El "doble" ha sido un tema popular en la literatura oral y
escrita desde la Antigüedad al Surrealismo, y hoy sigue presente en la
novela posmoderna. Paz expresó la angustia del ser humano en la búsqueda
del "otro" que es él mismo; su soledad se produce al estar separado de
su ser, ya que es "dos".
El hecho de hablar de
alguien no supone hacerlo sólo de su existencia real, sino sobre las
trayectorias vitales que podría haber seguido, lo que origina tres temas
distintos con algunos aspectos en común: Orlando, Anfitrión y el tema
del doble propiamente dicho.
Tomando como referencia la novela de Virginia Woolf, un único
individuo existe en dos o más mundos. Al pasar de uno a otro,
experimenta cambios (como puede ser de hombre a mujer). Para crear ese universo de ficción múltiple se necesita que se cumplan, al menos, dos condiciones:
- Que haya fronteras interiores en esos mundos, como
sucede en la novela de Woolf, donde las fronteras son los saltos en el
tiempo narrado, que transportan a Orlando desde la Inglaterra de Isabel
II a 1928. Otro caso es el relato de O. Henry, Los caminos del destino,
de 1903, donde las fronteras son las muertes del protagonista David
Mignot desde la encrucijada del camino en los mundos alternos. La
metamorfosis de Kafka no sería un caso del tema Orlando, ya que no
existen fronteras marcadas en el relato, sino de mundo híbrido.
- Debe ser conservada la identidad personal en los
movimientos que se producen a través de las fronteras entre los mundos,
lo que ocurre en Orlando (a pesar de transformarse en una mujer,
continúa con la marca identificativa de su nombre), pero también con el
personaje de O. Henry (además de conservar su nombre, mantiene elementos
en común, aunque se encuentre en mundos diferentes).
El tema Anfitrión tiene su origen en la obra de Plauto, y se refiere a
dos individuos con diferentes identidades personales, pero con la misma
forma en sus propiedades esenciales, y que coexisten en el mismo mundo
ficcional. En la temática selectiva se habla de “Doppelgänger” o el caso
de los gemelos idéntico. La identidad no tiene por qué ser absoluta,
sólo que exista similitud física y de comportamiento, lo que dificulta
la identificación.
En Los elixires del diablo, de ETA Hoffman (1815/16), Medardo es
perseguido por un “doble” que en ocasiones es corpóreo, pero otras veces
se asemeja a una parte de su propia psique. Hoffmann llegó a tener un
profundo conocimiento del mundo de la esquizofrenia debido a sus visitas
a los manicomios; su propio estado mental llegó a ser confuso durante
la redacción de la primera parte de la obra, que tuvo para él un efecto
terapéutico. La restricción de la modalidad narrativa es de tipo
epistémico, ya que únicamente se produce en la mente de los habitantes
del mundo de ficción.
En el tema del doble propiamente dicho, existen dos encarnaciones de
un único individuo, lo que precisa de una manipulación plena de los
rasgos semánticos de compatibilidad e identidad personal, pues el mismo
individuo aparece en dos manifestaciones alternas, casi siempre como dos
personajes de ficción. Los seres duplicados pueden coexistir en el
mismo cronotopo, como El doble de Dostoyevski, del año 1846, o ser
excluyentes, como en la historia de Stevenson El extraño caso del Dr.
Jeckyll y Mr. Hyde, del año 1886; en esta última novela las
encarnaciones del doble no pueden encontrarse, algo que sí ocurre en la
primera.
La novela corta de Dostoyevski describe el caso de un funcionario,
Goliadkin, que es rechazado en una comida ofrecida por su jefe para
celebrar el cumpleaños de su hija. A partir de ese momento su
personalidad se divide y enfrenta la lucha interna que mantiene un
(súper) Goliadkin con la realidad. Lo esencial es que los dobles viven
en el mismo mundo porque comparten el grupo de individuos compatibles e
interactúan con el conjunto de agentes secundarios que se mueven
alrededor.
¿Y tú, lector, te has encontrado con tu doble alguna vez?
(En homenaje a Santos Alonso, maestro y amigo, y de nuestras muchas conversaciones sobre la ficción y la realidad)
(Publicado en el Diario Progresista el 2 de noviembre de 2012)
uy, que miedo
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