jueves, 27 de julio de 2023

"Plácido o Justo"

 

(Esta es la continuación de un texto de hace unos días).

- Nunca creí que pudieras interesarte en un hombre como yo, un tipo común y corriente.
 
- Ya. ¿Común y corriente? ¿Vos? Pero por favor no me hagas reír".
 
Ahora debería prestar atención a todo lo que ella (Gabriela Vargas) dice de él (Plácido Salvatierra) en la página 100, dije el otro día.
............................
 
- Te encantará lo que ella dice de él en la página 100, ya verás, me contestó la autora del libro, Marta Muñiz, en esta red social ante el post que publiqué sobre su novela. Hermoso San Telmo, la Plaza Dorrego y pura belleza el tango como banda sonora de ese amor, añadió. Gracias por alegrarme el desayuno, nos vemos en Madrid el 3 de octubre.
 
Estas son las cosas divertidas y muy interesantes de la literatura. La escritora se inspira en mí para el protagonista de su novela, y yo lo cuento en un post y ella me contesta. De esta manera se mezclan a la perfección la realidad y la ficción. Luego me hice esta foto junto al mar, que podría ser el de Oporto o la desembocadura del Tajo en Lisboa, que es donde viaja Plácido en busca de Gabriela después de haberla perdido, tras pasar por Roma. Marta vendrá a la tertulia de Casa Manolo cuando empiece el nuevo curso, en Argüelles, al lado de la Moncloa. Lo hará desde León, donde vive; ella es de Asturias. Pero ahora, en este bonito mes de julio que está a punto de terminar, desde mi acantilado sobre el océano, leo lo que piensa Gabriela de Plácido:
 
"- Ya. ¿Común y corriente? ¿Vos? Pero por favor... no me hagás reír..., sigue diciendo Gabriela Vargas a Plácido Salvatierra en "Tú, yo, la lluvia", la novela de Marta. Vos con tus ojos grises, así como de gato nocturno a ras de luna, el cabello cano tan colocadito que apetece nomás revolverlo como un merengue; vos con esa voz grave como un muelle callado, con tu altura de gabardina inglesa reflejada en la ruta de lo charcos. Vos con tu piel de lluvia, templada y agridulce, con la melancolía en la yema de los dedos. Vos y esa imaginación arrolladora de niño efervescente que pinta caracolas. Vos sos el caballero que desnuda solo al cerrar los ojos, pero respeta al terminar el tango. Vos que querés ser en mi tobillo el final de un verso que no cesa. Vos estás desde siempre en mis laberintos. Y vos lo sabés. Ya no más este jueguito absurdo del "te quiero, me quieres siempre ardida...", ya no son horas para devanar madejas, ni podemos burlar las margaritas. Yo sé que voy a amarte a vos, porque te amo ya, desde aquel primer instante en que fuiste mío más allá del olvido".
 
Y hablando de "olvido", el capítulo 12 se titula "Oblivion". Por cierto, yo me llamo Justo y no Plácido. El protagonista de Marta es más seductor que yo. Todas las mujeres que conoce (en los bares, los aviones y las fiestas) se enamoran de él.
 
¿Bailamos mirando el mar?
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario