Aunque estos meses tengo muchísimas clases, ayer saqué un rato para ver a Javier en el barrio, darle un abrazo pues no nos veíamos desde antes del verano y para que me regalara y dedicara su último libro de poemas "A borbotones geométricos" (2024, Los libros del Mississippi) que presentará la semana que viene en el Ateneo, con las palabras de la poeta Efi Cubero, y posteriormente en mi tertulia de Casa Manolo. El libro lleva un prólogo de José Manuel Lucía Megías. Antes de irnos apareció Justo Jr., camino de la Facultad de Filología, y hablaron un poco de literatura. Ya comentaré este libro cuando lo lea; por ahora dejo la dedicatoria que me escribió: "Para Justo Sotelo, amigo, profe, economista y poeta sin quererlo, pero sabiéndolo. ¡La leche!" También comentaré otro día lo que pienso sobre eso de ser "poeta sin saberlo". El caso es que iba a quedarme tan solo media hora, pero al final estuvimos más de una hora. Javier me habló de literatura francesa, de Zola (incluyendo su relación con Cezanne), Balzac, Dumas, Proust y, por supuesto, de Mallarmé. Y yo disfruté con la conversación.
Tras despedirnos me fui escuchando esta música, que siempre me recuerda a Javier, o a su padre:
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