sábado, 1 de julio de 2023

"Madrid es una fiesta y yo me voy al cine a ver a Indiana Jones".

Yo no vivo permanentemente enfadado contra el mundo, el sistema, mi trabajo, etc. A mí nadie me ha hecho nada, ni siquiera los chicos del primero que se han pasado de fiesta toda la noche y no me han dejado dormir o los de la terraza de enfrente que siguen de charla a estas horas mientras amanece y yo me tomo un café y escribo este post.

Este miércoles pasado se ha estrenado en España la última película de Indiana Jones, la número 5, y ayer por la tarde me fui a verla al cine Princesa. Es un ejercicio de nostalgia, ya lo sé, pero como me dijo Fernando Rodríguez Lafuente, mi profesor de Crítica Literaria (I) y codirector de mi tesis sobre Murakami (además de contertulio de Garci y director de la "Revista de Occidente"), "Justo, a ti lo que te pasa es que eres un romántico sentimental". Cuando se estrenó en 1981 la primera de la serie, "En busca del arca perdida", no le presté ninguna atención. Era un cine comercial y a mí solo me interesaba el llamado cine de arte y ensayo, de Bergman, Fassbinder, Kieślowski, Kiarostami, Tarkovsky, etc. La vi muchos años más tarde en un cine de verano en Portbou, en la frontera de Girona con Francia, que es donde termina mi novela "Entrevías mon amour". Pero luego nació Justo Junior (casi como Indiana Junior) y cambiaron muchas cosas en mi vida, como ver incluso, por primera vez, películas de dibujos animados, de Disney y demás. Y Justi se enamoró del personaje y aún recuerdo cuando tuvimos que recorrer casi todas las tiendas de Santa Cruz de Tenerife para comprarle el caballo blanco de Indiana que aparecía en esa primera película. Y dejé de ser su héroe, como me decía siempre; Indiana Jones se había cruzado en su camino y ya no tuve nada que hacer, jeje. Él es otro profesor como yo, que se jubila de la Universidad en "Indiana Jones y el dial del destino" en este 2023. Se podría subtitular también algo así como "En busca de Arquímedes", y volvemos a buscar reliquias fantásticas de tiempos de Jesucristo y los griegos luchando contra los nazis. Él además es un aventurero y un seductor y tiene el rostro de Harrison Ford, y en todo eso me gana, aunque haya cumplido 80 años. Y sales del cine con una sonrisa en el rostro porque la película es muy entretenida. Las calles de Madrid están llenas de gente. La verdad es que en mi ciudad siempre estamos orgullosos de todo, de ser heterosexuales, homosexuales, ciudadanos del mundo y lo que nos echen. Princesa y Gran Vía están cortadas; en la Plaza de España el Ayuntamiento ha montado un concierto. 
 
Y sigues pensando en el precioso homenaje final de la película con el beso de Indiana a Marion, el eterno amor de su vida, mientras suena esta música:
 

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