Podría acabar rápidamente este post si dijera que nada más empezar a leer "La mirada del hijo", de la escritora de Lleida Núria Añó,
me vino a la cabeza la primera novela de Esther Tusquets, "El mismo mar
de todos los veranos", una de esas novelas españolas difíciles de
olvidar y que hemos leído un par de veces en mi tertulia. No lo digo solo
por la relación que hay con la madre (de inspiración kafkiana, aunque
en Kafka lo fuera con el padre), sino por el estilo y el lenguaje
utlizados por Núria Añó, tanto en esta novela como en la otra que he
fotografiado, "La escritora muerta", donde ahora la historia, que se
mezcla con la ficción de la propia ficción, también gira sobre la
relación materno filial. Núria me envió sus dos novelas la última
Navidad, traducidas por ella misma. Empezó a escribir a los dieciséis
años y desde entonces ha publicado novelas, relatos y ensayos. Una buena
amiga de esta red social ha escrito alguno de los prólogos a sus
libros, la catedrática de literatura de la Universidad de Lleida Angels Santa Bañeres.
Estamos ante una literatura intimista, casi susurrada, que habla más de
los personajes y sus estados de ánimo que de las cosas. En esto también
me recuerda a Henry James y a lo que a mí me gusta de la literatura.
Termino de leer "La escritora muerta", escribo este post, me tomo un
café y escucho una de las arias más hermosas de la historia. Aida
Garifullina tiene una voz preciosa:
https://www.youtube.com/watch?v=rK6GsRUl4WI
De nuevo, una vez más, la profunda literatura mezclada con la bella música en mi interior. Sin duda, soy un privilegiado porque sé que la belleza, lo que llamamos "la gran belleza" existe y es amiga mía.
https://www.youtube.com/watch?v=rK6GsRUl4WI
De nuevo, una vez más, la profunda literatura mezclada con la bella música en mi interior. Sin duda, soy un privilegiado porque sé que la belleza, lo que llamamos "la gran belleza" existe y es amiga mía.
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