miércoles, 27 de septiembre de 2023

"Y también me gusta que me lean los menos jóvenes".

 

Mi cura vasco favorito, Javier Ruiz de Arcaute, ya se está leyendo mi último libro. Javier es una de las personas más buenas que he conocido en mi vida. Ese que dice de mí que soy un "santo laico" y me lleva acompañando más de 30 años por este camino desde que nos encontramos en la Universidad San Pablo. Me ha dicho que le gusta que cada relato ocupe una página o dos, como mucho, y así no se le cansará la vista con sus 88 años a cuestas. Ya se ha leído algunos y piensa utilizarlos para las homilías de sus próximas misas con esas feligresas de casi 100 años que se emocionan cuando se pone a cantar, con esa voz de barítono que Dios le ha dado. Como el relato que dedico a la "Epístola a los Corintios", donde aparece él citado, o el primero del libro donde digo porqué amo la vida. Es algo que digo a lo largo de sus más de 300 páginas, continuamente, a la menor oportunidad, con cada respiración y latido, con mi amor a la literatura, al cine, a la música, a la filosofía, a la ética, al bien común y a los bombones que me regalan mis alumnas al terminar el curso cada año.

Vuelvo a mirar la foto que me ha enviado Javier mientras escribo y me reafirmo en una de las ideas esenciales de este libro. "Escribo porque quiero que me quieran, pero sobre todo porque quiero querer".
Y para escuchar músicas como esta:
 
Siempre he querido querer a Javier. Siempre he sabido que él me quiere. 
 
¿Se escribe para otra cosa?
 

 
 
 

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