lunes, 15 de diciembre de 2025

"Tu sonrisa, tu amabilidad, tu cercanía".


 
Son tan solo seis palabras que escribió por aquí el otro día Antonio Vaquerizas, uno de mis ex alumnos que más aprecio. Siempre que escribo este tipo de textos no es para mostrar mi egocentrismo y ni siquiera para demostrar que estoy por encima del bien y el mal, algo que por otra parte tampoco es que me quite el sueño, pues siempre me ha importado un pito lo que piensen los demás de mí (como dijo Rett Butler a Scarlett O'Hara al final de "Lo que el viento se llevó"). Como cuando con veintisiete años ya había llegado a lo más alto del Sistema Financiero y algún compañero se reía de mi forma de vestir (eso sí, por detrás), a pesar de que era el único que se había hecho doctor en Economía. Justo va a llegar pronto a ser el jefe, decía uno. Qué va, ¿has visto esos trajes que se pone y además con pajarita?, decía otro. Qué monada es Justo, comentó una de mis alumnas de la Universidad donde también era ya profesor. ¿Justo? ¿Has visto qué zapatos lleva, si parecen los de un bailarín de las películas de Fred Astaire?, le decía su mejor amiga y también alumna mía. Esto me lo contó Ana, la primera alumna que he citado, una muchacha de Denia realmente encantadora, mientras cenábamos en un restaurante ruso de la Plaza de la Paja en el que se empeñó en invitarme. Además la amiga de otra alumna, María, que había estudiado periodismo, ya me había dicho que yo lo había conseguido todo en la vida con veintiséis años, lo que me dejó preocupado. Desde entonces no he dejado de deconstruirme, como diría Derrida, y buscar otros mundos. Aun así a pesar de mi irrenunciable defensa de la cultura y de la belleza, lo que más aprecio en las personas es la bondad y Antonio Vaquerizas es una buena persona. Me da igual, por supuesto, que sea del PP y que le apasionen los toros, en claro homenaje a su padre, que fue torero. Respeto y nunca critico a los demócratas que no piensan igual que yo, ni aunque sean taurinos. Intelectual y artísticamente hasta podría defender los toros yo; en realidad solo he ido dos o tres veces a una plaza, y lo hice para acompañar a mi padre y verlo feliz. Y hay pocas cosas que más me gusten en esta vida que ver felices a las personas que quiero. Bueno, hay una cosa que no perdono a Antonio, que sea del Madrid, jeje, cuando ya sabemos que el mejor equipo de fútbol es el Atlético de Madrid.
 
Esta fotografía es de la primera tertulia literaria de este curso en el Hotel Indigo, donde todo el mundo al que le guste la literatura, el cine, el arte y, en suma, la belleza está invitado; mañana nos despediremos para celebrar la Navidad, como Dios manda.
 
Y, ahora, me apetece bailar mientras me tomo el primer café de este lunes tan bonito:
 

 

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