El otro día unas alumnas me dijeron que habían estado mirando unas fotografías mías en Internet y concluyeron que mi estilo es muy "old money" como ellas comprobaban cada día durante las clases con las combinaciones de ropa (la foto es de cuando me invitó la catedrática de literatura Angels Santa Bañeres a presentar, el año pasado, "Un hombre que se parecía a Al Pacino" (2023), en la facultad de Letras de Lleida). La expresión se ha puesto de moda entre los jóvenes o al menos entre cierto tipo de jóvenes. Ahora me tomo el primer café de este día tan bonito y pregunto a la IA que me explique el término. Me dice que "old money" (dinero viejo) se refiere a la riqueza heredada por generaciones en familias aristocráticas o élites, y su estética se caracteriza por un lujo discreto, atemporal y de alta calidad, sin unos logotipos llamativos. Por tanto se asocia a calidad, tradición, colores neutros, cortes clásicos y materiales nobles como lino y cachemira, evocando una elegancia y un estilo de vida sutil. En el polo opuesto se encuentra el "new money" como una forma de ostentar la riqueza (generalmente reciente) con marcas visibles y tendencias llamativas. La verdad es que no me había planteado si era "old o new money", y es que las etiquetas me hacen gracia, como tantas veces que me han llamado yuppie o Bobo. Generalmente lo que a mí siempre me ha gustado es llevar la contraria por definición. Si estoy con aristócratas me hago el bohemio y al revés. Lo que sí reconozco es que me gusta la buena literatura, la buena comida, la buena música, la buena vida, en definitiva y ayudar a los demás siempre que puedo. Y la libertad, la palabra más hermosa del diccionario. Así que termino el café mientras saboreo esta música porque lo que sí sé es que soy un romántico sentimental:

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