jueves, 17 de octubre de 2024

"Podría ser París".


 
Ayer me encontré a un ex alumna en la cafetería de la Facultad y me dijo que si había estado recientemente en París. Había visto una de mis fotos en las redes y le parecía París. Me tomo el primer café de la mañana, mientras llueve suavemente sobre la ciudad, miro fotos pasadas y supongo que se refiere a esta que me hice el otro día por el centro de Madrid casi en otoño, como si paseara por el centro de París.
Así que la pongo de perfil.
 
Esto lo escribí a mediados de los noventa, y aparece en la página 101 de mi novela "Vivir es ver pasar", 1997. Intento resumir algunas sensaciones que me habían provocado aquellos primeros viajes a París:
 
"Xavier, Ivry-sur Seine. París, los recuerdos, París presentido. Cálido. Del lado de acá. ¿Otro Madrid? París de giocondas felices, de mapas del alma, de los libros de historia, de la revolución, de las perlas de la corona de Sacha Guitry. Onírico. París de los Campos Elíseos, de Proust y los días de enfermedad en busca de Albertina, tal vez de Dos Passos. París de la adolescencia, de Van Gogh y los otros pintores de la luz, de Ravel y el concierto de piano (el que no es para la mano izquierda), de los naufragios de Debussy y su defensa a ultranza por Ortega en contra del edulcorado Mendelssohn, París de Berlioz y los trasuntos románticos. París de Quasimodo, de Francisco I y la torre de los Lujanes desplazada de lugar. De la Torre Eiffel. París del Sena y la bohemia. París del mayo del 68 y las posturas heterodoxas del 69. París de Jean Gabin y Rohmer, de Godard y Gerard Philipe. París de seda y de lluvia. De Rayuela y de jazz. De hambre y de guerra. París como Madrid en invierno. París del recuerdo..., porque la primera vez que vio París César solo era un niño. Por eso París es una contradicción para él. Nada hay tan contradictorio como los recuerdos. París de Xavier. ¡Porque siempre tendremos París y a Bogart y a Bergman!"
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Ahora solo falta la música, por si alguien quiere tomarse un café conmigo en París:
 

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