domingo, 30 de junio de 2019

"El caso de la pintora sueca Hilma af Klint (1862-1944), una de las primeras creadoras del arte abstracto, que intentó pintar lo invisible".

A veces colaboro como evaluador en una revista de literatura mexicana que me gusta (solo hago las cosas que me gustan), y ayer me enviaron el último número trimestral. Hay un artículo que me llamó la atención, escrito por un profesor de la Universidad del País Vasco, así que me pasé la tarde inmerso en el arte:


Hilma af Klint fue una pionera de la abstracción antes que Kandinsky ("De lo espiritual en el arte", es el libro donde siempre he pensado que nacía el arte abstracto), Mondrian y Malévich, pero prefirió no divulgarlo hasta 20 años después de su muerte, creyendo que no le harían caso. Hasta los 80 no se conocieron, realmente, más de 1000 pinturas, centenares de escritos y otras obras. Su obra figurativa fue expuesta varias veces, pero la primera exposición de la obra más secreta no se hizo hasta 2013, en Estocolmo, su ciudad natal.

Como digo tantas veces (y no todo el mundo me hace caso), para realizar una obra artística y literaria que pretenda ser de calidad y duradera, debe adquirirse una sólida formación técnica, fllosófica y científica. Hilma af Klint conocía los últimos avances de su época en matemáticas, física, literatura, música, botánica, pintura, teosofía e incluso espiritismo. Es cierto que ha tardado en llegar hasta nosotros, pero lo ha hecho para quedarse.

Este es un video sobre la reciente exposición en el Guggenheim de Nueva York:

https://www.youtube.com/watch?v=CHdud9km7bQ




sábado, 29 de junio de 2019

“En África también visten con traje y corbata”.

Didier Galagsi es un profesor de Camerún que el otro día escribió lo siguiente en una de mis redes sociales: "Enhorabuena, Sres Justo y Patrick, que me enseñó en la Universidad de Maroua. Soy actualmente docente de español en un liceo en el departamento de "Mayo-Danay", en el Extremo Norte de Camerún. Gracias por sus obras".

El profesor Galagsi escribió esas palabras al ver una fotografía que compartí el pasado mes de mayo donde yo aparecía junto a Patrick Toumba y otros alumnos del Máster de Literatura Española de la Complutense. Mi intención era comentar que el profesor Toumba estaba estudiando la totalidad de mi obra literaria, junto a un grupo de investigación formado por varios profesores y alumnos de la Universidad de Maroua, en Camerún, y que este otoño va a presentar una ponencia en la Universidad Autónoma de Madrid sobre mi primera novela publicada, "La muerte lenta" (1995). Hace un par de semanas me escribió para decirme que esa ponencia había sido aceptada.

Una de las cosas esenciales del ser humano para entender este mundo es estudiar, viajar, aprender idiomas. Me siento feliz por tener la profesión más bonita del mundo y contribuir además con mi literatura a la felicidad de los demás. Gracias a Internet una persona puede escribir desde el norte de Camerún y yo publicar un artículo y compartirlo en las redes sociales para que siga expandiéndose.

Además, constato lo que he repetido otras veces. En África no viven encima de los árboles ni llevan taparrabos. Incluso son más guapos (como Didier Galagsi, en la fotografía) que muchos blancos, altos, ricos, inversores de Wall Street, presidentes de gobierno a los que les escriben las tesis, presidentes de partidos políticos a los que les regalan los másteres, políticos que se han quedado moral e ideológicamente en la Prehistoria, futbolistas (jóvenes, guapos y ricos) que confiesan no haber pasado de la ESO.
Nunca me tomaré un café con los que esta sociedad llama "triunfadores".

Este es mi artículo de hoy en el "Diario Progresista":

https://www.diarioprogresista.es/en-africa-tambien-visten-con-traje-y-corbata-por-justo-sotelo/
 
 

viernes, 28 de junio de 2019

"Anoche estuve en la fiesta de despedida del Taller de Escritura Creativa de Clara Obligado, y al final he soñado con Borges".

Después de varios intentos por tomarnos un café, por fin nos conocimos en persona Clara y yo, en su casa, uno de los lugares más literarios en los que he estado últimamente, lleno de libros, escritores y alumnos. Hablé un rato con mi amiga Carmen Valcárcel, a la que no veía desde que coincidimos en un tribunal de tesis sobre Ángel González, y, entre otras personas, conocí físicamente a las escritoras Valeria Correa Fiz, Carmen Dorado y Florencia del Campo.

Con Florencia hablé más rato, de cine, de literatura, de Borges. Tal vez por eso he soñado con él, además de con Nora Lange y Oliverio Girondo. Borges amó mucho y no fue correspondido casi nunca. Conoció a muchas mujeres, y una le dejó una huella que no fue capaz de borrar, Nora Lange, la musa de los escritores vanguardistas argentinos, la mujer que prefirió a Oliverio Girondo, el poeta que escribió que nunca podría amar a una mujer que no supiera volar. 

El efecto de su amor por Nora fue tan grande que es posible que no pudiera desprenderse nunca de él. Es el leitmotiv, sin duda, de uno de sus cuentos más famosos: “El Aleph”, y eso que habían transcurrido más de veinte años de la historia. En el relato se burla de un poeta mediocre, Carlos Argentino, mientras que asiste con asiduidad a la casa de una amiga muerta, Beatriz Viterbo, un trasunto de Nora, pero también de la Beatriz de Dante e incluso de Dulcinea. Y en esa casa encontrará la esfera que recoge el mundo en dos centímetros de diámetro, el mundo que es todos los mundos, el amor que es todos los amores, el número que es todos los números, el aleph, la primera letra del alfabeto hebreo y de los cabalistas.

He soñado con "Fervor de Buenos Aires", su primer libro de poemas, con el segundo, "Los días y las noches", y he imaginado en sueños su primera experiencia como cuentista, "La historia universal de la infamia". Al final del sueño yo escribía una novela, "Las mentiras inexactas", que transcurre en la Plaza Santa Ana de Madrid y donde al final aparece María Kodama. Uno de los leitmotiv de esa novela es el propio Borges.

(Es lo que tienen las fiestas con escritores en pleno centro de un Madrid en verano).

jueves, 27 de junio de 2019

“Music for 18 Musicians”.

Steve Reich (Nueva York, 1936) escribió entre los años 1974 y 1976 la pieza minimalista “Music for 18 Musicians”. 

Reich es hijo de un abogado y una cantante lírica, estudió la carrera de Filosofía en la Universidad de Cornell, después composición en la Escuela de Música Juilliard de Nueva York y realizó un máster en el Mills College. Y Milhaud y Berio le dieron clase.

La música que escucho mientras me tomo el primer café de la mañana es su obra más lograda y conocida, y una de las composiciones "clave" de la segunda mitad del siglo XX. Su instrumentación es para 4 voces femeninas, 4 pianos, 3 marimbas, 2 xilófonos, violín, cello, 2 clarinetes, clarinete bajo y un metalófono. Me seducen sus cambios de armonía, ritmo y orquestación, y el hecho de que contraponga instrumentos del mismo timbre, los pianos y xilófonos, mientras el bajo permanece constante, con la finalidad de lograr armónicos secundarios que surgen por efecto de las ondas sonoras. Así se genera música sin ser ejecutada directamente, lo que crea un entramado complejo que mantiene el interés. En esta composición no hay director. Los miembros de la orquesta tocan juntos y deciden cuándo cambiar el ritmo o la melodía. Reich pensó en los grupos de tambores del África Occidental o el Gamelán de Bali en donde todos participan por igual. 

Mientras apuro el café, pienso que de esta forma es cómo avanza la cultura de mi época, la que me hace progresar intelectualmente.
El mundo es rico e interesante, y está lleno de arte, en Estados Unidos, en África, en Europa:

https://www.youtube.com/watch?v=ApnbymNz9dE

miércoles, 26 de junio de 2019

"Ningún ser humano debe destruir la belleza de la Naturaleza".

Esto lo dice el profesor e investigador José Luis Rey en la página 19 de su libro "Los derechos de los animales en serio" del que nos habló ayer por la tarde en la última tertulia del "Café Gijón". Este libro se lo dedica a Ramón, su compañero de vida, al que siempre querrá y que le enseñó el amor por los animales, pero se fue demasiado pronto. También a Remo y Lucho, los dos gatitos con los que formaron una familia y que le han enseñado muchas de las cosas que sabe de los animales.

Solo por esas dedicatorias merece la pena ser amigo de José Luis y haberlo invitado a la tertulia, en la que participamos todos hasta convertirla en un profundo debate. No es usual hablar de Filosofía en estos tiempos, y ayer lo hicimos en el Gijón. José Luis defiende que los animales son miembros de la comunidad moral al estar dotados de moral como estructura y de moral como contenido, y son capaces de aprender y obedecer (o desobedecer) ciertas reglas. En la base de su argumento se encuentran las "Lecciones de ética" de Kant y un libro que le parece esencial, "Zoopolis" (2011), de Donaldson y Kymlicka. También hay que citar los análisis de Peces Barba, Nussbaum, Singer o Regan.

Una de las cosas que me gustan de los seres humanos (hay otras muchas que no me gustan) es su capacidad de desobecer las reglas. Y lo mismo les ocurre a los animales desde su mayor indefensión.
Gracias a Pilar, Oskar, José Manuel, Ramón, Albertina, Carmen, Eduardo, Peter, Juan Jose, Almudena, Santiago, Carmen, Antonio, Mariwan y Carmen, por acompañarme.

En cierto momento José Luis nos contó que se quedaba embobado viendo moverse y comportarse a sus dos gatos, y por eso decidió escribir el libro. Mientras le escuchaba pensé que así nacen el pensamiento y la cultura, de un hecho cotidiano, de ver cómo cae una manzana, llega el agua a la playa o sale el Sol.






martes, 25 de junio de 2019

"Y sin embargo".

Mi catedrático de literatura de la Universidad Complutense Javier Del Prado Biezma (una de las personas que conozco que más sabe de literatura, con diferencia) lleva unos días algo cansado y desencantado con algunas cosas de este mundo. En realidad me lo lleva diciendo desde hace mucho. A esta sociedad tan capitalista le falta la capacidad de pensamiento y le sobran sentimentalismo sensorial y sectarismo ideológico. El otro día yo hablaba por aquí de infantilización, que es lo mismo. ¿Tanto nos cuesta detener un poco el tiempo y pensar un rato cada día para evitar que los demás piensen y actúen por nosotros, por ejemplo los científicos?

Me tomo un café y escucho una canción de Sabina. Está grabada en uno de los sitios más parisinos de Madrid, en una de las terrazas del principio de la Gran Vía, cuando se junta con la calle Alcalá, donde conocí, por cierto, a la novelista Patricia José Álvarez en un cocktail y que aparece en la primera fotografía que he puesto, junto a la escritora Almudena Mestre. Y como hoy despedimos la tertulia por esta temporada, recuerdo también otras fotos en compañía de Javier, cuando las visitas de María Tena, Fernando Vallejo y Cecilia Quílez.

Y sin embargo Sabina:

https://www.youtube.com/watch?v=VhdOwDe-Pgg




lunes, 24 de junio de 2019

"Despedida de la tertulia del Café Gijón por esta temporada".

Mañana martes despediremos con abrazos la tertulia del "Café Gijón" por esta temporada, y con la visita del escritor José Luis Rey Pérez, amigo y compañero de la Universidad. Será a las 18.30, como siempre, en el Paseo de Recoletos 21 de Madrid.

José Luis Rey es doctor en Derecho y siempre defiende a los marginados y a los más desfavorecidos, con libros como "El empleo de las personas con discapacidad" y "El derecho al trabajo y el ingreso básico", y por supuesto a la Democracia con mayúsculas (hace un tiempo escribí una recensión para una revista sobre su libro "La democracia amenazada"). Recientemente ha publicado "Los derechos de los animales en serio", y me apetece que nos cuente los motivos de ese libro, su defensa de los animales y, en definitiva, del bien común.

Le dejo a él para que cuente más cosas, como las que escribió cuando se presentó para concejal por "Ahora Madrid", que tenía a Manuela Carmena como cabeza de lista:

"Nací en Madrid el año 1977, donde he vivido siempre en distintos barrios como Retiro, Moratalaz, La Latina, Lavapiés o Malasaña. Soy licenciado en Derecho y ADE y tengo un doctorado en Derechos Fundamentales. Soy profesor universitario de Filosofía del Derecho y derechos humanos en la Universidad P. Comillas. Toda mi vida me han interesado los derechos sociales, la igualdad real, el derecho al trabajo, la renta básica, el derecho al medio ambiente y los derechos de los animales así como la democracia y sus problemas. De mi profesión lo que más me gusta es el contacto con la gente joven y reflexionar e investigar sobre temas que puedan contribuir a construir una sociedad más justa. Me gusta practicar deporte, leer, escribir e ir al cine. No tengo carné de conducir y suelo moverme en bicicleta o en transporte público. Vivo con un gatito negro que se llama Remo".
 


 

domingo, 23 de junio de 2019

"Un atardecer en la Toscana", de Jacek Borcuch.

"¿Un intelectual puede transgredir la moral social imperante, aunque haya recibido el premio Nobel de literatura y sea famoso?"

Se acaba de estrenar en los cines Golem una película franco / belga que se llama "Un atardecer en la Toscana", del director polaco Jacek Borcuch e interpretada por un icono del cine de Polonia, Krystina Janda. Quizá resulte más apropiado el título original, "Dolce fine giornata", porque la película habla de una Europa que corre peligro de desaparecer, esa Europa que ha creado las ideas de la razón y de la libertad a lo largo de los siglos, y que ahora está cuestionada tanto desde dentro de sus fronteras como desde fuera.

El director Pawel Pawlikowski, del que hemos visto recientemente la magnífica "Cold War", amigo de Borcuch, leyó el guión original y colaboró en su desarrollo posterior.

María Linde es una poeta que ha ganado el Nobel de literatura y vive en la Toscana con su familia desde hace años, su marido, su hija separada y dos nietos pequeños. Es interesante la descripción inicial de los miembros de la famlia y de sus pequeños dramas personales. El pueblo cercano a la casa familiar es Volterra, con una acrópolis etrusca. Allí vive un joven árabe del que María está enamorada. Nada más empezar la película aparece el nombre de uno de los mayores poetas del siglo XX, el norteamericano Ezra Pound, creador del "vorticismo" y figura esencial en el panorama intelectual de la Europa de entreguerras. El "vorticismo" experimentaba con la metáfora, la poesía medieval y los haikus japoneses. Este movimiento dio a conocer el trabajo de artistas como Joyce, Lewis, Aldington, Moore, Tagore, Frost, West y Gaudier-Brzeska. Pound revisó en esa época "La tierra baldía" de su amigo T. S. Eliot, un libro que se transformaría en un clásico del siglo XX, y que yo considero el mayor libro de poemas de su siglo. Ezra Pound se declaró admirador de Mussolini, además de antisemita, y tras la victoria de los aliados pasó muchos años dentro de una "jaula", como se sabe. Al final pudo terminar la obra de su vida, "Los cantos", otra de las obras esenciales del siglo XX. Pues bien, la poeta Linde recibe un premio por parte del alcalde de Volterra y en su discurso de agradecimiento hace una lectura políticamente incorrecta de un atentado en Roma que acaba de producirse y ha causado decenas de muertos. Es entonces cuando se desencadena el drama, tanto familiar como social.

En realidad, ¿puede describirse la libertad en una película o un libro? 

¿La jaula que se exhibe en la plaza de Volterra realizada por un artista contemporáneo es para encerrar a los que nos dan miedo, por ejemplo los inmigrantes ilegales que a veces mueren en el Mediterráneo queriendo llegar al "paraíso", o para encerrarnos a nosotros mismos según sea nuestra manera de pensar?

Esta película se plantea más preguntas que respuestas, igual que yo, por eso me gusta tanto cierto tipo de cine y de literatura. Y releer a Pound, dicho sea de paso.

sábado, 22 de junio de 2019

"El arte como antídoto a la infantilización de la sociedad".

"Harmonium" (1980/81) es la obra maestra del compositor norteamericano John Adams (Massachusetts, 1947), realizada a partir de tres poemas, uno del poeta inglés del XVII John Donne y dos de Emily Dickinson, la poeta norteamericana del XIX. Es interesante comprobar cómo se pueden unir tres siglos tan distintos gracias a la música, y que surja una obra de arte de tanta calidad.

https://www.youtube.com/watch…

Esta obra comenzó con una imagen sencilla en la mente de Adams, la de un único tono que se desarrolla con lentitud y como si palpitara. Es un viaje que te eleva y arrastra, como queda patente en "Negative Love", de Donne. Los cambios en la armonía, que suelen ser una articulación de compás a compás en la música tonal (al menos en Occidente), ahora son otra cosa, una especie de ambigüedad durante un tiempo tan prolongado que apenas adviertes que se han producido esos cambios. El efecto sorpresa y la tensión emocional lo provocan los poemas de Dickinson. El tránsito musical, por ejemplo, entre sus dos poemas, hacia el minuto 21.40 de esta grabación en uno de los lugares más bellos del mundo para escuchar música, te deja literalmente pegado a la silla.
Estos son los 3 poemas, tan herméticos como bellos, que, junto a la música, todavía me hacen creer en el arte. 

Y en que no me aburra:

"Negative Love" ("Amor negativo"), de John Donne (1572-1631).
"I never stoop'd so low, as they
Which on an eye, cheek, lip, can prey;
Seldom to them which soar no higher
Than virtue, or the mind to admire.
For sense and understanding may
Know what gives fuel to their fire;
My love, though silly, is more brave;
For may I miss, whene'er I crave, 

If I know yet what I would have.
If that be simply perfectest,
Which can by no way be express'd
But negatives, my love is so.
To all, which all love, I say no. 

If any who deciphers best,
What we know not—ourselves—can know,
Let him teach me that nothing. This
As yet my ease and comfort is,
Though I speed not, I cannot miss".


"Jamás me arrodillé, como aquellos
que adoran un ojo, mejillas, labios;
rara vez hasta aquellos que no se remontan
para admirar la virtud o la mente;
pues sentido e inteligencia pueden
reconocer aquello que alimenta su fuego.
Mi amor, aunque ignorante, es más audaz,
mi fracaso está en el suspiro
si he de saber qué es lo que deseo.

Si es simplemente lo perfecto
lo que no puede expresarse
sino con negativos, así entonces es mi amor;
al Todo que todos aman digo no.
Si alguien puede descifrar
aquello que desconocemos
entonces a nosotros conocer puede,
que él me enseñe esa Nada.
Es este, por ahora, mi alivio y consuelo,
aun cuando no halle progreso, fallar no puedo".


"Because I could not stop for Death" ("Porque no pude detenerme ante la Muerte"), de Emily Dickinson (1830-1886).
"Because I could not stop for Death
Because I could not stop for Death -
He kindly stopped for me -
The Carriage held but just Ourselves -
And Immortality.

We slowly drove - He knew no haste
And I had put away
My labor and my leisure too,
For His Civility -

We passed the School, where Children strove
At Recess - in the Ring -
We passed the Fields of Gazing Grain -
We passed the Setting Sun -

Or rather - He passed Us -
The Dews drew quivering and Chill -
For only Gossamer, my Gown -
My Tippet - only Tulle -

We paused before a House that seemed
A Swelling of the Ground -
The Roof was scarcely visible -
The Cornice - in the Ground -

Since then - 'tis Centuries - and yet
Feels shorter than the Day
I first surmised the Horses' Heads
Were toward Eternity".


"Porque no pude detenerme ante la muerte
Porque no pude detenerme ante la muerte,
amablemente ella se detuvo ante mí;
el carruaje solo nos encerraba a nosotros
y a la inmortalidad.

Condujimos lentamente, ella no sabe de apuros;
y por su cortesía debí abandonar
mis labores e incluso
mis ratos de ocio.

Pasamos por la escuela donde jugaban los niños
Sus lecciones apenas concluidas;
pasamos frente a los campos de pastoreo
y ante el sol que se ponía,

Nos detuvimos ante una casa que parecía
una hinchazón de la tierra;
su techo, solo visible,
su cornisa, apenas un montículo.

Desde entonces han pasado siglos;
pero cada uno parece más corto
que el día en que anuncié por vez primera
que las cabezas de los caballos
apuntaban hacia la eternidad".


"Wild Nights" ("Noches salvajes"), de Emily Dickinson.
"Wild Nights
Wild Nights – Wild Nights!
Were I with thee
Wild Nights should be
Our luxury!

Futile – the Winds –
To a Heart in port –
Done with the Compass –
Done with the Chart!

Rowing in Eden –
Ah, the Sea!
Might I but moor – Tonight –
In Thee!"


"Noches Salvajes
¡Noches Salvajes - noches Salvajes!
¡Si yo estuviera contigo
Las noches Salvajes serían
Nuestro lujo!

¡Fútiles - los vientos -
Para un Corazón en puerto -
Que ha terminado con la Brújula -
Que ha terminado con la Carta de Marear!

Remando hacia el Edén -
¡Ah - el Mar!
¡Si yo pudiera tan sólo amarrar - esta noche -
En ti!"

viernes, 21 de junio de 2019

"Woody Allen tocando el clarinete en Madrid".

Antes de ayer Woody Allen estuvo con su banda de jazz de toda la vida en los jardines de Pedralbes, en Barcelona. Hace un rato inauguró las Noches del Jardín Botánico de la Complutense. Este lugar se encuentra entre las facultades de Biológicas, Farmacia y Periodismo, y a un paso del Paraninfo y los edificios de Filosofía y Filología, donde estudié literatura. Es un sitio donde no se ha podido construir nada por la inestabilidad del terreno, pero que tiene unas cuantas plantas. La primera vez que estuve allí era un crío, y lo hice sentado en el suelo para escuchar un recital de Plácido Domingo mientras todo se llenaba de luces con los mecheros encendidos. En Madrid siempre hemos sido muy místicos y espirituales. 

Me tomo un café y escucho este pequeño video de Woody Allen tocando el clarinete. No es en Madrid ni Barcelona, sino en su café del Upper East Side de Nueva York. Como he dicho tantas veces, me importa un comino la vida privada de la gente, pero estoy en contra de los fundamentalistas y a favor de las causas perdidas, las bandas de jazz y, por supuesto, "Annie Hall" y "Manhattan":

https://www.youtube.com/watch?v=QENBt_8NV4k

jueves, 20 de junio de 2019

"Puccini".

"Ella toca en la puerta de tu buhardilla, te pide una vela, os miráis a los ojos, se le cae la llave al suelo, la buscáis a oscuras, rozas su mano, está fría, sientes algo que no habías sentido nunca.

La música de Puccini es morbosa, enfermiza, atraviesa la piel con facilidad y recorre el cuerpo hasta desembocar en el cerebro y hacerlo explotar sin compasión. Esta música es enamorarse eternamente del amor. Cuando el amor te deja estoqueado en medio del patio es porque Cortázar también tiene algo que decir.

Anoche escuché en el Teatro Monumental su segunda ópera, “Edgar”, en versión de concierto. Aún no era el Puccini de “La bohème”, “Tosca” y “Butterfly”, pero se acercaba. No he encontrado en Youtube ninguna buena versión, así que lo mejor es volver siempre a “La bohème”.

("Cuentos de los otros", 2017, Bartleby Editores, p. 120).

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A propósito de la última tertulia del Gijón, escribí un post sobre la bohemia, sobre cómo podría ser en estos tiempos un bohemio, y una amiga, Pilar Gil Aroca, que se acercó el otro día a la Feria del Libro del parque del Retiro con su hija para conocerme y llevarse mis "Cuentos de los otros", comentó que acababa de leer el relato sobre Puccini que he reproducido al principio. Mientras me tomo un café recuerdo la primera vez que escuché la ópera "La bohème" con mis padres. Recuerdo el teatro y a los principales cantantes, incluso la bella escenografía. Y también recuerdo los años que viví en una buhardilla porque nosotros éramos Rodolfo y Mimí, el escritor y su gran amor.

Esta es la ópera completa subtitulada en español, en una buena versión de La Scala. El Acto I es perfecto, quizá lo mejor que escribiera Puccini. El vals de Musetta del Acto II siempre me incita a bailar cuando lo escucho. Según un ex alumno mío, profesor de música en un instituto extremeño, el Acto III es aún mejor que el I. El final del Acto IV y de la ópera es emocionante. En fin, una de las músicas de mi vida:

https://www.youtube.com/watch?v=ZXB7FxK_d8E

(A la vez que escribía este post, comprendía que hablaba de otro post que escribí hace tiempo sobre un concierto en un teatro de Madrid donde hablaba de la primera vez que escuché "La bohème" y después convertí en un cuento. La reproducción en Youtube de la ópera hace que la tertulia del otro día adquiera otro sentido y que escriba una especie de cuento sobre un cuento anterior y mi manera de sentir la música y el amor).

miércoles, 19 de junio de 2019

"Escenas de la vida bohemia en Madrid".

Hacer una tertulia en el "Café Gijón" con Ricardo Virtanen, vecino del barrio de Rivas, en Madrid, que lleva ese apellido porque su padre, que también era músico, conoció a su madre, finlandesa, en una gira por su país, y luego se casaron en un barco, es hablar de la bohemia de estos días, una manera de ser que se mezcla con toda naturalidad con su doctorado en literatura, sus libros de poemas y aforismos, los ensayos académicos en los que está metido y la enseñanza de la música, la lengua y la literatura en un Instituto de Bachillerato.

Seguramente Murguer hubiera escrito en estos tiempos otras "escenas de la vida bohemia" dedicadas a Ricardo Virtanen, trasladando París a Madrid, y Puccini les hubiera puesto música, la que él pone cada día con su grupo de rock. Mientras me tomo un café y escribo esto, tengo la sensación de que Ricardo piensa de la bohemia lo mismo que yo. Lo más importante de cada persona está en su mente. La mente de Ricardo es la de un intelectual al que le gusta vivir la vida, siempre a su aire, sin falsas ataduras. Y eso me suena.

Como la música.

Desde que la escuché por primera vez supe que la voz de Pavarotti casi no pertenece a este mundo. Va por ti, Ricardo, y por todos los que aún tienen (tenemos) sangre bohemia en las venas:

https://www.youtube.com/watch?v=OkHGUaB1Bs8



martes, 18 de junio de 2019

"La biblioteca de los libros rechazados".


Es una comedia sobre la vanidad de los escritores y el afán de mercado de los editores, y además divertida.

Una joven editora de París descubre una novela de enorme calidad en una biblioteca de la Bretaña francesa formada por los libros rechazados por las editoriales. Su autor es alguien llamado Henri Pick, un pizzero muerto dos años antes. Su viuda asegura que su marido jamás leyó un libro y lo único que escribió en su vida fue la lista de la compra. Sin embargo, la novela se convierte en un éxito de ventas, y un crítico literario, escéptico y obstinado, al que le cambia la vida por culpa de ese libro, se une a la hija de Pick para desentrañar el misterio. ¿Tenía el autor una vida secreta?

Una película que habla de libros, de editoriales, de programas de TV sobre libros que tienen una audiencia excelente, solo podía hacerse…, ¿en qué país? Además, son libros vinculados con la literatura rusa, sobre todo con Pushkin y su romántica vida.

“El misterio Henri Pick”, que es como se llama originalmente, está realizada como la vieja y maravillosa “39 escalones”, de Hitchcock, o la no menos estupenda “Misterioso asesinato en Manhattan”, de Woody Allen. Se trata de desentrañar un misterio, donde el espectador se divierte viajando de un sitio para otro y descubriendo cosas nuevas. El macguffin de Hitchcock vuelve a funcionar tan bien como en las dos películas mencionadas, ahora con un “libro”. Las interpretaciones son espléndidas y creíbles. Y, dentro de que es un juego, todo funciona a la perfección.

Como dijo Aristóteles en su “Poética”, es preferible lo imposible verosímil que lo posible inverosímil.



lunes, 17 de junio de 2019

"Tertulia con Ricardo Virtanen".

Mañana martes tendremos como invitado en la tertulia del "Café Gijón" al poeta, aforista, músico y crítico Ricardo Virtanen (Madrid, 1964).

Ricardo estudió Filología Hispánica e Inglesa en la UCM, y Musicología en la Universidad de La Rioja. Es doctor en Filología Hispánica con la tesis "La experiencia vanguardista de Guillermo de Torre". Profesor en la Universidad de Toledo, y después en la Universidad Complutense de Madrid (Facultad de Educación).

Ha escrito numerosos libros de texto de Lengua y Música, el de lingüística "Lengua resuelta" (1999), los libros de poemas "Notas a pie de página" (2005), "La sed provocadora" (2006), el pliego "Epitafios" (2005), "Sol de hogueras" (2010), "Nieve sobre nieve" (2017) y "Escarabajos debajo de una piedra" (2019). Además de todo ello tiene un diario, "Cuaderno de interior" (2013) y varios libros de aforismos, "Pompas y circunstancias" (2008), "Laberinto de efectos" (2014), "El funambulista ciego" (2019) y "Bazar de esquirlas" (2019).

Es premio de poesía José Luis Hidalgo 2018 con el libro "Intervalo" (2019).

Dentro de la crítica ha publicado las antologías "Hitos y señas. Antología de la poesía española (1966-1996)" (2001), "De tu tierra. La poesía manchega de entre siglos" (2015) y "Vestuario de almas. Antología del epitafio español del siglo XX" (2015); junto a las ediciones críticas de "Almanaque 1935" (2015), de Guillermo de Torre, "Carpe amorem" (2007), de Aurora Luque, "Con la cal en los dedos" (2012), de Pilar Blanco, y "Haikus completos" (2019), de Luis Alberto de Cuenca, al que ya tuvimos hace unas semanas en la tertulia para hablarnos de ellos.

Este es un video con su grupo de rock "Lobos Negros":

https://www.youtube.com/watch…

(Las fotos se corresponden con los tres libros que ha publicado Ricardo este año, en la Feria del Libro del Retiro, en la Librería Alberti de mi barrio y en la Librería Soriano de Valencia).



domingo, 16 de junio de 2019

"Epifanía".

En mis novelas y cuentos hablo a menudo de las "epifanías" que les ocurren a los personajes. 

¿Qué es una epifanía?

Ayer conducía por una de esas carreteras secundarias que tanto me gustan cuando el locutor de Radio Clásica dijo que Plácido Domingo iba a cantar una aria de "Lucía de Lammermoor", de Donizetti. En ese momento detuve el coche dentro de esa fotografía y escuché atentamente. 

Es esa sensación de seguir descubriendo lo inefable, que casi te acerca a la voz de Dios.

Por la noche encontré la música en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=iLs6xI-mWuc

"Tombe degli avi miei,
l'ultimo avanzo
D'una stirpe infelice
Deh! raccogliete voi.
Cessò dell'ira
Il breve foco... sul nemico acciaro
Abbandonar mi vo'.
Per me la vita
È orrendo peso!...
l'universo intero
È un deserto per me senza Lucia!...
Di faci tuttavia
Splende il castello!
Ah! scarsa
Fu la notte al tripudio!...
Ingrata donna!
Mentr'io mi struggo in disperato pianto,
Tu ridi, esulti accanto
Al felice consorte!
Tu delle gioie in seno,
io... della morte!"


"Fra poco a me ricovero
darà negletto avello...
Una pietosa lagrima
Non scenderà su quello!...
Ah! Fin degli estinti, ahi misero!
Manca il conforto a me!
Tu pur, tu pur dimentica
Quel marmo dispregiato:
Mai non passarvi, o barbara,
Del tuo consorte a lato...
Rispetta almeno le ceneri
chi moria per te.
Oh, barbara!"


"Tumbas de mis antepasados,
preparaos para recoger
el último vestigio
de una infeliz estirpe.

Se apagó ya el débil fuego
de la ira. Quiero abandonarme
bajo el acero enemigo.
¡Para mí la vida
es un horrible peso!
¡Sin Lucía, para mí el
universo entero es un desierto!
¡En el castillo brillan aún
las antorchas!
¡Para su júbilo,
la noche ha sido corta!
¡Mujer ingrata!,
mientras yo me deshago en cruel llanto,
tú ríes, ¡disfrutas al lado
del feliz consorte!
¡Tú estás en el seno del gozo;
yo... de la muerte!"


"Dentro de muy poco un olvidado
sepulcro me dará refugio.
¡Ni siquiera una lágrima
de piedad se verterá ante él!
¡Ah! ¡Desgraciado de mí!
Me faltarán las atenciones.
Mientras, tú, olvídate
del despreciado sepulcro.
No pases ante él, oh, bárbara,
al lado de tu marido...
respeta por lo menos las cenizas
de quien muere por ti.
¡Oh, bárbara!"


(Él cree que ella se ha casado con otro por imposición de su familia. Por eso quiere morir. Lo que desconoce es que ella le quiere y por eso mata a su marido la noche de bodas. Es la única forma de que estén juntos, aunque estén muertos).

sábado, 15 de junio de 2019

"Los raros".

Cuando ayer hablaba de sentirme un "bicho" raro no lo hacía con relación a la gente que va al fútbol o no lee o le da igual la cultura. Estaba pensando casi ontológicamente, y en concreto en algunos alumnos y amigos que he ido encontrando por la vida.

Ser o no un bicho raro es algo que me resulta indiferente, entre otras cosas porque siempre hago lo que me da la gana. Sin embargo, he visto (y todavía veo) sufrir a otras personas por el hecho de ser distintos. Niños de los que se reían sus compañeros del colegio por ser gordos, cojear, tener las orejas grandes, ser miopes (entre los "gafotas" me incluyeron a mí algún tiempo, hasta que me pegué con uno que se burlaba a la puerta del colegio. Debía de tener 11 o 12 años y no he vuelto a pegarme en mi vida. Ese niño era un protegido de la directora y esta me castigó a mí, además de que se me rompieron las gafas). Esos niños se hicieron mayores y continuaron siendo insultados o menospreciados por ser negros, por ser gais, por ser feos, por ser pobres. 

Todos ellos siempre han sabido que podían subirse conmigo en las barcas del estanque del Retiro y recorrer el mundo, como en la fotografía; con los matones jamás me he tomado ni me tomaré un café.

viernes, 14 de junio de 2019

"Detalles curiosos de mi ciudad".

Por la mañana estuve un rato sentado en la librería La Central, de la plaza de Callao, y no apareció nadie. Un poco más allá, la gente entraba y salía de Primark, una tienda de ropa, en oleadas.

Un rato después me tomé el vermú frente al quiosco de prensa de la fotografía, esos pequeños lugares que están desapareciendo cada día de Madrid.

Por la tarde decenas de miles de personas fueron al Bernabéu para ver a un señor belga en pantalón corto.

En la Comunidad de Madrid viven cerca de 7 millones de personas, la mitad en la ciudad, pero solo van al cine, el teatro, las exposiciones, la ópera, las bibliotecas, alrededor de 20.000. Por contra algunas zonas son las que más bares concentran por metro cuadrado de Europa.

Esto ya es para toda España. 

Por la noche escuché en la Cadena SER que un 13% de los españoles no ven nunca una serie televisiva (recuerdo, vagamente, que yo me quedé en Bonanza y El fugitivo).

¿Seré un bicho raro y no lo sabía?



jueves, 13 de junio de 2019

Cuando escucho esta música sé que estoy en mi época.

Es el Concierto de Violín nª 2 del compositor polaco Krzysztof Penderecki (1933). Me tomo el primer café de la mañana mientras escucho el concierto dirigido por el propio Penderecki y pienso que, aunque este tipo de música no guste a todo el mundo, precisamente, no puedo dejar de escucharla. Me refiero a la llamada "Generación del 31", la de Cristóbal Halfter en España, Donatoni y Berio en Italia, Boulez en Francia, Stockhausen en la RFA, Riley en EE UU o Kurtag en Hungría. Por supuesto que es necesario hacer un esfuerzo para entenderla y asimilarla, pero eso es algo que nunca me ha preocupado.

Vivimos instalados en la cultura del botón, para encender un ordenador, un móvil, el microondas, sacar una fotografía y subirla rápidamente a una red social. Todo pasa demasiado deprisa y no tenemos tiempo para pensar y reflexionar en las cosas.

¿Hay algo más gratificante que estudiar e intentar entender el mundo en el que vivimos?

https://www.youtube.com/watch?v=z3jSugm-4VE

Cómo me gusta hablar e improvisar sobre literatura en las tertulias de los martes del "Café Gijón".

Es lo que ocurrió ayer a partir de un relato de Peter Redwhite, uno de los jóvenes escritores españoles que me gustan. Con el comentario de uno de sus profesores de Telecomunicaciones (Peter es ingeniero), de su maestro de literatura del instituto en Moguer, donde nació nuestro JRJ, y de dos de sus compañeros de trabajo. Y de mis amigos, por supuesto, como Zhivka (a la que me encontré por Recoletos antes de la tertulia y con la que charlé un rato sentado en un banco), Javier y Almudena (con los que seguí hablando tras la tertulia en el coche de ella), y Victoria, Antonio, Santiago, Mariwan, Albertina, Ángeles y las tres Cármenes. Por su parte, Antonio Infante leyó con su profunda voz de locutor de radio (en la tercera foto) el Prólogo que ha escrito el músico Elliott Murphy para el futuro libro de Peter, y algunos fragmentos de su texto a bordo de un tren.
Así comienza el relato de Peter, lleno de miradas, música y cine:

"Ahora, en este tren con destino Madrid, la chica del asiento de enfrente y yo deslizamos el dedo por la pantalla del teléfono (cada uno del suyo) de esa manera que todavía hoy me recuerda a una película de Spielberg ambientada en lo que entonces se suponía que iba a ser el futuro. Todos van con auriculares puestos a mi alrededor. Por los míos (son de los horteras, parecidos a los que llevan los futbolistas al bajarse del autobús) suena el último álbum en vida de Leonard Cohen, "You Want It Darker". A finales de 2016, la noticia de su muerte me hizo pensar en aquello que leí de que los únicos seres vivientes somos los humanos, los mortales: sabemos que dejaremos de vivir y en eso, precisamente, consiste la vida. También recuerdo haber leído que todas nuestras tareas y empeños son formas de resistencia ante la muerte; en, Cohen se declara preparado para morir. Resulta paradójico que, componiendo estas canciones, estuviese en realidad luchando contra un final próximo e irrevocable. Quizá todo esto enlace más con el deseo de perdurar de alguna manera: Leonard Cohen reconocía que, a cambio de enseñarle a vestir bien, del poeta Irving Layton aprendió cómo vivir para siempre..."

Peter tenía pensado poner música a medida que hablábamos de su relato. Sin embargo, casi no nos dio tiempo porque mis tertulias se improvisan, no se preparan. Lo bonito de los trenes es que siempre sube y baja gente, como en la propia vida. Los trenes nos permiten observar la vida, soñarla, pensarla, escribirla.

Y escucharla:

https://www.youtube.com/watch?v=__QErgBEp-U