sábado, 27 de abril de 2024

"El poder seductor de los libros y del canto de los pájaros. O cómo vivir dos veces".


 
Y me fui a la Universidad de Lleida a dar dos besos a la catedrática de literatura Angels Santa Bañeres, que presentó "Un hombre que se parecía a Al Pacino" -en la colección que dirige y se llama "El fil d´Ariadna"-, junto a la editora y el vicerrector de cultura, coeditor del libro. Y di más besos, a Carmen Figuerola que es la secretaria del departamento de Letras y antes fue decana y vicerrectora, a la editora Eulalia Pagés y hasta estuve a punto de dar dos besos más a Joan Busqueta, el vicerrector de cultura, que se ha leído el libro de cabo a rabo y lo puso por las nubes. La encantadora Àngels también lo ha leído y dijo que lo había hecho con tanta pasión que casi se había convertido en mi amante. En la primera foto estoy en la puerta de la Facultad de Letras, lugar donde se presentó el libro, y comparto un breve video de la presentación con Justo Junior en primer plano, con personas que la seguían "on line", otra fotografía con los asistentes en el claustro de la Universidad y otra foto más durante el paseo que me di por Lleida, delante de la Seu Vella del siglo XIII. Para mí vivir es lo primero, y después escribirlo, con lo que vivo dos veces.

La verdad es que me gusta besar al pueblo catalán, sobre todo a las mujeres catalanas, y luego escuchar El Cant Dels Ocells:
 

jueves, 25 de abril de 2024

"Una nueva reseña de mi último libro, esta vez en catalán".


 
Ayer estaba cortándome el pelo con mi peluquero favorito cuando mi hijo me envió por Wasap esta foto con un articulo de prensa de Ángels Santa Bañeres publicado el Día del Libro sobre "Un hombre que se parecía a Al Pacino" (Luis, mi peluquero, es precisamente de los que siempre me ha comparado con Al Pacino, y a él le dedico uno de los relatos). En la reseña Ángels comenta que "es una obra singular, plena de evocaciones, de recuerdos y sugerencias". Acto seguido evoca a Proust y su magdalena a la hora de tomarme el primer café de cada día. 
 
Esta es la reseña completa en castellano:
 
"El último volumen del escritor Justo Sotelo es una obra singular, llena de evocaciones, de recuerdos y sugerencias. Una obra hecha de fragmentos, de microrrelatos que nacen mientras el autor toma una taza de café como Proust tomaba su tila acompañada de una magdalena. Del aroma del café, de su sabor amargo, de su calor afloran los recuerdos y sensaciones. La memoria afectiva estalla y el escritor capta sus emisiones traduciéndolas en palabras que descubren por nosotros todo un mundo, toda una vida, la de un hombre que se parece, como dice el título, a Al Pacino. A Justo Sotelo le gusta jugar con las comparaciones, lo hace con facilidad, con elegancia. Estas comparaciones manifiestan el carácter del escritor. Un hombre sensible, enamorado de la vida, enamorado del amor y sobre todo enamorado de la escritura. La escritura que es para él una manera de vivir, una manera de disfrutar de la existencia, una manera de decirle al otro que le ama ofreciéndole la creación como el más exquisito regalo. Pero la literatura que emerge del café matinal no va sola, le acompañan la filosofía, el cine, la música, el arte, o mejor las artes, todas las artes en general. Un panorama impresionante desfila ante nuestros ojos. Un panorama que tiene un espacio privilegiado: la ciudad de Madrid. Un Madrid donde la mezcla de arte y de cotidianidad se pone de manifiesto en cada uno de los fragmentos que constituyen el libro: Casa de Campo, Retiro, Gran Vía, Atocha, Plaza de Colón, Moncloa y tantos otros sitios que viven entre las páginas como Manhattan en Madrid. Tenemos presente siempre un referente mítico: el París artístico y bohemio, el París de nuestros sueños. En el prólogo Sotelo nos dice: “Sabemos que el cine inventó la ciudad de París y antes lo hicieron los pintores y los bohemios”. El artista es el inventor de la vida con su creación y, como pensaba Flaubert, la creación es vida. En el espacio corresponde el tiempo. El tiempo se divide en cuatro estaciones: Verano, Primavera, Invierno y Otoño, en una particular división del autor. Cada estación le aporta su encanto y sus particularidades y marca el paso del tiempo con escenas de la vida diaria iluminadas por el recuerdo, por las lecturas, la amistad y el amor. "El filo de la navaja" es su película de referencia, evocada al principio del libro (la ilustración es ya un fotograma). Con su bagaje, todo lo que Larry Darrell posee para aceptar el destino y derrotar a los problemas que le presenta la existencia: su afán de conocimiento y su bondad, afronta el recorrido por el itinerario creativo. Emprende este camino porque se siente en armonía con el mundo y le acompaña la música de Mahler, músico icónico que siempre está a su lado, y porque han existido personas como Homero, Dante, Shakespeare, Kant, Goethe, Nietzsche o Bach, Mozart, Beethoven, Wagner y Tarkovski y también Bergman, Ford, Hitchcock, Rohmer, Erice y Allen. Todos ellos han contribuido a su talante, todos ellos le han dado razones para ser libre y dedicarse a la creación. Los temas son diferentes y atractivos: Balbín y La Clave, "El hombre de moda" de Fernando Méndez-Leite, "Zorba el Griego" de Nikos Kazantzakis con música de Theodorakis, Anouk Aimée y Alfonso Sánchez, Cyrano de Bergerac, Ingmar Bergman, "Casablanca" y Rick Blaine , Galdós y Pardo Bazán, "Carta a una desconocida" de Stefan Zweig, Pedro Iturralde y "Las hojas muertas", "La Gaviota" de Chéjov o Mahler y Bernstein entre muchos otros. Todos ellos son partes de la biografía de Justo Sotelo, porque él sólo trata lo que de manera directa o indirecta tiene relación con él y su forma de ver la vida y su complejidad. Libro, el suyo, lleno de experiencias vitales, lleno de amor y de gozo, de enseñanzas y de reflexiones. Libro para ser leído con calma, a ratos, para gozarlo, para meditarlo, para aprender el sentido de la felicidad y del bienestar. Libro del amigo y del amante".
 
Esta es la versión digital, en catalán, del artículo:
 
Mañana estaré en Lleida con ella y así los dos estaremos en París, una ciudad en la que Ángels pasa largas temporadas cada año y en donde yo siempre he sido muy feliz. Y ya que cita a Pedro Iturralde porque lo cito yo en el libro y me gusta mucho el jazz y este se escucha muy bien en París, me voy a San Javier para escuchar "Las hojas muertas", tan parisinas:
 

miércoles, 24 de abril de 2024

"Bruno, el niño mexicano al que le gusta leer".

Ayer por la tarde planteé en nuestra tertulia "on line" de los martes la pregunta de si leemos lo que quieren las editoriales que leamos, o las Universidades o la RAE de turno o solo a los autores apoyados por los poderes políticos, económicos y culturales que interesan en cada momento y que terminan instalados en los lugares culturales más visibles, como el Cervantes, los ministerios o la Universidad. Ya he comentado alguna vez que me parece que España es uno de los países donde el "nepotismo" ha campado a sus anchas en todos los estamentos. Los premios importantes (desde el punto de vista mediático y económico) están siempre dados, y así sigue el círculo. Y esto ocurre con las noticias de las que se habla, los asuntos que llenan las horas de los telediarios, y ha sido siempre igual. En su día la RAE convirtió en canónica, en una época, la novela "La Dorotea", de Lope de Vega, y luego la sustituyó por el Quijote. ¿Y en un futuro próximo? ¿El Quijote volverá a desaparecer como le ocurrió durante un par de siglos? ¿Alguien recuerda a los autores que se leían en la España de los 50 o 60, o en siglos anteriores? ¿Y en los países de nuestro entorno? Teniendo en cuenta que los Nobel siempre me han parecido una bobada, como los Óscar en el cine, ¿realmente estamos manipulados para ver el cine y leer los libros que quieren los demás?

La charla resultó apasionante, como no podía ser de otra forma con los encantadores tertulianos, personas intelectuales y sensibles. En concreto ayer me conmovió la breve aparición de Bruno, un chaval de 10 años, alumno en el colegio de México donde Mariola Satorre ejerce como bibliotecaria (solo estuvieron un momento y luego ella siguió la tertulia desde su coche, cuando acabó su trabajo) que nos dijo que le gusta mucho leer, sobre todo historias de aventuras y fantásticas (no pongo la fotografía del niño por el derecho a la privacidad de los menores). Y yo siempre me digo lo mismo, a pesar de todas las manipulaciones de los poderosos de cada momento, incluso en el mundo cultural, mientras haya niños como Bruno la memoria de la humanidad no desaparecerá.

Igual que si existe música como esta:

https://www.youtube.com/watch?v=8vHL0UNCa1Q

 


 

martes, 23 de abril de 2024

"Nuestra tertulia en el Día del Libro".

Hace unos días Miguel Veyrat, uno de los grandes poetas vivos que tenemos en España (para el que escribí un ensayo), dijo de nuestra tertulia: "Gracias, Justo Sotelo, la tertulia que has construido suela a suela y lengua a lengua es una de las maravillas de esas que no suelen durar en nuestro país, pero a pesar de ser ya bien conocidos tus tertulianos voy a dejar que los lectores los descubran. Así, de variadas procedencias y conocimientos y temperamentos, citarlos a todos sería imposible. Muy pronto estaremos juntos de nuevo en torno al acantilado de mi "Vértigo" (Bartleby Editores, 2024), libro indispensable en toda mi obra. Un aplauso atronador para todos vosotros".
 
Las fotografías son de su última visita en el salón de Casa Manolo, hace justo un año. Miguel volverá el 7 del mes que viene, y ya lo comentaré. 
 
Mientras tanto continuamos con nuestras tertulias de cada martes, y hoy toca "on line". 
 
He propuesto a mis amigos tertulianos que intentemos responder a esta pregunta: ¿Qué leemos y por qué? Ahora, mientras me tomo el primer café de la mañana, y antes de irme a clase, voy a escuchar a Verdi brindando por Cervantes, Shakespeare, el Inca Garcilaso, Veyrat y todos mis amigos a los que os gusta leer.
 
Escuchemos al poeta:
 

lunes, 22 de abril de 2024

"Cómo seducir viajando en tren".

Este viernes me iré a Lleida a presentar "Un hombre que se parecía a Al Pacino". Hace dos o tres años la catedrática de literatura de la Universitat de Lleida Ángels Santa Bañeres me preguntó si quería escribir un libro hablando de cine y de literatura, de amor y filosofía. Me dijo que su Universidad lo publicaría junto a Pagés editors. Ella había comenzado a leer mis novelas y ya no se detuvo hasta leerlas todas.
 
Y por eso mismo el viernes me subiré al AVE en Atocha, para dar un par de besos a Ángels. 
 
Me gustan los trenes, desde que de pequeño viajaba para veranear en Murcia, en la Manga del Mar Menor, y en Valencia. Y también me gusta este AVE de ahora que va tan deprisa. En los trenes he vivido románticas historias, sobre todo en los coches cama, y divertidas, como cuando mi hijo de pequeño se subió encima de las piernas de Jesús de Polanco, que viajaba al lado rumbo a Sevilla; podía haber aprovechado para decirle que me publicara un artículo en EL PAÍS, que acababa de escribir, pero no lo hice. Y recuerdo el tren de una película, "Casino Royale", cuando 007 se enamora de Vesper, la que se convertirá en la mujer de su vida. Hace un tiempo estudié una asignatura de literatura y la joven, inteligente y hermosa profesora, que desde el primer día se fijó en mí o, mejor dicho, en el libro de Nietzsche que llevaba en la mano, nos habló de una escena de la película, de un ejemplo canónico de seducción entre un hombre y una mujer:
 
Además aquella profesora nos cantó un día, en clase, un aria de Hándel, ya que también era soprano:
 
¿Es bonita o no la vida de un escritor, al que le gustan Nietzsche y la ópera?
 

 

sábado, 20 de abril de 2024

"Hoy voy a meterme un poco conmigo".

Siempre digo que estoy cansado de que digan que soy el tipo más guapo que anda por las redes y por este país, e incluso que soy el mejor escritor. Así que hoy, mientras me tomo el primer café de esta mañana tan bonita y agradable de primavera, voy a meterme un poco conmigo o, mejor, voy a poner algunos ejemplos de los que se meten conmigo.
 
El otro día, cuando defendí a aquel maestro de la República al que asesinaron al empezar la guerra española, alguien escribió en este muro que yo era un egocéntrico y un narcisista, incluso más que Pedro Sánchez. Esta red social censuró el comentario y tan solo lo puedo ver yo.
 
Ayer me encontré un post escrito el día anterior por un lector que se llama Javier Divisa con una lista de 10 libros que no le gustaban, y entre ellos está el último que he escrito.
 
Por otra parte, la verdad es que llamarme feo no me lo han llamado nunca. Recuerdo que una vez estuve en un programa de Radio Nacional y antes de empezar alguien me alertó de que el director del programa llamaba feos a todos sus invitados. Lo curioso es que cuando me estaba entrevistando me llamó feo, pero luego me miró fijamente y dijo "bueno, un poquito feo".
 
Para compensar, esta semana mis alumnos me han dicho que soy un profesor 10, que siempre estoy alegre y que soy un "disfrutón" de la vida.
 
En fin, no somos nadie. Ya nos lo contó Sorrentino en la película "La gran belleza":
 
Y luego ponemos su música, claro, con "Las beatitudes" de Vladimir Martynov:
 

viernes, 19 de abril de 2024

"Historias de mujeres".

Una de las cosas interesantes que tiene mi ciudad es que vayas por donde vayas te encuentras un pedazo de la historia de España. Ayer por la tarde me fui a dar una vuelta entre clase y clase y me senté a escuchar a las palomas en la plaza de Guardias de Corps, junto al cuartel del Conde Duque. Y allí, a mí lado, estaba Clara Campoamor (1888-1972), una de las primeras abogadas españolas, diputada en las Cortes de la II República en el primer bienio y activa feminista que dedicó parte de su vida a la defensa de la libertad, la igualdad y a la reivindicación de los derechos de las mujeres. Y en el rato en el que estuve allí sentado vinieron a mi cabeza algunos nombres como María Zambrano, María Goyri, María de Maeztu, Rosa Chacel, María Lejárraga, María Teresa León, Isabel de Oyarzábal, María Blanchard, Josefina Carabias, Maruja Mallo, Ángeles Santos, Remedios Varo. Y pensé en mi madre, y en una nana que me decía que me cantaba cuando yo era pequeño y en las nanas que deben cantar las madres a sus hijos en cualquier lugar del mundo:
 

jueves, 18 de abril de 2024

"Asomándome al último libro de Javier de Prado".

"La luna se ha empeñado /en negarme su seno", me asegura la voz poética de "A la sombra del mar" (2023, Sapere Aude) y atrapa mi atención, para continuar llevándome en brazos de Góngora a una mañana de otoño en un despacho del edificio B de la Complutense, cuando la profesora Isabel Colón me pidió que analizara la "Fábula de Polifemo y Galatea", "ese gran seno blanco de Polifemo hembra /que amamanta los sueños /de los poetas niños, cuando duermen, /Infundiendo en sus mentes /la enfermedad extraña del anhelo (...) Y, ¿por qué digo esto? Porque necesito una literatura que me "rete", que me obligue a leer antes para aprender después, por ejemplo, a Ovidio y sus "Metamorfosis", un "poema" de 15 libros en el que se narran 250 historias que son la literatura entera. Resulta interesante comparar la versión de Ovidio con la de Góngora para comprender, a través de las diferencias, el sentido que Góngora quiso conferir a la suya. La acción transcurre en Sicilia. Allí vive el cíclope Polifemo, un gigante mostruoso y cruel con un solo ojo que se enamora de la ninfa Galatea, la cual a su vez está enamorada de un joven pastor llamado Acis. La historia nos la cuenta Galatea, que explica cómo el gigante se subió a lo alto de una roca con una flauta hecha con cien cañas y empezó a cantar ofreciéndose como esposo entre halagos, promesas y regalos. Al no ser correspondido corrió a buscar a los dos amantes y arrojó una gran roca sobre Acis. La ninfa pidió ayuda a los dioses y estos transformaron en agua la sangre que manaba de la roca. Acis quedó así convertido en un río. 
 
Y Góngora me dice:
 
"Ninfa, de Doris hija, la más bella,
Adora, que vio el reino de la espuma.
Galatea es su nombre, y dulce en ella
El terno Venus de sus Gracias suma.
Son una y otra luminosa estrella
Lucientes ojos de su blanca pluma:
Si roca de cristal no es de Neptuno,
Pavón de Venus es, cisne de Juno (...)"
 
Y Javier del Prado me dice:
 
"Aparece una sobre el Arca,
un gajo de afilado borde,
y dura unos minutos
su consistencia de leche cuajada;
antes de sumergirse,
moderna Casta Diva,
en el pozo escondido de la ría de Noia (...)
 
Y Bellini me dice:
 

miércoles, 17 de abril de 2024

"Una historia de amor con la literatura y con la vida".


 
El pequeño video de ayer por la tarde en Casa Manolo, en mi barrio de Argüelles, lleva una sorpresa, pero no quiero desvelarla antes de tiempo. Peter Redwhite nos habló de la biografía novelada que está escribiendo sobre Mark Knopfler, el líder de "Dire Straits" y eso dio lugar a una apasionada tertulia sobre cómo "vivir la vida" siendo un escritor, como hace Peter, aunque sea ingeniero y trabaje en una empresa tecnológica. Peter me cae muy bien por varios motivos y uno de ellos es porque vive la vida como siempre la he intentado vivir yo.
¿Qué otra cosa es la vida sino una historia de amor?
 
Siempre he visto la vida como una película o una novela, como una historia de amor de principio a fin, una especie de historia infinita de "Romeo y Julieta", como la que cantaba Mark Knopfler uniendo a Shakespeare con "West Side Story" y una historia de amor del rock moderno:
 
¿A qué mujer no le gustaría ser Julieta alguna vez y qué hombre no querría ser Romeo?
 

 

 
 

martes, 16 de abril de 2024

"Sultans of swing. A propósito de escribir biografías".

En la tertulia literaria de esta tarde, en Casa Manolo, calle Princesa 83, como siempre a las 18.30 h., debatiremos sobre las dificultades de escribir biografías. El escritor y tertuliano Peter Redwhite nos va a hablar sobre sus impresiones al respecto, para lo cual ha escrito lo siguiente:
 
"Unos meses atrás recibí una propuesta de mi editor, Javier Ortega, escribir con total libertad sobre la vida y obra de Mark Knopfler, de "Dire Straits", uno de los músicos más influyentes de la historia del rock. Por aquel entonces yo andaba en busca de desafíos literarios, por lo que acepté la tarea. Pensé que las únicas dificultades iban a ser cubrir ciertos huecos biográficos y la imposibilidad de acceder a Mark Knopfler, pero pronto me encontré con otras trabas mucho mayores a mi juicio. ¿Qué voz debía contar esta historia? ¿Hasta qué punto esta conocería el mundo narrado? ¿Cómo se estructura una vida? ¿Es posible hacer un retrato acabado de alguien en unos centenares de folios? Al final di con una voz autorizada para narrar, la de un fan ficticio que conoce a una chica inglesa en un concierto de Dire Straits en Usera en 1985, y con una estructura que alterna capítulos de una biografía más académica con otros en los que se cuenta la historia de amor de los dos fans de Dire Straits y nuevos episodios en los que el tiempo narrativo se detiene y se narran de forma dialogada varios hechos significativos de la vida de Knopfler. A pesar de llevar más de 120 folios y traducir con anterioridad la autobiografía de Elliott Murphy, cada vez que me siento a escribir sobre Knopfler tengo que esforzarme como nunca para meterme en la mente de mi narrador, y siento que el título de la obra de nuestro Javier del Prado "Fragmentos de una autobiografía imposible" no puede ser más acertado".
 
Hasta aquí las palabras de Peter, que se encuentra en el centro de la primera fotografía de hace un tiempo en el lugar de las tertulias de entonces, entre mi recordado Antonio Zaballos y yo, sobre Mark Knopfler y Dire Straits (en las otras fotografías), así que me tomo el primer café de esta hermosa mañana de primavera, antes de irme a clase, escuchando una emblemática canción de los 70 que habla de una banda de jazz que toca en un poco concurrido bar del sur de Londres, y cuyos músicos se despiden diciendo "we are the sultans of swing":
 
(Va por Antonio, allá donde se encuentre, con el que compartí más de media vida y cuya "biografía" escribí "viviéndola", paseando con él por Béjar, la sierra de Francia, las Hurdes, las Batuecas y Madrid, siempre por nuestro Madrid de las letras, mientras él dibujaba las portadas de mis novelas, salvo la última, pues ya había fallecido. En definitiva, paseando la vida y la literatura).
 



 

lunes, 15 de abril de 2024

"Cuando dialogan los cuadros en el Día Mundial del Arte".

Justo: En noviembre de 2019 la UNESCO proclamó el 15 de abril como Día Mundial del Arte ya que ese día nació Leonardo Da Vinci cerca de Florencia.
 
Figura: Y, ya ves, 572 años después la pintora asturiana Marga G. Eguidazu te pintó a ti. ¿Tú eres Justo Sotelo, verdad?
 
Justo: Eso dice mi partida de nacimiento en Madrid. Y tú una de las Figuras de Antonio Saura.
 
Figura: También dicen de ti que eres un poco coqueto.
 
Justo: No son más que leyendas urbanas, jeje.
 
Figura: ¿Por qué te gusta tanto el arte?
 
Justo: No sé vivir sin él, ni respirar. Es uno de los alimentos que más me gustan. Por cierto, ¿por qué Saura se fue a París? Un amigo mío, Antonio Zaballos, que nos dejó hace poco, también se fue a París de joven.
 
Figura: Supongo que lo haría en busca de la inspiración. Era 1952. Gracias a ello, la obra de Antonio Saura evolucionó del surrealismo inicial al arte abstracto. En 1957 se convirtió en el principal teórico del informalismo en España con la fundación del Grupo "El Paso" junto a pintores como Canogar y Miralles. 
 
Justo: Siempre me ha interesado cómo usaba el negro, incluso los marrones y grises. Saura fue también un estudioso del arte, que ha analizado obsesivamente la obra de Goya, y en especial "El perro". 
 
Figura: Ya veo que el arte te inspira.
 
Justo: Siempre que voy al Prado me quedo un rato en la sala de Goya, y lo mismo me sucede en el Reina Sofía frente a los cuadros de Saura. Me gusta rodearme de pintores, ya que complementan mi mente narrativa y me enseñan cosas de su forma de mirar la vida. 
 
Figura: La música también es esencial para ti, ¿me equivoco? Te pasas el día escuchando música.
 
Justo: Con los músicos me sucede lo mismo que con los pintores, por ejemplo con Bela Bártok. Cuando conocí su Segundo concierto de violín comprendí que yo estaba, verdaderamente, en el siglo XX. Me gustan todas las épocas de la historia, y también la mía. El otro día una alumna apareció en clase con un violín, y le pedí que lo tocara:
 

domingo, 14 de abril de 2024

"¿Cuál debería ser el papel del intelectual un 14 de abril?"

El otro día lo pensaba entre clase en clase (en la foto estoy en la 5ª planta de mi facultad), y leía con calma algunos de los comentarios que suscitó mi post sobre la película "El maestro que prometió el mar". Ya dije que escribí el texto porque la historia de aquel maestro de la República, Antoni Benaiges, me podía haber ocurrido también a mí y a todos los que amamos la libertad y la educación. Existieron palabras hermosas de mis amigos y otras personas que no conocía, y algunas intervenciones que me gustaron y que me hicieron pensar de nuevo en lo que habría ocurrido en España si hubieran triunfado las ideas liberales de la Institución Libre de Enseñanza (1876-1939), de Giner de los Ríos, Azcárate, Ortega, Clarín, Machado, Menéndez Pidal, Sorolla, Marañón, Ramón y Cajal, etc. Como me decía el otro día mi amiga psicóloga mallorquina Elena Gayan a propósito de mi alusión al nepotismo secular en este país, "ese nepotismo cada vez es mayor, y la cultura y la prensa están manipuladas por la ideología y el poder. Lo peor es que tal forma de gobernar y hacer ocasionan que la rabia, la rivalidad y la lucha de clases estén instaladas en la mente de mucha gente, lo que además es adictivo. No existe juicio crítico que nos haga ver la realidad, nuestra realidad, y así buscar nuestro camino. Vosotros, los que tenéis un espacio donde se vive, se siente y se reflexiona sobre la vida, la fantasía y la magia, y que nos meten en un mundo donde se puede crear, tenéis que seguir vuestro camino sin contaminantes". Tengo que pensar en todo esto. Elena se refiere a la situación actual, pero siempre he pensado que tal vez venga de décadas atrás, algo que ya se planteaban en el 98 y los escritores e intelectuales que he citado. Porque volviendo a la película del maestro de la República y su forma original, humanista y europea de enseñar, mi amiga Silvia López contó que ella había sido alumna de una escuela de “libre pensamiento”, Súnion, creada por un pedagogo nacido en el Ampurdán llamado Pep Costa Pau. Por aquí va un beso para mi "rubia" catalana. La película se basa en el libro homónimo del periodista Francesc Escribano, en otro libro de José Antonio Abella, "Aquel mar que nunca vimos", y también en la documentación del investigador Sergi Bernal. Tras publicar aquel post, Patricia Vílchez citó, precisamente, a Sergi Bernal, que entró en este muro y dejó el link de la "Geobiografía" que ha elaborado sobre Antoni Benaiges. Esmeralda Udías me regaló, asimismo, la portada del libro "Aquel mar que nunca vimos".
Estas cosas me parecen muy hermosas y la constatación de que la mayoría de nosotros queremos un mundo mejor, algo que ya sabía Louis Armstrong:
 
En fin, como he dicho pensaré en todo esto mientras me tomo el primer café de este domingo tan bonito y continúo repasando unas cuantas ecuaciones de matemáticas que quiero contar esta semana a mis alumnos.
 
Luego me iré de paseo. Me gusta la primavera.
 

 
 

sábado, 13 de abril de 2024

"La felicidad siempre está a la vuelta de la esquina".

La primera fotografía se la he hecho en su casa de Madrid a mi cura vasco favorito, Javier Ruiz de Arcaute y Vélez de Mendizábal. Ya ha llegado a los 89 años, pero le continúo viendo igual que cuando le conocí hace más de 30. La segunda fotografía me la dio ayer por la tarde, cuando le fuimos a visitar. Debía de tener veintitantos años y se encontraba con un grupo de curas jugando al fútbol (a él se le ve abajo a la derecha). La verdad es que era un "pibón", con su metro ochenta y tantos de estatura y una desbordante simpatía. Javier y yo compartimos el despacho muchos años, y si yo aceptaba algún cargo directivo, la única condición que ponía es que él se viniera conmigo (también es cierto que suelo dimitir en seguida porque me aburre la burocracia). En el despacho hablábamos del bien y el mal, del sentido de la vida y del amor y la amistad, de política y hasta de fútbol (es del Athletic de Bilbao y ahora está feliz con esa Copa del Rey que acaban de ganar). Javier siempre ha estado empeñado en que todas las alumnas se enamoraban de mí, y también más de una profesora y secretaria. Yo le decía, entre risas y sonrisas, dándole un abrazo, que eso era imposible porque casi nunca me he comido una rosca, jeje. 
 
Lo que siempre he tenido claro es que en mi vida tan solo necesito gente como Javier, con todo lo que eso me da:
 

viernes, 12 de abril de 2024

"Hemingway jugando al fútbol".


 
Ayer paseaba por la Gran Vía, me paré delante de esa marquesina de la fotografía a la altura de Callao, junto al hotel en el que vivió Hemingway, y me vi dentro de las páginas de un campo de fútbol de Lisboa. La segunda foto me la envió el otro día desde Oviedo Mercedes Miraytoca Rodríguez Arias.
 
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"El taxi se detuvo cerca del Hotel Borges. Ellos sabían que Lisboa era una ciudad tan fascinante como melancólica, aunque esos días todo el mundo estuviese pensando en la final de la Champions.
 
Se habían conocido en el campo del Atlético de Madrid, durante la semifinal. Se dirigieron a la vez al vendedor de bocadillos, y en ese instante se miraron, se sonrieron, se les cayó el dinero al suelo y se enamoraron mientras dos monedas rodaban en paralelo hasta terminar una encima de la otra.
 
Desde la ventana se veía la escultura de bronce de Pessoa, en la entrada del café La Brasileira. Pessoa fue un poeta que solo escribía cosas que merecían la pena, dijo él. Se pasó la vida en busca del nombre, la definición y la medida de las cosas, pero no tuvo paciencia para ello, dijo ella. Dejaron el equipaje en el hotel y se dirigieron hacia el castillo; tras atravesar la puerta principal se adentraron en el parque. Luego se acercaron al mirador y se fijaron en las tenues luces de las farolas y en otras luces todavía más oscuras de un bar que se negaba a cerrar, y hasta escucharon el rumor de los barcos descascarillados. Lo importante es entusiasmarse por la vida, dijo él, tener la capacidad de maravillarse con ella. Pueden decir de nosotros que somos testarudos, pero eso no debe preocuparnos, dijo ella. El secreto es perseguir la luz blanca de la ternura, aseguraron a la vez.
 
Al día siguiente se disputó el partido de fútbol, pero ellos no salieron de la habitación, ni de la cama.
 
("Un partido de fútbol en Lisboa", 2015, "Cuentos de los viernes", Bartleby, p. 22).
 
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Confieso que soy de esos escritores a los que les gusta más jugar en la cama que en los campos de fútbol, y bailar hasta el final del amor:
 

jueves, 11 de abril de 2024

¿Qué leemos y por qué?


 
A pesar de que estaba muy cansado de tantas clases, ayer por la tarde fui a la presentación de un ensayo de mi amigo Manuel Rico, "La ficción y la vida" (Sílex, 2024), una recopilación de artículos en periódicos y revistas que ha ido publicando desde la década de los 90, y que lleva el subtítulo de "Ensayos y otros textos apasionados sobre la narrativa en el siglo XXI". Le acompañaron en la mesa los escritores Constantino Bértolo y Clara Sánchez y su editor. Y tuve tiempo de saludar a algunos amigos. Al regresar en el Metro estuve pensando en la intervención de Constantino Bértolo, y de una idea interesante. Leemos lo que quieren las editoriales que leamos, a los autores apoyados por los poderes políticos y económicos que les interesa en cada momento y que terminan instalados en los lugares culturales más visibles, el Cervantes, los ministerios, la Universidad. España es uno de los países donde el curioso "nepotismo" siempre ha campado a sus anchas en todos los estamentos. Obviamente, no acabamos de inventar la pólvora ni de descubrir América, pensaba mientras el Metro llegaba a Sol y me bajaba para hacer transbordo. En ese momento tuve que ayudar a un señor de unos cincuenta y tantos años que iba en silla de ruedas y tenía que bajarse al revés para no caerse al andén. Los premios importantes (desde el punto de vista mediático y económico) siempre están dados, y así sigue el círculo. El pan y circo de los clásicos continúa su camino habitual. Y esto ocurre con las noticias de las que se habla, los asuntos que llenan las horas de los telediarios, y ha sido siempre igual. De joven tardé unos años en entender por qué salían siempre las "mismas" caras en TV, por qué tan solo se hablaba de lo que querían algunos, como si en España no existieran más que Dalí, Cela, Franco y sus ministros, como cuento en uno de los relatos de "Un hombre que se parecía a Al Pacino".
 
Afortunadamente siempre nos quedará la sonrisa de un niño (como el que me sonrió cuando me bajaba en Argüelles) y una música como esta:
 

miércoles, 10 de abril de 2024

"La memoria involuntaria de la poeta Zhivka Baltadzieva".

 

"Palabra, que levitas
por encima de la eternidad
y en el corazón del quark y la estrella,
y nos entrañas y traspasas. Nos traspasas.
Pegaso nace
de la sangre de Medusa".
 
* * *
 
"Saborear el vuelo del aire,
el canto inaudible de las hierbas, la magnanimidad
de lo invisible y lo visible, el silencio del dolor, la cercanía
de lo extraordinario, eso es todo. Más el amor,
la clave de acceso, la epopeya interior de la vida,
la vida biológica, la vida mineral". 
 
***
 
"Nada más importante sucede, la materia
vive y tú. Cánticos y silencio en la tormenta
de las repercusiones, las resonancias y el pánico
de las percepciones que vuelven
​tensas, ¿de dónde?,
con los párpados más pesados que nunca
bajo el brillo fulminante del polen
de otras cadencias y estrellas".
 
* * *
 
¿Y el alma? ¿El alma?
¿Distraída?
¿Perdida? ¿Suplantada?
¿Suprimida?
Un pájaro
entre las flores
de las eternidades,
vibrando su canto. El alma.
¡Que nos cubra!" 
 
***
 
"Entre la realidad y la irrealidad. ¿Son
más que unos conceptos?
duele el cóncavo rostro de lo ilegible infinito.
Afrontarlo sin deshacerse ¿sería posible?
Acampar en las afueras de ti mismo,
sentir otros interiores.
​En el abrazo de la combustión universal" (...) 
 
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Cuando leo a esta poeta búlgara (Sofía, 1947), ensayista, guionista, traductora y profesora universitaria, que vive en España desde hace más de 30 años (por cierto, es casi vecina mía), siempre tengo la sensación de que leo a una poeta de verdad, y no es un eufemismo, de la estirpe de aquellos poetas del 98 o el 27 que me enseñaban en el colegio de pequeño y que tanto me gustaban. 
 
Estos poemas, el pequeño video y las fotografías son de ayer por la tarde a las 18.30 en la tertulia de los martes en Casa Manolo, calle Princesa 83, en torno al libro "En el sinlenguaje", de la poeta Zhivka Baltadzieva, con una entrañable e inteligente presentación de Almudena Mestre (no sé qué haría sin ella). Es una edición bilingüe búlgaro castellano que ha publicado la Editorial Joaquín Gallego en 2023.
 
En la charla flotaron nombres que me gustan e interesan, Proust, Lorca, Canetti, Dostoyevski y Bach, entre otros, y que de alguna forma delimitan lo que mi maestro García Berrio llamaba "sustancia interior" del poema a partir de los estudios de los teóricos de la literatura Wellek y Warren, cuya lectura me ha brindado tantas horas de satisfacción intelectual. En el caso de Zhivka ofrecen ese sentido holístico, contrapuntístico y de memoria involuntaria que siempre busco cuando leo a los poetas: