jueves, 26 de octubre de 2023

"La consagración de un novelista posmoderno".

No pienso llevar la contraria a Almudena Mestre en este magnífico artículo. Ha leído con detalle el libro que el doctor Patrick Toumba dedica a mis novelas y ha escrito una reseña en la revista "Zenda" de literatura que se publicó ayer. 
 
Entre otras cosas dice del libro editado por Bartleby:
 
"Justo Sotelo es “un autor creíble y coherente” (p.126), expresa en sus conclusiones el autor para reafirmar esa narrativa equilibrada que le caracteriza en cuanto a forma y contenido. Por un lado, las dos primeras novelas de Sotelo, "La muerte lenta" (1995) y "Vivir es ver pasar" (1997), forman según Patrick Toumba Haman un dúo perfecto en el que estudiar una época concreta, en este caso, la situación de España tras la muerte del dictador, es decir, lo acontecido a finales del S. XX. Sin embargo, la trayectoria literaria a partir de 2006 cambia cuando Sotelo publica su tercera novela, "La paz de febrero", ya que adopta su punto de vista diferente ante los hechos históricos. Arrancar con la manifestación en Madrid de febrero de 2003 contra la Guerra de Irak como sucede en esta novela supone abrir el abanico ante lo universal y centrar su atención, posteriormente, en el protagonista y sus relaciones sociales".
 
Y ya que alude a "La paz de febrero", me tomo un café mientras escucho las canciones de un disco que conforman la banda sonora de esa novela:
 
La otra música de esa novela es la primera ópera inglesa de la historia, "Dido y Eneas", de Purcell. De alguna forma el protagonista tiene mucho de Eneas. Esto es para mí la literatura, como dije en la última tertulia, una manera de beber continuamente en las fuentes (en este caso de Virgilio) para seguir avanzando.
 

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