lunes, 29 de noviembre de 2021

"Canto, como Ofelia, para que me amen".

La escritora catalana Raquel Casas Agustí será nuestra invitada en la tertulia del Café Gijón del próximo martes, de la mano del editor de Bartleby Pepo Paz Saz.
 
Nacida en Vilanova i la Geltrú, en 1974, está licenciada en Filología Hispánica y es doctoranda en Literatura Española del s. XX. Trabaja como profesora de Lengua y Literatura. 
 
Hasta este momento ha publicado los libros de poemas "Astrolabi" (El Cep i la Nansa, 2006), "Les randes del Paradís" (Editorial Moll, Premio de Poesía Vila de Lloseta 2007), "La dona bilingüe", (Viena Edicions, Premio Betúlia de Poesía de Badalona 2008), "Vessar el càntir" (Viena Edicions, Premio de Poesía J. M. López-Picó, Vila de Vallirana 2019), "Estimar Nick Kamen" (El Cep i la Nansa, 2020, Premio Joan Alcover de Poesía, Ciutat de Palma), así como el libro de cuentos "Balcons que escupen mitges" (El Cep i la Nansa, 2018). 
 
Sobre el libro que ha publicado Bartleby, y se presentó hace solo unos días en la Librería Blanquerna de Madrid, dice su prologuista José Ángel Cilleruelo:
 
"Casas Agustí publicó "La dona bilingüe" en 2008. Sus anteriores trabajos se situaban en los extremos de la dicción poética: el lirismo más acendrado, el primero; a alteridad más radical, el segundo. La singularidad de La mujer bilingüe radica en fundir ambos opuestos en una única poética, introspectiva y crítica al mismo tiempo, a la vez profundamente lírica y vorazmente narrativa. En La mujer bilingüe subyace también una reflexión sobre la condición poética que lo sustenta: la voz que no renuncia a ninguna de sus dos lenguas es también el sujeto poético que no renuncia a ninguna de las dos tradiciones que hereda, de modo que el anhelo de una intensa expresión lírica consiga aflorar en los diferentes disfraces del yo. Aquí están los rasgos estilísticos que la poeta ha consolidado en su obra posterior: destacan las paráfrasis creativas y el hábito de utilizar referencias tanto de la cultura clásica como de la contemporaneidad popular". 
 
Y estos son 2 poemas del libro que me parecen especialmente interesantes:
 
HISTORIA DE AMOR PARALELA
 
La primera vez bajo tu dominio
te acercaste con todos los miembros iluminados,
reverente, alcanzable, y yo con el corazón como una
[liebre
pegado, enraizado inevitablemente a tu alma.
Fue en aquel parque donde se arrastran las horas,
se secan los juncos y emergen hojas nuevas.
De repente éramos dos: mi cuerpo mudo, como un
[barco
navegó con instinto infatigable hacia tu dominio
donde por primera vez me hurgaste por dentro y
me abriste las puertas de una intensa historia de amor
[paralela.
 
HISTÒRIA D’AMOR PARAL.LELA
 
La primera volta sota el teu domini/ vares apropar-te amb tots els membres il·luminats,/ reverent, abastable, i jo amb el cor com una llebre/ enganxat, arrelat inevitablement a la teva ànima./ Fou en aquell parc on s’arrosseguen les hores,/ s’assequen els joncs i s’alcen fulles noves./ De sobte érem dos: el meu cos mut, com un vaixell/ navegà amb instint infatigable cap al teu domini/ on per primera vegada em vas remenar per dins i/ m’obrires les portes d’una intensa història d’amor paral·lela.
 
SPOOKY
 
Ahora ya no leo novelas de amor.
Ahora me quedo mirando el faro
y las ciénagas que me petrifican.
Soy la mujer bilingüe que ha sobrevivido
a los sueños y a los naufragios.
Por eso bebo cócteles sin parar
y cuando acabo, canto.
Canto, como Ofelia, para que me amen.
Canto en las fiestas, antes de ahogarme.
Canto porque, a pesar de todo, aún tengo miedo. 
 
SPOOKY
 
Ara ja no llegeixo novel·les d’amor./ Ara em quedo mirant el far/ i els aiguamolls que em petrifiquen./ Soc la dona bilingüe que ha sobreviscut/ als somnis i als naufragis./ Per això bec còctels sense remei/ i quan me’ls acabo, canto./ Canto, com Ofèlia, perquè m’estimin./ Canto a les festes abans d’ofegar-me./ Canto perquè, malgrat tot, encara
 

 

domingo, 28 de noviembre de 2021

"A propósito del artista Santiago Martínez Sáenz y la creatividad".

La primera fotografía es de Santiago hablando el lunes pasado en la presentación con público de mi novela "Poeta en Madrid". Entonces le pedí que comentara algo sobre el "acto creativo" y de qué forma estaba viviendo esta pandemia, cómo estaba afectando a su obra. La segunda foto es unos pocos años atrás en una tertulia literaria en "Puro Teatro". La tercera es de hace 6 o 7 años en la terraza del Café Comercial, precisamente, donde he quedado tantas veces con él. 
 
Cuando nos conocimos en la Universidad, en un jurado de premios hace 25 años, Santiago ya había levantado edificios importantes en este país como arquitecto y celebrado muchas exposiciones como pintor. Toda su vida ha sido profesor de dibujo técnico en la Escuela de Arquitectura de Madrid y nuestra arquitecta y nueva tertuliana María José Muñoz Spínola se colaba en sus clases para escucharle. Le hablé de literatura, de que quería que me ayudara en la dirección de la tertulia y casi se le saltan las lágrimas de alegría. Un rasgo del artista es la curiosidad y quizá por ello empezó a leer mi obra con interés. Llegó a apuntarse a un taller literario para "poder seguirme en las tertulias", como ha repetido más de una vez. Seamos artistas o no, uno de los secretos de la felicidad es no perder la curiosidad y mantener las ganas de crear. 
 
Santiago y yo hemos pasado muchas cosas juntos, incluso algunas enfermedades y visitas a hospitales. No nos veíamos desde hacía varios meses porque no le apetece seguir las tertulias literarias por Zoom. Santiago es de los de "mirar" a la gente a los ojos, con esos ojos azules que tiene. "Ayer me dijo mi mujer que nos fuéramos a pasear por el centro de Madrid, me comentó esa última vez, y yo le dije que mejor otro día porque deseaba pintar, necesitaba pintar, pero no pude hacerlo". En alguien tan sensible como él, los sucesos "exteriores" que estamos viviendo afectan duramente a su mundo "interior". Se refugia en la pintura y en las "conversaciones" consigo mismo. En su opinión la arquitectura pasa por unos momentos de estancamiento creativo, ya que aún no se ha recuperado de la crisis del año 2008; en cambio en la pintura observa cierto movimiento por descubrir y elaborar nuevas formas. 
 
Este lunes pasado nos dijo que las ganas de continuar pintando, de sentarse cada mañana ante un lienzo o un grabado son las que le dan fuerzas. Supongo que es la misma fuerza, la misma curiosidad, la misma creatividad que llevaron a un sordo a escribir esto:
 

sábado, 27 de noviembre de 2021

"Andando por nuestro pequeño mundo".

Un viaje desde Madrid a Nueva York pasando por Japón, Mallorca y Salamanca.
 
¿Qué tienen en común mi ensayo sobre Haruki Murakami, el escritor de cuentos Hans Christian Andersen, el cantante y guitarrista Juan Alberto Arteche -que fundó el grupo español de folk de los años 60 "Nuestro pequeño mundo"-, mi amiga mallorquina Marta Nogareda, consultora de la ONU y la UE, y profesora de la Universidad Carlos III, el Central Park de Nueva York, y la luz y el color de Béjar de los cuadros de Antonio Zaballos? 
 
La respuesta se llama Juana Martínez López-Prisuelos. 
 
El otro día publiqué un post sobre Cecilia paseando por el estanque de El Retiro y cantando su "ramito de violetas". Juana intervino para comentar que su marido, Juan Alberto Arteche, había sido amigo de Cecilia. Y esto me llevó a buscar algunas canciones de aquel grupo de folk que recordaba de mi infancia. Hace un tiempo Juana estuvo leyendo en el Central Park mi ensayo sobre los mundos posibles de las novelas de Haruki Murakami, junto a la escultura del creador de "El patito feo", "El soldadito de plomo", "La sirenita" y otros cuentos que pertenecen a mi infancia y a tantas infancias, dentro de nuestro pequeño mundo (me refiero a esta primera fotografía). A Marta la conocí años más tarde, y se terminó haciendo amiga de mis amigos de Béjar, en Salamanca, Yoli González López y Antonio Zaballos. En la tercera fotografía se encuentra también en Nueva York, cerca de Juana, Murakami y Andersen. Está en cuclillas, mirando a la cámara, concentrada y pensativa, ella que ha recorrido medio mundo, este pequeño mundo, ayudando a los demás desde sus firmes creencias y convicciones humanitarias.
 
Mis novelas tienen un protagonista principal, pero están llenas de personajes que dan sentido a su vida. Siempre he pensado que nuestro mundo lo hacemos entre todos, sin dejar de caminar en busca de un cuadro lleno de luz y de color, como los que pintaba Zaballos, andando en busca de la libertad, de la eternidad:
 

viernes, 26 de noviembre de 2021

"La luz de la mesilla de noche".

Los libros están dejando de ser auténticas creaciones literarias, nos dice el catedrático de literatura German Gullón, para convertirse en músicas que suenan bien, como la que nos ponen cuando vamos al dentista. 
 
Me estoy acostumbrando a ver sus videos, lo reconozco, y no solo porque seamos amigos y él sea primo de mi querida Charo Alonso Panero, a la que estimo tanto, o porque presentara en la tertulia del Café Gijón mi novela "Poeta en Madrid" (es la foto que he puesto de esa tarde del pasado mes de febrero), sino por su forma inteligente de situar los puntos sobre las "íes" en este mundillo literario curioso que tenemos, donde a este paso acabaremos comprando libros no por su calidad y su excelencia, sino por la falta de filtros relativos a esa excelencia. Antes de irme a clase pienso en quién publicaría en estos tiempos a Joyce, Proust, Woolf, Borges, Bernhard, Coetzee o Morrison, por hablar de algunos escritores que releo con relativa asiduidad.
 
Voy a pensar en todo esto mientras me voy caminando a clase. A lo mejor pido su opinión a mis jóvenes alumnos dentro de un rato.
 
Aún me gusta tener un buen libro en la mano antes de apagar la luz de la mesilla de noche:
 

jueves, 25 de noviembre de 2021

"La fragua cero", de Gabriela Amorós, un 25 de noviembre de hace 7 años.

En la presentación en Madrid de "La fragua cero", el primer libro de la artista y abogada alicantina Gabriela Amorós Seller, una obra de arte construida según una inteligente mezcla de relatos y poemas. El arquitecto y pintor Santiago Martínez Sáenz, a la izquierda de la primera fotografía, se refirió a la pintura y la portada del libro, de la propia Gabriela. Yo lo hice de los aspectos literarios, ya que además escribí el prólogo, casi un ensayo. En esa fotografía se ve también de espaldas a la escritora Almudena Mestre. Estábamos en "Este o Este", el local de Mariwan Shall situado en el centro de Madrid, en la calle Manuela Malasaña. Las otras fotos las sacó mi querido Antonio Zaballos, y veo a Peter Redwhite, Eduardo Larrocha, José Zurriaga, Zhivka Baltadzhieva, Román Reyes, Trinidad Seller, Antonio Banús, Cristina Penalva, José Adsuar Soto y Javier del Prado Biezma, entre otros.
 
"La fragua cero" representa a la literatura de calidad, porque es un libro bien escrito que aborda con acierto los tres grandes temas de la literatura universal, el tiempo, el espacio y el otro, y porque tiene un mundo mítico detrás, con esos símbolos que, en su abstracción, se convierten en imágenes y metáforas gracias a la imaginación y la fantasía. Hace unos días hablaba, precisamente, con Efi Cubero del carácter "universal" de la buena literatura, de esa universalidad de Goethe, de Eliot, de Joyce. Y lo hacíamos en la presentación de su último libro de poemas en la Librería Alberti.
 
El tiempo pasa, pero la buena literatura permanece, la literatura que es universal, como la buena música que escucho con el primer café de este precioso jueves de otoño, antes de irme a trabajar en lo que más me gusta:
 

miércoles, 24 de noviembre de 2021

"Ayer tuvimos una tertulia del Café Gijón de una gran profundidad literaria con el poeta Álvaro Petit Zarzalejos".

Nacido en Bilbao (1991), empezó a escribir muy joven, emulando los cantares de gesta medievales y la poesía de Juan Eduardo Cirlot. Tras estudiar periodismo, historia y filosofía, publicó su primer libro de poemas, "Que aún me duelas", que mereció el accésit del Premio Adonais 2017. Un año después tradujo y editó la primera antología en castellano de la poesía de C.S. Lewis, autor de "Las crónicas de Narnia", gran amigo de Tolkien en aquel ambiente tan "british" de la Universidad de Oxford y que tanto me seduce. Álvaro nos leyó sus poemas y nos habló de las influencias en su obra. Además de Cirlot, comentamos la obra de Julio Martínez Mesanza, Jon Juaristi y Luis Alberto de Cuenca (en este caso, no se habló de las semejanzas sino de su amistad, teniendo en cuenta que además nos ha visitado varias veces en el Gijón).

Como se verá sus poemas en endecasílabos poseen un ritmo y una musicalidad muy cuidados, y están en los antípodas de la poesía seudo sentimental y seudo literaria tan habitual en estos tiempos del "metaverso". 
 
Las intervenciones de los tertulianos se encontraron a la misma altura. 
 
POEMAS DE ÁLVARO PETIT 
 
III
Será esperanza que tú aún me duelas,
después de tanto tiempo. Será que
aún permaneces -pura inmanencia-
clamando sordamente en lo absoluto.
Cuando la eternidad sea medida
de todas las cosas, será esperanza
más allá del tiempo que aún me duelas.
Y la mártir vocación de mis labios
carmesíes, ascuas y clavo ardiendo. 
 
V
Voy a llevarte a un altar de piedra rota
que haya visto tanto amor, tanta muerte,
tanta vida estrenada en la mortaja,
tanto bautismo, que sea la piedra
quebrada pura tradición de ruinas
de un Amor que nos habla. Voy a llevarte
a un altar con una espada de plata
que sea una evocación de la sangre
y la vida; de lo que se derrama,
que es lo único que vale una batalla. 
 
XII
Si vieras cómo el desconsuelo ha tintado el aire
de la estancia; cómo de la pared han surgido
arquerías góticas, que llaman a la gloria;
si vieras cómo el suelo ha quedado empapado
por la umbría bruma, tan espesa como la sangre
que se desparrama. Si vieras cómo el amparo
final; la niñez, abandona las cuatro esquinas
de mi corta cama o cómo el tiempo, en su preñez
de relojes, va enhiesto conquistando los pocos
momentos que se te regalaron como reino,
para que tú los gobernaras. Si vieras cómo
es pura intemperie y desafuero la abismada
mirada. Si lo vieras, verías mi silencio,
mi llaga apocopada, el más íntimo secreto. 
 
XV
A veces los labios se ocupan sólo
de sí mismos, plegados en su propia
duda, en sus propios mundos, olvidando
lo que hay más allá de sus dos calados
límites, de todo cuanto respira,
y no entonan ya ni salmos ni ruegos,
ni lanzan besos en las madrugadas.
A veces, los labios se ocupan sólo
de sí mismos. Y entonces es el mundo
más inhóspito, menos palpitante. 





 
XIX
Te conocí cuando aún te gustaban
los libros de Juaristi y de Mesanza
y en el antro de al lado de tu casa,
absortos leíamos Las trincheras
y nos convertíamos en soldados
de fe, en alta torre, en guardia del limes
oriental o en cientos de pasos ciegos,
mudos por las calles de Vinogrado,
por sus crasos humos manchesterianos.
Con el breve Spoon River Euskadi...
cómo la voz se nos despedazaba,
cómo nos abrasaba al desangrarse
Hace un mes nos topamos: pura suerte
de gran ciudad. Te habías colegiado
en no sé qué y se licuaba tu cuerpo
en un despacho, rodeada siempre
de informes grises, cercada por yermas
reuniones sin final. Si era en un banco
o en una universidad, da lo mismo:
burocracia y mujer, en todo caso,
responsable, de provecho. Y tan pronto
y tan súbito fue el cambio, que apenas
tu rostro había ceñido sus rasgos
a su alto y nuevo estado. Todo te era
frío; la pasión, una contingencia,
como cuando apenas quedan ya folios
en la impresora. Pero lo supe: era
una absurda mascarada. Tu rostro
de aspirante a mesa propia velaba
aún en las fieles marcas de Europa.
Nos alboreó Madrid, atronando
la cara y en el barrio de Salamanca,
en la primerísima de sus tascas,
te crujieron los huesos y el idioma.
Refundándote al pie de cada verso,
leías en deriva y naufragando
en océanos de venas que ardían,
una Robinson de estrofas y rimas.
Fue tan fugaz: apenas dos cervezas,
lo necesario para alimentarnos
del recuerdo y la nostalgia de aquellos
días largos, como un abrazo de horas.

martes, 23 de noviembre de 2021

"Los ángeles de Charlie de Poeta en Madrid".

Observo la primera foto con Almudena Mestre, Silvia Ramos y María José Muñoz Spínola durante la presentación de ayer por la tarde de "Poeta en Madrid" en el Café Comercial y tengo la sensación de que me meto en la famosa serie "Los ángeles de Charlie", de 1976. Si no recuerdo mal Charlie nunca aparecía, y el hecho de llevar mascarilla tiene algo de ello, aparte de encontrarme rodeado por tres bellezas inteligentes. Porque ayer hablamos de quién era Gabriel Relham, el protagonista de la novela, de quién era yo y sobre todo del propio "hecho creativo", de dónde surge esa chispa de la inspiración para escribir una novela, un libro de poemas, una sinfonía o una obra de arquitectura.
 
Por ahora la música de este post podría ser esta:
 
Me tomo el primer café de esta mañana y, aunque me tengo que ir a la facultad en seguida, me apetece decir algo sobre la presentación. Lo primero es que la novela se publicó el pasado febrero, ha tenido multitud de reseñas y excelentes críticas y análisis, y contó con la presentación del catedrático Germán Gullón en la tertulia virtual del Café Gijón (por cierto, hoy tendremos en la tertulia al poeta bilbaíno Álvaro Petit, de lo que hablaré mañana). En segundo lugar diré que la escritora Almudena Mestre efectuó una presentación espléndida, entregada, inteligente, culta, impetuosa. Después de recordar cómo nos conocimos, porqué escribió un ensayo sobre mi obra literaria y desentrañar algunos aspectos de esta novela, me preguntó sobre el hecho creativo. Y entonces me levanté y me puse a hablar y luego a preguntar a la gente. En las siguientes fotos, hablan Almudena, que también se levantó y fue pasando el micro a Silvia, María José, Pepe Villacís, Charo Fierro, Pepo Paz, Yolanda Brown, Juan Tena, Emma Prieto, Marga Mayordomo, Mariwan Shall y mi arquitecto preferido, Santiago Martínez Sáenz. Y aquello se nos convirtió en una de las tertulias literarias que llevo haciendo más de un cuarto de siglo y tanto me divierten. 
 
Y ahora diré algo de lo que dije.
 
Esta novela es una síntesis de toda mi vida. No es que cuente "mi" vida en poco más de 100 págnas, sino que hablo de lo que he leído y estudiado, de la música que he escuchado y de los viajes que he hecho, por el mundo y por mi propio interior.
 
Cuando era un adolescente dediqué un tiempo a pensar en lo que quería hacer en esta vida. 
 
Desde que era un crío me había gustado mucho leer y ver películas, y desde los 11 años a montar en la bicicleta verde que me regalaron un verano mis padres para que pudiera recorrer la sierra, los ríos y los arroyos, antes de determe en cualquier lugar sombreado, como hacían los pastores de Garcilaso junto al río Tajo, y sentarme a leer a Lamartine, Verne, Hugo, JRJ y Galdós, como cuento en mi quinta novela, "Las mentiras inexactas". En aquellos momentos comencé a imaginarme en el interior de algunas películas donde yo era el chico protagonista, como dije en mi primera novela, "La muerte lenta". El hecho de ser "Premio Nacional de Bachillerato" y sacar Matrícula en todas las asignaturas (me pagaban la carrera que quisiera hacer) en realidad lo que indicaba era que me gustaba todo, las Matemáticas y la Literatura, la Física y la Historia, el Dibujo y la Música. Lo que yo quería era dedicarme a todas las disciplinas de este mundo, pero al final elegí las dos que podían darme más libertad e independencia, ser escritor y profesor.
 
Gabriel Relham se sienta con veintitantos años en una buhardilla del centro de Madrid para escribir una novela, que a su vez es un largo poema y una obra de teatro, y la termina muchos años después, y 100 páginas más tarde. 
 
Mi vida está llena de música y una de sus canciones podría ser esta, desde Montmartre:
 
 




 

 

lunes, 22 de noviembre de 2021

"Va a nevar en Madrid durante la presentación de tu novela, ya lo verás".

Este es un Wasap que me envió anoche Almudena Mestre y acabo de ver ahora mismo, mientras me tomo el primer café de esta bella mañana de otoño. He contestado a Almudena y le he dicho que entonces tendremos una presentación blanca. 
 
Esto me recuerda lo que escribí en enero durante la gran nevada en Madrid.
 
"Esta noche ha sido la más fría en Madrid desde hace años. Ayer estuve mirando durante un rato las fotos que me rodeaban, hasta penetrar en su interior y convertirme casi en una parte de su sustancia. Las había sacado en una ciudad nevada, casi paralizada, aunque mi cabeza continuaba funcionando. Algo similar le ocurrió una vez a Freddi Mercury. Acababa de grabar con Queen el álbum "Insinuación", a principios de los noventa. Una de aquellas mañanas miró por la ventana y vio a los cisnes en el lago de Ginebra, con las montañas nevadas a lo lejos, y nació "A winter´s tale", su última y onírica canción.
 
Aunque la ciudad se detenga y la nieve lo cubra todo, y parezca que el mundo está a punto de desaparecer, sé que el mundo cabe en mi interior, que todos formamos parte de un cuento, de una misma esencia.
 
Y soy escritor para contarlo:
 

"El poeta Álvaro Petit Zarzalejos en la tertulia on line del Café Gijón de mañana".

Nacido en Bilbao (1991), empezó a escribir muy joven, emulando los cantares de gesta medievales y la poesía de Juan Eduardo Cirlot. Tras estudiar periodismo, historia y filosofía, publicó su primer libro de poemas, "Que aún me duelas", que mereció el accésit del Premio Adonais 2017. Un año después tradujo y editó la primera antología en castellano de la poesía de C.S. Lewis. Actualmente, además de su trabajo, dirige la editorial Frontera Ediciones, que él mismo ha fundado.

POEMAS DE ÁLVARO PETIT 
 
III
Será esperanza que tú aún me duelas,
después de tanto tiempo. Será que
aún permaneces -pura inmanencia-
clamando sordamente en lo absoluto.
Cuando la eternidad sea medida
de todas las cosas, será esperanza
más allá del tiempo que aún me duelas.
Y la mártir vocación de mis labios
carmesíes, ascuas y clavo ardiendo. 
 
V
Voy a llevarte a un altar de piedra rota
que haya visto tanto amor, tanta muerte,
tanta vida estrenada en la mortaja,
tanto bautismo, que sea la piedra
quebrada pura tradición de ruinas
de un Amor que nos habla. Voy a llevarte
a un altar con una espada de plata
que sea una evocación de la sangre
y la vida; de lo que se derrama,
que es lo único que vale una batalla. 
 
XII
Si vieras cómo el desconsuelo ha tintado el aire
de la estancia; cómo de la pared han surgido
arquerías góticas, que llaman a la gloria;
si vieras cómo el suelo ha quedado empapado
por la umbría bruma, tan espesa como la sangre
que se desparrama. Si vieras cómo el amparo
final; la niñez, abandona las cuatro esquinas
de mi corta cama o cómo el tiempo, en su preñez
de relojes, va enhiesto conquistando los pocos
momentos que se te regalaron como reino,
para que tú los gobernaras. Si vieras cómo
es pura intemperie y desafuero la abismada
mirada. Si lo vieras, verías mi silencio,
mi llaga apocopada, el más íntimo secreto. 
 
XV
A veces los labios se ocupan sólo
de sí mismos, plegados en su propia
duda, en sus propios mundos, olvidando
lo que hay más allá de sus dos calados
límites, de todo cuanto respira,
y no entonan ya ni salmos ni ruegos,
ni lanzan besos en las madrugadas.
A veces, los labios se ocupan sólo
de sí mismos. Y entonces es el mundo
más inhóspito, menos palpitante. 
 
XIX
Te conocí cuando aún te gustaban
los libros de Juaristi y de Mesanza
y en el antro de al lado de tu casa,
absortos leíamos Las trincheras
y nos convertíamos en soldados
de fe, en alta torre, en guardia del limes
oriental o en cientos de pasos ciegos,
mudos por las calles de Vinogrado,
por sus crasos humos manchesterianos.
Con el breve Spoon River Euskadi...
cómo la voz se nos despedazaba,
cómo nos abrasaba al desangrarse
Hace un mes nos topamos: pura suerte
de gran ciudad. Te habías colegiado
en no sé qué y se licuaba tu cuerpo
en un despacho, rodeada siempre
de informes grises, cercada por yermas
reuniones sin final. Si era en un banco
o en una universidad, da lo mismo:
burocracia y mujer, en todo caso,
responsable, de provecho. Y tan pronto
y tan súbito fue el cambio, que apenas
tu rostro había ceñido sus rasgos
a su alto y nuevo estado. Todo te era
frío; la pasión, una contingencia,
como cuando apenas quedan ya folios
en la impresora. Pero lo supe: era
una absurda mascarada. Tu rostro
de aspirante a mesa propia velaba
aún en las fieles marcas de Europa.
Nos alboreó Madrid, atronando
la cara y en el barrio de Salamanca,
en la primerísima de sus tascas,
te crujieron los huesos y el idioma.
Refundándote al pie de cada verso,
leías en deriva y naufragando
en océanos de venas que ardían,
una Robinson de estrofas y rimas.
Fue tan fugaz: apenas dos cervezas,
lo necesario para alimentarnos
del recuerdo y la nostalgia de aquellos
días largos, como un abrazo de horas. 
 
(En esta fotografía, Álvaro es el segundo por la izquierda, junto a su amigo el poeta Luis Alberto de Cuenca, que nos ha acompañado en la tertulia más de una vez).
 



 

domingo, 21 de noviembre de 2021

"Escribiendo besos".

No es 9 de noviembre, sino 21, pero me he despertado tarareando una canción.

La fotografía es del estanque del Palacio de Cristal de El Retiro. Allí he estado sentado muchas veces, tomando el sol y viendo moverse a los patos y a los cisnes. Y correr a los niños y cantar a los pájaros y comer pipas a las parejas:
 
A las personas de menor edad, como por ejemplo mis alumnos, les diría que Cecilia murió joven en un accidente de coche, el año 1976. Había nacido en Madrid en 1948, era hija de un diplomático, vivió en medio mundo antes de volver a instalarse en Madrid y tenía pinta de jipi y mucha cultura. Ese ramito de violetas fue en principio una canción inspirada en James Joyce, aunque más tarde la retocó. A pesar de sus múltiples lecturas, a mí siempre me ha provocado una profunda ternura.
 
En ese estanque de la fotografía yo nunca he escrito versos, pero sí he escrito muchos besos.
 

 

sábado, 20 de noviembre de 2021

Presentación de mi novela "Poeta en Madrid".

Será este lunes a las 19 h., en el Café Comercial. Me acompañarán la escritora Almudena Mestre, experta en mi obra, y la directora de la editorial Huso Mayda Bustamante.

Esta novela comienza cuando se conocen la florista Mimí y el poeta Rodolfo en una buhardilla del centro de París, en "La bohème", de Puccini. Y piensa en ellos el protagonista, Gabriel Relham, que vive y escribe una novela en una buhardilla del centro de Madrid, como aquella donde yo viví de joven enamorado de la bohemia madrileña, aunque fuera un broker del barrio financiero de Azca. 
 
En esta versión de 2020 desde el teatro Colón de Buenos Aires, la magia de la ópera de Puccini comienza desde el minuto 20, y ahí, precisamente, empecé a escribir yo mi novela:
 
A pesar de las pandemias y de las crisis económicas, aún encuentro poetas por el mundo.
 

 

viernes, 19 de noviembre de 2021

"En la tertulia on line del Café Gijón con mi gatita Ana".

Esta fotografía me la envió ayer Silvia López. Es un pantallazo que hizo durante la tertulia por Zoom del Café Gijón del martes pasado, y donde me cogió con Anita en los brazos. Silvia siempre ha sacado unas fotografías estupendas, además de videos, en nuestra tertulia presencial. En cuanto a Anita (que lleva ese nombre porque mi hijo de pequeño estaba fascinado por Ana Frank y su "Diario"), tiene la costumbre de subírseme encima sobre las 8 de la tarde, a la hora en la que acaba la tertulia. 
 
Anita tiene muy buen oído para la música, ya que lleva toda la vida escuchando en casa música clásica, ópera y jazz. Pero también es una romántica, y sé que le gusta mucho esta canción, así que la iré escuchando camino de la facultad:
 

jueves, 18 de noviembre de 2021

"El escritor que inventó la Navidad".

Ayer paseaba por la calle Fuencarral de Madrid y vi este cartel que anuncia una nueva adaptación al teatro del cuento de Dickens. En ese momento recordé la primera vez que me llevaron a verlo mis padres, creo que en un teatro de Felanitx, en Mallorca, donde viví un año cuando era pequeño.
 
Scrooge es un hombre avaro y solitario. Una Navidad recibe la visita del fantasma de su socio muerto años atrás y le dice que su maldad se ha convertido en una pesada cadena que debe arrastrar por toda la eternidad. La última oportunidad de cambiar será cuando reciba la visita de los tres espíritus de la Navidad. Él no se asusta y desafía esa predicción, pero aparecen esa noche. El del Pasado le recuerda su infancia dichosa antes de la adicción por el dinero y el trabajo. El del Presente muestra la situación de la familia de su empleado Bob, que, a pesar de su pobreza y la enfermedad de su hijo Tim, celebra la Navidad, como su sobrino Fred, que lo hace de una forma irónica, pero alegre, ya que nadie quiere estar con el avaro. Justo antes de desaparecer muestra a dos niños con origen trágicamente humano, la "Ignorancia" y la "Necesidad". El espíritu del Futuro le muestra el destino de los avaros, su casa saqueada por los pobres, el recuerdo oscuro de sus amigos de la Bolsa, la muerte del pequeño Tim. Y lo más espantoso, su propia tumba, ante la cual Scrooge se horroriza de tal forma que suplica una nueva oportunidad para cambiar. Es el momento en el que despierta de su pesadilla, y se convierte en un hombre generoso y amable, dispuesto ya a celebrar la Navidad y a ayudar a quienes le rodean.
 
Me gustan la Navidad y la gente del teatro, la literatura de Dickens y una película que tiene bastante que ver con esta historia, porque ya se sabe que siempre que suena una campanilla un ángel recibe sus alas. En aquella puerta roñosa de un local que se alquila desde hace tiempo volví a encontrarme con el recuerdo de aquellos fantasmas y el año que viví en Mallorca cuando era pequeño. 
 
Por eso el blanco y negro tiene tanto color:
 

miércoles, 17 de noviembre de 2021

"Una trilogía sobre la España vacía".

 Me refiero a las novelas "Quercus" (2019), "Enjambre" (2021) y una tercera obra aún en proceso por parte del escritor toledano Rafael Cabanillas Saldaña, situadas en el marco de los Montes de Toledo, dentro de la llamada "España vacía" como metáfora de una manera de entender el mundo.

Con Cabanillas hablamos ayer por la tarde en la tertulia on line del Café Gijón. Su presentadora, nuestra arquitecta María José Muñoz Spínola, dijo sobre él: "Rafael Cabanillas es el hombre del grito no estridente, aquel que muestra el mundo para concienciar, a través de su acción y la belleza de las palabras, para hacer un mundo más comprensible, y justo, igualitario y mejor para todos". Para mí fue un placer escuchar de qué manera analizaba "Quercus" y "Enjambre", que ha leído con interés y en profundidad, como también lo fueron las palabras de Almudena Mestre, inteligente lectora de "Quercus", y del escritor Antonio Basanta Reyes, una personalidad en el mundo literario español. Y, por supuesto, hablamos de muchas otras cosas, de África y el cine, de los maestros y el sistema educativo, y hasta de política, con muchas intervenciones de los tertulianos. 
 
Junto a ello debatimos sobre las influencias literarias en la obra de Cabanillas y surgieron los nombres de Delibes, con la dedicatoria a "Los santos inocentes", Cela y "La familia de Pascual Duarte", y los nombres de Tolstói, Dostoyevski y Cervantes, como es natural. En "Quercus", el joven Abel huye de la terrible Guerra Civil y se refugia en una cueva. En ella permanecerá unos años poniendo a prueba su resistencia para sobrevivir a la soledad y la desdicha. Para lograrlo, debe hermanarse con el bosque y con los animales que lo pueblan hasta convertirse en uno de ellos. Cuando por fin baja del monte al pueblo, inicia una nueva vida, que no dejará de ser complicada, ya que el abandono, el hambre y la injusticia son enemigos de estas tierras, una especie de Comala, aislada de la civilización, y donde la identidad se va conformando con las historias y los sucesos de los aldeanos. El "Enjambre" es una pedanía de Anchuras, en la que solo viven dos familias que no se hablan. Es un territorio real y a la vez mágico. Existe en los mapas y en el imaginario, como otro realismo mágico. Cuando estando la Remigia a boca de parir y se le aparece en el sueño una especie de brujo o hechicero diciéndole que el hijo se llamará Tiresias, ella ya adivina que lo que lleva en su vientre es algo diferente, especial, casi sobrenatural. Sin embargo, Tiresias es un niño enfermo, medio ciego, igual que su homónimo griego, aquel adivino ciego de la mitología. Todo esto no le impedirá convertirse en pastor en esas sierras que, aun siendo un paraíso terrenal, poco a poco se vacían en un goteo incesante. Pero una locutora de radio, en el programa "Desde la distancia te quiero", en el 96.4 de la FM, transformará la existencia de este pastor perdido.
 
Por la tarde María José me había enviado esta entrevista de Onda Cero a Cabanillas, del pasado 9 de este mes, que resume algunas de las cosas que salieron a relucir durante la charla, incluso que iba a venir a la tertulia del Café Gijón:
 
Esta es una de las músicas que se escuchan en "Enjambre":