miércoles, 31 de julio de 2019

Arthur Rimbaud y Javier de Prado.

Ayer hablé en las redes sociales de la obra de Rimbaud.

Hay una edición bilingüe de su obra, canónica, de Cátedra (1996), hecha por uno de los mayores estudiosos de la poesía del francés, el catedrático Javier Del Prado. Que además es amigo mío y tertuliano desde hace varios años.

Después de todo "yo es otro".



martes, 30 de julio de 2019

"De plagios e inspiraciones en la literatura y el arte".

Un texto está formado por multitud de escrituras y, como ya señaló Eco, es necesario que se establezca un diálogo entre el lector y el propio texto para que pueda distinguirse su significado. Borges es un poco esto, o el sueño de Borges. Lo mismo ocurre con todas las artes.
 
Los ejemplos son innumerables a lo largo de la historia; se me ocurren dos mientras me tomo un café.

El famoso monólogo "Lágrimas en la lluvia" de la película "Blade Runner" de Ridley Scott (1982) ya se encuentra en "El barco ebrio" (1871) de Rimbaud, aunque no se dice nada en los títulos de crédito. Y "Somewhere over the rainbow" (1938) se parece demasiado a este intermedio de una ópera de Mascagni: "Guglielmo Ratcliff" (1895), que no solo compuso "Cavalleria rusticana": https://www.youtube.com/watch?v=DgUuGqRm26k

¿De verdad existe alguien que piense que ha descubierto América en el mundo del arte y la literatura?

Dicho esto, voy a escuchar a Judy Garland mientras me tomo otro café. Hay que reconocer que es interesante y divertido intentar llegar al final del arcoíris, con el permiso etiope de Rimbaud:
 
https://www.youtube.com/watch?v=PSZxmZmBfnU

lunes, 29 de julio de 2019

"La muerte lenta", de Justo Sotelo.

Una amiga me manda esta fotografía de la primera novela que publiqué en 1995, y estas frases de la página 32. 

"Giotto inauguró la perspectiva en el siglo XIV, Brunelleschi la transformó en ciencia, Van Gogh puso el alma (...) La vida de un auténtico artista es como un torrente, como lo fue la vida de Van Gogh. Su vida, como su obra, es la gran conmoción ante la belleza. Pintar es un modo de amar, y amar significa darnos desesperadamente a nosotros mismos".

Las leo mientras me tomo el primer café de la mañana, y pienso en la idea de la "muerte" del autor que desarrolla Barthes en el libro del que ayer por aquí. Si alguien sigue leyendo esa novela casi 25 años después, tal vez Barthes tenga razón y lo único importante sea el texto.

"El punto de fuga del placer o la feminidad".

Tantas horas en avión te permiten continuar releyendo a Barthes. El otro día hablé de él por aquí, al referirme al viaje a China. Llega un momento en el que se relee lo que es realmente bueno y lo demás se queda en ese lugar extraño de la inmensa biblioteca del cerebro.

Para el filósofo francés, el susurro del lenguaje es un ruido límite, algo que no tiene nombre ni origina ruido alguno, ya que es perfecto. Susurrar es dejar que se oiga la evaporación del ruido. En esas circunstancias lo tenue, lo abstracto, lo que se estremece se reciben como signos de la anulación sonora. El susurro de la lengua constituye una utopía, la de una música del sentido. El sentido que no se puede dividir, ni penetrar, que es innombrable, aparece a lo lejos como un espejismo, el punto de fuga del placer. Es como se materializa el estremecimiento del sentido, algo que puede interrogarse al escuchar el susurro del lenguaje.

La primera vez que leí este libro la música de Rachmaninov no se me iba de la cabeza. Los aviones actuales son modernos y llevan música incorporada en los asientos, interpretada incluso por Khatia Buniatishvili, que dentro de poco tocará en Madrid. Esta pianista georgiana ha revolucionado la forma de interpretar la música clásica no solo por su técnica y calidad, sino también por su feminidad:

https://www.youtube.com/watch?v=tSvq_GnGfTI


sábado, 27 de julio de 2019

"Elogio del poeta".

En mi artículo de hoy en el "Diario Progresista" recojo el breve prólogo que he escrito para la plaquette nº 17 de "El Búho Búcaro Poesía", que dirigen los poetas Óskar Rodrigañez Flores y Pilar S. Tarduchy.

Siempre he pensado que ser "poeta" es ser alguien diferente a los demás seres humanos.

https://www.diarioprogresista.es/elogio-del-poeta-por-justo-sotelo/
“Los poetas siempre me han parecido personas diferentes a los demás; ni mejores ni peores, simplemente distintos. Me refiero a los poetas de cualquier género y a todos aquellos que escriben poemas con los que captar tanto los viajes exteriores como los interiores.
A veces esos poetas no solo escriben poemas, sino que se dedican a difundir por el mundo las obras de los demás. Eso es lo que hacen Pilar Sastre Tarduchy y Óskar Rodrigáñez Flores, que, además de ser licenciados en Psicoenergética y Osteopatía, respectivamente, dirigen las ediciones de “El Búho Búcaro Poesía”. Su trabajo llega a los lectores en forma de “plaquettes”, un sistema alternativo de edición que empezaron a utilizar los poetas simbolistas y que en el siglo XX han usado, en algún momento, poetas de la relevancia de Huidobro, de la Torre, Lorca y Paz, entre otros.

Esta es la plaquette nº 17, y está integrada por poemas de escritores que tienen calidad, empeñados en efectuar tanto un viaje hacia afuera como hacia adentro, quizá porque son de lugares diferentes, no solo de España, pero todos viven en Madrid. Leyéndolos comprendo que estos poetas sienten, miran y expresan lo inefable o al menos lo intentan con la ayuda de la literatura. En estos poemas observo expresividad, intensidad y poeticidad, que son los tres aspectos que resumen la inspiración del poeta, desde lo inconsciente a lo consciente, desde el yo poético a la realidad de la época en la que viven. En todas las obras presiento las múltiples lecturas de sus autores, lo que no les hace perder la noción de la realidad actual.

Siempre aprendo leyendo a los poetas”.



 

viernes, 26 de julio de 2019

"Pequeño vals vienés", de Lorca.

Estamos en Viena. Hace frío, el poeta recuerda un amor imposible que ha conocido en Nueva York. La boca está cerrada, a pesar de que dejará su boca entre sus piernas. Soledad, impotencia, melancolía, desamor, el vals que gira porque te quiero, te quiero, te quiero.

Ayer María Collado y Marisol Huerta aludieron en un par de comentarios al vals de mi post. María recitó con pasión "El pequeño vals vienés", uno de los últimos poemas de "Poeta en Nueva York", de Lorca, y Marisol mencionó la versión de Cohen, su "Take this waltz". En ese momento recordé una versión desgarradora sobre el poema, la de la cantante y actriz catalana Silvia Pérez Cruz.

Este es el poema de Lorca:

"En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.


Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.


Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.


En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados.
Hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.


Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals del "Te quiero siempre".


En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orilla tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals".


Esta es la voz de Cohen:

https://www.youtube.com/watch?v=ytdjYjM-cLg

Y esta la interpretación de Silvia Pérez Cruz. 

Cómo no me va a sentar bien el primer café de cada mañana. Después de todo Lorca es la música de la poesía española:

https://www.youtube.com/watch?v=ft4qigSb-gA

jueves, 25 de julio de 2019

Esta mañana me he despertado con ganas de bailar un vals.

Quizá sea el baile más elegante que exista, y sin duda el más exquisito. Me gusta el vals porque me gusta vivir la vida con elegancia, ya sea con traje y pajarita, como he vestido siempre y continúo haciéndolo, o con camisetas negras, pantalón corto y sandalias, que es lo que me pongo cuando llega el verano y no me quito hasta que vuelven las clases de la Universidad, sobre todo si estoy de viaje. Por supuesto lejos de la vulgaridad y la agresividad, de las palabras malsonantes, de la burla y el desprecio hacia los demás, lo que, en realidad, no es más que el desprecio a uno mismo. 

El vals gira como la propia vida y en ese movimiento continuo necesitamos a la otra persona. Al igual que en el cuadro de Vladimir Pervunesky titulado "El vals vienés, de 2007, y este delicioso vals de Franz Lehar, tan elegante como exquisito, como puede ser la vida, si quieres: 

https://www.youtube.com/watch?v=MMkyqcnQixY

miércoles, 24 de julio de 2019

"Diario de mi viaje a China", de Barthes.

El año 1974 Barthes viajó a China para "reflexionar" sobre este país. Lo hizo entre el 11 de abril y el 4 de mayo, junto al grupo de la revista parisina "Tel Quel", Philip Sollers, Julia Kristeva y Marcelin Pleynet, y el filósofo Jean Whal.

Me interesan esas reflexiones a la hora de organizar las ideas de un ensayo que estoy escribiendo. Entonces había menos información, aunque no creo que ahora seamos capaces de pensar las cosas sin pausa, sin tiempo, sin reflexionarlas antes. Se desconocía casi todo de la revolución comunista, a pesar de que un semiótico como Barthes lo que buscaba eran los "signos" de un país como China. El grupo visitó fábricas, comunas, escuelas, y no pudo escapar al tour ideológico ni a las más perfectas postales maoístas. A Barthes le sorprendieron la falta de exteriorización de la sexualidad y la opacidad de casi todas las manifestaciones.

Desde luego el diario es un objeto personal, sin artificio y montaje, un tipo de documento valioso que sirve para acercarse a la mente de los grandes pensadores. Sin entender sus reflexiones no es fácil que nosotros seamos capaces de hacer reflexiones mínimamente interesantes y trascendentes sobre el mundo que nos ha tocado vivir.

Reconozco que me gusta pasear despacio, por Madrid y por cualquier parte del mundo.


martes, 23 de julio de 2019

"Nothing to lose".

En esta foto de hace unos días hacía frío y llovía.

Los pasajeros nos pusimos unos chubasqueros rojos y semi transparentes. El paso del acantilado no era fácil, aunque seguro que el piloto conocía bien su trabajo, pensé. Era un tipo fuerte, alto y bien parecido, pero su destreza en el manejo de la embarcación no pudo evitar varios volantazos, y algunos mareos. Antes de llegar a nuestro destino, un sujeto con cara de pocos amigos, y el rostro atrevesado por una cicatriz de arriba abajo, me señaló con el dedo como si fuera a perdonarme la vida, luego miró al piloto y gritó entre grandes aspavientos que yo era el culpable de su nerviosismo con el timón. Entonces me temí lo peor. Como llevo gafas desde niño, siempre he rehuido cualquier tipo de enfrentamiento físico, sobre todo con alguien más corpulento y menos inteligente que yo. La cosa se arregló cuando una chica se puso a cantar una canción con una voz dulce y acompañándose de una guitarra.

No tenía mucho que ver con ese lugar, pero así me gusta vivir la vida, como una película que no tiene mucho que ver:

https://www.youtube.com/watch?v=ErGKJdCLN94

lunes, 22 de julio de 2019

La pianista Brianda García Álvarez toca a Shostakovich.

Anoche me dormí pensando en Shostakovich, en la belleza de su música y en las dificultades que pasó para componer en su país.

Sé que hay muchos asuntos en los que podría entretenerme antes de irme a la cama. El caso es que tenía que terminar de escribir una cosa y estuve escuchando el Concierto de piano nº 2 del compositor ruso. Siempre que me gusta algo lo escucho varias veces seguidas. Es mi forma de entender las cosas y de que no se queden en la epidermis. Aunque tengo un par de versiones en disco, busqué otras en Youtube. Descarté varias excelentes, incluso de Bernstein.

El concierto es del año 1957 y lo compuso para su hijo Maxim, que se iba a diplomar en el Conservatorio de Moscú como pianista. Mientras escribo el post, escucho de nuevo el segundo movimiento, el andante (minuto 8.25), de una belleza sencilla y serena. La pianista es Brianda García Álvarez, una joven intérprete gallega, y está acompañada por una orquesta de jóvenes músicos del Conservatorio de Utrecht. Hace unos minutos he leído un post interesante del escritor cordobés Vicente Luis Mora sobre la diferencia que puede existir entre los verbos "exponerse" y "exhibirse", por ejemplo en las redes sociales (ya he contado alguna vez cómo Vicente y yo compartimos en una ocasión un tren y un taxi desde León). Echo un vistazo en Google para saber quién es la pianista. Se encuentra en Facebook (todo el mundo está en Facebook, salvo mi amiga la escritora Marta Sanz, a la que no hay manera de convencer), y también la versión del concierto que he debido de escuchar 10 veces en las últimas horas.

En fin, voy a seguir escribiendo.

Este es el concierto:




"Ahí seguimos Murakami y yo".

Acabo de contestar el correo electrónico que me escribió el otro día una doctoranda australiana que está haciendo su tesis doctoral sobre literatura japonesa contemporánea, donde me pregunta algunas cosas sobre Haruki Murakami.

Me dice que ha consultado la tesis que leí en la Universidad Complutense en 2012 sobre la semántica ficcional de los mundos posibles en las novelas de este escritor. Ha visto que se ha descargado 8.787 veces desde ese año en todo el mundo, lo que acabo de comprobar mientras me tomo el primer café de la mañana: https://eprints.ucm.es/cgi/stats/report/eprint/14752…. Como digo siempre de broma, cuando algún año Murakami reciba el Nobel de Literatura debería invitarme a una copa de Moët & Chandon, por lo menos.

En esta entrevista que me hizo el periodista y escritor Lorenzo Rodríguez Garrido para la TV de Periodista Digital estuve hablando más de media hora de literatura y de Murakami.

Parece ser que la estudiante australiana se la sabe de memoria:

https://www.youtube.com/watch?v=ulyC4iYCMRk

domingo, 21 de julio de 2019

"Uno de los mejores libros de cuentos que he leído".

"Al principio nos cogimos cariño mientras ella me hablaba de Virginia Woolf y yo de John Maynard Keynes, es decir los dos mayores genios del "Grupo de Bloomsbury", ese conjunto de artistas británicos que se reunían cerca del British para intentar cambiar las costumbres, la literatura y el arte de su época..."

Hoy hablo de este libro en mi artículo del "Diario Progresista".

Lo hago más que nada de mi amistad con su autora y de sus consejos para que no dejara de ser un escritor libre e independiente, como este: "Si tienes que hacer la pelota a un escritor para conseguir premios y fama elige uno que te guste y esté muerto. Así lo único que podrás sacar de él es sabiduría e iluminación".

https://www.diarioprogresista.es/uno-de-los-mejores-libros-de-cuentos-que-he-leido-por-justo-sotelo/

"Este libro se vino conmigo en mi último viaje por ahí, aunque ya lo ha hecho más veces. Lo escribió una mujer que sabía escribir “literatura” y enseñarla en la Universidad, que no se casaba con nadie (salvo con Juan, su marido), que no tenía pelos en la lengua y que siempre que viajaba de Zaragoza a Madrid, sobre todo para las reuniones en la Asociación Colegial de Escritores (ACE), me llamaba para tomar un café y charlar un rato. Ahora que lo pienso es de las pocas mujeres (escritoras) con las que he tomado un café.

Ya me he referido alguna vez a nuestros paseos por Alonso Martínez y la Gran Vía hablando sobre todo de Borges.
Al principio nos cogimos cariño mientras ella me hablaba de Virginia Woolf y yo de John Maynard Keynes, es decir los dos mayores genios del “Grupo de Bloomsbury”, ese conjunto de artistas británicos que se reunían cerca del British para intentar cambiar las costumbres, la literatura y el arte de su época, y que vinieron a Madrid en alguna ocasión con el fin de dar una charla en la Residencia de Estudiantes, lo más parecido que teníamos aquí a su mundo, antes de que la incultura terminara con él tras la Guerra Civil.

No he conocido a nadie que supiera más de Virginia Woolf que ella. Lo leyó todo de la escritora y sus amigos, visitó sus casas de Londres y del campo, se trasladó a su época incluso muchas veces con la ayuda de la imaginación. Varios de sus libros hablan de la escritora inglesa y de su grupo, incluso un libro póstumo que me apeteció presentar hace un tiempo en la librería Alberti de mi barrio. Y hasta me animó a escribir algo sobre Woolf en la Revista Turia, que codirigió muchos años.

El otro día leí en alguna parte que las personas no mueren, sino que desaparecen.

Ana María Navales (1939-2009) no va a desaparecer de mi mundo porque le dediqué una de mis novelas “in memorian” y porque me cae bien la gente diferente, libre e independiente. Como me dijo ella unos meses antes de morir, Justo, sigue siendo libre e independiente y si tienes que hacer la pelota a un escritor para conseguir premios y fama elige uno que te guste y esté muerto. Así lo único que podrás sacar de él es sabiduría e iluminación".


 

jueves, 18 de julio de 2019

"Saber, conocer, interpretar".

Cada vez que te das una vuelta por el mundo, percibes lo pequeño que es tu país y la importancia relativa que tienen las cosas. Parece ser que no se forman gobiernos nacionales, regionales, y cosas así, como nos gustaría. Esto es el final de una época, el Apocalipsis, se comenta por todas partes. Pero, qué ignorantes son los demás, que no saben lo que tienen que hacer ni qué votar. Hablando de ignorancia, los filósofos siguen quejándose de que no se estudia bastante filosofía en los colegios, los poetas muy serios de que las redes sociales son un desastre y lo vulgarizan todo, y luego está el fútbol. Cada vez que te das una vuelta por el mundo eres consciente de lo interesante que resulta saber, conocer e interpretar lo que sucede en cualquier lugar, en China y su continua e imparable expansión económica y cultural, en el cuerno de África, con el proceso democrático de Sudán y los intereses geoestratégicos de tantos países cercanos, o los problemas que el cambio climático está originando que se concretan, entre otras cosas, en la falta de agua y alimentos en la India y otros países. Es cuando te das cuenta, una vez más, de que el mundo está formado por personas como tú, que sienten, aman, sufren y ríen igual que tú.

Me gustan la literatura, la música, las matemáticas, la física, la economía y muchas más cosas quizá porque lo que me gusta por encima de todo es el conocimiento. 

Por eso nunca dejaré de estudiar, de dar clase y de escribir.

Y sobre todo de sorprenderme.

miércoles, 17 de julio de 2019

"El junco".

El barco está varado en medio de un río impronunciable. La popa es corta y no hay quilla ni velas. 

No recuerdo si anoche escuché esta música en una sala de conciertos o la he soñado noche tras noche. Es posible que quisiera decirme algo sobre el fantasma de Zheng He desde el interior de la pequeña embarcación. Sería como si una parte de la historia de la humanidad se acumulara en un rincón de mi cerebro:


(Había pensado escribir esta mañana las sensaciones que me produjo el último anochecer, pero las palabras son obstinadas y se me escapan por el borde de la pantalla del teléfono móvil).

martes, 16 de julio de 2019

"El bambú".

"Se cuenta que el maestro del paisajismo Wo Tao Tzu salió un día por encargo del Emperador a pintar unos bambúes junto al río. Permaneció allí todo el día y regresó sin haber dado una sola pincelada.

Lo tengo todo aquí, dijo señalando su corazón".

("Cuentos de los viernes", 2015, Madrid, Narrativa Bartleby, p. 63).

(A propósito de que ayer se habló por aquí de los viajes interiores. Para hacer esa fotografía con bambúes tan solo se necesita subirse a un avión y apretar el botón de un móvil, es decir, dinero).
 
 

lunes, 15 de julio de 2019

"La belleza salvará al mundo".

Es una frase que dice Dostoyevski en su novela "El idiota". La he recordado paseando por esta playa desierta al amanecer. La frase resume una de las máximas aspiraciones del ser humano para lograr la felicidad, y quizá solo le falta la música.

En un escenario a media luz donde la espuma de las olas adquiere la figura de una sirena, no es el momento del rock progresivo y sinfónico de "Dark Side Of The Moon", "Another Brick In The Wall" y "The End". A la voz rota y melancólica de David Gilmour, el viejo vocalista y guitarrista de "Pink Floyd" (ahora que se acaban de cumplir los 55 años del nacimiento del grupo), lo que le sienta bien es Bizet, como a mi sirena.

domingo, 14 de julio de 2019

"El mundo de Mahler".

El mundo es inmenso y continuamente me está pidiendo que piense en él. Lo de menos es el lugar donde me encuentre porque mi mente siempre viaja conmigo.

Las grandes novelas del siglo XX -"Ulises", "En busca del tiempo perdido", "Los monederos falsos", "Contrapunto", "El bosque de la noche", "La señora Dalloway"- pretendieron meter todo ese mundo en sus páginas, mientras que el paradigma arquitectónico de la ciudad, el rascacielos, era propuesto como un edificio en el que multitud de personas podían desarrollar su vida, como una expresión simbólica de un lugar susceptible de acoger a toda la humanidad.

Picasso y Mahler son dos artistas paradigmáticos en ese sentido. Con "Las señoritas de Avignon", Picasso creó el cubismo (junto a Braque), al rescatar las figuras africanas del museo del Trocadero. Mahler metió también todo el mundo en sus nueve sinfonías y "La canción de la Tierra". En el año 2011 se cumplieron los cien años de su muerte, y quedó claro que es un compositor actual (es el que más se interpreta en las salas de conciertos de todo el mundo), con una visión humanista y panteísta de la vida donde se mezclan la música, la filosofía, la literatura, la arquitectura y la religión. Recuerdo cuando escuché "La canción de la Tierra" por primera vez en el Teatro Real (no se había reconstruido todavía como teatro de ópera), en una versión de la Orquesta Nacional de España. No la llamó Novena por la superstición que tenían todos los músicos respecto de la Novena de Beethoven; no obstante, acto seguido escribió una obra con esa denominación, la que siempre he considero la sinfonía de mi vida, siguiendo la estructura de otra sinfonía que es la despedida de Chaivokski, su "Patética". Después Mahler dejó la Décima incompleta.

Mahler ya había empezado a despedirse de nosotros con el 6º movimiento de "La canción de la Tierra", basado en poemas chinos de Mong Kao-Yen y Wang Wei.

El mundo, mi mundo, el que siempre viaja conmigo:

https://www.youtube.com/watch?v=bNLQYJk5BHU
 
 

sábado, 13 de julio de 2019

"El escritor ante sí mismo".

El primer lector de un escritor es él mismo, y debería ser su principal crítico y el más sincero.

Este asunto salió a relucir hace poco en una de mis tertulias del Café Gijón. Lo de menos son los libros que puedas llegar a vender, los premios que te den y las alabanzas o críticas negativas que recibas. Si eres mínimamente inteligente sabrás si tu obra merece o no la pena. Recuerdo que cuando dije esto, Javier del Prado Biezma comentó que hasta el mismísimo Baudelaire estaba nervioso mientras leía por primera vez, en un famoso Café de París, “Las flores del mal” (se publicó en 1957), ya que al fondo estaba sentado Alejandro Dumas (1802-1870), y le importaba mucho su opinión. Yo le respondí que siempre había considerado inteligente a Baudelaire, con una visión propia de las cosas, incluidas las suyas. Otro asunto es que le viniera bien la opinión favorable de Dumas para el futuro de su libro.

Siempre he pensado que a la literatura, y al arte en general, es imposible aplicarles los seculares criterios de productividad que se utilizan en otras actividades. Por eso es tan difícil ponerles un precio de mercado, y si se hace no tendrá nada que ver con la calidad de la obra. Es posible que haya artistas y escritores que se hayan hecho ricos con su obra, pero, salvo alguna honrosa excepción, no serán buenos. No es solo cuestión de gustos y de una opinión más o menos fundamentada. En el arte influye un factor que le diferencia de las demás actividades, el espiritual, esa cosa casi inefable de la creación.

El carácter espiritual es el que enfrenta, precisamente, al artista consigo mismo.

Y ahí está solo.


viernes, 12 de julio de 2019

"Ofelia y Sonia".

Plotino, seguidor de Platón, consideraba que los tres elementos esenciales del "ser" eran lo verdadero, lo bueno y lo bello. En ellos se basó Kant para elaborar sus tres famosas críticas, sobre la razón pura, práctica y el juicio teleológico. También lo hice yo a la hora de escribir y estructurar mi último libro de literatura, que publiqué el año 2017, razón por la que no se me ocurre qué más puedo escribir que me divierta después de eso. Lo mejor será que me dedique a beber Dry Martinis, como James Bond, mezclados, no agitados.

En fin lo que quiero decir es que debo pedir perdón a Richard García Ortiz porque publicó el siguiente post hace unos días y acabo de verlo. Desde luego lo de "creativa alma libre" me ha llegado al corazón.

"Uno de los libros del conocido escritor, profesor y creativa alma libre Justo Sotelo, “Cuentos de los otros”, publicado en Narrativa Bartleby, cuenta con unas estupendas críticas, como todos los suyos. El libro se compone de 90 relatos cortos de la vida contemporánea en donde construye su yo a través del amor, el arte, el cine y la literatura. Con este planteamiento el libro roza o alcanza por lo general lo bello, lo bueno y lo verdadero, unas máximas muy alejadas de la realidad cotidiana de nuestra vida. La portada está diseñada utilizando el gusto natural que la pintora Johana Roldán mantiene en sus pinturas.

A mí me han impresionado varios de estos relatos pero al titulado "Ofelia" le he puesto laureles y es porque en poco más de una página desarrolla una imaginativa, doble y profunda historia de amor, que bien podría ser la base de un guion cinematográfico. Y, si no, mirad:

Él viaja pensando en la conferencia que ha de ofrecer en el museo acerca de un cuadro que le obsesiona desde sus estudios en la Universidad, “Ofelia”, pintado por Millais. Ofelia es un personaje de Shakespeare, una fuente inagotable de inspiración artística, literaria y filosófica que sedujo a Millais, y en el cuadro representa el tránsito entre la vida y la muerte. La infeliz muere ahogada cuando cae al rio mientras recoge flores, pero queda registrada su hermosa mirada que se pierde entre las flores y el agua. El sauce y las ortigas hablan de dolor, las margaritas de inocencia y fidelidad, y el lirio lo hace de la virginidad, como la sexualidad de las orquídeas. 

¡Maravillosa y sobrecogedora escena!

Si bien el tema central del cuento para mí es un lírico escenario frondoso y de brillante colorido en donde llegas a imaginar la admirable obra del mito ofeliano, no resulta opresivo. El relato queda capturado de manera inequívoca dentro de un vagón del metro, en donde el autor entrelaza miradas e incluso cruza unas palabras con una mujer, que se baja sin que llegue a resolverse la duda de quién es. Cuando en el museo se proyecta en la pantalla la figura de Ofelia, él recuerda que la mujer del metro se llamaba Sonia, la primera chica que besó en su vida. Ella tenía 13 años y él 15".

jueves, 11 de julio de 2019

"La ciudad y los perros", de Vargas Llosa.

Ayer me encontré esta novela en una librería de viejo, y estuve pensando en el paso del tiempo y la literatura como ficción.

Vargas Llosa estudió la Secundaria en el Colegio Militar Leoncio Prado, de Perú, al principio de los años 50. En 1958 se matriculó en la Universidad Complutense de Madrid para hacer el doctorado. Tenía 22 años y una beca de algo más de 100 dólares al mes. Vivía en una pensión cercana al Retiro, pasaba muchas horas leyendo en la Biblioteca Nacional, en el Paseo de Recoletos, y escribió casi toda la novela "La ciudad y los perros" en una tasca de la calle Menéndez Pelayo llamada "El Jute". La terminó en 1961 en una buhardilla de París.

Pero yo quería hablar de otra cosa.

Si algo podía reprochar Proust a Balzac era su obsesiva supeditación a la exactitud de la realidad en "La comedia humana", algo que restaba entidad literaria a la novela. Puede pensarse que "En busca del tiempo perdido" es una novela que está escrita "contra" Balzac. Es el primer gran ejemplo de la creación de un mundo que no supone ilustración de la realidad sino palabra constituida en realidad autónoma. Es lo que Vargas Llosa llamó creación de "mundos diferentes del mundo en el que viven", al referirse al escritor que fantasea con personas, situaciones y anécdotas que le llevan a apartarse del mundo real y usar su imaginación como expresión de lenguaje, a partir de un compromiso con la ficción de la literatura. Es algo que consigue el lenguaje, la reinvención del lenguaje.

Cuando se publicó "La ciudad y los perros", oficiales y cadetes del Colegio Militar Leoncio Prado quemaron el libro, al considerar que calumniaba a la institución. Estaban convencidos de que Vargas Llosa hablaba del colegio. Algo parecido debió de pensar su primera mujer cuando se vio retratada en "La tía Julia y el escribidor", y se quejó amargamente.

miércoles, 10 de julio de 2019

Una poeta de Tenerife en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y un aria de "Turandot".


 
"Estoy pegada a la pared
Pero te mentiría
No hay hebras de agua
Empapando el suelo con el sudor
A veces me resisto a creerlo
Los jardines de mi casa no tienen pared
Solo un cielo tumultuoso que la cubre cada día
Hay una especie de encantamiento que me suscribe a él
Llevo ahí mi muerte desde siempre
La guardo con celo para que nadie me la quite
Tomo la tierra con mi dedos
Me abrazo al fuego del suelo
Yazco inmune a la lluvia
En los jardines de mi casa
Las aves tienen prohibida la entrada
El cielo es denso
Cuando amanece solo me acompaña la noche
La dejo en una esquina para luego
Temo que el día no dure".

La foto es del año pasado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y en ella también aparezco yo reflejado en el espejo, como si fuera un personaje de "Las babas del diablo", de Cortázar, o de "Blow up", de Antonioni. La poeta tinerfeña Candelaria Villavicencio estaba de paso por Madrid y me llamó para tomarnos un café. Lali, que es como la llamamos sus amigos, escribió el poema como comentario a mi post del otro día sobre "Largo viaje hacia la noche", del director chino Bi Gan, la película que más me ha impresionado este año. Me pareció un hermoso gesto, algo que solo pueden permitirse los poetas, esas personas que sienten, miran y expresan lo inefable de otra forma. Yo los observo con admiración, lo reconozco.

En la biblioteca del Círculo hay un armario con discos de vinilo. En uno de esos discos escuché hace años el aria más bella de la historia de la música, interpretada por el tenor italiano Franco Corelli (1921-2003), quizá el más grande que ha existido. Es la poesía, la inefable poesía, como una epifanía que se repite:
https://www.youtube.com/watch?v=sE4EgIG0pew

martes, 9 de julio de 2019

"Herido leve", de Eloy Tizón.

Apenas he empezado a leerlo e intuyo que su lectura me va a llevar mucho tiempo.

La primera impresión es que este libro son todos los libros, como el fuego de Cortázar son todos los fuegos, y que Eloy Tizón se ha reconstruido a través de él desde sus veintipocos años hasta que ha decidido subirse en la línea 5 del Metro para ver a la mujer con tres barbillas, al hombre que tiene un hermano gemelo en alguna parte y a aquel al que se le han enganchado los cordones de los zapatos en la escalera mecánica.

Es lo bueno que tiene la literatura.

Decía que si Tizón ha estado toda la vida esperando para escribir este libro, creo que yo voy a estar muchos meses leyéndolo. Será el tiempo que tarde en reconstruir en mi interior cada uno de sus pequeños ensayos (prólogos, recensiones, artículos sobre libros y escritores). Seguro que no llegarán a ser 100 años de soledad en Robledo de Chavela, o en cualquier otro lugar donde instalemos la infancia y sus veranos, y que él y yo no estaremos de acuerdo en todas las interpretaciones. No obstante, el mundo es inmenso gracias a los libros y para empezar ya me apetece estrechar la mano a Eloy Tizón por ensancharlo aún más.

Después de todo en Macondo seguirá lloviendo cuatro años, once meses y dos días, por lo menos.

lunes, 8 de julio de 2019

"Asociaciones de ideas al estilo de Locke".

El otro día me crucé con el escritor y profesor Javier Morales en la casa de la escritora Clara Obligado. Ayer leí por aquí un interesante artículo suyo donde homenajeaba al escritor, editor de "Periférica" y galerista extremeño Julián Rodríguez, recientemente fallecido. El artículo partía de la "soledad" en la que vive instalada Extremadura, como parte de esa "España vacía" de la que nos habló hace poco en un ensayo el periodista y escritor Sergio del Molino. Por otro lado ayer escribí un post sobre mi lectora extremeña Noelia Carmona.

En cierto momento llegué a un párrafo perteneciente al libro "Cultivos", de Julián Rodríguez, donde se mezclan el ensayo y la autobiografía:

"En mi tierra llaman acehúches a los acebuches. Injertan los acebuches para que se conviertan en olivos, así que algunos olivares antiguos parecen sembrados por el azar. Allá donde germinó una aceituna… Mis tíos, mi padre, aseguran que los acebuches injertados son muy resistentes y dan mucho fruto, más que las estacas de olivo trasplantadas. He de creerles, pero en ocasiones no quiero creerles. Yo soy el renegado, como dije antes: el Inventor de Comodidades Para Apañar Aceitunas, fui el chico que no quería agacharse demasiado, el que barre los surcos y se guarda del frío con guantes y una cazadora de cuero sobre el mono verde. Soy un extraño en esta tierra cuando hay que trabajar en ella. Me gusta la tierra, pero no me gusta trabajar en ella. Creo que a nadie en sus cabales, excepción hecha de la generación de mi padre, puede gustarle este trabajo. Es un trabajo demasiado duro."
Aceuchal (que es lo mismo que decir acebuche o acehúche) es un pequeño pueblo de Badajoz, cercano a Almendralejo, donde nació María Rodríguez Velasco, una buena amiga de la que he hablado otras veces, no porque sea profesora y psicóloga, sino por ser una de las mejoras escritoras que he leído, a pesar de que se empeñe en no publicar ningún libro, y por el amor que siente por el teatro, lo que le llevó a hacerse actriz y a que tuviéramos conversaciones interesantes sobre Valle y otros autores. En su Extremadura natal se hace buen teatro, como el de la compañía "Acebuche-Teatro", de Aceuchal (María en la fotografía) y se escriben buenos artículos, como el de Javier Morales:

https://elasombrario.com/adios-julian-rodriguez-merecio-lucha-cultura/?fbclid=IwAR3aJuokbWdLI2yZt75AxNfMAZkgect0cpunv-GLTIotZeED4XnRT4V0pb4

En realidad, el mundo está lleno de gente maja, aunque el AVE se retrase en llegar a Madrid.

domingo, 7 de julio de 2019

"Yesterday".

En 1965 Paul McCartney cantaba esto:


En 2019 se acaba de estrenar una película del director inglés Danny Boyle, el de "Trainspotting" y "Slumdog Millionaire", con un guión ocurrente, casi de Frank Capra. ¿Qué ocurriría si nadie recordara que los Beatles habían existido, salvo una persona? 

https://www.youtube.com/watch?v=c-EdfpIRgQU

La vi en el cine ayer por la tarde. Por la mañana había publicado un artículo en el Diario Progresista sobre el último libro de relatos de Clara Obligado. A la vez que contestaba los interesantes comentarios, me encontré en esta red social con un post de Noelia Carmona Lambea. Noelia es una reciente amiga virtual de Villanueva de la Serena, en Extremadura, y estaba leyendo mi ensayo sobre Murakami tumbada en un sillón.

Su post decía lo siguiente:

"Adoro el verano...
Aprender leyendo es un placer.
No sólo nos alimentamos de comida...


Leer a Justo Sotelo es un placer, aprendo y me alimento. Alimento para el Alma...

Feliz día, feliz presente".

Mientras veía la película recordé que muchos de los títulos de las novelas de Murakami se basan en canciones, como ocurre con "Tokio blues" (en el original es la "Norwegian Wood" de los Beatles). 

Ahora me tomo un café y no escucho esa canción, sino "Yesterday", porque todo sucedió ayer.

Gracias, Noelia.



sábado, 6 de julio de 2019

"Un paseo con la escritora Clara Obligado y su biblioteca de agua".

Estos días he estado leyendo el último libro de relatos de la escritora Clara Obligado y he dado un paseo con ella por el Madrid más literario del Barrio de las Letras. Este es el principio del paseo:
 
"Siempre cuento a mis alumnos que a Madrid le falta algo para parecerse a París, el Sena. Aun así, los madrileños y todos los que van a pasear a esta ciudad o a quedarse a vivir en ella, como le ocurrió a la escritora Clara Obligado (Buenos Aires, 1950) hace más de 40 años, deberían saber que existe, pero es subterráneo..."

Y este el artículo completo en el Diario Progresista:

https://www.diarioprogresista.es/un-paseo-con-la-escritora-clara-obligado-y-su-biblioteca-de-agua-por-justo-sotelo/