lunes, 29 de agosto de 2022

"Un lugar agradable para comer".

En medio de un bosque prehistórico, rodeado por el mar mientras suena Tannhäusser. La niebla se propaga entre los caminos que se pierden en esta selva de laureles, líquenes, brezos, tilos y viñátigos, que componen este vestigio vegetal de la Era Terciaria, de hace 40 millones de años. Así se puede cruzar "La puerta de Tannhäusser", como en este monólogo final de "Blade runner": "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Naves de ataque en llamas más allá del hombro de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia". Lo supiera o no Rimbaud, es la leyenda del caballero del siglo XIII que visita a Venus y atraviesa la puerta de su mundo, algo que conocía Wagner y he conocido yo dentro de un coche que subía y bajaba montañas a lo largo de tres horas. 
 
Porque yo también he atravesado esa puerta:
 

domingo, 28 de agosto de 2022

"En el aniversario del poeta Leopoldo Panero".

Ayer se cumplieron los 60 años de su muerte (Astorga, León, 17 de octubre de 1909 – Castrillo de las Piedras, León, 27 de agosto de 1962). Y hoy quiero recordarlo con una vivencia personal y literaria. El director y la secretaria de la Cátedra Leopoldo Panero, Javier De la Rosa y Charo Alonso Panero, me invitaron a hablar antes de que comenzara la pandemia sobre la obra de Leopoldo María Panero, en la Universidad de la Laguna. Nos acompañaron escritores y artistas, como Agustín E. Díaz-Pacheco, Chema Menéndez, Susi Llarena, José Ramón Sampayo Rodríguez, Jose Felix Saenz-Marrero (fue el que presentó el acto) y el Coro del Orfeón la Paz de La Laguna. Y lo que hice fue improvisar una compleja charla sobre Leopoldo María Panero, Kierkegaard y Dios de una manera similar a como improviso mis clases en la Universidad. No soy especialista en los Panero; en realidad no lo soy de casi nada, pero sí que soy un lector atento, y he leído con gran atención libros suyos como "Así se fundó Carnaby Street" (1970), "Teoría" (1973) y "Narciso en el acorde último de las flautas" (1979). Como lector no me interesan sus famosas entradas y salidas de hospitales psiquiátricos y otros acontecimientos de su vida, sino el hecho de estudiar Filosofía y Letras en la Complutense y Filología Francesa en la Central de Barcelona, lo que se nota en la calidad, profundidad y simbolismo de sus libros, que le convirtieron en uno de los escritores más preparados de la segunda mitad del siglo XX. Su indudable dominio del lenguaje y su enorme cultura me recuerdan a Eliot y Pound.

En cierto momento mencioné a su padre, Leopoldo Panero, tío de Charo, gran seguidor de su maestro Antonio Machado, y su poema epitafio:
 
"Ha muerto
acri­bi­llado por los besos de sus hijos,
absuelto por los ojos más dul­ce­mente azules
y con el cora­zón más tran­quilo que otros días,
el poeta Leo­poldo Panero,
que nació en la ciu­dad de Astorga
y maduró su vida bajo el silen­cio de una encina.
Que amó mucho,
bebió mucho y ahora,
ven­da­dos sus ojos,
espera la resu­rrec­ción de la carne
aquí, bajo esta piedra".
 
Por contra, su hijo Leopoldo María es claramente "antimachadiano". Como un buen hijo no pudo dejar de con­tes­tar al padre, aun­que lo hiciera con una carta a lo Kafka, en un poema de "Teo­ría". Siem­pre esca­to­ló­gico, en el sen­tido etimológico de la palabra, ima­gina un futuro de conviven­cia con el padre, en una situa­ción de amor y odio a un tiempo:
 
"Glosa a un epitafio"
(carta al padre)
 
"Solos tú y yo, e irremediablemente
unidos por la muerte: torturados aún por
fantasmas que dejamos con torpeza
arañarnos el cuerpo y luchar por los despojos
del sudario, pero ambos muertos, y seguros
de nuestra muerte; dejando al espectro proseguir en vano
con el turbio negocio de los datos: mudo,
el cuerpo, ese impostor en el retrato, y los dos siguiendo
ese otro juego del alma que ya a nada responde,
que lucha con su sombra en el espejo-solos (...)
Para terminar de esta forma:
De ese beso, final, padre, en que desaparezcan
de un soplo nuestras sombras, para
asidos de ese metro imposible y feroz, quedarnos
a salvo de los hombres para siempre,
solos yo y tú, mi amada,
aquí, bajo esta piedra".
 
En fin, poetas y momentos de esta vida tan literaria que quiero vivir mientras me tomo el primer café de una mañana de verano con otro adagio estremecedor de Mahler, y miro el mar y su vaivén de las olas, como la vida:
 

sábado, 27 de agosto de 2022

"Donde nace el arte".

La idea está dentro del molde de escayola o de arcilla. Todavía es el mármol en "bruto" de Miguel Ángel Buonarroti. De pronto el cuerpo empieza a moverse, lentamente, a espasmos. Y aparece una mano, luego el brazo, la cabeza, el tronco. Veo tres o cuatro veces el video y siento que me encuentro en "mi época", que soy un escritor de mi época, como me sucedió otras veces en el Reina Sofía o el MoMA. Decido hacer un pequeño video sobre el propio video del artista. Al final de la proyección compruebo que otras personas han tenido la misma idea. Son proyecciones sobre proyecciones, como la propia mirada de los que ahora leéis estas palabras. Estoy en el Castillo de San Felipe del Puerto de la Cruz, en el norte de Tenerife. Y estoy en mi época, desde la que vivo, miro y escribo, rodeado por las formas jóvenes de mirar el mundo, de entender y hacer mundo y sociedad. Este mecanismo digiere los relatos amenazadores, que responden como un sistema inmune a lo impuesto. Los "discursos" feministas, antirracistas y anticapitalistas como la red de células, la revelación ante el Antropoceno y paisaje controlado. Son espacios simbióticos entre la tecnología y la innovación, entre lo local y lo global. Como la relación entre el cuerpo, la arquitectura y las ideas de las que van a emerger los nuevos discursos artísticos.

Son reflexiones a partir de la quinta edición del "Phe Gallery", 2022: 
 
 
Y, entre los músicos que tocaron el último fin de semana para esta exposición, estuvieron "Los Planetas", que se suelen despertar más tarde que yo:
 

 

viernes, 26 de agosto de 2022

"Esta es mi entrevista de ayer en Youtube".

Reímos y bromeamos mucho, hablamos de mi última novela, "Poeta en Madrid", de la tertulia del Café Gijón, y sobre todo de la vida y de la educación de los niños y su relación con la literatura.
Mientras haya un niño que quiera que le lean un cuento, la literatura no desaparecerá. 
 
Me lo pasé muy bien con Isidro y Kemy Pérez Brito, e incluso al final habló un poquito Justo Junior.
 
Mi idea era transmitir que hemos venido a este mundo a ser felices.
 
 

 

jueves, 25 de agosto de 2022

"En la radio de todos los veranos".

Hoy a las 11 h. hablaré de mi novela "Poeta en Madrid", publicada por Mayda Bustamante, de la editorial Huso, en 2021, en una radio del Norte de Tenerife (10 h. en la isla), como tantos veranos de los últimos años. Tras la pandemia, me apetece dar un abrazo en esta radio a los hermanos Pérez Brito, Kemy e Isidro, sobre el Atlántico y al pie del Teide (en esta fotografía de primeros de agosto se me ve allí leyendo el libro de Pasolini de Miguel Dalmau).

La entrevista se podrá ver por Youtube y Facebook en la página de "Radio Realejos" o escuchar en el 107 FM en este enlace:
 
Escribo porque me lo paso bien. En realidad, a mí lo que me gusta es vivir, por encima de todo, y por eso hoy también será "otro día de sol", como dice una de mis películas favoritas de este siglo XXI. Esta versión española en la Gran Vía de Madrid, que termina en la Plaza de España, tiene su gracia. Después de todo "mi" poeta nació en Madrid:
 

miércoles, 24 de agosto de 2022

"A menudo los hijos se nos parecen".

Ya lo dice esta foto del otro día en un restaurante donde estoy con una copa de vino afrutado en la mano. Ahí hacen una pizza tropical que está muy rica, y que siempre me recordará la primera pizza que tomé con mi madre en un restaurante, cuando las pizzas todavía no eran una comida habitual en España. Sentados a la mesa conté a mi hijo que la primera pizzería que abrió en España fue la "Napolitana" en 1959 en las traseras del actual Primark de la Gran Vía de Madrid; en ella oficiaba un tal Alduccio Sebastianello. Luego está la mítica "Cap de la Vila", en Sitges, que abrió en 1966. Qué bonito es pasear por Sitges al atardecer cogidos de la mano y mirándonos a los ojos. Allí me compré en una tienda gay mi jersey deshilachado, que más de una madre de algunas amigas se empeñaba en coserme porque un escritor y profesor no podía ir así por la calle. Ya sabéis que las madres siempre han querido coser los jerseys a sus hijos y hacerles la comida, como una de esas pizzas tropicales tan ricas con trozos de piña y coco y cariño, y contarles cuentos tras servirles un vaso de leche al anochecer, como hacía la madre de Proust en su casa de verano en Combray.
 
Ya lo dijo Serrat:
 
 

 

https://www.youtube.com/watch?v=ki6GEcteLao
 
 

martes, 23 de agosto de 2022

"Daniela, la mujer de la barca".

Ayer comí en una "Cofradía de pescadores", y al salir me fijé en las barcas varadas de la fotografía. En seguida me acordé de la obra de teatro de Alejandro Casona, pero no quise continuar con la historia de ese grupo de personas que deciden evadirse de la realidad y son visitadas por una sirena que sale del mar para encontrar a su amor mortal. Me pregunté por Daniela, el nombre de la mujer escrito en la barca de arriba. ¿Quién sería aquella mujer, el amor del pescador, la madre de sus hijos, un amor prohibido? El otro día mi amigo músico, y compañero de estudios de Teoría de la Literatura, Dani Sanz (igual que la mujer de la barca) me escribió lo siguiente: "Este es un lugar entre el amor y el miedo, Justo, por eso pasan las cosas que pasan en este mundo y por eso tú has elegido el amor, por suerte para ti y para todos los que te leemos, en mi opinión".

Seguro que la historia de Daniela fue una historia de amor y no de miedo, con una profunda y bellísima canción de Pedro Guerra, que nació en Güimar, al lado de esa fotografía, como banda sonora de su vida:

https://www.youtube.com/watch?v=v3MkD9IqcC0

 


 

lunes, 22 de agosto de 2022

"Desayunando con el arquitecto tinerfeño, nacido en Madrid, Jose Felix Saenz-Marrero".

Algunos de los miembros de la tertulia on line del Café Gijón viven en Tenerife y este verano me apetecía darles un abrazo. En realidad eran amigos míos antes que tertulianos, como el ingeniero Chema Menéndez con el que estuvimos el otro día, o José Félix, con el que estuvimos ayer. A Charo Alonso Panero y Javier De la Rosa no pude verlos por diferentes motivos. Durante más de una hora José Félix nos contó en el viejo café del Parque García Sanabria, uno de esos lugares tropicales que no me importaría que estuviera dentro de El Retiro, las diversas construcciones que el despacho de arquitectos que abrió su tío abuelo y continuaron su padre, él mismo y ahora su hija tienen por todo Tenerife, como la misma basílica de Candelaria, tan querida en esta isla. Hablamos otro rato de nuestra tertulia y de los amigos que José Félix ha podido conocer a través de ella, algo en lo que también coincidió Chema, así como de los muchos libros que se ha comprado a partir de ella.
 
Me gusta rodearme por la buena gente que hay en este mundo, y escuchar una canción de Caco Senante mientras me tomo el primer té de esta agradable mañana de verano. Durante muchos años Paqui y yo fuimos a comer a su restaurante de la calle Echegaray de Madrid. Rodeados de teatros en nuestra buhardilla, que inspiró la buhardilla de "Poeta en Madrid", nos solían preguntar que si éramos actores de teatro.
 
¿Ponemos algo de salsa a la vida, como esta "Gaviota en Madrid"?
 
Aunque los madrileños no tenemos playa ni mar, en realidad todas las playas y todos los mares son de Madrid, aunque nos pillen un poco lejos.
 

 

"Sobre el hecho creativo".

El otro día la escritora Olga RT me dio una sorpresa al enviarme por Messenger esta foto con su mano y mi relato que está incluido en el libro "Café Comercial. La casa de todos" (2022) editado por Muddy Waters Book. Este es el texto completo que utiliza una fotografía en un periódico de la Fontana di Trevi como epifanía, a lo "magdalena" de Proust, y que sirvió para que se agolparan los recuerdos en mi mente y terminara hablando del hecho creativo. Ocurrido algo así, lo demás era muy sencillo, solo tenía que escribirlo, para empezar hablando de cine y literatura, y acabar haciéndolo de música, como no podía ser de otra forma:

MARCELLO, COME HERE
 
"El otro día estaba leyendo el periódico en la terracita del Café Comercial cuando en la página 24 me encontré una fotografía de una chica en la Fontana di Trevi. En seguida me vino a la cabeza la bella melodía de Nino Rota que acompaña a Marcello Mastroianni a lo largo de la película de Fellini. Y no me quiero olvidar de Anita Ekberg y Anouk Aimée.
 
"Suelo desayunar a veces en este sitio, ya que no está lejos de casa. Aquí pasé muchas tardes estudiando con mis amigos y resolviendo problemas de Matemáticas. El CUNEF, donde hice mi primera carrera, la de Económicas, se encontraba al lado, en el centro de Madrid, y siempre que salíamos de un examen nos íbamos a los cines de Fuencarral. En el quiosco de la Plaza de Bilbao he comprado películas (recuerdo algunas de Woody Allen), además del periódico. Fellini quiso hacer una película como una escultura de Picasso que le permitiera romper la historia en pedazos, para juntarlos después. Era una nueva moral, donde la libertad no tenía límites y el pecado había sido desterrado. Por eso pienso en la fuente y en la famosa frase "Marcello, come here. Hurry up". Es la primera mujer de la creación, la madre, la hermana, la amante, la amiga, el ángel y el demonio. Es aquella fuente donde Marcello desea tocarla como si la diva fuera una imagen inaccesible, y donde ya no corre el agua. Sucede de repente, en medio del silencio, y llega el amanecer, como ahora. Mientras escribo estas frases, me tomo el primer café de la mañana y regreso al cine Azul de la Gran Vía donde vi la película de Fellini por primera vez. Luego volveré al Café Comercial, ese lugar de las divertidas ecuaciones de Matemáticas donde empecé a convertirme en escritor. 
 
"Y otro día quizá me encuentre allí con Santiago Martínez Sáez, que codirige mi tertulia literaria después de tantos años. En alguien tan sensible como este arquitecto, pintor y profesor de análisis de formas en la Escuela de Arquitectura, los sucesos "exteriores" que estamos viviendo afectan duramente a su mundo "interior". Se refugia en la pintura y en las "conversaciones" consigo mismo. No nos veíamos desde la última tertulia presencial, así que ayer nos tomamos un café en la terracita. En su opinión la arquitectura pasa por unos momentos de estancamiento creativo, ya que todavía no se ha recuperado de la crisis de 2008; en cambio en la pintura observa cierto movimiento por descubrir y elaborar nuevas formas, tal vez porque es más individualista. Mientras acompañaba a Santiago al Metro, nos encontramos con otro buen amigo por la calle, Amalio de Marichalar, conde de Ripalda. He dado clase a sus dos hijas en la Universidad y le he invitado varias veces a la tertulia para que nos hablara del significado histórico de Numancia, en Soria, un lugar que se encuentra en sus tierras. También hemos trabajado juntos en algunos proyectos sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Paqui y yo lo conocimos en un concierto de órgano en la catedral del Burgo de Osma. El niño era pequeño, como sus hijas, casi tanto como el paso del tiempo.
 
"El último bohemio se pierde para encontrar la salida en un bosque por el que ya transitaron Borges, Shakespeare, Mahler, Puccini, explora, medita, renace, se reinventa para no morir en la época de Facebook, Twitter o Instagram. Lo único que parece ser inmune al cambio perpetuo es el amor (...)" Ahora recuerdo que ayer se consagró la primavera y casi a la misma hora mi novela "Poeta en Madrid" aparecía citada en la columna de Marta Muñiz Rueda de su periódico, de la que he recordado las frases anteriores. Marta ha elaborado una larga reseña, pero ha querido incluir un aperitivo en el periódico. Hablando de reseñas en revistas literarias, el escritor Rafael Soler publicó en marzo de 2021 otra sobre mi novela en la revista "Todo Literatura", donde comienza planteando dos preguntas: "¿Puede escribirse una buena novela con la respiración y el ritmo de una sinfonía? ¿Cuál debería ser el papel del creador en esta sociedad donde impera lo urgente y lo banal?" Más de una vez he quedado con él en la terraza para tomar algo. Siempre he pensado que se puede escribir una novela con el ritmo y la respiración de una sinfonía, por ejemplo, la "Sinfonía Fantástica" de Berlioz. Esta música rompió con todo lo que se había escuchado hasta ese momento (1830), con la excepción de Beethoven, y sirvió a Wagner para seguir avanzando en busca de un nuevo lenguaje musical, algo que siempre estoy pidiendo para la literatura, como también me recuerdan la Tercera y la Novena de Mahler. Respecto de la segunda pregunta de Rafael, considero que el papel del artista es crear obras que se alejen de lo urgente y lo banal. El verdadero arte no tiene prisa y se lleva mal con lo superficial y lo vulgar. En ese momento aún no había presentado oficialmente la novela (lo había hecho por Zoom con la ayuda de las palabras del catedrático de literatura Germán Gullón, junto a mis amigos de la tertulia), lo que se produjo en la primera planta de este Café en noviembre de 2021. Me gusta improvisar mientras voy viviendo y estudiando. También improviso con los verbos y con el tiempo y el espacio cuando escribo. Creo recordar que hablamos de esto la última vez que Rafael y yo nos vimos.
 
"Mientras termino el café, pienso que me paso el día hablando de la felicidad del artista de mi época. ¿O hablaré siempre de amor, de música y de cine, en los cafés, en los quioscos de prensa, en las catedrales?"
 
Obviamente, la música y las escenas de hoy solo pueden ser estas:
 
(La última vez que quedé con la escritora Almudena Mestre fue en esta terracita antes del verano, pues quería que le dedicara ese relato. Hoy es su cumpleaños).
 

 

sábado, 20 de agosto de 2022

"Eso de estar de vacaciones".

Estos días varios de mis amigos me decís, con cariño, que disfrute de las vacaciones, y cuando lo leo me "sale" una sonrisa. Nunca he tenido clara la diferencia existente entre las clases y las vacaciones de un profesor universitario. Algunos de los artículos que he escrito y que me sirvieron para obtener la cátedra, por ejemplo, los redacté lejos de Madrid, en ese supuesto periodo de vacaciones, en Girona, uno de mis paraísos particulares, en Tenerife, otro de mis paraísos, en Barcelona, París, Londres, Dublín, Edimburgo o Delhi, por decir algo, pero los pensé mucho tiempo y en cualquier parte y época del año. Ya no voy a referirme a mis novelas y cuentos, porque tendría que decir lo mismo. Desde que con diez u once años sabía que iba a ser escritor, soy consciente de que un escritor nunca se jubila. No tiene demasiado sentido esperar a las vacaciones o a jubilarse para hacer aquello que siempre habíamos querido hacer, pero nunca nos atrevimos. Añorando lo que no hemos hecho, es como se nos pasa la vida.

Dentro de España, Madrid es mi ciudad ideal, pero me gusta todo el mundo, el mar y la montaña, la luz natural y la artificial, la India e Inglaterra, Nueva York y París. Además mis vacaciones duran todo el año.
 
Eso de estar de vacaciones, eso que tú me das:
 

viernes, 19 de agosto de 2022

"Nacieron en el Mediterráneo".

En escasas ocasiones leo poemas en esta red social que me piden que los relea. En ese instante el espíritu se desprende del cuerpo y puedo situarlos en la tradición de la "lírica" universal, en este último caso con ciertas resonancias de Rilke y Juan Ramón Jiménez que me conectan con un Absoluto que trasciende cualquier límite. Nos acercamos casi al "silencio de oro", así como al sol, la espiritualidad y la pasión del Mediterráneo. Gabriela Amorós está en la fotografía, nació en Santa Pola (Alicante) y ha publicado dos libros de poemas, "La fragua cero" (2014) y "El estuario rojo" (2017). Para el primero escribí el prólogo, un ensayo de Teoría de la Literatura de contenido lógico-simbólico, como su obra. (Esta red social me recuerda este poema de hace justo un año).

"Flor de jazmín".
 
"como al jazmín
me han condenado a hablar por amor
pero ambos hablamos por hablar,
por amor precisamente blanqueamos
silencio.
.
una diminuta flor de jazmín
puede callar tanto
blanco
para caber en la flor
.
que día a día
se le va cayendo el alma encima
muda
enamorada y blanca,
tan apretada
una flor no resiste.
.
al escribir me siento más viva
abierta
quizá perdurable,
pienso que todo cabe en el papel
.
pero bajo su inabarcable amor
el papel
un silencio blanco
.
y el jazmín y yo
inclinados
abrazados
nos vamos muriendo".
.
© Gabriela Amoros Seller.
 
Ahora, mientras me tomo el primer té de esta mañana de verano, escucho una canción que fue elegida la mejor del pop español. Va por el padre de la poeta:
 

jueves, 18 de agosto de 2022

"Ser bohemio".

"Al recorrer compositores y obras, me acordé de ti al ver el azulejo de La Bohème de Puccini". La arquitecta María José Muñoz Spínola me envió ayer estas fotografías de su último paseo por Sevilla. Ella nació allí, aunque vive en Madrid desde pequeña. En el Parque de María Luisa se encuentra la Glorieta de Ofelia Nieto, aquella célebre soprano madrileña (1898-1931) que se casó con el "decano" de los procuradores de Sevilla, y esta ciudad le dedicó esa plaza en la que todavía se dan conciertos de música clásica. Y Ofelia Nieto aparece vestida de blanco por lo joven que era cuando muró. La rosa en la mano, me dijo María José, es una leyenda antigua en Sevilla de la que le hablaban desde siempre, pues quien toque la rosa se casará al año siguiente. María José me envió, igualmente, por Wasap esta interpretación histórica de Ofelia del "Vissi d´arte" de la "Tosca" de Puccini, ya que sus interpretaciones eran tan hermosas como las rosas:

Y ya que mi amiga me ve tan bohemio, me tomo el primer té del día escuchando el precioso himno a la bohemia de Vives. Después de todo, ser bohemio significa mirar la vida de una forma determinada y creer, por encima de todo, en el amor y la libertad:
 

miércoles, 17 de agosto de 2022

"La Gioconda y el Giocondo".

- Eres un ser maravilloso, juegas con las palabras como quieres y haces soñar al lector, eres magnífico, me escribió ayer Elena Gm en esta red social.
 
- Elena, este comentario lo voy a enmarcar. Eres un encanto, le respondí.
 
- Tú sí que estás para enmarcarte, al lado de la Gioconda, jajaja, dijo ella.
 
Así que aquí estoy, escribiendo a Laurence des Cars, directora del Louvre, para ver si me busca un hueco al lado de la Gioconda, jeje, y me cuelgan esta foto del otro día en un bello jardín de La Orotava con mi pantalón corto blanco y la camiseta agujereada. Des Cars es conservadora de arte, especialista en pintura francesa del siglo XIX y fue responsable del Museo d'Orsay desde 2017. Y dirige el Museo del Louvre desde 2021. Es la sucesora de Jean-Luc Martinez, en un gesto de renovación por parte de Macron. Al presidente de Francia podría pedirle que me pusieran cada mañana esta música mientras me descuelgo para tomarme un café.
 
Ay, qué felices seremos los dos:
 

martes, 16 de agosto de 2022

Leyendo "Aniquilación", de Houllebecq.

Michel Houllebecq (Saint-Pierre, isla de La Reunión, 1956) es uno de esos escasos novelistas actuales que todavía quiere "escribir" literatura de verdad.
 
Pienso en "Ampliación del campo de batalla" (1994), "Las partículas elementales" (1998), su obra maestra, y "Plataforma" (2001), una novela que vi adaptada al teatro en el Círculo de Bellas Artes en el 2006, si no recuerdo mal, con su descripción de la miseria afectiva y sexual del hombre y la mujer occidentales. En esas obras observo su principal aportación, aunque la última se lee bastante bien. Esta "Aniquilación", publicada en junio por Anagrama, me ha recordado a una bebida, el Saperoco, parecida al Barraquito. Suele servirse por capas, por las diferentes densidades de sus ingredientes, de abajo arriba, leche condensada, licor, café expreso y leche espumada. En la parte de abajo de la novela veo ecos de Schopenhauer, Balzac y Proust; encima a Pynchon y DeLillo, y más arriba algo de Carrère y Pasolini. Lo que Houllebecq no puede evitar es ser un sentimental, aunque sus novelas estén llenas de sexo y una visión apocalíptica de la vida. En "Aniquilación" se corrige algo y desea mostrar una luz al final del túnel.
 
El "Pámpano" a la plancha que me comí en el restaurante de esta fotografía, tras acabar de leer la novela, estaba exquisito, y además acompañado con una copa de vino blanco, un Saperoco y esta canción:
 

lunes, 15 de agosto de 2022

"La gente que lee me da miedo".

Es lo que nos dijo ayer un camarero en un restaurante de un muelle pesquero. A primera hora, mientras me tomaba un té con leche en un Café, me llamó por teléfono mi amigo y editor Pepo Paz Saz para charlar un rato sobre la vida, y, tras hablarme del libro ilustrado que está escribiendo sobre Toledo, me preguntó qué me había parecido el suceso de Salman Rusdhie. Lo primero que le dije es que me falta información y que, en cualquier caso, me alegra que el escritor esté mejor al parecer. Supongo que se mezcla el fanatismo religioso con una influencia excesiva de las redes sociales y la falta de madurez de algunas personas.

Ahora me tomo el primer café de la mañana y me pregunto si será verdad que los libros siguen teniendo un cierto poder, en el sentido que sea. Y escucho una canción con Andrea Motis, una delicia de cantante y trompetista que me recomendó otra buena amiga, Silvia López, ya que no puedo vivir sin música y sin escribir y sin leer y sin comer o cenar en un puerto pesquero y sin tomar un té en un bello Café y sin amar y sentir la vida. Yo no puedo vivir sin vivir.
 
Supongo que no todos tenemos el mismo sentido de lo que es la felicidad y estamos en verano:
 

domingo, 14 de agosto de 2022

"La luz de las estrellas".

Estas últimas noches no he visto la famosa lluvia de estrellas sobre el océano, pero he contemplado atardeceres como el de la foto y el posible rayo verde del que hablaron Julio Verne en una novela y Eric Rohmer en una película. Y para hacer caso a la leyenda, yo también pedí un deseo, de esos que no se pueden confesar. Me tomo un té, veo cómo la luna rueda lentamente por la montaña que tengo a mi izquierda y escucho una música electroacústica, "Cefeidas" (1990), de Francisco Guerrero Marín (Linares, 1951-Madrid, 1997) y su idea de incorporar las matemáticas y la física a la música, por ejemplo, a través de los fractales. Son las estrellas "miliares" del Universo, diez veces más grandes que el sol, que dedicó al compositor veneciano Luigi Nono. Cuanto más brillante es una cefeida, más lentas son sus pulsaciones. Por lo tanto, al medir el periodo de pulsación de una cefeida se puede deducir cuál es su luminosidad y, de ahí, se puede saber la distancia.

Termino el té con leche y recuerdo los conciertos de música clásica contemporánea en el Teatro Real y el Auditorio Nacional de Madrid, a los que he ido desde joven sin dejar de maravillarme. Hace años intenté escribir una novela a la manera de los fractales, pero no me salió tras empezarla una y otra vez y romper decenas de páginas. Sé que necesito ser contemporáneo de mí mismo, como diría Walt Whitman, y que mi desconocimiento de todas las cosas es inmenso. Busco conocer el pasado, pero desde el presente y mirando hacia el futuro. No tiene sentido volver a escribir lo que ya está escrito, y yo no he nacido para eso.
 
En realidad sí escuché la lluvia de estrellas.
 


 

viernes, 12 de agosto de 2022

"Leyendo "Pasolini" (Tusquets, 2022), de Miguel Dalmau".

Este 2022 es el centenario del nacimiento de uno de los escritores y cineastas que marcó mi personalidad adolescente desde que lei "Teorema" (1968) y vi "Pajaritos y pajarracos" (1966) en los cines Alphaville a primeros de los 80, ya que estuvo prohibida en España hasta el año 1979. 
 
Miguel Dalmau y yo hablamos a menudo en esta red social, aunque no nos conocemos en persona. Hemos quedado en hacerlo pronto. Su biografía de Pasolini entró en mi mochila viajera de este verano. Miguel (Barcelona, 1957) estudió Medicina, pero pronto se decantó por la literatura. Ha escrito novelas y las biografías de Oscar Wilde, los Goytisolo, Jaime Gil de Biedma, Julio Cortázar y Concha García Campoy. Desde finales de los 70 ha trabajado como crítico literario, guionista radiofónico y columnista, como en La Vanguardia. Su libro sobre Pasolini tiene 500 páginas, está bien escrito y relaciona con criterio la vida y la obra de Pasolini. Me ha interesado, en particular, su manera de abordar los "orígenes" artísticos del que fuera sexto conde de la Onda, las dificultades para superar el fascismo familiar y de su país, y la epifanía que supuso para un joven Pasolini leer a Rimbaud o los sonetos de su madre. Pasolini lo estudió y leyó todo, y le interesó todo, la literatura, la música, la pintura, el cine y hasta los deportes. En particular me resulta ilustrativo su descubrimiento de Beethoven con menos de veinte años. Entonces escribió: "Antes de Beethoven tenía que acudir a imágenes y sentimentalismo para escuchar una música y comprenderla; por el contrario ahora no es necesario en absoluto; sin duda hay algo de musical entre nosotros que se transforma directamente en sentimiento, sin necesidad de sentimentalismo, permaneciendo como música, sin necesidad de imágenes. Lo puedes verificar oyendo a Beethoven, cualquiera de sus sinfonías" (p. 55).
 
Por ejemplo, esta absoluta obra de arte:
 
Me tomo un café mientras pienso en el argumento de "Pajaritos y pajarracos", la película que más quería el propio Pasolini. Totó es un agricultor que, junto a su hijo Ninetto, se pone en camino, cerca de Roma, para pedir una moratoria para solventar una deuda que pesa sobre su finca. En el camino, los dos hablan de la vida y la muerte con un insólito personaje, un cuervo que habla. Este dice ser un intelectual marxista de la vieja guardia y sustenta la teoría de que la Humanidad se divide en dos grupos, el que habitan los pajarracos y el que alberga a los pajaritos.
 
En fin, la vida, mi vida.
 

 
 

jueves, 11 de agosto de 2022

"Candelaria Villavicencio, la poeta que se vestía con silencios".



 
"Candelaria Villavicencio es maestra y a la vez alumna, y tengo la sensación de que siempre lo será. Es una persona con tantas ansias de conocimiento que es capaz de pasarse las horas muertas leyendo poesía checa o norteamericana en una biblioteca, intentando entender a los grandes autores, captando su esencia, aprendiendo de ellos. Es una gran curiosa y por eso es una persona humilde, consciente de que la historia de la literatura está llena de belleza y de profundidad, y ella la quiere conocer. Por eso ha tardado tanto tiempo en decidirse a publicar un libro. Llevo muchos años insistiendo en que lo haga, ya que considero que sus poemas están a la altura de los mejores que se pueden leer dentro de la literatura española del siglo XX y de este siglo XXI. Domina la sustancia interior del poema, como diría mi maestro García Berrio siguiendo la idea de los clásicos Welleck y Warren. En ocasiones se deja llevar por la inspiración y escribe compulsivamente, y al cabo de unas horas o unos días de frenética duermevela creadora es posible que haya dado a la luz una serie de poemas complejos, con una semántica profunda, todavía sin pulir, como si fueran diamantes en bruto. En estos años ella me ha leído poemas de ese estilo, y es entonces cuando yo le decía que lo mismo le había ocurrido a Miguel Ángel Buonarroti con sus míticas esculturas, lo que le obligaba a invertir mucho más tiempo para terminar de verdad sus obras.

Un día Candelaria (Lali para los amigos) me dijo lo siguiente: "Hoy estoy bajo la arena negra del Atlántico, en un huequito, esperando a que el sol llegue hasta mí y me vuelva de fuego o de mar. ¿ Qué significa la escritura para mí? La escritura es la herramienta que necesito para construir mi laberinto. Allí donde nadie puede encontrarme, aunque me vea y me toque. ¿Por qué el verso? Porque es fugaz, y me gusta todo lo que es fugaz. Me permite ser libre, incluso hacer añicos la sintaxis, y hasta diría que entonces las palabras se convierten en miles de confetis que flotan en el aire y que yo tomo prestados para vestirme y no sentirme desnuda. La escritura me ha permitido conocer los entresijos del ser humano, por eso con cada palabra que me adorno me permito alzar la mirada a ese azul en movimiento, esa luz que no quiebra, que me sostiene cuando mis palabras me dejan en silencio, casi desnuda”.

Solemos vernos una vez al año para tomar un café, en Madrid o en Tenerife, y casi siempre hablo yo todo el rato. Ella calla y escucha. Un día le pregunté por qué actuaba de esa forma y me dijo que prefería escucharme a mí. Ese día comprendí que no le hace falta decir nada. Lali es de esas personas de las que siempre se puede aprender, quizá porque es de las pocas poetas que, en realidad, no es poeta, sino la poesía en sí misma. Aun así me convencen su riqueza léxica y semántica, sus hermosas metáforas, su claridad expositiva, la honestidad de su propuesta poética. Lo suyo no son los retóricos juegos de palabras.

Y logra que yo también me convierta en poesía.

Otro día quise mirarla a los ojos y buscar ese lugar inefable del que brota a espasmos la poesía. En realidad todos somos obras de arte, dijo ella entonces, y lo esencial es conectarse con la obra de arte universal. Uno de los primeros escritores que se refirieron al carácter universal de la literatura fue Goethe, el autor de "Werther", "Fausto", "Wilhelm Meister", "Las afinidades electivas" y "Viaje a Italia", es decir, la mayor literatura de su tiempo y de las más influyentes en la literatura y el arte posteriores. Para Lali, como para Goethe, la poesía no es de ella, sino del Universo. Por eso me dijo que el proceso amoroso con la escritura, con la palabra en sí misma, va mucho más allá del acto físico de escribir e incluso del acto físico de pensar. Cuando alguien conecta su "yo interior" con la conciencia colectiva es cuando se produce el flechazo, ese amor que es para toda la vida. ¿En qué lugar queda la poesía? ¿Cuál es su finalidad? Es ponerse en conexión con el mundo con un lenguaje universal, porque el silencio es fundamental, como ocurre con la música. Sin silencios no hay poesía. Cuando ella dice silencio, no se refiere solo al de las palabras, sino también al silencio de Todo. Cree que cuando se consigue ese silencio es cuando surgen los versos auténticos, que estén más allá de las palabras. Siempre estamos creando, a pesar de que no escribamos una sola palabra. Creamos por necesidad de ser creíbles o por puro egoísmo. A veces hay muchos ruidos por dentro y es imposible crear, entonces ella se aleja de sí, se vuelve cualquier cosa y huye de “adentro”. Se va al mar y se concede la licencia de ser torpe. Luego todo vuelve.

Y así este primer libro".