viernes, 12 de julio de 2024

"Una historia de Madrid en tiempo real".


 
Me acabo de cortar el pelo a ver si me inspiro y escribo por fin la novela que quiero escribir desde hace 10 años.
 
Al salir de la peluquería he pasado por la Musa y me he sacado esta fotografía, luego por el que fue local de Mariwán Shall, en la misma Malasaña, e hice tantos años las tertulias. Miro el escaparate de Lourdes Bergada, la modista catalana que tiene la tienda al lado de las Salesas, detrás del Tribunal Supremo, donde me compraba la ropa de joven, y me siento en un banco delante del teatro María Guerrero. Ahí vi varias obras de Cervantes y de Francisco Nieva y aprendí mucho de su técnica literaria aplicada al teatro. Me detengo frente a un cartel que dice que "nos hemos encontrado sin buscarnos". Entonces me acuerdo de Cortázar, de la Maga y de París. Hubo un tiempo en el que me dio por decir que yo me parecía a Horacio Oliveira y estaba buscando a la Maga o al menos a una mujer que supiera hacer el amor volando, como quería Oliverio Girondo, el poeta argentino que le quitó la chica a Borges, y del que este se vengó muchos años después en el Aleph. Alguien decía que solo se puede ser buen escritor si eres desgraciado en amores.
 
No sé si seguir escribiendo.
 
Unos perros ladran junto a mí.

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