lunes, 22 de agosto de 2022

"Sobre el hecho creativo".

El otro día la escritora Olga RT me dio una sorpresa al enviarme por Messenger esta foto con su mano y mi relato que está incluido en el libro "Café Comercial. La casa de todos" (2022) editado por Muddy Waters Book. Este es el texto completo que utiliza una fotografía en un periódico de la Fontana di Trevi como epifanía, a lo "magdalena" de Proust, y que sirvió para que se agolparan los recuerdos en mi mente y terminara hablando del hecho creativo. Ocurrido algo así, lo demás era muy sencillo, solo tenía que escribirlo, para empezar hablando de cine y literatura, y acabar haciéndolo de música, como no podía ser de otra forma:

MARCELLO, COME HERE
 
"El otro día estaba leyendo el periódico en la terracita del Café Comercial cuando en la página 24 me encontré una fotografía de una chica en la Fontana di Trevi. En seguida me vino a la cabeza la bella melodía de Nino Rota que acompaña a Marcello Mastroianni a lo largo de la película de Fellini. Y no me quiero olvidar de Anita Ekberg y Anouk Aimée.
 
"Suelo desayunar a veces en este sitio, ya que no está lejos de casa. Aquí pasé muchas tardes estudiando con mis amigos y resolviendo problemas de Matemáticas. El CUNEF, donde hice mi primera carrera, la de Económicas, se encontraba al lado, en el centro de Madrid, y siempre que salíamos de un examen nos íbamos a los cines de Fuencarral. En el quiosco de la Plaza de Bilbao he comprado películas (recuerdo algunas de Woody Allen), además del periódico. Fellini quiso hacer una película como una escultura de Picasso que le permitiera romper la historia en pedazos, para juntarlos después. Era una nueva moral, donde la libertad no tenía límites y el pecado había sido desterrado. Por eso pienso en la fuente y en la famosa frase "Marcello, come here. Hurry up". Es la primera mujer de la creación, la madre, la hermana, la amante, la amiga, el ángel y el demonio. Es aquella fuente donde Marcello desea tocarla como si la diva fuera una imagen inaccesible, y donde ya no corre el agua. Sucede de repente, en medio del silencio, y llega el amanecer, como ahora. Mientras escribo estas frases, me tomo el primer café de la mañana y regreso al cine Azul de la Gran Vía donde vi la película de Fellini por primera vez. Luego volveré al Café Comercial, ese lugar de las divertidas ecuaciones de Matemáticas donde empecé a convertirme en escritor. 
 
"Y otro día quizá me encuentre allí con Santiago Martínez Sáez, que codirige mi tertulia literaria después de tantos años. En alguien tan sensible como este arquitecto, pintor y profesor de análisis de formas en la Escuela de Arquitectura, los sucesos "exteriores" que estamos viviendo afectan duramente a su mundo "interior". Se refugia en la pintura y en las "conversaciones" consigo mismo. No nos veíamos desde la última tertulia presencial, así que ayer nos tomamos un café en la terracita. En su opinión la arquitectura pasa por unos momentos de estancamiento creativo, ya que todavía no se ha recuperado de la crisis de 2008; en cambio en la pintura observa cierto movimiento por descubrir y elaborar nuevas formas, tal vez porque es más individualista. Mientras acompañaba a Santiago al Metro, nos encontramos con otro buen amigo por la calle, Amalio de Marichalar, conde de Ripalda. He dado clase a sus dos hijas en la Universidad y le he invitado varias veces a la tertulia para que nos hablara del significado histórico de Numancia, en Soria, un lugar que se encuentra en sus tierras. También hemos trabajado juntos en algunos proyectos sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Paqui y yo lo conocimos en un concierto de órgano en la catedral del Burgo de Osma. El niño era pequeño, como sus hijas, casi tanto como el paso del tiempo.
 
"El último bohemio se pierde para encontrar la salida en un bosque por el que ya transitaron Borges, Shakespeare, Mahler, Puccini, explora, medita, renace, se reinventa para no morir en la época de Facebook, Twitter o Instagram. Lo único que parece ser inmune al cambio perpetuo es el amor (...)" Ahora recuerdo que ayer se consagró la primavera y casi a la misma hora mi novela "Poeta en Madrid" aparecía citada en la columna de Marta Muñiz Rueda de su periódico, de la que he recordado las frases anteriores. Marta ha elaborado una larga reseña, pero ha querido incluir un aperitivo en el periódico. Hablando de reseñas en revistas literarias, el escritor Rafael Soler publicó en marzo de 2021 otra sobre mi novela en la revista "Todo Literatura", donde comienza planteando dos preguntas: "¿Puede escribirse una buena novela con la respiración y el ritmo de una sinfonía? ¿Cuál debería ser el papel del creador en esta sociedad donde impera lo urgente y lo banal?" Más de una vez he quedado con él en la terraza para tomar algo. Siempre he pensado que se puede escribir una novela con el ritmo y la respiración de una sinfonía, por ejemplo, la "Sinfonía Fantástica" de Berlioz. Esta música rompió con todo lo que se había escuchado hasta ese momento (1830), con la excepción de Beethoven, y sirvió a Wagner para seguir avanzando en busca de un nuevo lenguaje musical, algo que siempre estoy pidiendo para la literatura, como también me recuerdan la Tercera y la Novena de Mahler. Respecto de la segunda pregunta de Rafael, considero que el papel del artista es crear obras que se alejen de lo urgente y lo banal. El verdadero arte no tiene prisa y se lleva mal con lo superficial y lo vulgar. En ese momento aún no había presentado oficialmente la novela (lo había hecho por Zoom con la ayuda de las palabras del catedrático de literatura Germán Gullón, junto a mis amigos de la tertulia), lo que se produjo en la primera planta de este Café en noviembre de 2021. Me gusta improvisar mientras voy viviendo y estudiando. También improviso con los verbos y con el tiempo y el espacio cuando escribo. Creo recordar que hablamos de esto la última vez que Rafael y yo nos vimos.
 
"Mientras termino el café, pienso que me paso el día hablando de la felicidad del artista de mi época. ¿O hablaré siempre de amor, de música y de cine, en los cafés, en los quioscos de prensa, en las catedrales?"
 
Obviamente, la música y las escenas de hoy solo pueden ser estas:
 
(La última vez que quedé con la escritora Almudena Mestre fue en esta terracita antes del verano, pues quería que le dedicara ese relato. Hoy es su cumpleaños).
 

 

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