martes, 3 de junio de 2025

"Sobre el hecho creativo y el paso del tiempo".



 
Hoy acabamos la tertulia presencial por este curso en el Hotel Indigo, Marqués de Urquijo 4, en Argüelles, a las 18.30 (la semana que viene lo hará la tertulia virtual que hacemos cada tres martes), escuchando al arquitecto y pintor Santiago Martínez Sáenz. La idea es que luego los tertulianos discutamos sobre el origen del hecho creativo y nos tiremos los trastos a la cabeza, como Dios manda. 
 
La primera fotografía es con él y tiene diez años; desde entonces lo que yo tengo son más arrugas y más barriga, que no hay manera de que me baje, como se observa en la segunda foto que es de ayer por la tarde en el Retiro con Javier del Prado. Le hacía ilusión acercarse a firmar a la Feria del Libro y le acompañé (eso sí, el taxi lo pagué yo, así que a ver si se estira y me invita a comer). Ya he contado en más de una ocasión que conocí a Santiago hace treinta años en la comida de unos premios de literatura y pintura. Nos caímos bien en el acto, le invité a la tertulia que en aquella época hacía en la universidad con alumnos y le pedí que se ocupara de la tertulia cuando yo no pudiera estar. Lo ha cumplido con la ayuda inestimable de Javier y Almudena Mestre, que también se pasó ayer por la feria. Santiago ha levantado edificios en toda España (un día me llevó a ver uno en el Ensanche de Vallecas) y ha expuesto en galerías de Madrid, Cantabria, Galicia, La Rioja, País Vasco y Portugal, y participado en una treintena de exposiciones colectivas en La Rioja, Cantabria, Cataluña, Valencia, y en países como Francia, Bélgica y Portugal.
 
Y esta tarde quiero que hablemos del proceso mágico de la creación de la obra de arte.
 
No hace mucho me fui a dar una vuelta por la tierra de Cameros que está entre Soria y La Rioja, por donde me gusta perderme de vez en cuando. Por allí nació Santiago. Es un paisaje fascinante que te mete, directamente, en una película de John Ford, el mayor director de la historia del cine, en el Monument Valley, en la frontera entre Arizona y Utah. Orson Welles, el mayor genio de la historia del cine, dijo que había visto muchas veces "La diligencia" antes de rodar "Ciudadano Kane". Yo también la he visto unas cuantas veces:
 
Esto no sé si tendrá mucho que ver con el hecho creativo, pero de niño yo quería ser el pistolero que interpretaba John Wayne y que al final se quedaba con la chica.

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