viernes, 29 de abril de 2022

"Leyendo el libro de la chica de bronce".

Ayer por la tarde callejeaba por Madrid, como tantas veces, cuando una chica de bronce me dijo que deseaba enseñarme un libro para que leyera las primeras páginas. Acepté porque ya me voy haciendo mayor y las mujeres ni me miran por la calle ni se paran para hablar conmigo (tampoco me invitan a tomar un café). Me pidió que leyera hasta dos veces el texto y, cuando ya me iba, me sonrió y acercó su rostro para darme un beso, aunque tal vez todo esto no fuesen más que imaginaciones mías. Por el camino de vuelta a casa pensé en el poema de Mallarmé que acababa de leer, en la música a la que dio lugar y en la posterior coreografía de Nijinsky para un ballet. 
 
Este es el poema:  
 
 
Estas son la música y el ballet:  
 
 
Y después desperté del sueño y se terminó mi paseo.
 

 

jueves, 28 de abril de 2022

"Eso de ser polvo de estrellas".

La frase ser "polvo de estrellas" es del astrónomo estadounidense Harlow Shapley cuando en 1929 dijo aquello de "Nosotros, los seres orgánicos que nos llamamos seres humanos estamos hechos de la misma materia que las estrellas". Luego la popularizó el astrofísico Carl Sagan en su documental "Cosmos" (1980), aludiendo al origen de la vida. Paseando ayer por la tarde por Madrid me detuve frente a uno de los escaparates de una librería y observé que la Comedia de Dante estaba en un rincón. Entonces me vinieron a la cabeza los grabados de Gustavo Doré como este del Paraíso. Dante y Beatriz llegan hasta el extremo del mundo físico y observan las esferas de los ángeles de ese mundo espiritual. "Un Punto vi que allí irradiaba lumbre, / tan recia que los ojos que la enfocan / deben cerrarse por el fuerte brillo" (Paraíso, XXVIII, 16-18). Pensé en el hecho de que desde la época de las civilizaciones antiguas la cosmología siempre ha ocupado un lugar esencial dentro de todas las manifestaciones artísticas y literarias. La "Comedia" se organiza sobre la imagen del Cosmos del siglo XIII. De pronto mi mente hizo una elipsis de varios siglos y se trasladó de nuevo hasta los años 80 del siglo pasado. "Nothing Else Matters" es la canción emblemática de "Metallica", el grupo estadounidense de "thrash metal", originario de Los Ángeles, fundado el año 1981 por Lars Ulrich y James Hetfield, a los que se les unirían Dave Mustaine y Ron McGovney. Estos músicos fueron después sustituidos por el guitarrista Kirk Hammett y el bajista Cliff Burton. La letra está inspirada en las últimas palabras que Hetfield escuchó de su abuelo antes de morir," nada más importa". 
 
"Nothing else matters":
 
Eso fue ayer. Ahora, mientras me tomo un café y escribo antes de irme a clase, pienso en "Orion", la canción que "Metallica" compuso tras la muerte en un accidente de coche en Suecia de Clift Burton. La constelación de Orión tiene sus orígenes en la mitología sumeria, en el mito de Gilgamesh. Es la historia de su héroe luchando contra el toro del cielo, representado por Tauro. Llamaron a Orión "uru an-na", que significa "la luz del cielo". Según el mito griego Orión era el hijo de Poseidón, que le ofreció el don de andar sobre el agua. 
 
"Orión":
 
¿Y tú y yo?
 

 

miércoles, 27 de abril de 2022

"Pedro Páramo", de Juan Rulfo, en la tertulia de ayer del Café Gijón.

"Ruidos. Voces. Rumores. Canciones lejanas:

Mi novia me dio un pañuelo
con orillas de llorar...
 
Como si fueran mujeres las que cantaran".
 
¿Qué más se puede decir sobre una novela que te cuenta algo así ya en la página 50? O esto en la página siguiente: "La madrugada fue apagando mis recuerdos. Oía de vez en cuando el sonido de las palabras, y notaba la diferencia. Porque las palabras que había oído hasta entonces, hasta entonces lo supe, no tenían ningún sonido, no sonaban; se sentían, pero sin sonido, como las que se oyen durante los sueños".
 
Y por supuesto que si el argumento donde conviven los vivos y los muertos, donde los muertos continúan vivos, hablando entre ellos y contando la historia de Comala y Pedro Páramo. O que si la ruptura del tiempo en una historia donde en realidad el tiempo no existe. O que si Pedro Páramo es algo así como un dios azteca y a través de él Juan Rulfo nos cuenta, con su única novela, la historia de México o incluso de la humanidad. A veces, muy pocas veces, los milagros existen, y eso ocurrió ayer con esta tertulia, que fue un milagro de la literatura, desde las palabras de la ingeniera y escritora mexicana Mariola Satorre, las sabias palabras sobre la mitología y la literatura de Antonio Tello y María José Muñoz Spínola, y la intervención de Germán Gullón, que nos contó que su tesina había sido sobre Rulfo y Valle, es decir, Pedro Páramo y Tirano Banderas. En fin, de todos los tertulianos, a los que me limité a dar la palabra pues yo apenas tenía nada que decir ante tanta sabiduría.
 
La verdadera literatura es lenguaje, puro lenguaje que se respira, se siente, como las palabras con las que se ha construido. Como los cantos de Nezahualcóyotl, "el rey poeta" prehispánico del que nos habló Antonio Tello (al final de este post recojo su voz en Youtube), y que gobernó la región de Texcoco -en el México precolombino-, décadas antes de la conquista, porque vimos el mito y la tradición en "Pedro Páramo"y esta lengua náhuatl.
 
"Como una pintura nos iremos borrando, como una flor nos iremos secando, aquí sobre la tierra":
 

martes, 26 de abril de 2022

"Lector cómplice", de Javier Lostalé, para el día en el que la tertulia del Café Gijón vuelva a ser presencial.

Esta tarde, a las 18.30, vamos a hablar de "Pedro Páramo", de Juan Rulfo, en la todavía tertulia virtual del Gijón. 
 
Hace unos días Javier Lostalé, un poeta que es tan buena persona como excelente escritor, me envió este libro que ha publicado en el estilo de aquellas "Cartas a un joven poeta" de Rilke, y que leí de un tirón esa tarde en un Café de la calle Princesa. Javier se hace un lío con este mundo virtual, y hemos decidido que nos hablará del libro cuando volvamos a la cripta del Café en Recoletos. Siempre que él y yo nos encontramos (somos casi vecinos y nos gustan las mismas cosas) recuerdo a uno de sus maestros, Vicente Aleixandre. En ese instante mi mente se dirige hacia la vieja calle Velintonia, al lado de mi Facultad, donde Aleixandre recibía a tantos jóvenes poetas entre los que estaba Lostalé.
 
Las secciones del libro son las siguientes: al lector cómplice, a un futuro poeta, el acto creador, ámbitos, astros, sismógrafo de varia poesía, interludios, ser dentro de la lectura y confesión. En la página 31 alude, uno tras otro, a Eliot, JRJ, Zambrano, Mallarmé, y a mí ya me tiene ganado para la causa. Porque, además, cita esta frase de Wordsworth: "la poesía tiene su origen en la emoción recordada en la tranquilidad". Y nos escribe Lostalé en la página 24 en simbiosis con Rainer María Rilke: "Una cumbre, el amor, que es la meta de esa ascensión que se produce en la poesía con mayúscula. Los jóvenes, principiantes en todo, todavía no dominan el amor: aún tienen que aprenderlo. Han de aprender a amar con todo su ser, con todas sus fuerzas congregadas en torno a su corazón solitario y ansiado, que late hacia las alturas. Amar en el individuo es un noble motivo para madurar, para llegar a ser algo en sí mismo, para devenir mundo, un mundo en sí mismo en aras de otro. Es una exigencia grande e inmoderada a la que hemos de hacer frente, algo que nos señala y nos llama a destinos lejanos. El amor nos obliga a reflexionar sobre nuestra propia vida... Crear a partir de una íntima plenitud es dar a luz".
 
Ese es Javier Lostalé, un "hombre tranquilo" con un mundo interior de una gran profundidad. 
 
Y me viene esta música a la cabeza al pensar en él y en Aleixandre, y su casa de verano de Miraflores:
 

lunes, 25 de abril de 2022

"El canto de los pájaros".

Lo escuché ayer por la mañana en Moralzarzal, un pueblo que está en la sierra de Madrid y con la nieve a un paso, como se aprecia en la quinta foto. El director del "I Festival de poesía imPrescindibles", Álvaro Hernando, me había pedido unas semanas antes incluir a la tertulia del Café Gijón entre los participantes de este Festival, pero no pudo ser, y quise agradecérselo. Deseaba abrazar, de nuevo, a Efi Cubero, tras presentar no hace mucho su último libro de poemas en la Librería Alberti de Madrid, a Rafael Soler, aunque a él lo tengo más cerca, ya que desayuno muchas veces en su Café Comercial de la plaza de Bilbao, y a Miguel Veyrat, al que no veía desde hace varios años en una comida en la Plaza de Santa Ana de Madrid y al que considero uno de los escasos poetas españoles que de verdad ha entendido a Rilke, Eliot, Pound y JRJ, junto a los clásicos (uno de mis ensayos de literatura es sobre una parte de su obra). A los tres se les rendía ayer un merecido homenaje de la mano de los poetas Nicolás Corraliza, Raquel Vázquez y Pedro Sánchez Sanz (están en las fotos que he puesto, además de la poeta Marta Marco Alario y el guitarrista Guillermo Chicharro que amenizaron los intermedios). En el rato que estuve en este centro cultural besé a Almudena Mestre, Juana Vázquez y Marina Casado (a esta última no la veía desde que hicimos un máster de Literatura Española en la Complutense, y me dijo que era profesora en un instituto). 
 
Mientras caminaba hacia el coche, sabía que los pájaros se habían quedado allí dentro, cantando:
 

domingo, 24 de abril de 2022

Ayer fue el día de "Pedro Páramo" y hoy de "La fragua cero".

- Tú tatuándome la libertad, dice Gabriela Amorós. 
 
Suena Bach. 
 
- El arte y la poesía, como decía Whitman, sí pueden cambiar el mundo desde la verdad -dice Cristina Penalva. 
 
Y entonces empiezo a hablar de esas cosas que definen una época, como son la hiperrealidad, lo posmoderno y el Barroco Frío. Todos somos hijos de nuestro tiempo y nos encontramos transidos por lo que escribió Baudelaire, por Borges, por el cine. 
 
 - Lo místico se une con lo cotidiano, dice Penalva que escribí sobre la poesía de Amorós en ese prólogo.
 
Me refiero al "yo es otro" de Rimbaud, y también cito a mi maestro en crítica literaria García Berrio y a la tipología de lo imaginario de Durand, y hablo de mística para referirme a la poesía de Amorós. Y continúa la conversación en este podcast de la radio del Campus de la Universidad de Alcalá de Henares, donde improviso casi sobre la marcha mi teoría sobre la poesía más actual y, en general, sobre la literatura poscontemporánea a partir del libro "La fragua cero" de la poeta Gabriela Amorós Seller en conversación con la también poeta Cristina Penalva:  
 
https://radiobukowski.org/desde-el-otro-lado-del-mar/desde-el-otro-lado-del-mar-episodio-46-gabriela-amoros-seller-abogada-dibujante-ilustradora-y-poeta/ 
 
Y sigue sonando Bach, con Martha Argerich, una de mis pianistas preferidas:  
 
https://www.youtube.com/watch?v=VNG8Jmz5zqI
 

 

sábado, 23 de abril de 2022

Ya que hoy es el "Día Internacional del Libro", voy a recomendar un libro.

En la tertulia del próximo martes del Gijón, los tertulianos vamos a analizar "Pedro Páramo", de Juan Rulfo. Siempre he considerado la novela publicada en 1955 una de las tres o cuatro obras en español más importantes del siglo XX. Durante los años en que impartí una asignatura de Libre Elección, "Taller de literatura, tertulia y debate", en la Universidad, con decenas de jóvenes cada año como alumnos, les sugería que leyeran una lista de libros y "Pedro Páramo" estaba en los primeros lugares. Entre los chicos siempre había algunos que querían ser escritores, y cuando me pedían consejo les decía que debían saberse de memoria los cuentos de Borges y la novela de Rulfo.
 
Pero no soy el único en pensar así. 
 
El premio Nobel japonés Kenzaburō Ōe, que tuve que leer y analizar cuando realicé varios cursos de literatura e historia japonesas en "Casa Asia" para preparar mi tesis doctoral sobre Haruki Murakami, se fue a vivir dos años a México, según dijo, tan solo porque quería conocer el país del escritor más importante de su tiempo. Gabriel García Márquez, autor de otra de "esas" novelas que formaba parte de la lista de clase (mi ex alumna y luego tertuliana Ruth González Montero me pide de vez en cuando que le envíe aquella lista), dijo que "Pedro Páramo" es la novela más bella que se ha escrito desde el nacimiento de la literatura en español.
 
Y esta es una música de Pink Floyd que me venía constantemente a la cabeza mientras releía estos días la novela. La temática del álbum incluye el conflicto, la avaricia, el envejecimiento, el significado de la vida, el miedo a la muerte y la enfermedad mental. Podría parecer que no tiene demasiado que ver con la novela, pero mi cerebro me decía insistentemente que sí. 
 
Y yo siempre hago caso a mi cerebro:
 

viernes, 22 de abril de 2022

"Reivindicación del vago".

"Los jueves, milagro" es el titulo de una película de Berlanga del año 1957 protagonizada por Pepe Isbert. Ayer fue jueves y por la tarde tenía ganas de estirar las piernas y tomar un poco el sol. Durante el paseo me dio tiempo para comerme una torrija, ver una exposición en el Thyssen porque pasaba por allí, observar a la gente haciendo cola para entrar en el Prado y sentarme un rato en un banco del Botánico a leer un libro. Había gente por todas partes.
 
¿He dicho alguna vez que me gusta mucho callejear, meterme en los museos y los cafés, sentarme en los bancos a tomar el sol, ver correr a los niños sin ninguna dirección concreta, mirar a la gente e imaginarme sus vidas? 
 
¿He dicho ya que me gustan las torrijas?
 
¿Y que me gusta la vida?
 
"Música, maestro", que diría Pepe Isbert en la película de Berlanga. También me gustan mucho Gershwin y Joplin, y alguien susurró una canción a lo largo del paseo:
 

jueves, 21 de abril de 2022

"El cartel de la Feria del Libro de 2022, un poema de Coleridge y una canción de Iron Maiden".

Ayer se presentó el cartel de la Feria del Libro de El Retiro. Su autor es el dibujante Isaac Sánchez y ha pretendido rendir un homenaje a los viajes, pero no a los exteriores, sino a aquellos viajes interiores a través de la lectura. Este año la feria tendrá, por primera vez en sus 89 años de historia, a una mujer como directora, la periodista Eva Orúe y volverá a los meses de mayo y junio (he puesto dos fotos de la última feria de septiembre con los poetas Javier del Prado y Silvia Ramos). 
 
Cuando vi el cartel me vinieron a la cabeza todos esos viajes que he realizado a través de los libros a lo largo de mi vida (el protagonista de mi novela "Las mentiras inexactas", el joven librero de la Plaza de Santa Ana, habla en cierto momento de los libros de aventuras y de viajes que leyó en su niñez y adolescencia y que tanto influyeron en su forma de ser, tan viajera y aventurera). Y recordé igualmente una canción de un grupo de Birmingham de "heavy metal", Iron Maiden, basada en "The Rime of the Ancient Mariner", ese poema narrativo del escritor británico Samuel Taylor Coleridge del año 1798. Muchas citas de este texto han pasado a formar parte del idioma inglés. Me interesa, especialmente, porque Coleridge lo publicó en la primera edición de sus "Baladas líricas", que, junto a la obra de Wordsworth, suponen el inicio de la literatura romántica británica. Nos habla de las experiencias de un marinero que ha regresado de un largo viaje por mar, y detiene a un hombre que se dirige a una ceremonia de boda y comienza a narrarle una historia. La reacción de este intruso pasa del desconcierto a la impaciencia, al miedo y la fascinación a medida que avanza la historia del marinero. Coleridge utiliza varias técnicas narrativas como la personificación y la repetición con el fin de crear una sensación de peligro, de lo sobrenatural o serenidad, dependiendo del estado de ánimo recogido en las diferentes partes de este poema. Según Wordsworth, el poema se originó mientras su hermana y él paseaban en compañía de Coleridge por Quantock Hills, Somerset, y les hablaba de un libro que estaba leyendo, "Un viaje alrededor del mundo a través del Gran Mar del Sur" (1726) del capitán George Shelvocke, cuando un marinero melancólico, Simon Hatley, disparó a un albatros negro.
 
Esta es la balada de Coleridge interpretada por Iron Maiden:
 
Mientras me tomo un café y escucho esta canción antes de irme a clase he podido "viajar" (siguiendo la idea del cartel de la Feria del Libro) unos instantes a Stratford, en el centro de Inglaterra donde surgió Iron Maiden, y a la región de los lagos del norte, el lugar de Wordsworth y Coleridge, donde he estado en varias ocasiones, en concreto en Grange-over-Sands, Lancaster y Manchester. Fueron unos veranos preciosos donde me dediqué a analizar el carácter y las costumbres de los ingleses, y a ser feliz, claro.
 



 

miércoles, 20 de abril de 2022

"La tertulias del Café Gijón: caminar a hombros de gigantes".

Dedicar una tertulia del Café Gijón a Joyce, Eliot, Pound, Yeats y el mundo artístico y literario del París de 1922 es algo que siempre me ha apetecido, desde que empecé a hacer tertulias en las Cuevas de Sésamo en mi juventud. Y ayer por la tarde se hizo realidad, como visión de conjunto, gracias a la novela "1922" que ha publicado cien años después el escritor sevillano, nacido en Melilla, Antonio Rivero Taravillo y que nos presentó nuestra arquitecta (y enamorada de la literatura) María José Muñoz Spínola. Rivero Taravillo ha sido librero muchos años, traductor (le conocí en esta faceta), poeta, novelista y ensayista. En ocasiones me han pedido que grabara las tertulias, pero siempre me he mostrado escéptico. Hay cosas que tan solo se viven en directo, quizá una sola vez en la vida, y la vida solo se vive una vez. 
 
En las fotos encontramos, por orden, a Joyce, Pound, Ford, Quinn, Eliot, Woolf, Rivero Taravillo, Muñoz Spínola, Prado Biezma y todos los tertulianos.
 
Ayer hablamos mucho de la necesidad de conocer el lenguaje para hacer avanzar la literatura, de conocer el pasado para poder seguir caminando a hombros de gigantes. Ya no estamos en 1922, sino en 2022, pero hay cosas que tienen puntos en común. En ese tiempo se había salido de la Gran Guerra, y ahora lo estamos haciendo de una pandemia (es la única "guerra" que yo he vivido en mi vida) y esperemos que pronto lo hagamos de las otras guerras e invasiones que tenemos en la actualidad. 
 
Mi compromiso, absolutamente irrenunciable, es con el progreso de la humanidad, de la ciencia, del arte y la literatura, de todo lo que nos hace humanos.
 
(Y, aunque es un poco posterior, me parece que este ballet-rapsodia que Gershwin escribió en París ilustra bien esa época, y Dudamel la época actual:
 
 







 

martes, 19 de abril de 2022

"Entre Sevilla y Madrid hay un metro de distancia, y entre Madrid y París poco más de hora y media".

Ayer me fui a dar una vuelta por la FNAC de Callao, que está cerca de casa. Subí hasta la última planta de este curioso edificio para ver si encontraba "1922", la novela publicada a principios de este año por el escritor sevillano, nacido en Melilla, Antonio Rivero Taravillo, de la que vamos a hablar esta tarde en la tertulia del Gijón. A menos de un metro de distancia encontré la novela que publiqué en 2021, "Poeta en Madrid". Son dos novelas que comparten cosas, aunque estilísticamente sean muy diferentes.
 
Hoy nos vamos a ir a París durante hora y media (en avión se tarda eso desde Madrid) para encontrarnos con la "Generación Perdida" norteamericana, los surrealistas franceses como Breton -leyendo las galeradas de Marcel Proust-, casi todos los artistas de la época y con Joyce (en mi novela aparece Beckett, su secretario y después premio Nobel de literatura), Eliot y Pound, el verdadero protagonista de esta historia, y creador del "vorticismo", un movimiento artístico que estudié con detalle cuando era joven, en aquellos años en que uno quiere saberlo todo.
 
Y relacionando las fechas de este texto, antes de irme a la Facultad escucho una música que se estrenó en 1921 en Chicago, pero que empezó a valorarse después de su estreno en París en 1922. La compuso uno de los músicos más preparados técnicamente de su tiempo:
 
 

 




lunes, 18 de abril de 2022

"Yo nunca tuve una granja en África, al pie de las colinas Ngong".

El otro día paseaba envuelto por un dulce atardecer, me senté para descansar y me encontré frente a este árbol. Saqué la foto mientras Saint-Exúpery me decía algo sobre sus raíces, pero no le hice caso. Preferí escuchar a Mozart y pensar en aquel museo de Nairobi, en la calle Karen de un barrio que se llama igual, en la casa donde vivió una escritora que era baronesa. Hicieron una hermosa película con los objetos que quedaron de ella antes de volverse a Dinamarca, y recrear el estilo burgués europeo del hogar africano. Cubertería de plata, platos y vasijas de porcelana china, mesas y sillas de madera talladas a mano; todo estaba pensado al detalle para reproducir las comodidades de su país natal. Ella y yo sabemos que la literatura puede surgir en cuaquier parte.
 
Ahora tengo que subirme a una avioneta y seguir escribiendo:
 

domingo, 17 de abril de 2022

"Cuando me despierto en mi acantilado sobre el mar".

Es uno de los lugares más bellos que he conocido. No es un refugio "estricto sensu", pues no necesito refugiarme de nada ni en ninguna parte. Sabemos que los demonios que tenemos los seres humanos habitan en nuestro interior (aquello de que el infierno son los otros, no es más que una boutade de las muchas que dijo Sartre mientras se tomaba un café en "Flore" con Beauvoir y Camus), pero soy tan simple que no tengo ningún demonio dentro (como decía mi madre, lo único que tengo dentro son películas, ya que aseguraba que soy muy peliculero, jeje). Realmente, todo el mundo "es" mi casa, y me gusta. Me gustan las ciudades (empezando por Madrid y París), me gusta el campo, aunque haya bichitos, me gusta el mar, me gusta ir en bicicleta, en coche, en tren, en avión y caminando, que es lo que más me gusta. Lo que pasa con este sitio es que el mar no deja de rugir en toda la noche, como si estuviera al lado, dentro de mí, casi como si fuera una segunda piel; así que me duermo y me despierto con su música, convertido en una ola.
 
¿He dicho que me gusta ser como una ola? Solo me falta hacerme la "permanente" y que me aplauda Raphael, jeje:
 

sábado, 16 de abril de 2022

"La novela "1922" de Antonio Rivero Taravillo, en la tertulia del Café Gijón".

El próximo martes vamos a celebrar en la tertulia del Café Gijón una fiesta de la literatura.
 
Es lo que pasó el año 1922 con la publicación de "Uises" de Joyce, "La tierra baldía" de Eliot o "Trilce" de Vallejo, obras que cambiaron la literatura. Por este motivo nos acompañará el escritor y traductor sevillano Antonio Rivero Taravillo, uno de los tipos que más sabe de literatura de este país, que ha publicado en la editorial Pre-Textos la novela "1922". Los protagonistas son esos doce meses a través de tres de sus actores principales: Joyce, Eliot y el poeta y catalizador literario Ezra Pound, en la ciudad de París que era centro del mundo artístico.
 
Actuará como presentadora nuestra arquitecta María José Muñoz Spínola, una de las joyas que tenemos en la tertulia. Me ha enviado un texto magnífico como introducción, del que reproduzco ahora este párrafo: "Una cena con los Joyce, los Pound y los Eliot abre el “annus mirabilis”. Otra cena, esta vez con los Joyce, los Pound y los Yeats, lo cierra, y entre ambas cenas los iremos conociendo por sus opiniones personales y sus relaciones con otros escritores y sus obras como Gide, Breton, Aragon, Artaud, Claudel, Larbaud, Tzara, Shaw, Radiguet, Cocteau, Crevel, Éluard, Dones, Hesse, Hemingway o Woolf. Tampoco pueden faltar músicos y compositores entre los que destacarán en ese momento Rudge, Stravinski, Ravel, Satie o Poulenc, y artistas como Brancusi, Picabia, Picasso, Lewis o Diego Rivera; pero no son los únicos en la escena del año porque a través de sus obras César Vallejo, Borges, Oliverio Girondo, Ureña, Kafka, Scott Fitzgerald, Rilke, Cummings, Mann, Dos Pasos, Djuna Barnes, Juan Marichalar, Lorca, Juan Ramón Jiménez, Benavente, Huidobro, Cavafis, Ítalo Suevo, Mandelstam o Tsvetayena también tuvieron voz, con o sin Ezra, Jim, Tom o Yeats; como también Dalí, Zuloaga, Segovia o Manuel de Falla, ecos que se escuchan con los anteriores desde cualquier lugar del mundo en Paris, mientras Paris resuena en todo el mundo".
 
Y para celebrar este bonito sábado de primavera, me voy de paseo escuchando una música de esa época, una de las Gnossiennes de Satie a través del jazz de la banda de Ximo Tébar en el Festival de San Javier, en Murcia. Como sabían Pound, Eliot y Joyce, la belleza es la misma en 1922 que en 2022:
 

viernes, 15 de abril de 2022

"Si una noche de primavera un viajero".

Se puede viajar de muchas maneras, viajar viajando, viajar amando o viajar leyendo, estudiando y escribiendo.
 
El italiano Italo Calvino (La Habana, 1923-Siena, 1985) es uno de los escritores contemporáneos que me interesan realmente porque aún me hacen pensar, con sus novelas "El barón rampante" (1957), "Las ciudades invisibles" (1972) y "Si una noche de invierno un viajero" (1979). Leí esta última en la Facultad y hasta entró en un examen (lo mejor de estudiar literatura es la lista de libros que tienes que leer). El verdadero protagonista de la novela es el lector, que comienza a leer 10 veces un libro que, por causas ajenas a su voluntad, no logra acabar. Calvino dice que no tuvo más remedio que escribir el inicio de 10 novelas de autores imaginarios. Anoche leí un ensayo sobre la novela contemporánea y me encontré esta frase del propio Calvino: "La novela contemporánea es como una enciclopedia, un método de conocimiento, una red de conexiones entre los hechos, entre las personas, entre las cosas del mundo". 
 
Me dormí pensando en esta idea, mientras sonaba una música casi a escondidas. Eran otras variaciones, en este caso 14, que Edward Elgar dedicó a 14 de sus amigos. La novena variación es "Nimrod", una de las composiciones más hermosas que he escuchado (desde el minuto 14.50 de esta versión). Entre sus notas encuentro la Biblia y la resonancia de Beethoven y Bruckner, es decir, algunos de los compañeros de viaje de mi vida:
 

"Orfeo 2022 un Viernes Santo".

Los primeros cristianos, los neoplatónicos, los neopitagóricos, los eclécticos, los sincretistas y los neoacadémicos mostraron una gran devoción al Orfismo. Hoy es Viernes Santo y pienso en ello mientras me tomo el primer café y contemplo el mar desde mi acantilado. El Orfismo fue una corriente religiosa que apareció en Grecia entre los siglos VII o VI a. de C., inspirada en los escritos atribuidos a Orfeo, que algunas fuentes consideran hindú. Trataba de explicar el origen del hombre y los motivos de sus sufrimientos, atribuidos a su doble naturaleza, tanto dionisíaca como titánica. Sus adeptos creían en la reencarnación y la inmortalidad del alma, e influyeron en Pitágoras, Empédocles y Platón, y el arte y la literatura. Orfeo fue un músico al que se le atribuye el invento de la lira y la cítara. Descendió hasta el infierno en busca de su esposa Eurídice, muerta por la picadura de una serpiente. Su música tenía el poder de influir sobre las plantas, las piedras y los hombres, y logró que los dioses le devolvieran a su esposa, pero con la condición de no volver la cabeza hasta salir del infierno, cosa que no hizo y perdió a Eurídice.

Estos días estoy releyendo a Rilke, entre otras cosas (en la primera foto en compañía de un vermú, claro). Ayer me detuve un rato en el soneto XX a Orfeo en la versión de la editorial Cátedra de Eustaquio Barjau. Alude a un recuerdo en su viaje a Rusia con su gran amor Lou Andreas-Salomé. Hace exactamente 100 años de ese viaje (fue el 11 de febrero de 1922) cuando Rilke habla del caballo que vino al galope hacia ellos, en un prado junto al Volga:
 
"Y a ti, Señor, ¿qué te consagro?, dime:
tú enseñaste a escuchar a las criaturas.
Mi recuerdo de un día, en primavera,
su anochecer en Rusia, un caballo...
Del pueblo venía el caballo blanco, solo,
una estaca en la pata delantera,
a estar solo de noche en las praderas;
cómo su crin rizada golpeaba
en su cuello al compás de su arrogancia,
en su galope torpemente atado.
Su sangre de corcel, ¡cómo manaba!
Sentía inmensidades, ¡de qué modo!
Cantaba y escuchaba, estaba "en" él
tu ciclo de leyendas.
                    Su imagen te consagro".
 
"Canción de Orfeo" es un poema que me dedicó la poeta alicantina Gabriela Amoros Seller en su libro "El estuario rojo" (2017). Durante la presentación de ese libro en el Casino de Murcia, Charo Guarino, poeta y profesora de filología clásica en la Universidad de Murcia, lo eligió para recitarlo:
 
Apuro el café con "Orfeo y Eurídice" de Gluck, en la Ópera de París, y su danza de los espíritus benditos con la bella coreografía de Pina Bausch, una bailarina, coreógrafa y directora alemana pionera de la danza contemporánea y que aparece como personaje en mi novela "Entrevías mon amour", de la que hablé ayer y publiqué en 2009, el año en que murió ella:
 
Siempre he considerado al arte como una manera de acercarme a Dios. Y como, en realidad, se pregunta Rilke en su soneto a Orfeo, ¿qué es el tiempo?, ¿cuándo es el presente?