domingo, 9 de junio de 2019

"Ifigenia en Táuride y Entrevías mon amour".

"Ifigenia en Táuride", de Gluck, es una de las músicas que se escuchan en mi novela "Entrevías mon amour", de la que hablé ayer por aquí y estuve escuchando buena parte de la tarde. Aproveché para releer la tragedia de Racine, como explicaré después.

Literariamente tuve a Faulkner presente a lo largo de los 20 años que tardé en escribir la novela, pero musicalmente fue la tragedia de Eurípides a la que puso música Gluck, y que está en la base de la "Ilíada", la que más me motivó. Los dioses impusieron a Agamenón el sacrificio de su hija Ifigenia si quería continuar con su flota hacia Troya. Cuando escribo busco encontrar un sentido mítico a los hechos que me interesa expresar. Digo esto porque utilicé el sacrificio de las tres mujeres de mi novela, Judith, Edipa y la Niña, como una metáfora del sacrificio de tantas mujeres durante la dictadura de Franco, en realidad de cualquier dictadura y sociedad que desconoce la libertad.

Una síntesis de la ópera es esta:

Gluck compuso otra Ifigenia, "Ifigenia en Áulide", siguiendo la tragedia de Racine. Su obertura es un compendio de la música barroca, sencillamente deliciosa. Es como si se pusiera ante nuestros ojos toda la cultura de la humanidad, desde Eurípides hasta el Barroco. 

Además, musicalmente, yo crecí escuchando a Furtwängler en casa:

https://www.youtube.com/watch?v=bDbLJ3sWgRIen

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