viernes, 13 de octubre de 2023

"Y brindamos con champán en la presentación de mi libro".

Con lo que me gusta, era lógico que invitara a champán a todos los asistentes a la presentación del martes en Madrid en Casa Manolo de "Un hombre que se parecía a Al Pacino". Lo raro es que solo nos bebiéramos cuatro botellas. Siempre que he subido a la Torre Eiffel me he tomado una copa de champán en el bar de la última planta. Algo así es escribir un libro para mí, subirte al ascensor que te lleva hasta el cielo de París mientras te bebes la vida a sorbos. Almudena Mestre lo sabe y efectuó una preciosa presentación mientras daba la palabra a Victoria Huertas para que leyera el relato "Moon river", a Concepción Heras Elvira "Las actrices y el cine de Begman", Pilar S. Tarduchy "El beso" y Cristina Fernández Martínez "Aquella mítica conversación entre Borges y Rulfo", un cuento para cada estación del año, aunque juego continuamente con el tiempo, el espacio y el discurso literario. Cristina hizo de Rulfo y a mí me pidió que hiciera de Borges. Entre medias estuve hablando mucho del libro con las personas que me acompañaron, de literatura, de su futuro, de la vida, , incluido mi hijo Justo y su amigo Alejandro (en la segunda fotografía). Justo es maestro y además estudia 2º de Filología hispánica y Álex diseñador de productos tras estudiar en la Escuela Superior de Diseño. Ahí quiero a la juventud española.
..................................
 
Este es el último relato que leímos:
 
48. "Aquella mítica conversación entre Borges y Rulfo" (pp. 333 y 334).
 
"Se dice que se produjo en 1973 cuando Borges visitó la ciudad de México. Le habían preparado muchos actos protocolarios, incluso con el presidente de Gobierno, pero Borges solo quería encontrarse con el autor de Pedro Páramo. Hace poco dedicamos la tertulia a la obra de Rulfo. Pues bien, Francisca Arias pidió antes de la tertulia que leyéramos entre los dos el diálogo del encuentro entre Rulfo y Borges; ella haría de Rulfo desde Sevilla y yo de Borges desde Madrid. Y luego me envió el texto por WhatsApp. Llegado el momento, no funcionó el micrófono de su ordenador y lo leí yo solo. Y lo hice rematadamente mal, porque estaba cansado de tantas clases. En fin, nadie es perfecto.
 
Rulfo: Maestro, soy yo, Rulfo. Que bueno que ya llegó. Usted sabe como lo estimamos y lo admiramos.
 
Borges: Finalmente, Rulfo. Ya no puedo ver un país, pero lo puedo escuchar. Y escucho tanta amabilidad. Ya había olvidado la verdadera dimensión de esta gran costumbre. Pero no me llame Borges y menos “maestro”, dígame Jorge Luis.
 
Rulfo: Qué amable. Usted dígame entonces Juan.
 
Borges: Le voy a ser sincero. Me gusta más Juan que Jorge Luis, con sus cuatro letras tan breves y tan definitivas. La brevedad ha sido siempre una de mis predilecciones.
 
Rulfo: No, eso sí que no. Juan cualquiera, pero Jorge Luis, solo Borges.
 
Borges: Usted tan atento como siempre. Dígame, ¿cómo ha estado últimamente?
 
Rulfo: ¿Yo? Pues muriéndome, muriéndome por ahí.
 
Borges: Entonces no le ha ido tan mal.
 
Rulfo: ¿Cómo así?
 
Borges: Imagínese, don Juan, lo desdichado que seríamos si fuéramos inmortales.
 
Rulfo: Sí, verdad. Después anda uno por ahí muerto haciendo como si estuviera uno vivo.
 
Borges: Le voy a confiar un secreto. Mi abuelo, el general, decía que no se llamaba Borges, que su nombre verdadero era otro, secreto. Sospecho que se llamaba Pedro Páramo. Yo entonces soy una reedición de lo que usted escribió sobre los de Comala.
 
Rulfo: Así ya me puedo morir en serio.
 
Acabo el café y me viene a la cabeza un tango de Piazzola para el "Hombre de la esquina rosada".
.........................................
 
El "Hombre de la esquina rosada" es uno de los leitmotiv de mi novela "Poeta en Madrid" (2021). Cuando era adolescente tuve durante un tiempo ese cuento reproducido en un periódico colgado con chinchetas en mi habitación. Y con los años los dos libros han terminado por juntarse en mi cabeza, el "Poeta en Madrid" con "Un hombre que se parecía a Al Pacino", y con esta música de Piazzola:
 
¿Que para quién escribo y por qué?
 











 

No hay comentarios:

Publicar un comentario