Se puede viajar de muchas maneras, viajar viajando, viajar amando o viajar leyendo, estudiando y escribiendo.
El italiano Italo Calvino (La Habana, 1923-Siena, 1985) es uno de los escritores contemporáneos que me interesan realmente porque aún me hacen pensar, con sus novelas "El barón rampante" (1957), "Las ciudades invisibles" (1972) y "Si una noche de invierno un viajero" (1979). Leí esta última en la Facultad y hasta entró en un examen (lo mejor de estudiar literatura es la lista de libros que tienes que leer). El verdadero protagonista de la novela es el lector, que comienza a leer 10 veces un libro que, por causas ajenas a su voluntad, no logra acabar. Calvino dice que no tuvo más remedio que escribir el inicio de 10 novelas de autores imaginarios. Anoche leí un ensayo sobre la novela contemporánea y me encontré esta frase del propio Calvino: "La novela contemporánea es como una enciclopedia, un método de conocimiento, una red de conexiones entre los hechos, entre las personas, entre las cosas del mundo".
Me dormí pensando en esta idea, mientras sonaba una música casi a escondidas. Eran otras variaciones, en este caso 14, que Edward Elgar dedicó a 14 de sus amigos. La novena variación es "Nimrod", una de las composiciones más hermosas que he escuchado (desde el minuto 14.50 de esta versión). Entre sus notas encuentro la Biblia y la resonancia de Beethoven y Bruckner, es decir, algunos de los compañeros de viaje de mi vida:
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