viernes, 14 de julio de 2023

"Sobre la primera novela de una poeta".

Hace meses Almudena Mestre me pasó un libro de la escritora Itziar Mínguez Arnáiz, que a su vez le hizo llegar su editora Charo Fierro. La intención era que la presentáramos en una de nuestras tertulias literarias, pero al final no pudo ser. En estos últimos días he estado leyendo "Sobrejuegos" (2022), la historia de un cartero que "lee" la historia de amor que se escriben Nuria y Pablo a través de una serie de cartas y que entran en su vida tras un accidente de tráfico. La novela está escrita con frases cortas, con un estilo cinematográfico, como en un "juego" en ocasiones diegético y otras extra diegético. Además sé que Itziar Mínguez (Barakaldo, 1972) es poeta, aforista, guionista de TV y pasa largas temporadas en Santa Pola (Alicante), un lugar del Mediterráneo que me agrada mucho, y del que guardo preciosos recuerdos. Mientras leía el libro me preguntaba qué es un "novelista". ¿Alguien que sitúa en un tablero de ajedrez como el de la fotografía a sus personajes siguiendo unas "coordenadas espacio temporales", como ya me dijeron Bajtín y mi maestro García Berrio, y juega a imaginar con ellos? "Tuve la posibilidad de que la metáfora de las cartas cruzadas -asegura el protagonista sin nombre en la página 166 al inspector que le está interrogando- dejara de ser una metáfora y fuera el instrumento para poner en marcha la teoría del amor". Esta "teoría del amor" es un aspecto muy interesante de la novela. Como le sucedía a Hitchcock con el cine, lo interesante no es quién es el "malo", sino cómo se cuenta. Esto es algo que sabían de sobra Joyce, Eliot, Gide, Proust, Borges o Cortázar, entre otros escritores que me gustan. Ya he dicho que el protagonista no tiene nombre y que puede ser una mala o una buena persona, incluso un sicópata. Al final Itziar da las gracias a varias personas, entre ellas a Karmelo C. Iribarren que la leyó desde el inicio, "me dio el impulso que me faltaba -admite nuestra autora- para no cejar en el empeño y lo hizo con esta frase: "tienes que publicarla como sea". También nos menciona aquellos años en los que fue despojando de frases y páginas a su novela, "como hizo Rulfo con Pedro Páramo", nos dice, y este hecho todavía me convenció más para leerla, en busca de la esencia, como intenté poner ayer de manifiesto en esta red social sobre la esencia de "La insoportable levedad del ser", de Kundera. Y este hecho me lleva a comentar algo que también he notado en la estructura de esta novela, la "asociación de ideas" que nos lleva de unas cosas a otras, como es el sencillo hecho de abrir un tarro de mermelada y pensar en un asesinato.
 
"Sobrejuegos" es una novela que podría ser como la vida misma a través de la literatura, o como esta música que escucho mientras escribo este post:
 
Escribir es como el amor, como la teoría del amor.
 

 

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