lunes, 15 de septiembre de 2025

"Siempre me han gustado las alcobas".


 
 



La maestra y artista ovetense Mercedes Rodríguez Arias dijo el otro día por aquí que "la imaginación al poder", con relación a un post que yo había escrito, y añadió que "nos iría bien un entorno parisino en un café de Montmartre. Dos personajes elegantes, Salvador Dalí (tú) y Elsa Schiaparelli (yo), tendríamos una conversación surrealista, y Peggy Guggenheim (Almudena Mestre) se acercaría sonriente con todos los amigos artistas, Javier Del Prado, Vicente Rey Beltran, etc., mientras podría sonar un nocturno de Chopin. La metamorfosis me transformaría en una mariposa con sus mejores galas y su vuelo me llevaría a 1920, la Belle époque".
 
Ya sabemos que la literatura se vuelve inteligente después de leer a Borges, y yo me vuelvo también romántico con estos comentarios de mis amigos.
 
Como he estado paseando románticamente por la tierra asturiana de Mercedes (casi como un pastor renacentista de Garcilaso de la Vega, por los lagos glaciares de Enol y Ercina de los Picos de Europa), hoy me tomo un café antes de irme a clase y busco una foto con Dalí y Schiaparelli, la diseñadora italiana de moda que estudió filosofía de joven. Como me sugiere Mercedes aprovecho para darme una vuelta metafórica por Valldemosa, en Mallorca, ya que hace tiempo que no voy, y me meto en la habitación donde Chopin durmió con su amante George Sand:
 
He de reconocer que siempre me han gustado las alcobas, de Madrid, París, Oviedo o Mallorca, aunque tuviera que saltar por el balcón por si llegaba el marido.

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