martes, 12 de noviembre de 2024

"Nuestra tertulia on line de hoy".

 

 
A los amigos tertulianos que se conecten por Zoom esta tarde a las 18.30 h. les he pedido que hablemos del libro que estemos leyendo o hayamos leído recientemente. Por mi parte si consigo conectarme un rato en un descanso entre clase y clase comentaré el estupendo libro de relatos que he terminado este último fin de semana, "Días de luces y cactus" (Eolas, 2024) de Emma Prieto. Si no es posible, diré algo ahora después de haber leído de esta escritora madrileña, que creció en Las Palmas de Gran Canaria y se licenció en Ciencias de la Educación, los libros de relatos "Escamas en la piel" (2018, el año en el que se integró en nuestra tertulia cuando la hacíamos en el Café Gijón) y "Mecánica terrestre" (2021), junto a dos libros de poemas, "Radiografía de ausencias" (2020) y "Respirar escarcha" (2023). Su literatura es sólida e inteligente, en ocasiones surrealista y otras muchas juguetona con el lenguaje y los discursos narrativo y poético. Y siempre resulta disfrutable. Se notan sus lecturas y, lo más importante, su denodada preparación para convertirse en una buena escritora (algo que echo en falta en tantísimos escritores, sobre todo en los más conocidos). Igualmente, observo que no se toma demasiado en serio a ella misma como autora, explícita o implícita, ni a sus narradores, casi siempre en primera persona, algo muy saludable para que la literatura tenga calidad. Estoy pensando en "Brad", "La fragilidad de las metáforas", "Criaturas marinas" o "Rehenes de verano" de su último libro. Encuentro una estrecha relación entre cómo utiliza el tiempo y la carga de ironía, bañada en melancolía, de la mayoría de las historias. Supongo que su infancia en el peculiar "mundo" insular y su dedicación a educar a niños con necesidades especiales están detrás de su visión de la vida y de lo que existe en el paisaje en sombras de cada uno de nosotros, de lo que no siempre vemos o no queremos ver, y que otorga sentido a la literatura de Emma Prieto. Esta es una de las cosas que más me interesan y que busco en cualquier libro que cae en mis manos (y por supuesto en los que yo escribo), la "textura cero" semántica, lo que no se ve, pero está ahí para que lo descubra el lector, incluso el propia autor.
 
En el espléndido relato "Zona de expurgo", que dedica de alguna forma a su querido maestro Eloy Tizón y su último libro de relatos, del que escribí una reseña hace meses, la protagonista cita "Crimen y castigo", "Memorias de Adriano", "Rayuela", "Tiempo de silencio" y "Otelo", corroborando lo que he comentado más arriba sobre sus inteligentes lecturas, y a mí me apetece tomarme el primer café de la mañana escuchando, mientras me afeito, me pinto y esas cosas, antes de irme a la Universidad, algunos momentos de la ópera de Verdi, con Domingo como Otelo, una versión que siempre me ha gustado mucho:
 
Espero leer algún día una novela de Emma.

 

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