Conocí a Aurora da Cruz hace más de diez años, se incorporó a mi tertulia y hemos compartido unas cuantas historias desde entonces. Hoy presenta su segundo libro de poemas, "Tratado sobre poesía moderna y creo que ninguna otra dolencia", que me regaló hace un año, exactamente, aún sin publicar (en la foto). Es un libro diferente, y por eso me interesa. Me ha hecho pensar en el hecho creativo y en cómo se puede seguir escribiendo poesía después de Rilke, Pound, Eliot o Juan Ramón. A Aurora le duelen algunas cosas en el mundo de la literatura, como leer siempre lo mismo, encontrarse las mismas metáforas de siempre, los amores y desamores habituales. De ahí la segunda parte del título de su libro. A medida que lo leía escuchaba una música que no se me iba de la cabeza, de Arvo Pärt, "Spiegel im Spiegel", es decir, "Espejos en el espejo", con esos reflejos infinitos que siempre nos atrapan cuando estamos delante de uno de ellos. Me gusta ser contemporáneo de escritores y músicos que ponen mi mente en movimiento. El cuerpo humano se mueve, entonces, con la música y la poesía:
Quizá no llegue a la presentación del libro, aunque hemos quedado que nos hablará de él en mi tertulia el próximo curso (yo también lo haré). Hoy voy a estar todo el día en un Congreso de Cáritas. Quiero saber cómo puedo ayudar a la gente que lo necesita. Ya sé que es imposible, pero ojalá pudiera hacer algo para que las personas no mueran en los cayucos (esos troncos de árboles vacíos, de palmeras o de ceibas). Hacer algo para acabar con las guerras y las muertes de todos los niños del mundo.
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