Pronto habrá que guardar en el armario los pantalones cortos y los zapatos blancos. Mis alumnos irán viendo cómo cambia cada día mi vestuario. Y entonces tendré que echarme sobre las piernas la mantita roja y blanca cuando esté sentado en el sillón mientras veo alguna película de Bergman o Tarkovski, releo todos aquellos libros que me acompañan en cada uno de los otoños de mi vida y escribo las historias que me dictan la imaginación y la fantasía. Los paseos de tierra del Retiro y el Parque del Oeste se llenarán de hojas y tal vez escuche a Fauré mientras camino en busca de un sentido para la poesía:
Me gusta ser el escritor de los mundos posibles de la literatura, y me gusta vivir la belleza que veo en cualquier lugar, quizá después de una tormenta con las calles mojadas por la vida.
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