sábado, 30 de septiembre de 2023

"Los buenos lectores".

A un libro le hacen "bueno" los buenos lectores, y también sé que un libro es una metáfora, una forma de movernos, de trasladarnos, por ejemplo a Kenia. La luna de esta noche ha sido hermosa, muy hermosa y generosa. Me tomo el primer café de la mañana y leo estas palabras sobre mi último libro, "El hombre que se parecía a Al Pacino":
"Alguna vez le he dicho a Justo Sotelo que era un hombre del Renacimiento y este libro lo demuestra. Clasifica los relatos en las estaciones del año empezando por el verano y yendo hacia atrás, verano, primavera, invierno y otoño. Los subtitula "Cuentos del primer café". Más que un café es un apetitoso brunch en el que las golosinas son variadas e inagotables. 
 
Hombre de gran cultura (ignoro si Al Pacino la tiene), nos lleva a pasear por París, Berlín, Madrid y Venecia siempre con música. Así nos recuerda que la vida es bella si escuchamos a Vivaldi, Mahler, Rota o John Barry. También recorre las películas de su vida, una de ellas, "Memorias de África", que en algo recuerdan a las mías.
Hombre vitalista, nos transmite su amor por la literatura, los amigos, las tertulias.
 
Este libro es tan profundo y completo que no puedo resumirlo en un post. Hay que leerlo, dejarse llevar y finalmente disfrutar.
 
Enhorabuena Justo, un gran trabajo. Nos has invitado a muchos cafés ilustrados".
 
Doy las gracias a la autora de estas hermosas palabras, la médica y escritora italiana Matilde Tricarico, le tomo la mano, se la beso y le pregunto si se quiere subir conmigo en una avioneta para votar por África con la música de John Barry.
 
Espero que acepte:
 
Esta podría ser una de las bandas sonoras de mi vida.
 




 

"Cuatro rosas amarillas en mi camino".

Ayer me encontré con cuatro rosas amarillas en una de las paredes de mi Facultad, y en seguida pensé en los siete cuentos de Carver que conforman "Tres rosas amarillas" y en el libro de relatos que me ha enviado el escritor y librero Ovidio Parades (Oviedo, 1971) y que estuve leyendo la otra tarde, "Carver y el metro de Berlín" (2022). Tras estar dos horas con mis alumnos hablando de la vida, saludé de nuevo a las rosas, me hice la foto y pensé en el libro de Parades. Y me di una vuelta por las calles de Madrid mientras me decía que "Volver", el primero de los 18 relatos del libro, llevaba a la nostalgia al chico del autobús de Berlín y a aquella muchacha que se llama Leonor, que es como caminar en busca de algunas certezas en "La mujer de la playa" y "Sombras" que cada cual deja atrás y que de alguna manera nos persiguen (¿qué es la verdad, qué la mentira?), como sucede hasta llegar al "Fin de trayecto" con una prosa dulce y sencilla, melancólica, limpia, pensada, que se lee con agrado, como si escuchara un bolero que me recordaba algo de la atmósfera de estos relatos tristes y bellos y que paseaba conmigo por el centro de Madrid gracias a unos pequeños cascos:

¿Quién ha dicho que la vida no es bella cuando me regalan buenos libros, buenos alumnos, buena música y cuatro rosas amarillas?
 



 

jueves, 28 de septiembre de 2023

"Somos gente".

No quiero que se acabe el mes de septiembre sin hablar de una de las películas de mi vida. El pasado 6 de este mes se cumplieron los 25 años de la muerte de Akira Kurosawa, el director japonés al que siempre agradeceré que rodara "Dersu Uzala" (1975), que he vuelto a ver, con su bella defensa del animismo y la naturaleza. Casi todos mis libros, los científicos y los literarios, tienen algo de él. Cuando un soldado, después de pasar una fuerte lluvia y que salga el Sol, pregunta a Dersu, el cazador, si sabe qué es, le responde: "Y quién no lo sabe, el Sol es nuestro padre, pero a veces nos portamos mal y llora"; y al anochecer, cuando el Sol se pone, comenta a Artemiev: "Capitán, el Sol es gente, gente importante. Si el Sol muere, todos mueren." Y luego añade: "El fuego es gente. Mira el agua, también es gente. El agua está viva. El fuego es gente fuerte, el fuego se enfada y cuando se enfada el agua también da miedo, y el viento cuando se enfada. El viento, el agua y el fuego cuando se enfadan son gente muy fuerte".
El que no la haya visto es un afortunado porque tiene la suerte de verla por primera vez, como la escena de la tormenta, una de las más hermosas de la película, una de las más bellas de la historia del cine:
 
Un miércoles por la tarde se pueden hacer muchas cosas en esta hermosa España nuestra, y una es llenarte de belleza y sentirte parte del mundo, desde Japón y Rusia hasta España y África. Desde Islandia a la Tierra del Fuego, en un viaje a través de nuestra piel de seres humanos.
 

 

miércoles, 27 de septiembre de 2023

"Y también me gusta que me lean los menos jóvenes".

 

Mi cura vasco favorito, Javier Ruiz de Arcaute, ya se está leyendo mi último libro. Javier es una de las personas más buenas que he conocido en mi vida. Ese que dice de mí que soy un "santo laico" y me lleva acompañando más de 30 años por este camino desde que nos encontramos en la Universidad San Pablo. Me ha dicho que le gusta que cada relato ocupe una página o dos, como mucho, y así no se le cansará la vista con sus 88 años a cuestas. Ya se ha leído algunos y piensa utilizarlos para las homilías de sus próximas misas con esas feligresas de casi 100 años que se emocionan cuando se pone a cantar, con esa voz de barítono que Dios le ha dado. Como el relato que dedico a la "Epístola a los Corintios", donde aparece él citado, o el primero del libro donde digo porqué amo la vida. Es algo que digo a lo largo de sus más de 300 páginas, continuamente, a la menor oportunidad, con cada respiración y latido, con mi amor a la literatura, al cine, a la música, a la filosofía, a la ética, al bien común y a los bombones que me regalan mis alumnas al terminar el curso cada año.

Vuelvo a mirar la foto que me ha enviado Javier mientras escribo y me reafirmo en una de las ideas esenciales de este libro. "Escribo porque quiero que me quieran, pero sobre todo porque quiero querer".
Y para escuchar músicas como esta:
 
Siempre he querido querer a Javier. Siempre he sabido que él me quiere. 
 
¿Se escribe para otra cosa?
 

 
 
 

martes, 26 de septiembre de 2023

"Me gusta que me lean los jóvenes".

Como digo siempre a todo el que me quiere escuchar, y se lo digo a mis alumnos, el "futuro" de la literatura está en los jóvenes. Ahora leen de una manera muy distinta a como lo hacíamos nosotros a su edad y los escritores deberíamos escribir también de otra forma; ya no estamos en el siglo de Balzac y Galdós ni en el siglo de Borges y Cortázar. Aun así hay que continuar sembrando semillas entre ellos. Por eso es un placer que Alejandro Cabañes, el mejor amigo de mi hijo, que acaba de terminar su carrera en la Escuela Superior de Diseño de Madrid, tenga "El hombre que se parecía a Al Pacino" en las manos y me enviara estas tres fotos. Es una persona sensible e inteligente así que le dije por Wasap que espero sus comentarios, lo que me permitirá continuar aprendiendo de los jóvenes. Y ahora me toca escribir la novela en la que llevo pensando diez años, tras este libro con 200 cuentos o relatos cortos que configuran un "ensayo posmoderno" como ha calificado la editorial catalana mi libro o una especie de "flujo de conciencia" de un instante, como me comentó José Manuel Suárez, editor y poeta que piensa escribir una reseña del texto después de haberlo pensado y repensado el tiempo que haga falta, me ha dicho.

Tan solo pido una cosa a los que lean este libro, y no es otra que lo hagan lentamente. Ya sé que vivimos en la época de las prisas y de lo efímero, pero eso no quita para detener el tiempo varias horas o varios días o varias semanas o varios meses (como he pretendido yo escribiéndolo y "espacializando el tiempo") y extraigan el mundo que he incluido en él o, como dijo el otro día Chema Menéndez, uno de sus primeros lectores, un mundo donde "lo cuento todo".
 
Amigos, espero que encontréis en el libro al "unicornio azul":
 

lunes, 25 de septiembre de 2023

"La poesía del primer domingo de otoño".

Cada ser humano escoge su lugar en el mundo y su manera de caminar por él. Este escritor se queda con la poesía de un poema, de una música, de la Naturaleza.

De Garcilaso:
 
"Contigo, mano a mano
busquemos otros prados y otros ríos,
otros valles floridos y sombríos,
donde descanse, y siempre pueda verte
ante los ojos míos,
sin miedo y sobresalto de perderte".
 
(Fragmento de la Égloga I).
 
De Chaikovski y una de sus "estaciones" para piano:
 
Del rumor del agua de un riachuelo bajo un puente.
 

 
 
 

"Del amor líquido en las novelas de Justo Sotelo", hoy ya en las librerías.

Tras su puesta de largo en la "Feria del Libro" del pasado mes de junio en El Retiro, el libro sale oficialmente hoy. Y lo primero que hace Patrick Toumba, que es doctor en literatura española por la Universidad Complutense de Madrid y profesor de la Universidad de Yaundé, Camerún, donde nació en 1977, es dedicar su ensayo a "los que aman la literatura". Después de un hermoso prólogo del catedrático Javier Del Prado, analiza las relaciones sentimentales de los protagonistas de mis obras de ficción en un mundo globalizado y posmoderno como el actual, dentro de una narrativa donde los universos real y de ficción se superponen continuamente, como si fueran paralelos.
 
Antes de ayer por la mañana hablé casi una hora por teléfono con el editor de Bartleby, Pepo Paz, que me dio estos datos, por si algún amigo quiere hacerse con el libro y conocer mejor mis novelas y a mí, ya que a un escritor se lo conoce por sus libros. En el link aparecen igualmente mis otros libros publicados por esta editorial, "Entrevías mon amour" (2009), "Cuentos de los viernes" (2015) y "Cuentos de los otros" (2017): 
 
 
En la fotografía de antes de ayer por la tarde me estaba tomando en la calle Princesa, al lado de mi casa, y después de ver una película en los cines Princesa de un director italiano que me gusta mucho y de la que hablaré en otro momento (por cierto, en la cola me encontré a la estupenda escritora María Tena, que estuvo invitada antes de la pandemia en mi tertulia), un "llaollao", un yogurt con "toppings" de piña, uva y melón, a la salud de Patrick y de sus alumnos, algunos de los cuales me siguen desde Camerún a través de esta red social. Y no me olvido de la música. ¿Qué haría sin música? Pues escuchar esta, por ejemplo, que va mucho con mi forma de ser, como sabe bien el profesor Toumba después de estudiar mis libros durante 10 años:
 
Mira que son hermosos los domingos, bueno, y todos los días.
 
 

 


sábado, 23 de septiembre de 2023

"Escritor madrileño un viernes por la tarde en la Complutense a la espera del otoño y anocheciendo".

Ten cuidado, Justo Sotelo, sabes que las mujeres nos enamoramos a través de la admiración. Imagínate la legión de señoras detrás de ti, escribió ayer por la tarde la modelo y pintora Ana Ráez en el post de Instagram que dediqué al centenario del nacimiento de Nadine Gordimer, la escritora sudafricana que recibió el Nobel y tanto luchó contra el apartheid y a favor de los derechos de los negros, es decir, de los derechos humanos.

Me apetece mencionar hoy a Ana porque ha vuelto por este medio después de su ausencia de varios años; en su día estuve en algunas de sus exposiciones. Al hilo de sus palabras pienso que la mujer se "fija" en la voz y el olor del hombre, y es importante la admiración que siente hacia él (en el caso de los homosexuales es parecido), mientras que el hombre es más superficial, y suele prestar atención al físico y al hecho de que ella sea más joven, o mucho más joven, para ocultar de esa forma sus "canas", su envejecimiento y su papel de eterno macho alfa.
 
En fin, yo hablando de estas cosas como si fuera un experto y eso que nunca me he dedicado a ligar. Lo que me gusta es escuchar música. 
 
Y hoy a Vivaldi y su otoño, claro:
 



viernes, 22 de septiembre de 2023

"Cuando definiste el amor para mí".

"Vivimos juntos, imprescindiblemente también en lo físico y a través de lo físico, la mayor experiencia espiritual a disposición del ser humano, el Amor. Y desde entonces los dioses nunca nos liberarán de esta necesidad de sublimidad insoportable".
 
La música solo puede ser esta, la más hermosa muerte de amor de la historia del arte:
 
(El cartel es de una representación de "Tristán e Isolda").
 
¿Cómo no voy a ser un hombre feliz cuando me dicen estas cosas y suena esta música, la primera música que me compré en disco con las primeras clases particulares que impartí de adolescente? 
 
Hoy termina el verano, hoy sigue la belleza de la vida.
 

 

jueves, 21 de septiembre de 2023

"Un paseo por la obra de Nadine Gordimer en su centenario".

Ayer por la tarde me di una vuelta por el hall de Filosofía y Letras de la Complutense, donde todavía se encuentra una exposición sobre esta escritora judía sudafricana, que murió el año 2014 y recibió el Nobel en 1991. Sus novelas siempre me han interesado, dentro de la literatura poscolonial. Fue una activista por la igualdad social en Sudáfrica y de alguna forma es un antecedente de otro Nobel que he leído bastante, J. M. Coetzee, marcados por el apartheid. Hace unos años me di otro paseo, por la biblioteca Nelson Mandela de la Universidad de Lancaster, al norte de Inglaterra; Mandela fue gran amigo de Gordimer. Allí empecé a entender estas historias sobre el "yoísmo" o "nuestroísmo" de amor, política y tensiones de la vida sudafricana. "Los días tranquilos" es la primera novela de Gordimer, que sirvió para que se la llamara la Jane Austen de Johannesburgo. En su día leí "El conservador" y me gustó mucho, con una especie de "realismo romántico".
 
Dejo por aquí un cuento leído y una entrevista a la escritora:
 
Leer, leer para que se despierten el conocimiento del mundo y la escritura.
 



 

miércoles, 20 de septiembre de 2023

"El día que pasas sin amar es el más inútil de tu vida".

Ayer recibí los ejemplares de la editorial con mi último libro, y por la tarde me hice esta fotografía con el poeta persa Omar Kayam que se encuentra en el jardín de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense. Mientras esperaba a que saliera mi hijo de su clase de Filosofía, estuve hablando con el poeta, matemático y astrónomo (1048-1131), de la actual Irán, y me volvió a repetir una frase que me gusta mucho: "El día que pasas sin amar es el más inútil de tu vida".
 
Luego, volviendo a casa, sonaba la música de una película sufí, por tierras de Túnez e Irán:
 

martes, 19 de septiembre de 2023

"Desfilando por Madrid".

A lo largo de mi vida he vivido varias vidas y la verdad es que me he divertido bastante en todas. Una de ellas me llevó a meterme en la "Pasarela Cibeles" cuando se creó en 1985 en la Plaza de Colón de Madrid, invitado por Concha, una licenciada en Arte que colaboraba en varios periódicos y revistas de la época. Yo era joven, pero me gustaba curiosear en todas partes. El otro día atravesé decidido el cartel de la primera fotografía de la calle Princesa y llegué por unos pasadizos secretos que solo conocemos los escritores hasta la vieja "Pasarela Cibeles" que desde hace varios años se llama "Mercedes-Benz Fashion Week Madrid", la gran pasarela de la Moda española que se celebra dos veces al año en IFEMA y por diferentes lugares de Madrid. Sus desfiles incluyen la presentación de colecciones de los mejores diseñadores de cada momento, tanto consagrados en su programa general, como jóvenes talentos en la pasarela Allianz EGO. Y lo que observo es que cada vez hay menos diferencias entre la ropa de hombre y la de mujer, un aspecto que entraña aspectos culturales y de educación, como también pongo de manifiesto en varios cuentos de mi último libro, "Un hombre que se parecía a Al Pacino". La sociedad todavía no lo ha asimilado, pero estoy seguro de que se verá en las próximas generaciones.

Algunos lectores me preguntaron por qué dediqué tanto espacio a la moda en mi última novela, "Poeta en Madrid", y esta es una de las razones, cuando de joven me iba a Llongueras de Claudio Coello a que me cortaran el pelo y me ponía trajes vanguardistas del Adolfo Domínguez de Serrano o ropa más informal de Lurdes Bergada en Madrid y Barcelona.
 
Supongo que me hice escritor porque no me quedaba más remedio que contar estas cosas, ah, y para ser Fred Astaire en una de mis películas favoritas y bailar con Audrey Hepburn en un parque de París, adonde llevaban a esta bibliotecaria e intelectual de Nueva York para convertirla en modelo. Nunca he visto a Audrey más guapa que en este desfile de modas:
 
El baile final lo conté en un cuento:
 
Y ahora me voy a clase cantando bajo la lluvia, aunque no llueva esta mañana en Madrid.
 




 

lunes, 18 de septiembre de 2023

"Pacino ya está en manos de la médica y escritora italiana Matilde Tricarico".

Matilde y yo nos conocemos y apreciamos desde hace varios años, y viene a la tertulia cuando puede. Ese aprecio también existe entre ella y Almudena Mestre. La semana pasada quedaron ellas dos en una cafetería de la calle Orense y Matilde me envió la primera foto. La segunda es de una presentación en el Planetario de Madrid, y la tercera nos la sacó Matilde antes del verano en la presentación del último libro de Emma Prieto. Cuando Matilde leyó mi última novela dijo una frase que me gustó debido a sus resonancias semánticas:
 
"Tu Poeta en Madrid me recuerda 8 1/2 de Fellini".
 
Tras leer estas palabras volví a ver la película. Y ahora reproduzco lo que escribí en ese momento. 
 
"Y se me ocurrió la idea de escribir yo mismo una especie de "auto reseña" a partir de las palabras de Matilde. ¿Quién no ha visto esta película alguna vez?, me pregunté. ¿Qué creador no ha pensado en ella cuando está escribiendo? Recuerdo que un profesor nos la explicó en el colegio después de que la pusieran en la tele, y desde entonces viene en muchas ocasiones a mi cabeza. Al personaje de Mastroianni /Fellini no le gusta la realidad y toda la película la llena de fantasía, que es la propia realidad del cine de Fellini. Lo lúdico es su manera de superar la confusión de esta vida. Nos encontramos ante un monólogo lírico donde se mezclan la verdad, la realidad, los sueños, los recuerdos y la fantasía. La idea es expresar la confusión del mundo mental del personaje interpretado por Mastroianni y para conseguirlo la cámara de Fellini se mete literalmente en su interior, como supongo que Matilde habrá visto con mi personaje de Gabriel Relham. Y así se avanza por la mente del director de cine como se avanza por la mente de mi escritor madrileño a la hora de ver sus fobias, manías, obsesiones y sueños. Si Fellini no se conformó con hacer cine, y también quiso ser "el cine", quizá Matilde haya querido decir que yo también he querido ser "la literatura" con mi poeta en Madrid. Después de todo, como dijo Proust, cada lector cuando lee se convierte en el propio lector de sí mismo. Además, la vida es una fiesta y los seres que nos rodean merecen nuestro cuidado, respeto y absoluta devoción".
 
Y ahora me marcho caminando a la Universidad atrapado por el mundo creativo de Fellini y la música de Nino Rota:
 
Espero que este "hombre que se parece a Al Pacino" dé lugar a otra frase de Matilde al menos tan cinematográfica. Siempre he pensado que ser escritor no es vender millones de ejemplares, salir en la tele y hacerte rico. Para eso jugaría a la lotería (algo que no he hecho en mi vida) o haría la pelota a las personas adecuadas para que me regalaran premios, subvenciones y esas cosas. Para mí ser escritor, entre otras cosas, es poder permitirte tener lectores inteligentes con los que dialogar durante unas horas entre las páginas de un libro.
 



 

domingo, 17 de septiembre de 2023

"Quijote con gatita y molino".

Hoy don Quijote seguiría luchando contra los mismos enemigos que encontraba por los caminos de La Mancha en el siglo XVII, contra los poderosos del tipo que fuera, económicos, políticos y culturales, y a favor de los marginados de la sociedad. Contra los ladrones de cualquier condición y las instituciones injustas e intervencionistas, y a favor de la libertad de género, de raza y de religión. Hoy seguiría subiéndose en Clavileño para rescatar a las mujeres mantratadas de todo el mundo; hoy don Quijote continuaría enamorado de Dulcinea. Hoy don Quijote volvería a criticar la mala literatura que llena las pocas librerías que van quedando y los programas de televisión. No dejaría títere con cabeza de esos programas de "telebasura", de los "influencers" semi analfabetos de las redes sociales y seguramente escucharía obras como la sinfonía de Hans Rott, que tanto influyó en Mahler, y que yo escuché ayer hasta tres veces por los caminos de La Mancha.

Ni don Quijote ni yo podremos dejar de ser nunca dos románticos empedernidos:
 

sábado, 16 de septiembre de 2023

"Bach y Pacino están en Tenerife".

Hace unos días mi amigo y tertuliano Chema Menéndez me envió esta foto desde Tenerife. Lo primero que pensé fue en su casa, en la que estuve hace poco, en una isla con sus bosques oscurecidos por las llamas, a pesar de que nunca perderá su belleza, su propia naturaleza salvaje y volcánica, ni la sensación de que viajas a otra época, al origen de la humanidad cuando paseas por los barrancos de Anaga y Masca o por el Teide. El paisaje lunar del Teide nos une a todos los que nos sumergios íntimamente en él como si fuera una especie de cordón umbilical. Algo similar a lo que me sucede con Bach. Este músico siempre me ha mirado desde lo alto, observando cómo me zambullía en la música romántica a través de Beethoven y aquella vez primera en la que escuché con 11 o 12 años el segundo movimiento del Segundo concierto de piano y seguí con Schubert, Schumann, Berlioz, Mendelssohn, Liszt, Verdi, Chaikovski, Dvorak, Brahms, Sibelius, Wagner, Puccini, Mahler (con 15 o 16 años llegué hasta él y ya me quedé en su música, en la Novena sinfonía que el compositor no llegó a escuchar y se estrenó gracias al esfuerzo de su viuda, Alma Mahler, como recoge la película sobre ella que vi el otro día en el cine) y no me olvidé de Bruckner, Shönberg, Weber, Berg, Bartók, Rachmaninov, Prokofiev, Shostakovich. 
 
Y ahí continúa Bach, observándome junto a Dios:
 
Todo esto se encuentra en el libro que Chema tiene ahora en las manos, una de mis formas de ver el mundo (las otras fotos las saqué el mes pasado en Masca, el Botánico del Puerto de la Cruz y el Teide).
 

 




viernes, 15 de septiembre de 2023

"Un escritor en un cuento de hadas".

Ayer anochecía sobre la Ciudad Universitaria y alguien me echó un hechizo y así me salieron enormes orejas, flores en el pelo, gafas de colores, mariquitas, bigotes y orejas de gato y más cosas curiosas. Yo tan solo quería sacar unas fotos del romántico atardecer en la Facultad de Filología de la Complutense y de pronto me vi dentro de un cuento de hadas. La verdad es que siempre me han gustado los cuentos y desde pequeño mi madre solía decir que yo tenía mucho cuento. Un profesor amigo mío impartía una conferencia sobre los seres extraordinarios de la literatura universal y en cierto momento me puse a pensar en lo "imposible verosímil" algo de lo que ya nos habló Aristóteles en su día; prefería esto a lo "posible inverosímil". Las leyes de la creación pertenecen al mundo ficcional construido, no al mundo real en el que vivimos, ni siquiera de forma metafórica. Son mundos posibles (en la imaginación) paralelos al nuestro. Su significado debe ser específicamente literario y por eso mismo no tiene sentido aplicarles las leyes de la física o de las matemáticas ya que no tienen por qué cumplirse.
 
Siempre me he preguntado por qué los seres humanos somos tan serios, y por qué yo no sabría bailar como Fred Astaire. Si hubiera sido así me iría bailando a Río mientras me tomo el primer café de esta deliciosa mañana:
 

jueves, 14 de septiembre de 2023

"Besos y aplausos".

Ayer el médico poeta Luis Miguel Malo Macaya recordó en su muro estas palabras que escribí en un post del año pasado, y buscó por alguna parte esta fotografía que me saqué hace mucho tiempo en el Parque San Francisco de Oviedo:
 
"Me los han dado de lado, inclinados, directos, bajo presión. Me han dado besos superiores, de broche, palpitantes, de contacto, besos para encender la llama, para distraer, besos nominales. Y besos con las pestañas, con un dedo, con dos dedos, besos que despiertan y demuestran. Besos del recuerdo, transferidos, lacrimosos, viajeros, al pecho y besos sin reloj, muchos besos".
 
A la misma hora, más o menos, me aplaudían los alumnos al acabar de darles 7 horas seguidas en un máster. Realmente terminé para el arrastre, pero no me quejé, ni ayer (me fui a los Alpes, en Moncloa, a tomarme un batido de yogourt que está muy rico) ni hoy mientras me tomo el primer café. A lo largo de la clase les hablé de muchas cosas, entre ellas de la belleza de esta vida, de mis contradicciones como ser humano y de mis muchas imperfecciones, de la búsqueda de la verdad y de ese afán que nos debería guiar a todos para vivir una vida armónica, equilibrada y feliz. 
 
Aunque pase el tiempo la vida no es más que una historia de amor: