martes, 22 de septiembre de 2020

"Strange fruit".

Yo también me siento desnudo a veces ante esta pandemia, y me canso de la mascarilla y de que haya gente que sufra y que muera, ahora y siempre. Sin embargo, me gusta ver cómo el mundo evoluciona hacia el bien común, y me gusta hablar de ello y su significado. Por separado los seres humanos somos absolutamente insignificantes, pero juntos podemos lograr lo mejor, de nosotros y del mundo.

Ayer salía de dar varias horas de clase, puse Radio Clásica y escuché la voz inconfundible de Billie Holliday cantando "Strange fruit", de 1939, en contra del racismo y los linchamientos en los estados del sur de Estados Unidos. La compuso Abel Meeropol y se convirtió en uno de los primeros lemas del movimiento por los derechos civiles. La expresión "Strange Fruit" es como el símbolo de tales linchamientos. La canción habla del cuerpo de un negro que cuelga de un árbol y confronta la imagen bucólica del sur tradicional con la realidad de los linchamientos. En la segunda estrofa, por ejemplo, se dice: "Pastoral escena del galante sur / los ojos abultados, la boca torcida / el aroma de las magnolias, dulce y fresco / y de pronto el olor de la carne quemada".

Como sabemos Billie Holliday no fue la mujer más feliz del mundo, pero nos ha dejado esta voz y esta posición ante el mundo:

https://www.youtube.com/watch?v=HGxGMDdwfCE

 


 

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