martes, 27 de febrero de 2018

"El club de los poetas vivos".

Una cosa bonita que tienen las redes sociales es que, en algún momento, te permiten conocer, físicamente, a personas que están lejos.

Eso me ocurrió el pasado martes con el poeta de Zaragoza Fernando Vallejo. Hablamos por aquí desde hace años, y en una ocasión estuve a punto de presentarle un libro, pero todavía no nos habíamos abrazado. El otro día vino a la tertulia del Gijón y ahí nos hicimos esta foto, junto a Javier Del Prado, mi catedrático de literatura preferido, y en mi caso sentado sobre una mesa, aunque estuve a punto de subirme a ella, como en "El club de los poetas muertos", la estupenda película de Peter Weir que tiene como leitmotiv los versos de Whitman y la música de Beethoven.

No se estaba mal rodeado de poetas vivos, con el permiso de Walt Whitman, aunque este siempre estará vivo. Alberto Masa lo citó durante la tertulia, así que nunca está de más volver a leerlo.

“Canto a mí mismo” (1855) de Whitman. (Traducción de Borges).

"Yo me celebro y yo me canto,
Y todo cuanto es mío también es tuyo,
Porque no hay un átomo de mi cuerpo que no te pertenezca.
Indolente y ocioso convido a mi alma,
Me dejo estar y miro un tallo de hierba de verano.
Mi lengua, cada átomo de mi sangre, hechos con esta tierra, con este aire,
Nacido aquí, de padres cuyos padres nacieron aquí, lo mismo que sus padres,
Yo ahora, a los treinta y siete años de mi edad y con salud perfecta, comienzo,
Y espero no cesar hasta mi muerte.
Me aparto de las escuelas y de las sectas, las dejo atrás;
me sirvieron, no las olvido;
Soy puerto para el bien y para el mal, hablo sin cuidarme de riesgos,
Naturaleza sin freno con elemental energía.
Creo en ti, mi alma, el otro que soy no se rebajará ante ti,
Y tú no te rebajarás ante él.
Tiéndete en el pasto conmigo, desembaraza tu garganta,
No son palabras, ni música, ni versos lo que preciso, ni hábitos, ni
discursos ni aun los mejores,
Sólo quiero el arrullo, el susurro de tu voz suave.
Recuerdo cómo nos acostamos una mañana transparente de estío,
Cómo apoyaste la cabeza sobre mis caderas y la volviste a mí dulcemente,
Y abriste mi camisa sobre el pecho y hundiste tu lengua hasta tocar mi corazón desnudo,
Y te estiraste hasta tocarme la barba, y luego hasta tocarme los pies.
Velozmente se irguieron y me rodearon el conocimiento y la paz que
trascienden todas las discusiones de la tierra,
Y desde entonces sé que la mano de Dios ha sido prometida a la mía,
Y sé que el espíritu de Dios es hermano del mío,
Y que todos los hombres que han nacido son mis hermanos, y las
mujeres mis hermanas y mis amantes,
Y que el sostén de la creación es el amor,
Y que son innumerables las hojas rígidas o que se curvan en los campos,
Y las negras hormigas en las grietas bajo las hojas,
Y las mohosas costras del seto, las piedras hacinadas, el saúco, la
candelaria y la cizaña.
Soy el poeta del Cuerpo y soy el poeta del Alma,
Los goces del cielo están conmigo y los tormentos del infierno están conmigo,
Los primeros los injerto y los multiplico en mi ser, los últimos los
traduzco a un nuevo idioma.
Soy el poeta de la mujer no menos que el poeta del hombre,
Y digo que es tan grande ser mujer como ser hombre,
Y digo que nada es mayor que ser la madre de los hombres.
Entono el canto de la exaltación o de la soberbia,
Ya estamos hartos de plegarias y de zalanderías,
Muestro que el tamaño no es más que crecimiento.
¿Has dejado atrás a los otros? ¿Eres el presidente?
Es una bagatela, cada uno de los otros te alcanzará y seguirá adelante.
Soy el que camina con la tierra y creciente noche,
Llamo a la tierra y al mar que abraza la noche.
Abrázame, noche de senos desnudos, abrázame, noche magnética y fecunda,
Noche de los vientos del sur, noche de las estrellas grandes y escasas,
Noche serena que me llama, loca y desnuda noche de estío.
Sonríe, tierra voluptuosa de fresco aliento,
Tierra de los árboles dormidos y húmedos,
Tierra del sol que ya se ha ido, tierra de las montañas de cumbre nebulosa,
Tierra del cristalino fluir de la luna llena, apenas tocada de azul,
Tierra del brillo y de la sombra manchando la corriente del río,
Tierra del gris límpido de las nubes que resplandecen y se aclaran
para que yo no las vea,
Tierra yacente y extendida, rica tierra de azahares
Sonríe, porque llega tu amante.
Pródiga me has dado tu amor, te doy pues mi amor,
Mi apasionado amor indecible.
Walt Whitman, un cosmos, de Manhattan el hijo,
Turbulento, carnal, sensual, comiendo, bebiendo, engendrando,
Ni sentimental, ni sintiéndome superior a otros hombres y mujeres,
ni alejado de ellos,
No menos modesto que inmodesto.
¡Arrancad los cerrojos de las puertas!
¡Arrancad las puertas de los goznes!
El que degrada a otro me degrada,
Y todo lo que se dice o se hace vuelve a mí al fin.
A través de mí surge y surge la voluntad creadora, a través de mí, el
torrente y el índice.
Digo el primordial santo y seña, hago el signo de la democracia,
¡Por Dios! No aceptaré nada que no sea ofrecido a los demás
en iguales condiciones.
Muchas voces largo tiempo calladas brotan de mí,
Voces de las interminables generaciones de prisioneros y de esclavos,
Voces de los enfermos y de los inconsolables, de los ladrones y de los enanos,
Voces de ciclos de preparación y de crecimiento,
De los hilos que unen a las estrellas, y de los vientres, y de la
simiente paterna,
Y del derecho de aquellos a quienes oprimen los otros,
De los deformes, triviales, simples, tontos y despreciados,
De neblina en el aire, de escarabajos arrastrando bolas de estiércol.
Brotan de mí voces prohibidas,
Voces del sexo y del apetito, voces veladas y yo aparto el velo,
Voces indecentes clarificadas y transfiguradas por mí.
Yo me cubro la boca con la mano,
Me conservo tan puro en las entrañas como en la cabeza y en el corazón,
La cópula no es para mí más vergonzosa que la muerte.
Creo en la carne y en los apetitos,
Ver, oír, tocar, son milagros, y cada parte de mí es un milagro.
Divino soy por dentro y por fuera, y santifico todo lo que toco y me toca,
El aroma de estas axilas es más fino que las plegarias,
Esta cabeza es más que las iglesias, las biblias y todos los credos.
Si algo hay que yo venero más que las otras cosas, ese algo es la
extensión de mi cuerpo y cada una de sus partes,
Traslúcida arcilla de mi cuerpo, ¡tú lo serás!
Sombreados bordes y bases, ¡vosotros lo seréis!
Firme reja viril, ¡tú lo serás!
Tú, mi rica sangre, tú líquido lechoso, pálido extracto de mi vida.
Pecho que oprimes otros pechos, ¡tú lo serás!
¡Cerebro serán tus circunvoluciones ocultas!
Raíz lavada del junco oloroso, becada medrosa, nido recatado de los
huevos gemelos, ¡vosotros lo seréis!
Heno mezclado y revuelto de la cabeza, barba, cejas, ¡vosotros lo seréis!
Savia que goteas del arce, fibra del noble trigo, ¡vosotros lo seréis!
Sol generoso, ¡tú lo serás!
Nubes que ilumináis y oscurecéis mi rostro, ¡vosotros lo seréis!
Sudorosos arroyos y rocíos, ¡vosotros lo seréis!
Vientos que me rozáis, frotando contra mí vuestros genitales,
¡vosotros lo seréis!
Amplios campos musculares, ramas de encina, amoroso holgazán de
mi sendero tortuoso ¡vosotros lo seréis!
Manos que he tomado, rostros que he besado, mortal a quien toqué
alguna vez, ¡vosotros lo seréis!
Estoy enamorado de mí, hay tantas cosas en mí que son tan deliciosas,
Cada momento y todo lo que ocurre me llena de alegría,
No sé cómo se doblan mis tobillos, ni la causa del más leve de mis deseos,
Ni de la amistad que suscito, ni de las amistades que me devuelven.
Al subir por las escaleras me detengo a reflexionar si no estoy soñando,
La madreselva en la ventana me satisface más que la metafísica de los libros.
¡Contemplar el amanecer!
La escasa luz que va borrando las sombras inmensas y diáfanas,
El sabor del aire es grato a mi paladar.
Retoños del cambiante mundo ascienden silenciosos en un juego
inocente, fresco sudor,
Oblicuamente errando por todos lados.
Algo invisible está proyectando libidinosos dardos,
Torrentes de brillante zumo inundan el cielo.
La tierra por el cielo invadida, la cotidiana consumación de su boda,
El desafío del oriente sobre mi cabeza,
La burla mordaz: ¡Ya veremos quién es el amo!
Creo que una hoja de hierba no es menos que el camino recorrido por las estrellas,
Y que la hormiga es perfecta, y que también lo son el grano de
arena y el huevo del zorzal,
Y que la rana es una obra maestra, digna de las más altas,
Y que la zarzamora podría adornar los salones del cielo,
Y que la menor articulación de mi mano puede humillar a todas las máquinas,
Y que la vaca paciendo con la cabeza baja supera a todas las estatuas,
Y que un ratón es un milagro capaz de confundir a millones de incrédulos.
Siento que en mi ser se incorporan el gneis, el carbón, el musgo de
largos filamentos, las frutas, los granos, las raíces comestibles,
Y que estoy hecho de cuadrúpedos y de pájaros,
Y que puedo recuperar cuanto he dejado atrás,
Pero que puedo hacerlo volver cuando se me antoje.
En vano la timidez o la prisa,
En vano las rocas incandescentes arrojan sobre mí su antiguo calor,
En vano el mastodonte se oculta detrás del polvo de sus huesos,
En vano los objetos se alejan leguas y leguas y toman muchas formas,
En vano el mar se oculta en las cavernas donde tienen su guarida los monstruos,
En vano el buitre tiene por morada el cielo,
En vano la serpiente se desliza entre las lianas y los troncos,
En vano el alce busca las honduras recónditas de la selva,
En vano el cuervo marino tiende el vuelo hacia el norte,
hacia el Labrador,
Lo sigo velozmente, trepo al nido que está en la grieta del peñasco.
¿Quién es este salvaje amistoso y gárrulo?
¿Espera la civilización, o la ha dejado atrás y la ha dominado?
¿Es un hombre del sudoeste y ha sido criado a la intemperie? ¿Es un canadiense?
¿Viene de las tierras del Mississippi, de Iowa, de Oregon, de California?
¿De la montaña, de las praderas, de los bosques, o un marino del mar?
Dondequiera que vaya, los hombres y las mujeres lo desean y lo aceptan,
Quieren que los quiera, que los toque, que les hable, que se quede con ellos.
Obra sin ley, como los copos de nieve, sus palabras son simples
como la hierba, el pelo despeinado, risas e ingenuidad.
Lento el andar, comunes las facciones, emanando sencillez y modestia,
Brotan de un modo nuevo desde las puntas de los dedos,
Flotan en el aire con el olor de su cuerpo o de su aliento, salen de
la mirada de sus ojos.
Me ha tocado en suerte, lo sé, lo mejor del tiempo y del espacio;
nunca he sido medido y no seré medido jamás.
El viaje que emprendo es eterno (¡que todos me oigan!).
Mis signos son un capote contra la lluvia, fuertes zapatos y un
bastón cortado en el bosque,
En mi silla no sestean los amigos,
No tengo cátedra ni iglesia ni filosofía,
No llevo a ningún hombre a una mesa puesta, a la biblioteca, a la bolsa,
Pero a cada uno de vosotros, hombre o mujer, lo llevo a una cumbre,
Mi brazo izquierdo ciñe tu cintura,
Mi derecha señala los continentes y el gran camino.
Ni yo ni ningún otro puede andar por ti ese camino,
Eres tú quien debe andarlo.
No queda lejos, está a tu alcance,
Quizá estabas en él desde que naciste y no lo has sabido,
Quizá esté en todas partes, en mar y en tierra.
Échate tus prendas al hombro, hijo mío, y yo traeré las mías y apresurémonos;
Ciudades prodigiosas y naciones libres nos saldrán al paso.
Si te cansas, dame las dos cargas y apoya tu mano en mi cadera,
Y a su debido tiempo me devolverás el mismo servicio,
Porque ya emprendida la marcha nunca descansaremos.
Esta mañana, antes del alba, subí a una colina para mirar el cielo poblado,
Y le dije a mi alma: cuando abarquemos esos mundos, y el
conocimiento y el goce que encierran, ¿estaremos al fin hartos y satisfechos?
Y mi alma dijo: No, una vez alcanzados esos mundos proseguiremos el camino.
Tú también me interrogas y yo te escucho,
Contesto que no puedo contestar, tú mismo debes encontrar la respuesta.
Siéntate un momento, hijo mío,
Aquí tienes pan para comer y leche para que bebas,
Pero después de haber dormido y haber cambiado de ropa te beso
con el beso del adiós y te abro la puerta para que salgas.
Demasiado tiempo has perdido en sueños deleznables,
Ahora te quito la venda de los ojos,
Debes acostumbrarte al brillo de la luz y de cada momento de tu vida.
Demasiado tiempo has vadeado, asido a una tabla en la orilla,
Ahora quiero que seas un nadador, que te arrojes al mar, que
reaparezcas, que me hagas una seña, que grites y que agites el
agua con tus cabellos.
Dije que el alma no es más que el cuerpo,
Y dije que el cuerpo no es más que el alma,
Y que nada, ni Dios, es más que uno mismo,
Quien camina una milla sin amor, se dirige a su propio funeral
envuelto en su propia mortaja;
Y yo y tú, sin tener un centavo, podemos comprar lo más precioso de la tierra,
Y la mirada de unos ojos o una arveja en su vaina confunden la
sabiduría de todos los tiempos,
Y no hay oficio ni profesión en los cuales el joven que los sigue no
pueda ser un héroe,
Y no hay cosa tan frágil que no sea el eje de las ruedas del universo,
Y digo a cualquier hombre o mujer: que tu alma esté serena y en
paz ante millones de universos.
Y digo a la Humanidad: No hagas preguntas sobre Dios,
Porque yo que pregunto tantas cosas, no hago preguntas sobre Dios,
(No hay palabras capaces de expresar mi seguridad ante Dios y la muerte.)
Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no lo comprendo en lo más mínimo,
Ni comprendo cómo pueda existir algo más prodigioso que yo mismo.
¿Por qué desearía yo ver a Dios mejor que en este día?
Algo veo de Dios en cada hora de las veinticuatro y en cada uno de sus minutos,
En el rostro de los hombres y de las mujeres veo a Dios, y en mi propio rostro en el espejo;
Encuentro cartas de Dios tiradas por la calle y su firma en cada una,
Y las dejo donde están porque sé que dondequiera que vaya,
Otras llegarán puntualmente".


Este es un pequeño video de la tertulia de ayer en el Gijón con el escritor madrileño Alberto Masa.

Lo hizo Silvia López casi a la altura de mi cuello, así que me ha sacado todas las arrugas y canas posibles. Durante unos segundos no se escucha, pero poco después se puede observar a Alberto en su salsa explicando su idea de la "autoficción" actual en el mundo de la literatura.

Estuvimos casi hora y media hablando de literatura, algo que no deja de ser apasionante.


El escritor Alberto Masa en la tertulia del 20 de febrero de 2018.

El escritor que no dejaba de leer porque sabía que tres de los mandamientos del escritor son leer, leer y leer.

Esta tarde tendremos al escritor madrileño Alberto Masa en la tertulia del Café Gijón.

El año pasado, por estas fechas, escribí un post similar a este donde decía que la prosa de Alberto me recuerda a la de Francisco Umbral y siempre ha sido muy bien tratado por la crítica. Después de haber leído toda su obra, añadiría que también tiene cosas del gran Samuel Beckett. Alberto ya ha pasado de los cuarenta años y ha publicado tres novelas y un libro de poemas. Es de las personas que he conocido que más sabe de literatura norteamericana.

Será a las 18,30, como cada martes en la cripta del café, y sobre todo hablaremos de su última novela: "Confesiones de un hombre raquítico".

París bien vale una cena y un paseo por el Sena bajo la niebla.


sábado, 17 de febrero de 2018

Por cosas como estas me dedico a la enseñanza.

"Qué gustazo. He de decir que os habéis juntado mis dos profesores preferidos en la Universidad. Vosotros fuisteis capaces de sacar lo mejor de mí. Desde aquí quiero aprovechar para daros las gracias por hacerme mejor persona y profesional".

El otro día compartí la entrevista que me hizo en la radio el profesor y político español Antonio Miguel Carmona: https://www.ivoox.com/pongamos-hablo-madrid-audios-mp3_rf_2…. El jueves pasado lo acompañé en una conferencia que dio sobre el político asturiano de la Ilustración Pedro Rodríguez de Campomanes. Pues bien, ayer me escribió, a través de la red social Linkedin, un antiguo alumno de los dos, que se llama Carlos y trabaja como directivo en una importante y conocida empresa española.

De qué sirve ambicionar todo el dinero y todos los premios del mundo si la gente no te quiere y no desea mirarse en tu espejo, como diría José Luis Sampedro, que fue maestro de los dos.


viernes, 16 de febrero de 2018

Sheherazade.

Seguramente la literatura no sea otra cosa que una noche más de "Las mil y una noches".

Ayer la artista rumana Andrada Tomescu escribió lo siguiente a propósito de mi cuento de la librería, donde citaba a Yourcenar: "Parafraseando a Marguerite Yourcenar en todas las épocas hay personas que no sienten como los demás, que no sienten como los que no sienten... Tú no solo sientes, sino que tienes un don para hacer sentir a quien te lee. Soy como el sultán de "Las mil y una noches", enganchada a tus letras cada mañana".

Tras leer esto, pensé en seguida en Rimsky-Korsakov, Dalí y Pasolini, aunque la de este es otra historia. El poema sinfónico del compositor ruso es un prodigio de color y melodía románticos. Entre los matemáticos árabes, 1000 significa la infinidad conceptual: https://www.youtube.com/watch?v=SQNymNaTr-Y. Por su parte, la foto es de una de las 50 acuarelas que pintó Dalí para "Las mil y una noches", recogidas en un libro publicado por la Enciclopèdia Catalana.

Eso puede ser la literatura. Sheherazade contando historias al sultán Shariar y resumiendo el mundo de la India, Persia, Siria, China, Egipto y al final la misma Europa.

"El patio de la librería".

He vuelto a pasar por delante del café librería que inspiró uno de mis cuentos. El lugar está cerrado. En la fachada ya no se encuentran los letreros de "café" y "librería".

A pesar de que las librerías están dejando de existir en todas las ciudades, supongo que siempre podremos encontrarnos entre las páginas de un libro.

Este es el cuento:

"Acabo de traducir dos libros del francés. Gracias a las traducciones y a los pocos ahorros que me quedan de mi estancia en la Universidad Claude Bernard de Lyon mantengo en pie este negocio.
Una tarde entré por casualidad a tomar un café en un lugar que me pareció tan literario como decadente, y en seguida supe que allí estaría a gusto. Era un café librería donde no se vendían best-sellers. La dueña rondaba los cuarenta años. Era guapa, delgada, con poco pecho y mucha cultura. Las primeras veces me senté en un sillón azul y solo nos dirigimos la palabra de forma protocolaria, para pedir la consumición, pagar la cuenta y llevarme algún libro que otro. Un día empezamos a hablar abiertamente de literatura. Como no había más clientes me dijo que la acompañara al patio, donde podría fumar. Comentamos cosas de Proust y de ahí pasamos a Camus y Yourcenar.
Cada vez nos mirábamos a los ojos con más intensidad.
Se levantó para atender a un cliente y cerró la puerta con llave. Regresó con las “Memorias de Adriano” traducidas por Cortázar y puso el libro encima de la mesa. Seguimos hablando de la escritora belga mientras ella no dejaba de fumar. En la siguiente media hora se levantó tres veces más y en todos los casos volvió a echar la llave. Este extraño comportamiento me estaba convenciendo de que me quería seducir.
Cuando regresó yo no estaba. No podía haber salido del patio, se dijo, era imposible. Aun así buscó por todos los rincones del café, en el aseo, incluso en la habitación del fondo donde en ocasiones se quedaba a dormir. Desesperada regresó al patio. Encendió otro cigarrillo, abrió el libro de Yourcenar y pasó las hojas con rapidez.
Me encontró en la página 51".

"Tres anuncios en las afueras".

Qué bueno es el cine cuando es bueno.
Cuando el guión es excelente, quizá porque lo ha escrito un autor de teatro que ha empezado a dirigir películas. Las actuaciones son creíbles y no hay buenos ni malos, solo una crítica evidente al machismo, la homofobia y la xenofobia. El montaje y la música son inteligentes. En algunos momentos posee el humanismo del cine de Ford y supera al de los hermanos Coen y Haneke.

Pasas dos horas pensando que no has pagado 9 euros para entretenerte sino para entender a tus semejantes, que es el motivo principal por el que voy al cine.

En esos momentos el cine se convierte en una parte de la estética del arte contemporáneo. El año pasado me ocurrió con "La la land" y este año con "Tres anuncios en las afueras". Después de todo el pensamiento estético no es más que una reflexión sobre algo que no es empírico.



Siempre me ha gustado el Carnaval.

Siempre me ha gustado el Carnaval. Es un canto a la vida y a la libertad. He estado varias veces en el baile del "Círculo de Bellas Artes" de Madrid y, por supuesto, en las calles luminosas de Santa Cruz de Tenerife, en una noche como la de ayer, lo que después llevé a la literatura, ya que los protagonistas de una de mis novelas, "La paz de febrero", se conocen durante ese baile del Círculo en Madrid.

El "Carnaval" de Robert Schumann es una de las obras más importantes del Romanticismo, que jamás he dejado de escuchar y que siempre me provoca las mismas sensaciones de admiración. La belleza existe y algunas personas son capaces de extraerla de la realidad a través del arte. Schumann dedicó esta obra a uno de sus primeros amores, en realidad a la ciudad donde ella nació.

Esta versión de la joven pianista Tiffani Poon, de Hong Kong, es excelente:

https://www.youtube.com/watch?v=dB6UCcpeLQA.

sábado, 10 de febrero de 2018

La entrevista de radio que me hizo Antonio Miguel Carmona el viernes 8 de febrero.

Esta es la entrevista que me hizo ayer Antonio Carmona en su programa de Radio Tentación, "Pongamos que hablo de Madrid". Todavía no descarto que algún día Antonio sea el presidente de gobierno de este país. Nos lo pasamos muy bien, como no podía ser de otra forma cuando se juntan dos tipos que han vivido tantas cosas juntos, viajes, clases compartidas, tertulias y más de media vida.

A pesar de las risas y las bromas, nos dio tiempo a hablar de Puccini, Mahler, Hegel, Kant, Aristóteles, Machado, Madrid y París y la bohemia de la Plaza Santa Ana y Montmartre. Además la realizadora del programa (en el centro de la foto) nos puso muchas canciones "bohemias" francesas. 

Me parece que mi voz está un poco ronca por tantas clases y tanto frío (mis alumnos suelen decir que he debido ser fumador); no obstante, espero que la entrevista os guste a mis amigos que no pudisteis escucharla ayer en directo.

https://www.ivoox.com/pongamos-hablo-madrid-audios-mp3_rf_2…

(El programa dura una hora, aunque hablamos realmente desde el minuto 18 hasta el final. Antes Antonio contó la famosa anécdota de cómo perdió Valle - Inclán su brazo en un café de Madrid).

"La bohemia".

Ayer por la noche volvía de la tertulia del Café Gijón y me paré unos instantes en la acera, a pesar del frío que hacía, porque desde un coche se escuchaba una canción de Aznavour. El coche era negro, uno de aquellos viejos coches que tanto me gustaban de joven, y que ya casi no se ven.

Hoy me he despertado escuchando esa música de pintores y poetas que viven, crean, pasean y aman alrededor de la Place du Tertre en Montmartre, un lugar que nació para eso y donde a veces he comido y cenado. Esa canción va dirigida a todos los que amamos la vida, aunque sepamos que la bohemia ya no existe.

Como aquellos "escarabajos" negros.

https://www.youtube.com/watch?v=PphR_M5FV2M

Tertulia del 3 de febrero en el Café Gijón.

La tertulia del Café Gijón se llenó de preguntas sobre el hecho creativo. Se las hicimos a Javier Del Prado, nuestro catedrático de literatura de la Complutense.

Fueron preguntas como estas:

¿Existe una razón intrínseca a la propia naturaleza del escritor que le lleve a poder enfrentarse con la totalidad del hecho literario? (Dos ejemplos paradigmáticos son Lope de Vega y Victor Hugo).

¿Existe esa misma razón para que ciertos escritores limiten esa posibilidad solo a unos campos y releguen otros? (Quevedo, Bécquer).

Está claro que unos escritores tienen una tendencia innata o adquirida hacia el empleo de ciertos géneros, otros la tienen de igual manera hacia cualquier género y otros, sintiendo esta tendencia compleja, la sienten con dominante/s, hacia uno u otro género. Hay escritores con dominante poética (escritura en la poeticidad), escritores con dominante narrativa (escritura en la narratividad), escritores con dominante ensayística (escritura en la discursividad argumentativa) y escritores que las dominan o las mezclan todas.

Comprobando que estos tres niveles de relación activa variada del escritor con la literatura aparentemente evolucionan a lo largo de la historia:

¿Existen razones extrínsecas a la naturaleza propia de los autores, ligada, por ejemplo a la evolución del concepto de poesía, capaces de alejar esta y sus agentes de las otras formas de escribir ‘artísticamente’?
- la definición del concepto de poeticidad (s.XVII) frente a los otros.
- el cambio de una poética del objeto a una poética del sujeto (emergencia invasiva del yo).
- el cambio del concepto de lirismo (de la forma musical al contenido temático del poema).
- nacimiento de los conceptos de poema en prosa y de verso libre.
- muerte de la identidad poesía/verso,
- muerte de la oposición poesía =/= prosa.


¿Existen razones extrínsecas a la naturaleza propia de la escritura artística capaces de influir en estas diferentes formas, capaces de llevar a alguna, incluso a su segregación, su desaparición o su existencia problemática?
- la crisis de la identidad del yo moderno y la búsqueda de un instrumento para decirlo (el paso de Apolo y Baco a Orfeo y Marsias).
- la crisis de la trascendencia, con la muerte de dios y de la religión y la búsqueda de un sustituto; poesía y música.
- la muerte del sacerdocio que administraba el misterio tradicional y la necesidad de buscar otros sacerdotes que administren el nuevo misterio (lo llamaremos el síndrome de Wagner).


¿Son estas razones suficientes para separar el espacio de la poeticidad del conjunto de las demás artes literarias?

(Como cada martes a las 18.30 en la cripta del Café Gijón, Paseo de Recoletos 21. La foto es de una tertulia de hace dos años y pico, cuando nos visitó la fotógrafa asturiana Sofía Álvarez, en el centro. Javier del Prado está a mi izquierda).



viernes, 9 de febrero de 2018

Esta tarde, a las 17, me entrevistan en la radio.

Me acercaré al estudio de "Radio Tentación" para que me entreviste Antonio Miguel Carmona. Antonio es uno de mis grandes amigos desde hace más de un cuarto de siglo. Es profesor, doctor en economía y concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid. Estuvo a punto de ser el alcalde en las últimas elecciones, pero en vez de a Carmona tenemos a Carmena, que solo cambia en una vocal y además es una señora muy maja.

Para mí fue casi mejor que no resultara elegido, pues me habría ofrecido algún cargo y, como he hecho toda mi vida, lo hubiera rechazado. Siempre he sabido que la libertad y la independencia son dos de las claves de la autoestima, ya sea en los políticos, los escritores, etcétera.

Esta emisora está en el 91.4 FM y también se puede seguir por Internet:

http://www.emisora.org.es/tentacion/


Justo Sotelo y Giorgio de Chirico.

"Hay experiencias muy interesantes. Como la de visitar una exposición de Giorgio de Chirico, después de haber leído "Las mentiras inexactas" de Justo Sotelo y reflexionar sobre la relación entre la librería de la novela y la metafísica "plaza italiana" desde la que se acceden a tantas visiones paralelas de una realidad plural".

Son palabras del periodista Francisco Rodríguez Mayoral, aludiendo a la plaza Santa Ana, donde transcurren "Las mentiras inexactas", y comparándola con la del cuadro de Chirico. Unos días antes había escrito una reseña sobre mi novela:

http://el-rincon-del-nomada.blogspot.com.es/…/las-mentiras-…

("El mundo de Giorgio de Chirico". CaixaForum Madrid, hasta el 18 de febrero. Supongo que la fotografía se la hicieron en el museo).

domingo, 4 de febrero de 2018

"Desayuno en París".

"Desayuno en París" es uno de mis "Cuentos de los viernes" (Bartleby, 2015) que más se ha reproducido en distintos medios, tanto en papel como digitales. Aquí está publicado en el Campus digital de la Universidad de Jacksonville, en Florida, en el Departamento de Estudios Hispánicos de Lenguas y Literaturas Modernas.

(La canción de Jacques Brel que se alude en el cuento es esta: https://www.youtube.com/watch?v=L792xvfM70E).

https://www.ju.edu/spanish/desayuno-en-paris.php



viernes, 2 de febrero de 2018

¿Todo es mentira en literatura?

Patrick Toumba Haman es un doctor en literatura de Camerún que trabaja en la Universidad de Maroua y ha publicado un artículo sobre este asunto tras el estudio de mi novela "Las mentiras inexactas" y la de Antonio Orejudo, uno de los escritores españoles que me gustan. Lo ha hecho en la revista Barcarola, que tiene una gran calidad y se sigue editando en papel.

Se llama "La estética de la mentira y el engaño en Un momento de descanso de Antonio Orejudo y en Las mentiras inexactas de Justo Sotelo". El resumen del "paper" en inglés y francés puede leerse en este link:

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6227618

Como el artículo aún no se ha subido a Internet, he hecho estas fotos, por si os apetece leerlo a mis amigos. Independientemente de que Toumba Haman hable de una de mis novelas, en este artículo realiza una verdadera lección de literatura, que haría felices a Eco, Foucault o Baudrillard.















Un poema dedicado a las mujeres de más de 40.

"¡Oh! Viajar a Venecia con una veinteañera
es discutir en el palacio Grassi
e insultarse con ganas sobre el puente de Rialto;
desplantes, malas caras y oír esto no me gusta
entre los atrios de San Giorgio Maggiore;
carreras, bofetadas por la plaza de San Marcos,
y terminar fumando solo en las terrazas
o en la cama de un hotel
ante el televisor.
Es maldecir a los Dogos,
aborrecer el agua,
los canales, los Tizianos, los Tiépolos,
los vidrios de Murano,
y llorar en los hombros de todos los gondoleros.
Solo se debe hacer ese viaje con mujeres
que pasen de cuarenta. Saben que en la vida
se va muy pocas veces a Venecia".


(Hace años Charo Fierro me habló de "Venecia", un poema que formaba parte de un libro del escritor vasco Iñaki Ezquerra, "A tu lado en Islandia". El martes 30 de enero lo comentamos antes de comenzar la tertulia que tuvimos con la escritora Ana Ares en la cripta del Café Gijón. Ana está en el centro de la foto y Charo a su derecha).