viernes, 16 de diciembre de 2011

Un mundo posible (y III)

La segunda manera de enfrentarse a una obra literaria es desde el punto de vista de su lectura. En el artículo pasado se abordaba la manera en que el escritor construía su texto, y ahora se hace desde la "reconstrucción" del texto por parte del lector. Lo que hace el lector es ir recogiendo los elementos sueltos de la historia para unirlos poco a poco y "reconstruir" el mundo posible que previamente ha sido "construido" por el escritor.

Casi inconscientemente, el lector busca creerse lo que está leyendo. Necesita comprobar que no se le está mintiendo, y menos aún que se le trata como un estúpido. Por ese motivo intenta autentificar la verdad. También se enfrenta ante la función de saturación, es decir, ante la forma en que el escritor ha creado la “textura” de su texto para dar lugar al mundo posible. Si la textura es explícita, el mundo que se crea es determinado; si es implícita, el mundo es indeterminado, y si es una textura cero entonces aparece un mundo hueco.

El siguiente paso para construir el mundo posible ya está marcado. Se trata de sustituir la idea de mito clásico por la de mito moderno. El escritor es un nuevo dios capaz de construir un mundo posible gracias a su texto, pero el texto ya no persigue entender el mundo basándose en los mitos tradicionales, sino que éstos se han transformado en elementos más sofisticados y, a veces, incomprensibles, como por ejemplo, la manera en que el poder económico domina el mundo (en la sombra), o lo hacen los medios de comunicación.

Mucha gente piensa que gracias a Internet y los medios de comunicación modernos, el hombre se encuentra más comunicado que nunca, incluso que es capaz de conocer e interpretar las cosas que ocurren a su alrededor. Pero nada más lejos de la realidad. Los nuevos dioses son el dinero, el poder político y los medios de comunicación, casi siempre interrelacionados. Ahí radica el mito moderno que escritores como Murakami intentan comprender con sus novelas. Tales obras también analizan los procesos de seducción entre las personas, capaces de manipular a los demás usando el erotismo y el sexo.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Un mundo posible (II)

Con este artículo sigo recogiendo la exposición que realicé de la defensa de mi tesis doctoral el Jueves 1 de Diciembre en la Facultad de Filología de la Complutense, sobre "La semántica ficcional de los mundos posibles en la novela de Haruki Murakami". Espero que les guste.

Dentro de la creación poética que pretende ser realista, el referente es la propia realidad, y por ello cuando la creación es antimimética no existe un referente claro, o al menos eso es lo que piensan autores como Russell, Fregre y los pensadores que en el siglo XX pretendieron recuperar las ideas del paradigma mimético, como Auerbach, Hamburguer y Ricoeur, entre otros. Ante este panorama, la visión no mimética de la literatura defiende que la referencia de la creación ficcional es la semántica ficcional, con lo que cobra sentido el modelo de los mundos posibles.

El estudio de la semántica ficcional se puede realizar desde dos puntos de vista. Por una parte tendríamos la manera en que el escritor realiza su obra, por ejemplo, escribe su novela; y en la otra la forma en que el lector lleva a cabo la lectura de esa novela. Serían las dos caras de la misma moneda: la semántica extensional en el primer caso, y la semántica ficcional en el segundo.

Lo que el escritor hace es crear un mundo narrativo sometiéndolo a una serie de restricciones. Se enfrenta a un estado inicial de la naturaleza ficcional y a los cambios que se van produciendo en la misma, construye un mundo de personajes (lo que daría lugar a un mundo unipersonal o multipersonal) y permite que se produzcan sucesos, acciones, interacciones y transformaciones en el estado de la mente, con los llamados fenómenos por generación espontánea.

Las restricciones del proceso creativo surgen de la propia selección de los elementos narrativos comentados, así como de los códigos modales que afectan a cada aspecto de la obra, es decir, los códigos alético, deóntico, axiológico y epistémico, con la relevante importancia del mundo diádico y de la existencia de los dobles. En este último caso, ¿quién no se ha preguntado cuando camina por la calle si no se encontrará a su doble en cualquier momento, o si no existirá ese doble en alguna parte aunque no lo encuentre nunca? Esa es la verdadera referencia de un mundo posible, la “posibilidad” de encontrarnos con nosotros mismos en la piel de otra persona, aunque la idea resulte inquietante.

El lector, mientras tanto, lleva a cabo una lectura intensional de la obra, y acto seguido une cada elemento hasta hacerse una idea de los elementos considerados por el escritor. Es decir, termina “reconstruyendo” el mundo que ha sido construido por el creador de la obra. De ahí que sea imprescindible el estudio de las funciones de autentificación y de saturación, en busca de la existencia ficcional de aquella, así como de la manera en que se ha elaborado la “textura” del texto.

(Publicado en el Diario Progresista el 9 de Diciembre de 2011)

jueves, 8 de diciembre de 2011

Ted Hughes memorial: Poets’ Corner is a white elephants’ graveyard

No one could envy Ted Hughes’s admission to Poets' Corner, Westminster Abbey’s chaotic rockery of memorials. 

http://www.telegraph.co.uk/culture/books/8938472/Ted-Hughes-memorial-Poets-Corner-is-a-white-elephants-graveyard.html

Ted Hughes: taking his place amid a jumble of memorials in Poets' Corner - Ted Hughes memorial: Poets’ Corner is a white elephants’ graveyard
Ted Hughes: taking his place amid a jumble of memorials in Poets' Corner Photo: NILS JORGENSEN / REX
What a mess the floor of Poets’ Corner looks, with its new memorial slab to Ted Hughes. The letter-cutter Ronald Parsons has made a good job of the inscription on slate, but the greenish stone is shoved into a jumble of floor memorials that scream at each other. Notably crass is the neighbouring slab to Edward Lear, depicted in a brown and white cameo wearing rather postmodern spectacles.
It is no wonder that there are plenty of well-forgotten poets memorialised in this preposterous corner that is forever England at its silliest. Not just poets, either, for here is Sir John Pringle, not the maker of golfing jerseys, but a nutcracker-faced military physician who was sacked as President of the Royal Society for disagreeing with King George III about the best shape for lightning-conductors. (The king insisted rounded ends were best.) Pringle, remarks his biographer laconically, “had no liking for poetry”.
So who is this poet over here, commemorated by a carving of a deer with an arrow through its neck? No poet at all, but Thomas Triplet, described by some as a philanthropist, but better remembered as the schoolmaster whose career wobbled in 1662 when he kicked downstairs a boy called George Ent. The boy survived and became a poet of sorts, though he is not commemorated in Westminster Abbey.
If Pringle and Triplet are hardly household names, what of the glorious dead who were poets? Thomas Shadwell’s name for one is familiar, if not as familiar as Shadwell the station between Wapping and Whitechapel. Like Ted Hughes, he was poet laureate. Can you quote any line he wrote? Or name any one of his plays?
If Shadwell is remembered, it is as the butt of Dryden’s satire Mac Flecknoe. There, he is the heir to the kingdom of Nonsense: “The rest to some faint meaning make pretence, /But Shadwell never deviates into sense.” The poem describes his solemn crowning with poppies as tokens of his dullness. In a striking example of life imitating art, Shadwell died of an overdose of comforting opium.

lunes, 5 de diciembre de 2011

En la tertulia del Café Ruiz

Hola, tertulianos:

Os comento algunas cosas.

La primera es invitaros a los que vayais a la tertulia del Miércoles al Cafe Ruiz por lo de mi tesis, es lo mínimo que puedo hacer.
En esa tertulia hablaremos del planteamiento sobre crítica literaria que propuso Graciela el otro día. Seguro que está super interesante.

Lo segundo es anunciaros que el Miércoles 21 tendremos a la escritora Mabel Cuesta en la tertulia, que nos va a presentará la novela que le han publicado. Os pongo dos link de esta novela. Ella es una escritora cubana que vive en EEUU y estará de paso por España en esa fecha



A su vez, el próximo lunes 12, Bartleby (mi editori) presenta un libro de poesía de Angelina Gatell en el Ateneo, a las 19.30. Os copio la información que me ha enviado.

Un abrazo
Justo


Novedades Bartleby Poesía: "Cenizas en los labios", Angelina Gatell


El próximo lunes 12 de diciembre, a las siete y media de la tarde, presentaremos en la Sala Nueva Estafeta delAteneo de Madrid (Prado, 21), el último libro de la poeta catalana Angelina Gatell,Cenizas en los labios. Durante el mismo conversarán con la autora Alejandro Sanz, responsable de la Sección de Literatura del Ateneo, y

Manuel Rico, poeta, novelista, crítico literario y director de la colección Bartleby Poesía.

+ sobre Cenizas en los labios:

Se tiende a vincular la experiencia amorosa con la felicidad, con un tiempo luminoso, con una realidad acogedora, apacible. Pero muchas más veces de lo habitual —incluso en pleno siglo XXI—, el amor se construye, se vive, se goza o se sufre en escenarios especialmente duros, hostiles. Cenizas en los labioses la crónica de una intensa experiencia amorosa vivida en los más duros años de nuestra posguerra por una mujer, “niña de la guerra”, hija de la derrota: “Años 40. No hubo / ninguna luz entre la pétrea niebla, / tan sólo la esperanza / de que el amor vendría a protegerme”. Angelina Gatell, con este libro, nos muestra la plenitud de su saber poético, de su intuición, de su capacidad para aunar una alta ambición lingüística con la recreación de un mundo gris, cruel, en blanco y negro, en el que la humillación, la falta de horizontes y la demolición de los sueños de un mundo mejor se atemperan con la experiencia amorosa. El amor como refugio, como protección de quien aspiró a la felicidad con el telón de fondo de una ciudad derruida, derrotada, de una sociedad en claroscuro, que, a pesar de todo, busca la luz. Un hermoso libro: intenso, emotivo, maduro. Una obra mayor de una de nuestras grandes poetas de la generación del medio siglo. MANUEL RICO

+ sobre Angelina Gatell:


Angelina Gatell nació en Barcelona en 1926. En 1952 fundó con su marido Eduardo Sánchez uno de los primeros teatros de cámara españoles, El Paraíso y, años después, la tertulia literaria independiente Plaza Mayor, junto a José Hierro, Manrique de Lara y Aurora de Albornoz. Ha publicado, entre otros, los libros de poemasPoema del Soldado (Premio VALENCIA de Poesía, 1954), Esa oscura palabra (1963), Las Claudicaciones (1969, reeditado por Torremozas en 2010), Los Espacios Vacíos y Desde el Olvido(Bartleby Editores, 2001), Noticia del tiempo(100 sonetos de ayer y de hoy) (Bartleby Editores, 2004) y Mujer que soy (La voz femenina en la poesía social y testimonial de los años cincuenta) (Bartleby Editores, 2007). Actriz de doblaje, dedicada a la adaptación de diálogos y a la dirección, ha traducido al castellano para diversas editoriales más de cien obras de literatura infantil, genero donde además publicóMis primeras lecturas poéticas (Antología poética para niños) (1980), Mis primeros héroes (Biografías cortas para niños) (1981), El hombre del acordeón (1984) y La aventura peligrosa de una vocal presuntuosa (1988). En colaboración con Carmen Conde elaboró la antología Poesía femenina española (1971).








Cenizas en los labios (Noviembre 2011)
Angelina Gatell
Poesía

1ª Edición
978-84-92799-28-2
PVP: 10 €
Año de publicación: 2011
91 páginas



Información y pedidos prensa: Pepo Paz Saz Tel. 91 660 72 59 y comunicacion@bartlebyeditores.es


domingo, 4 de diciembre de 2011

Un mundo posible (I)

Éste es el principio de mi "speech" en la defensa de la tesis titulada "La semántica ficcional de los mundos posibles en la novela de Haruki Murakami" que realicé en la Complutense (Filología A) el Jueves 1 de Diciembre. Lo copio de la publicación en el Diario Progresista del día siguiente.

Un mundo posible es algo que no es real, pero que existe. Dentro de la literatura, es el texto el que crea ese mundo posible, y no al revés. Se podría hablar de dos tipos de textos. Un texto (R) que representa al mundo ya existente (por ejemplo, una investigación, un estudio, una tesis doctoral) y un texto (C) que crea el mundo. Ese mundo posible nace gracias al texto.

El origen conceptual del mundo posible se encuentra en algunas aportaciones de Leibniz y de una serie de filósofos suizos del siglo XVIII, entre los que estarían Bodmer, Breitinger y Baumgarten. Gracias a ellos cobró sentido la idea de lo real maravilloso, o incluso de lo “heterocósmico”, esas ficciones que son imposibles en el mundo real pero que adquieren sentido gracias a la literatura. Doležel recuperó sus aportaciones como una forma de dar cabida a los textos poco miméticos, o decididamente antimiméticos, entre los que se encontrarían los de Kafka, Rulfo, García Márquez, Calvino o el propio Murakami.

Sin embargo, para desvincular la idea de mundo posible de su carácter ontológico, y, a su vez, para no quedar convertido en un conjunto de simples metáforas, es necesario establecer una serie de principios de los mundos ficcionales dentro de los mundos posibles, así como de características propias de los mundos de la literatura dentro de los mundos ficcionales.

Entre ellas cabría citar el hecho de que los mundos posibles sean conjuntos de cosas que no son reales (como ya se dijo), pero que existen; también que son mundos ilimitados, y que hay canales semióticos que permiten el acceso a los mismos. Y, más en concreto, dentro de la literatura esos mundos son incompletos (nunca se sabrá cuántos hijos tuvo Lady Macbeth, por ejemplo, o si Madame Bovary nació con una mancha en la espalda), tampoco son semánticamente homogéneos (o al menos no lo son siempre) y además son construcciones que adquieren sentido en el texto. Por ese motivo es necesario analizar la teoría del texto ficcional.