sábado, 29 de febrero de 2020

"Un 29 de febrero".

Todos los días no son bisiesto, ni siquiera todos los años.

A pesar de que no soy más que un adolescente, esta tarde me acercaré al Auditorio de Música de Madrid con las personas que quiero para escuchar el Concierto de Violín de Edward Elgar y la sinfonía más conocida de Robert Schumann, la "Renana". No concibo la vida sin música y sin amor porque es absurdo concebir la vida sin pasión. Por eso deseo escuchar este concierto del británico Elgar, una mezcla de pasión y emoción, como la que derrocha la violinista Hilary Hahn en esta bellísima grabación con Colin Davis y la Sinfónica de Londres, a los que he tenido ocasión de escuchar varias veces en directo en los Proms.

Amar en Madrid, en París, en Londres, en Nueva York, amar en cualquier lugar, pero amar:

https://www.youtube.com/watch?v=9rCVW_4qwRY

viernes, 28 de febrero de 2020

"El final de la Tercera de Mahler".

Me estoy acostumbrando a las puestas de sol de la Ciudad Universitaria de Madrid cuando termino mis clases.

Quizá un atardecer o un amanecer sean algo muy parecido a apresar todo el conocimento acumulado a lo largo de la historia de la humanidad, al igual que pedían Unamuno y Fray Luis de León, "como decíamos ayer", dentro de la Universidad. Es ese instante inefable en el que la música se apodera del interior del coche, como el final de la Tercera de Mahler, cuando el amor a Dios lo dice todo, cuando es el amor a la persona que amas, el amor a la belleza, al propio amor.

Es una de las músicas más hermosas que he escuchado en mi vida:

https://www.youtube.com/watch?v=JyJYeB4oJT0

jueves, 27 de febrero de 2020

"Descartes y yo".

Ayer, entre clase y clase, me volví a meter en la biblioteca de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense. 

Leo a Descartes. "¿Pensar? Aquí sí encuentro: el pensamiento es; solo a él no puedo arrancarlo de mí. Yo soy, yo existo; es cierto. Pero, ¿cuánto tiempo? Únicamente mientras pienso; porque también podría suceder que, si me abstuviera de todo pensamiento, ahí mismo dejaría por completo de ser". 

Está claro que existen diferencias entre el tiempo mental y el tiempo físico.

miércoles, 26 de febrero de 2020

"Ulises con alma ajena", de Reyes García-Doncel.

"Una novela cuyo punto de vista me recordó a la película 1917".

Ayer por la tarde nos visitó en la tertulia del "Café Gijón" la escritora Reyes García-Doncel para hablarnos de su tercera novela publicada, "Ulises con alma ajena", aunque también lo hizo de las dos anteriores. Fue una tertulia literaria y divertida a partir de una novela escrita en primera persona, donde la narradora sigue de cerca los pasos de una joven historiadora de arte que debe emigrar desde Sevilla a Edimburgo para encontrar trabajo, inmersos en la última crisis económica, como si hubiera situado la cámara detrás de ella (por eso el paralelismo que encuentro con la película de Sam Mendes). El lector penetra en seguida en la cabeza de la joven Candela, así como en los lugares de Edimburgo por donde se mueve y trabaja. Se nota que Reyes es farmacéutica y profesora de biología y geología, por lo que ha aplicado un método científico naturalista e inductivo que siempre está al servicio de la trama.

Nunca dejo de sorprenderme ante la buena literatura.

La tertulia la terminamos como siempre Javier y yo en el autobús camino de casa, hablando de más y más literatura. La tertulia de la semana que viene también va a ser muy especial, como contaré otro día.




martes, 25 de febrero de 2020

"La literatura, el arte y la música que me interesan".

A veces me preguntan mis amigos y conocidos por qué no hablo de cosas de actualidad, como la política, los deportes, las polémicas literarias a favor o en contra de Galdós, la isla de las tentaciones y cosas por el estilo.

Me gustan el arte, la música, la literatura y todo lo que aporta alguna cosa a la historia de la humanidad. Me gusta también la ciencia. Desde que era un crío, necesitaba abrir los ojos y los oídos de par en par con el fin de captar todo lo que me contaban en casa y el colegio. Supongo que por tal motivo fui Premio Nacional de Bachillerato. Obtener un expediente de Matrícula de Honor no suponía grandes esfuerzos (a mi hijo volvió a ocurrirle lo mismo). Como vivo en esta época, necesito entender lo que se hace ahora. Pero no me refiero a lo coyuntural, sino a lo que intuyo que deja huella como acto creativo. Me tomo el primer café de la mañana mientras escucho de nuevo el Concierto de Violín de Britten, como también hice el otro día en el Teatro Monumental, en esta ocasión genialmente interpretado por la neerlandesa Janine Jansen. Es una música de mi época, compleja, rigurosa, a pesar de que ya tiene 80 años. Fue escrita en 1940 después de que hubiera pasado toda la historia de la música por la cabeza de su creador, Benjamin Britten. La principal exigencia que me impongo para entender este concierto, como para comprender el arte y la literatura contemporáneos, es intentar conocer lo que se ha creado y escrito hasta ahora. En literatura, William Faulkner es esencial, como continuador a su manera de James Joyce, con una obra que da pábulo a Thomas Pynchon, Cormac McCarthy y Don DeLillo, por hablar de los grandes. Cuando me llegó la hora de escribir "Entrevías mon amour" -con la idea de amueblar aquel mundo a la manera de Faulkner- desconocía que iba a estar veinte años escribiendo esa novela. Hice muchas cosas en ese tiempo, por supuesto, pero fue lo que necesité para leerme el "corpus" principal de la obra del escritor de "El ruido y la furia". Si no soy riguroso conmigo mismo, ¿por qué voy a pedir a los demás que me lean?

Este es el maravilloso, complejo, difícil y "esencial" Concierto de Violín de Britten:

https://www.youtube.com/watch?v=dDTIae06t6Y

lunes, 24 de febrero de 2020

La vida es una sonrisa.

Acabo de encontrarme en una cafetería a la chica de la derecha de la foto, que fue alumna mía hace dos años y se acercó al Retiro para verme en la Feria del Libro. Y hemos vuelto a sonreír al vernos.

La vida es una sonrisa o no es.

Y todavía hay gente que se extraña de que yo diga siempre que dar clase es lo más divertido, agradable y gratificante que existe.


"Sing, sing, sing".

Mañana martes tendremos como invitada a la tertulia del "Café Gijón" a la novelista sevillana Reyes García-Doncel. 

Es licenciada en Farmacia, catedrática de Biología y Geología en Sevilla, y se desplazará desde esa ciudad para hablarnos de "Ulises con alma ajena", su tercera novela, que plantea el complicado mundo de los universitarios a los que no les queda más remedio que irse al extranjero para trabajar, como una historiadora de arte que viaja a Edimburgo. Hace un tiempo presenté su segunda novela en Madrid, en este caso en la librería "Tipos infames", y escribí un artículo en el Diario Progresista hablando de ella, pensando que iba a venir pronto a la tertulia, pero por motivos de salud lo ha tenido que demorar: https://www.diarioprogresista.es/el-ultimo-viaje-de-ulises…/

Y, aunque no sé si viene demasiado a cuento, pongo por aquí la música de Benny Goodman con la que me he despertado esta mañana. Un café con leche y un poco de swing. ¿Se puede pedir más?

https://www.youtube.com/watch?v=r2S1I_ien6A

domingo, 23 de febrero de 2020

"Una noche de carnaval".

Me gusta el Carnaval porque me gusta la vida. El carnaval es un canto a la vida. He estado varias veces en el baile del "Círculo de Bellas Artes" de Madrid y en las calles de Santa Cruz de Tenerife, en una noche como la de ayer. Como digo siempre, primero vivo y después escribo, por ejemplo la historia de amor de Teo y Natividad, los protagonistas de mi novela "La paz de febrero".

"Natividad y yo nos conocimos en el baile de carnaval del Círculo de Bellas Artes del último año, y desde entonces apenas nos habíamos separado. Esa noche nos persuadieron las máscaras que no solo pretendían ocultar los rasgos de nuestros rostros. Era el valor de lo desconocido, de la transgresión de las leyes no escritas, de las escenas prohibidas en los servicios abarrotados por otros cuerpos jóvenes como los nuestros con ganas de amar. Natividad llevaba una camisa semi transparente y un pantalón de seda con diversas figuras geométricas estampadas en él, y se había cubierto el rostro con un antifaz que tenía la forma del violonchelo femenino de Man Ray. No pude apartar la vista de ella desde que la vi bailando con un tipo alto y espigado, de esmoquin y con el rostro cubierto con un antifaz negro. Se movían de un lado a otro del salón sin hablar con nadie; estaban en medio de la fiesta y a la vez muy lejos de los gritos y las risas de los otros. Su baile era sensual, lento, profundamente erótico. Yo había ido acompañado por Mar, Helena y Javier, pero no tardé en desentenderme de mis amigos. El edificio se agrandaba entre escenarios que permitían representaciones oníricas, pornográficas y onanistas, casi posmodernas (...) Le pedí que bailara conmigo, e intenté explicarle mis razones. La que sonaba era una de mis canciones preferidas, su antifaz representaba uno de los más famosos iconos del surrealismo y esa noche todavía no había logrado sentirme a gusto bailando con nadie. Ella me miró, supongo que sorprendida ante los balbuceos de un majadero como yo, luego miró a su acompañante, se quitó el antifaz, sonrió y me alargó los brazos sin decir nada (...) Me había estado preparando para comenzar a bailar canciones sin música ni letras, en todas y cada una de las máscaras de aquel carnaval repetido inútilmente tantas veces, modelando los rostros de las cariátides con mis manos sin dedos (o con mis brazos sin manos), el humo de la última escultura con los rasgos salvajes de la mujer que acababa de conocer, que sentía, que se lanzaba sobre mi sexo con cada vuelta vertiginosa de su cuerpo" (pp. 33-36).

El "Carnaval" de Robert Schumann es una de las obras más importantes del Romanticismo. Es de las músicas que más habré escuchado en mi vida, y estaba presente en mi cerebro cuando escribí esas escenas de la novela:

https://www.youtube.com/watch?v=dB6UCcpeLQA.



sábado, 22 de febrero de 2020

"Un Quijote en el Café Gijón".

A lo largo de mi vida me han asignado todo tipo de arquetipos literarios, desde Ulises hasta el Rick de Casablanca, pasando por Orfeo, Fausto, don Juan, Casanova o Quijote.

Sonia Carmona es una diplomática cubana que siempre me escribe frases cariñosas en este muro, y lo hace desde La Habana. El martes pasado se presentó en la tertulia del Gijón. Se ha reencontrado con el primer amor de su vida y se han casado. Están de viaje por España y el otro día se detuvo en Madrid para conocerme personalmente. Después de darme dos besos y un cariñoso abrazo me entregó un regalo, un Quijote articulado de madera. Y ahí lo he dejado, junto a dos de mis novelas. 

Lo miro mientras me tomo el primer café de la mañana y sonrío. Quizá yo sea más quijote que otra cosa, aunque el de verdad seguramente me esté guiñando un ojo ahora mismo. Después de todo, y como diría Djuna Barnes, la mítica escritora de "El bosque de la noche", el único residuo que no se puede reciclar es la mente humana.

viernes, 21 de febrero de 2020

"Arrebato o en busca de los últimos románticos".

Paseando ayer por la calle de la Palma, en el barrio de Malasaña de Madrid, me detuve un rato en la librería de la foto. Supongo que lleva el nombre de una película mítica española de arte ensayo, dirigida por Iván Zulueta el año 1979. Siempre que me encuentro con una librería, aunque sea pequeña y permanezca perdida en medio del ruido de la gran ciudad, se me ilumina el rostro. Las librerías están desapareciendo, pero todavía quedan románticos que viven y trabajan entre los libros. Esta reflexión me lleva a pensar en la película de Zulueta, otro de los últimos románticos de nuestro cine. El cine, tal y como nació, también está a punto de desaparecer y con él lo hará una determinada forma de ver la vida. "Arrebato" es el autorretrato del director y el intento de reflejar su época, la de la cultura underground de Madrid en los últimos años de Franco y primeros de la transición. En ese contexto veo el mundo de las drogas como espacio de libertad, y también el cine dentro del cine. Iván Zulueta utiliza técnicas experimentales infrecuentes entonces en el cine español, como el "found footage", y fragmentos de obras suyas anteriores. Se sirve de películas clásicas comerciales, dibujos animados, cómics y elementos de la cultura popular, reciclados tras lanzar una mirada nihilista y ascética o "arrebatada" al mundo, reflejo de la influencia ejercida en su obra por el arte pop británico.

Seguiré caminando muy despacio por las calles de las ciudades en busca de las últimas librerías y continuaré viendo las últimas películas, pequeñas, casi escondidas, tan alejadas de las televisiones y los festivales de cine. Y lo seguiré contando. Como dice la frase de Lorca escrita en el escaparate de la librería que he fotografiado: "A mí me interesa más la gente que habita el paisaje que el paisaje mismo".



"Crónica del pájaro que da cuerda al mundo".

Quizá sea una de las novelas de la literatura universal más importantes de la segunda mitad del siglo XX.

Dediqué muchas horas a estudiarla, y escribí muchas páginas con relación a sus mitos y símbolos en mi tesis doctoral de Murakami, que completé en el ensayo que publiqué más tarde sobre este escritor. Me gusta reflexionar, estudiar y leer, y después escribir sobre todo ello. Mientras me tomo el primer café de la mañana y observo los libros que andan y viven por todos los rincones de la casa, incluso en el cuarto de baño, creo que esta novela intenta decirme algo.

Es maravilloso despertar rodeado de libros.

Es maravilloso estar despierto y ser feliz, aunque me parece que es lo mismo.

Atardece en la Ciudad Universitaria de Madrid.

Una alumna acaba de decirme buenas noches al salir de clase, aunque solo son las siete de la tarde.

En un caso como este, Kant terminó escribiendo la "crítica del juicio".

En el coche se escucha la Novena de Bruckner con estruendo. Lo detengo para escribir este post.

En un instante se han reunido en mi cabeza los siglos XVIII, XIX, XX y XXI.

Es la magia del cerebro humano.

Atardece.

miércoles, 19 de febrero de 2020

"La trayectoria poética de Javier Lostalé en la tertulia del Café Gijón".

Ayer por la tarde tuvimos una vez más una tertulia deliciosa y apasionante, en esta ocasión con la presencia del poeta Javier Lostalé (Madrid, 1942), discípulo de Vicente Aleixandre, miembro de la llamada generación de los 70 y cuya poesía se ha ido depurando libro tras libro hasta llegar realmente a lo esencial, como ocurre con las grandes obras de los grandes escritores. La primera parte de la tertulia la dedicamos a los textos sobre otros poetas españoles que Lostalé ha escrito a partir de su dedicación a programas de Radio Nacional como "El ojo crítico" y "La estación azul" y ha recopilado en el último "Cuaderno adrede" de la Fundación Gerardo Diego. Y aparecieron los nombres de Antonio Gamoneda, Francisco Brines, Gerardo Diego y Gloria Fuertes. En la segunda parte Lostalé nos leyó textos de sus últimos libros y en la tercerca dos poemas inéditos de la obra que está trabajando en estos momentos.

Estimo, aprecio y valoro a Javier Lostalé.

Sé que hay personas que contribuyen al bien común.




martes, 18 de febrero de 2020

Mis "Cuentos de los otros" en la revista Barcarola.

En el último número de la revista literaria "Barcarola" dedicado sobre todo a Julio Cortázar, el catedrático de literatura Javier del Prado Biezma me pone por las nubes. Debe de ser que sabe que siempre estoy subido a un avión y mi sitio natural está ahí arriba. Ha elegido algunos de mis "Cuentos de los otros" para esa revista y ha escrito que "puede parecer extraño que Justo Sotelo (autor de una veintena de libros, muchos de ellos novelas) aparezca aquí, pero lo considero necesario". Alude al capítulo que dedica la revista a los escritores que escriben en Facebook, además de hacerlo en otras partes. Luego añade: "Justo Sotelo es un profesor importante, catedrático de economía en el ICADE (...) y es objeto ya de varios estudios. Pero Justo Sotelo mantiene un muro en Facebook, ampliamente visitado y comentado a diario, en el que siempre encontramos una prosa exquisita..." Voy a dejar aquí el texto de Javier, que es más largo. Lo mejor será sin duda comprar la revista, que solo se edita en papel, cosa curiosa en estos tiempos virtuales. Si acaso añadiré que Javier se refiere más adelante a mis "Cuentos de los otros", y dice que "este libro es un caladero esencial para buscar elementos con los que construir el imaginario de Justo Sotelo, que juega a mantenerse en equilibrio entre el espacio autobiográfico y la creación de lo que se ha dado en llamar mundos paralelos".

Mientras me tomo el primer café de la mañana, me quedo pensando en la última frase de Javier.

Voy a seguir jugando a la "Rayuela" o releyéndola. Sin duda lo que más me gusta es el juego de la vida, que es francamente divertido.





lunes, 17 de febrero de 2020

"Como en el amor".

Para la tertulia de mañana por la tarde he invitado al poeta Javier Lostalé, uno de los más prestigiosos que tenemos en España. En la fotografía que he puesto está leyendo uno de mis "Cuentos de los viernes". 

La tertulia será como cada martes en el "Café Gijón" a las 18.30 en el Paseo de Recoletos 21, y Javier Lostalé nos hablará de un bello libro en el que ha escrito una serie de textos sobre otros poetas, entre los que se encuentran Juan Ramón Jiménez, Brines, Colinas, García Baena, Panero, Pino, Villena, Siles, Rosales, Gamoneda, Gil de Biezma, Belman o Gloria Fuertes. El libro que se titula "Cuaderno adrede" ha sido editado por la Fundación Gerardo Diego el año 2019 y es una verdadera delicia. Es una edición especial y se han editado pocos ejemplares, pero ha tenido la deferencia de enviármelo y dedicármelo. Además de hablarnos de él, también recitará algunos poemas de la obra que está escribiendo. De Juan Ramón Jiménez (el poeta español del siglo XX que más he leído y más me ha enseñado), Lostalé escribe en la página 199 dentro del capítulo "Sepultado en lo eterno": "La obra de Juan Ramón Jiménez es una morada en constante construcción en la que todo lo habitado respira infinitud. Por eso es tan inabarcable como la propia vida humana en su anhelo de verdad y belleza; como el amor, transfusión nunca serena entre cuerpo y espíritu, encarnado en un desnudo de mujer, donde el arder carnal no impide la ascensión de lo ideal, ni escuchar el sonido del alma. Tan inabarcable como la interiorización en el ser de la Naturaleza en constante metamorfosis, integradora de lo visible y lo invisible, y como esa búsqueda-asunción de lo sagrado, tomada conciencia".

Ayer los rayos de sol se reflejaron durante bastante tiempo sobre las hojas de este libro, mientras el agua de un arroyo a punto de rebosar no dejaba de susurrarme una canción de amor. Ya sé que se puede vivir de otra forma o de muchas formas, pero hace mucho tiempo que elegí vivir rodeado de literatura, música, sensibilidad y agua. 

Como en el amor. 

Lo dice el poeta argentino Juan Gelman, y Lostalé lo cita en este libro: "El todo del amor es un momento excepcional. Se da lo que no se tiene y se recibe lo que no se da".

domingo, 16 de febrero de 2020

"El brazo de la violinista".

Me gusta compartir la cultura con los demás. El otro día invité a la tertulia del "Café Gijón" a los hermanos Cabello, Jorge y Rocío, pianista y violinista, y ellos hicieron lo mismo ayer, al invitarme a un concierto de la Orquesta de RTVE donde Rocío actuaba con la orquesta interpretando el Concierto de Violín de Benjamin Britten y la Décima Sinfonía de Dmitri Shostakovich. Son dos obras nacidas en el siglo XX, complejas y profundas, escritas por unos músicos que se conocieron y fueron amigos. No hablaban el mismo idioma y vivían alejados, pero eran pacifistas declarados. Recuerdo bien la primera vez que escuché la Décima en el Teatro Real, cuando todavía era una sala de conciertos. Llevaba bastantes años cerrado como teatro para la ópera y alojaba los conciertos de las orquestas Nacional y de RTVE. Ya se sabe que el régimen franquista era sordo, tanto a la democracia como a la cultura y al buen gusto. Ayer por la tarde hice la foto de una violinista rusa excepcional, Alena Baeva, tras interpretar la difícil obra de Britten, con resonancias de Beethoven y Mahler, en el Teatro Monumental de la calle Atocha, uno de los teatros donde más horas habré pasado en mi vida y que se convirtió en la sede estable de la orquesta cuando se reabrió el Real (la Nacional se fue al Auditorio). La interpretación de la sinfonía de Shostakovich por parte de la orquesta de RTVE dirigida por su titular, Pablo González, fue vibrante. Para compartirla por aquí, he buscado una versión de la Joven Orquesta Simón Bolívar dirigida por Dudamel en los Proms de Londres. Mientras me tomo el primer café de esta preciosa mañana, vuelvo a pensar en lo que sintió una violinista como Rocío Cabello dentro de una orquesta y ese mundo sonoro tan complejo, humanista y sensible como el de esta sinfonía, que refleja la libertad creadora tras la muerte de Stalin. Algo similar ocurre con la obra de Britten, que el compositor inglés terminó en EE.UU tras su exilio en 1939, en una Europa prebélica y en compañía de su pareja sentimental y artística, el tenor Peter Pears. 
 
Anoche pregunté a Rocío cómo se sentía al formar parte de un mundo lleno de sonidos "humanistas" provocados por el hombre, un mundo que crea la belleza en sí misma:

https://www.youtube.com/watch?v=XKXQzs6Y5BY

sábado, 15 de febrero de 2020

"Los Oscar desde el cielo y un beso en Central Park".

El otro día viajaba en un avión casi a la misma hora en que se repartían los premios de la Academia de cine de Hollywwod. Desde que he leído que los norteamericanos son los que más visitan el Museo del Prado, en Madrid, he decidido cambiar mi opinión sobre su nivel cultural, a pesar de que elijan a presidentes tan curiosos (la verdad es que también eligieron a Obama, que leía a Eliot, el mayor poeta del siglo XX). En esta ocasión estoy de acuerdo con los premios a "Parásitos", Joaquin Phoenix e incluso a Brad Pitt. Pero lo que ahora quería decir es otra cosa, algo sobre la última película de Woody Allen, "Día de lluvia en Nueva York", que no tuvo ninguna candidatura, entre otras cosas porque no se pudo estrenar en su país. No me gusta la doble moral, sobre todo la relativa al sexo, y después de volverla a ver en el avión constaté una vez más que Woody Allen es el mayor genio vivo que tenemos en el cine. El guión es de una frescura arrolladora, algo bastante raro en un tipo de 85 años. Este último beso de la película del que hice la fotografía es una verdadera declaración de amor al cine y a la inteligencia. Y lo digo yo, que me encanta besar y que me besen. 

Así que como Madrid y Nueva York no están demasiado lejos en avión, ¿qué tal si nos damos un paseo por Central Park, además en coche de caballos, nos bebemos una copa de Vega Sicilia, tiramos las copas hacia atrás y nos besamos?

viernes, 14 de febrero de 2020

Sé de sobra que el día de hoy lo crearon para mí.

Esta foto la hice ayer en el escaparate de una tienda paseando por Madrid una tarde de primavera, aunque aún estemos en invierno. Pasear con suma lentitud, sin ninguna dirección premeditada, es una de las cosas que más me gustan en este mundo, como si no existiera el tiempo o el tiempo me perteneciera por completo. Tras hacer la fotografía me dije que me paso el día sonriendo, algo que me ocurre desde que tengo uso de razón y me veo bailando en brazos de mi padre siendo apenas un bebé. 

Serge Gainsbourg también compuso esta canción para mí. Y es que los dos somos igual de feos, jeje:

https://www.youtube.com/watch?v=3ySlFxjxj6M

jueves, 13 de febrero de 2020

"Una tertulia en el Café Gijón por la dignidad de los seres humanos".

Ayer por la tarde nos visitó el Dúo Metha, de violín y piano, para hablarnos de la música del holocausto. Fue una reunión llena de verdad y sensiblidad, porque no solo quisimos recordar a todas las personas que murieron en ese infierno, sino a las que continúan muriendo en manos de los que no dejan de erigirse en dueños y guardianes de los demás.

Y lo hicimos de la única forma en que sabemos hacerlo los escritores y los artistas, a través de la belleza de la música y de la palabra.

Empezamos en la cripta, como siempre, en la parte de abajo del café, pero al final terminamos en la parte de arriba y nos apoderamos de los sitios que una vez ocuparon Ramón y Cajal, Galdós, Valle-Inclán, Cela, Orson Welles, Ava Gardner, Umbral y tantos escritores y artistas (ahora estamos nosotros cada martes, claro, así que supongo que también estamos escribiendo una pequeña historia). Los hermanos Jorge y Rocío Cabello Violín - Dúo Metha utilizaron el piano de cola junto al violín de ella e interpretaron tres piezas de la música escrita y nacida como homenaje a todas las personas muertas en el holocausto. El público del café guardó silencio y aplaudió al final. Hice varios videos con aquella preciosa música, pero soy incapaz de subirlos a Facebook, y además tengo muchas clases y me tengo que ir. Es una lástima porque el sonido del violín de Rocío resulta excelente (es integrante de la Orquesta Sinfónica de RTVE, una orquesta que a su vez forma parte de mi propia educación sentimental, como diría Flaubert, y aparece en alguna de mis novelas). Quizá lo mejor sea volver a escuchar a estos dos hermanos interpretando una dulce y melancólica canción sefardí de desamor (es una cantiga sefardí de los Balcanes). Nuestra tertuliana Sol Genafo, judía y muy emocionada a lo largo de toda la tertulia, se unió a Rocío a la hora de cantar esta canción. Mientras paseábamos después por Recoletos en dirección a Colón, Sol me dijo que se la cantaba su madre de pequeña como una nana. Sinceramente sigo creyendo en los seres humanos:

https://www.youtube.com/watch?v=Y1nviFxynUw

"Tu madre kuando te pario
I te kito al mundo
Korason eya no te dio
Para amar segundo

Adío Kerida,
No kero la vida,
Me l'amagrates tu.
Adío,
Adío Kerida,
No quero la vida,
Me l'amargates tú.

Va, búxkate otro amor,
Aharva otras puertas,
Aspera otro ardor,
Ke para mi sos muerta.
Aspera otro ardor,
Ke para mi sos muerta.

Adío,
Adío Kerida,
No kero la vida,
Me l'amagrates tu.
Adío,
Adío Kerida,
No kero la vida,
Me l'amargates tú".








martes, 11 de febrero de 2020

"Clavelitos, clavelitos, clavelitos de mi corazón".

Según me contaba siempre mi padre, cuando yo era pequeño me daba por cantar la canción "Clavelitos". Como no me sabía la letra, solía decir aquello de "clavelitos, clavelitos, clavelitos de mi corazón" y seguía "pon, pon, pon, pon". Esta bonita mañana de invierno me apetece dedicar esta canción a mi amigo Javier del Prado, como se hacía antiguamente en la radio. Lleva unos cuantos días detrás de un poema sobre la rosa, como hacía Gertrude Stein, y a pesar de que ya le regalé el famoso clavel de Benavente, aquel dirigido a la reina que tenía que escoger entre la rosa y el clavel, aquí le envío a la tuna de Derecho de la Universidad de Valladolid. 

Javier, no creas que no te quiero, es que no te los pude coger:

https://www.youtube.com/watch?v=Vpq8jkkqeCA

En la foto estamos presentando mis "Cuentos de los otros", con Pepo Paz, el editor de Bartleby, Javier, que fue quien leyó el texto de presentación, la poeta Zhivka Baltazhiva, el novelista Fausto Guerra y yo, precisamente en el momento en que me subía a la barra para continuar con la charla, ya que no veía a la gente que se había quedado fuera del "Café Puro Teatro", que es el lugar donde antes hacía mis tertulias, en la calle Manuela Malasaña. Esa tarde no canté.

lunes, 10 de febrero de 2020

"Vivir es ver pasar y el George Adams y Don Pullen Quartet".

Mi novela "Vivir es ver pasar" a través de un concierto del "George Adams y Don Pullen Quartet" en el Café Central de Madrid, junto a la Plaza Santa Ana, en mi Montmartre particular.

El jazz está en todas mis novelas y cuentos, no solo como metáfora, sino a la hora de elaborar su estructura. Está omnipresente en la segunda novela que publiqué, "Vivir es ver pasar", en 1997. Matilde Tricarico es una médica y escritora italiana inteligente y sensible, amiga desde hace poco, tertuliana del "Café Gijón" y enamorada de Madrid. Hace unos días la terminó de leer y escribió lo siguiente: "He terminado de leer el libro y voy a compartir con vosotros por qué me ha gustado tanto. El escritor Justo Sotelo es un enamorado de Madrid, una ciudad a la que pone como escenografía para su libro. Y así paseamos de su mano por el bullicio y la tristeza de la estación de Chamartin, por la Gran vía y así admiramos la Puerta de Alcalá. Nos sentamos con él en el Círculo de Bellas Artes y escuchamos la tertulia. También habla de París, aunque me resulta más sentida y vivida Madrid. El Madrid que siempre te hace estar a gusto. Os dejo con sus palabras que son mucho más expresivas que lo que yo pueda decir". Por mi parte añado que "Vivir es ver pasar" resume algunas ideas que siempre he tenido sobre la vida y el amor, la literatura, el arte, las tertulias literarias y el mundo en general. Los espacios de la historia son Madrid y París, y mi intención fue la de retratar la vida bohemia que conocí en las dos ciudades junto a Paqui, impregnada de jazz, el jazz de Cortázar, el jazz del Café Central y el Círculo de Bellas Artes. Las noches de jazz eran las cabezas moviéndose ligera y ensimismadamente de arriba abajo, con una copa en la mano, el sudor en la frente y un sentido literario y violeta de la vida. ¿Dispuestos a seguirme en mi particular viaje por Madrid y París que describo en "Vivir es ver pasar"? Entonces hay que escuchar a George Adams (saxo), Don Pullen (piano), Cameron Brown (contrabajo) y Dannie Richmond (batería), un 9 de febrero en el Café Central, aunque hoy sea 10 de febrero:

domingo, 9 de febrero de 2020

"Campo de mujeres".

La tertulia literaria del próximo martes a las 18.30 h. en el "Café Gijón" será especial, ya que estará dedicada a todas las personas que murieron en el holocausto.

Hace solo unos días escribí un post sobre el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, que se acaba de celebrar. En él señalaba que la música salvó vidas en aquel infierno o por lo menos mitigó el profundo dolor, algo similar a lo que había hecho Pau Casals al grabar las partitas de Bach durante la Guerra Civil. Esto lo comentaba un ex alumno y tertuliano, José María Lancho, en un artículo del "HuffingtonPost", en el que mencionaba también el gran trabajo de divulgación sobre el holocausto que llevaban haciendo durante años los hermanos Jorge y Rocío Cabello Violín - Dúo Metha. Compartí una de las obras que habían interpretado este pasado enero en la Casa Sefarad de Madrid y aunque no los conocía los invité a mi tertulia, cosa que aceptaron amablemente. En el "Café Gijón" nos hablarán de todo ello y nos presentarán el disco que acaban de grabar. He pedido a Rocío que interprete una de sus obras con su violín, como una canción del folclore ruso, "campo de mujeres", que interpretó con su hermano el año pasado en la bellísima Sinagoga del Tránsito de Toledo. Este es el link con la música:

https://www.youtube.com/watch?v=2rFfImpDfxc

"Shalom, es decir, paz. A pesar de todos los desastres que ha causado el ser humano a lo largo de la historia, y supongo que seguirá causando, sigo pensando que la bondad es el arma más poderosa que existe.



sábado, 8 de febrero de 2020

"¿Ponemos ritmo a esta mañana de febrero?"

Paseando ayer por un pequeño puerto de pescadores que parecía instalado en el origen de los tiempos me detuve unos minutos a escuchar a un sujeto que tocaba el acordeón. Tenía un mentón bastante pronunciado y la mirada triste, y una suave y dulce melancolía invadía el movimiento de sus dedos. No obstante todo cambió cuando empezó a interpretar una melodía que me sonaba mucho, pero no acertaba a adivinar. Estuve dándole vueltas el resto del día, hasta que caí en la cuenta ya por la noche, tras tararearla mil veces y mientras me preparaba unas clases. Era una música del mexicano Arturo Márquez (Sonora, 1950), un canto para la celebración del levantamiento de la voz indígena en Chiapas, a través del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Me tomo un café y la escucho mientras miro la luna sobre el mar plateado. La interpretación del venezolano Gustavo Dudamel es arrolladora, con esa sonrisa que casi se come el mundo, como también ocurre con los jóvenes integrantes de su orquesta Simón Bolívar que parecen a punto de levantarse del asiento mientras tocan, además en el Albert Hall de Londres, un lugar que ya he comentado varias veces que es ideal para la celebración de la armonía y la luz de la música, y al que he vuelto siempre para recordar la primera vez que escuché allí la Segunda Sinfonía de Sibelius, que terminé convirtiendo en uno de mis "Cuentos de los otros". ¿Ponemos ritmo a una luminosa mañana con esta música de inspiración cubana compuesta por un mexicano e interpretada por un director y una orquesta de venezolanos en una esquina del Hyde Park, en el mismo centro de Londres, la capital de un país que no quiere formar parte de la Unión Europea?

viernes, 7 de febrero de 2020

"Una banda sonora".

Definitivamente, me parezco a Al Pacino en la película de la fotografía, "El precio del poder", pero bailo con mi chica en "La la land" bajo las estrellas de Los Ángeles, me subo a una mesa de la clase en "El club de los poetas muertos" para hablar con mis alumnos, me doy un paseo por Irlanda como "El hombre tranquilo" y susurro un poema de amor en el desierto de Túnez como en "El paciente inglés".

Según M Jesús Egmont de esa manera sería la banda sonora de mi vida, como escribió por aquí el otro día:

"El otro día ya dije que no te veo en "La guerra de las galaxias", pero sí lo hago bailando bajo las estrellas con la chica como en "La la land". O siendo el profesor Keating para sus alumnos en "El club de los poetas muertos", o simplemente ayudando a todos en este muro a emitir nuestros alaridos por los techos de este mundo. Porque creemos que la palabra y la poesía sí pueden cambiar el mundo, como bien decía Whitman. También podrías ser un "hombre tranquilo" en Irlanda o un Al Pacino con el aspecto que tenía en "El precio del poder", pero marcándote un tango como hacía en "Esencia de mujer", y enseñar la belleza de la vida a los jóvenes. O, simplemente ser un conde Laszlo, y es aquí donde te dejo la música: https://youtu.be/p5FvpgiRqB0".

A veces otros amigos y amigas me ponéis otras películas y otras músicas. Desde luego que lo que más me gusta es hacer siempre lo que me da la gana, como por ejemplo pasear ahora mismo por una playa desierta y bailar sobre la arena esta música con una inmensa luna sobre el cielo. 

El director de mi película siempre he sido yo:

https://www.youtube.com/watch?v=waTDxRZ93Qc

jueves, 6 de febrero de 2020

"La pintora Remedios Varo, entre la literatura y el surrealismo".

Antes de ayer mi amiga y tertuliana María Victoria Huerta puso en mi muro la segunda fotografía de este post, que había encontrado mientras leía una página virtual de la "Casa del Libro". En ella aparecen mi novela "Entrevías mon amour" y las obras de dos escritoras que he invitado recientemente a la tertulia literaria del Café Gijón, Florencia del Campo y Amparo Serrano de Haro. Al fijarme mejor observé que el libro de Amparo es una biografía que había escrito sobre la pintora Remedios Varo y publicó en 2019. Ayer saqué un hueco para leer algunas cosas sobre esta artista que nació en Anglés (Girona) el año 1908, que vivió en Madrid (fue de las primeras mujeres que logró estudiar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, que está al lado de la Puerta del Sol), luego en Barcelona, donde se integró en el grupo surrealista Logicofobista y después en París. Con la llegada de los nazis se exilió en México y allí murió en 1963 sin regresar nunca a España.
Su obra la analiza mucho mejor que yo Antonio García Villarán en un video de Youtube, un artista que además es doctor en Bellas Artes y licenciado en las especialiades de pintura y escultura. Es una verdadera clase de arte, que me ha gustado mucho:

https://www.youtube.com/watch?v=uLCeteOo7Gk&vl=es

Es ese afán que siento por no dejar nunca de aprender, sobre todo de una manera interdisciplinar, que es la única manera en que se aprende de verdad.



miércoles, 5 de febrero de 2020

"Romanza en taxi por Madrid".

Antes de ayer iba en taxi al Banco de España escuchando Radio Clásica. A punto de llegar comenzó a sonar el segundo movimiento del Concertino para guitarra y orquesta de Bacarisse. Comenté al taxista que no parara, que continuara conduciendo y me diera una vuelta alrededor de la Cibeles. Tengo un cariño especial a esta música, señalé entre balbuceos. Siempre me había parecido que podía representar los suspiros y los latidos de todos los españoles que tuvieron que exiliarse tras la Guerra Civil (este es uno de los leitmotiv de mi novela Entrevías mon amour). Salvador Bacarisse estudió Música, Filosofía y Letras, y Derecho. Afiliado al Partido Comunista y miembro de la Alianza de Intelectuales Antifascistas se exilió en París durante el año 1939. Debido a que poseía una excelente preparación (su padre era francés y su madre de Zaragoza), trabajó el resto de su vida en la Radio Televisión francesa, y creó una obra amplia y muy hermosa. El año 1957 escribió este concertino, inspirándose en el mítico concierto de Joaquín Rodrigo sobre Aranjuez.

https://www.youtube.com/watch?v=4zVSfAtZDSY

Me bajé del taxi tras dar cuatro vueltas completas a la fuente de la Cibeles. El taxista no quiso cobrarme esas vueltas de más. Al despedirnos me dijo que su padre también había sido un exiliado. Me pareció que se deslizaba una lágrima por sus mejillas, aunque a lo mejor solo fue un efecto del sol.

"El tiempo pasa, pero siempre nos quedará la poesía".

Ayer se nos fue un director de cine comprometido con el bien común y con la poesía, José Luis Cuerda. Un día antes lo hizo un pensador que escribió para lo mismo, para lograr la dignidad de la literatura y los seres humanos, George Steiner. No eran de mi familia, pero formaban un poco parte de mi vida, con algunos de sus hermosos libros y películas que se encuentran por casa. Ayer por la tarde volví a rodearme de poesía con la visita a la tertulia del Café Gijón de la escritora María José Gómez Sánchez-Romate y su libro de poemas "Piel transitada" (Los libros del Mississippi, 2019). Un libro de amor y desamor, y del paso del tiempo. Nostálgico y vivo, transitado por el conocimiento de la lengua por parte de su autora, que es filóloga, y por la propia vida bien vivida y sentida. María José es una mujer muy accesible, culta, simpática, que no rehúye ninguna pregunta y que ofrece siempre las respuestas adecuadas. Por eso hablamos igualmente de los libros que han influido en su obra y los que está leyendo ahora mismo o ha acabado de leer, como los de Olga Tokarczuk, la última premio Nobel, y Edurne Portela, de la que también habló Pepo Paz. Los tertulianos de nuevo intervieron con conocimiento y con cariño, incluida la riojana Ana Zangróniz, que venía por primera vez. Los escritores Andrés Pinar Godoy y Javier del Prado Biezma estuvieron imponentes, una vez más, en su apreciación sobre la poesía como género literario. Y salieron a relucir Juan Ramón Jiménez, Mallarmé, Debussy. Y al final, cuando Almudena Mestre nos acercó a Javier y a mí al barrio, seguimos hablando de libros. Antes, mientras esperábamos en la esquina de Colón a que apareciera el coche de Almudena, no dejamos de hacerlo de Juan Ramón, de "Arias tristes", ese libro que viajó conmigo a todas partes durante la adolescencia, del poeta recién casado, del tiempo y el "Espacio", el gran poema de la literatura española del siglo XX en la línea de Eliot.

En fin, la poesía, es decir, la vida.