedirnos soñar. El segundo movimiento, adagio cantabile ma non tanto, nos habla del “País de desolación, país de niebla”. Después de una tranquila introducción mediante la cuerda, el oboe presenta el tema principal, un característico y hermoso tema de sabor ruso, con una amplia y soñadora melodía, que luego toma la orquesta. Se siente el calor del hogar mientras la nieve cae en el exterior. El scherzo es una adaptación de su sonata para piano en do sostenido menor, a la que añadió un nuevo trío. El tema es rítmico y más contenido. Acaba con una amplia coda en la que interviene un solo del violonchelo. El final de la sinfonía es un andante lúgubre que expresa el frío glacial del invierno, seguido de un allegro que posee un enérgico tema principal, seguido de un folclórico tema ruso. 
 
En esto pensaba cuando iba a mi examen y escuchaba la música en el coche. Esta música es la representación de una atmósfera, de una forma de respirar y de sentir el mundo. Es el sentido y la sensibilidad del alma humana, aspectos que siempre tengo presentes cuando escribo.

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