El otro día un grupo de gaviotas y yo estuvimos sentados en unas rocas cercanas mucho tiempo mirando el mar. Sé que son animales complejos e inteligentes, tan individualistas como sociales. De vez en cuando alguna echaba a volar y al poco rato volvía con algo en el pico, que compartía con las demás. Volví atravesando precipicios y barrancos profundos mientras Neil Diamond me contaba de nuevo una de aquellas historias que más me gustaron en mi niñez, que es cuando nos tienen que gustar estas historias para madurar como es debido, y que en el caso de un escritor aluden a la coherencia y la credibilidad de los textos de los que nos habló Aristóteles, y nos convierten en escritores desde niños:
Hace unos días la arquitecta María José Muñoz Spínola escribió un comentario a mi post sobre la "polifonía" en la novela según la idea del filósofo ruso Mijaíl Bajtín, y yo le dije que siempre he construido mis novelas desde esta polifonía, con un carácter especular. En mis novelas siempre hay un personaje "protagonista", hombre o mujer, a partir del que gira la trama, aunque los personajes secundarios son esenciales. Como ocurre con uno de mis escritores favoritos, Henry James, me interesa más penetrar en la "mente" de las personas que describir los lugares donde viven; me "interesan" más sus pequeñas historias que la gran Historia con mayúsculas, que no es más que la suma de aquellas pequeñas historias, como aprendí de mis lecturas adolescentes de Galdós. Me interesa la "espacialización del tiempo" a través del lenguaje, como pido a todo libro que cae en mis manos, pues no olvidemos que estamos ya en la segunda década del siglo XXI, y no en el Paleolítico. Todos mis personajes se interrelacionan, se necesitan unos a otros y de alguna forma su comportamiento es "especular". Mi primera novela es "La muerte lenta" (1995), y todos los personajes se mueven a menudo por un Banco, en Madrid, pues se cuenta la historia del gran esplendor del Sistema Financiero de nuestro país (yo era broker y tengo la costumbre de escribir solo de lo que sé). La segunda será "Vivir es ver pasar" (1997) y transcurre entre Madrid y París, y termina en la iglesia de San Manuel y San Benito, enfrente del parque del Retiro, con el objeto de impedir una boda, y allí aparecen todos los personajes. La tercera es "La paz de febrero" (2006) y comienza en aquella tarde de la manifestación de Madrid contra la invación ilegal de Irak (los personajes se presentan con un zoom desde la terraza del Círculo de Bellas Artes de la calle Alcalá). La siguiente es "Entrevías mon amour" (2009), y la primera parte transcurre entre la guerra de Irak y una iglesia desacralizada de Vallecas. La quinta se llamará "Las mentiras inexactas" (2012) y sucede en una librería de la Plaza Santa Ana de Madrid. Por último, "Poeta en Madrid" (2021) se desarrolla, en buena parte, dentro de una buhardilla del centro de Madrid, en la que se reúnen todos los personajes.
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