miércoles, 31 de marzo de 2021

"Sobre Edith Wharton".

"La edad de la inocencia" es una de las películas más hermosas de Scorsese. Aunque cambia de época, sigue hablando de las calles de Nueva York y de la hipocresía de la gente que limita la libertad de las personas que quieren amar en libertad.
 
Hablo de esto porque antes de ayer lo hice de una novela de Henry James, "Los embajadores", y entre los estupendos comentarios, la catedrática de literatura de la Villanova University Mercedes Juliá (que tanto me ha enseñado de Juan Ramón Jiménez y su poema "Espacio", sobre el que escribió su tesis doctoral, y que este año se ha incorporado a la tertulia del Gijón desde Filadelfia) se refirió a la amistad entre James y Edith Wharton y la importancia de su novela "La edad de la inocencia". Casualmente, hace solo un par de meses he leído la única obra de teatro que se conserva de Edith Wharton, "La sombra de la duda" (1901), que ha publicado la editorial Huso y que Mayda Bustamante me envió. Perteneciente a aquellos "años oscuros" de la autora, cuando todavía no se consideraba novelista, esta obra de teatro prefigura algunos de los temas de sus novelas como "La edad de la inocencia" (1920), en la misma línea del teatro europeo de la época.
 
John Derwent se ha casado con Kate Tredennis, que es enfermera y la mejor amiga de su esposa Agnes, muerta tras un accidente. Kate es una esposa modelo y una madrastra ejemplar para Sylvia, hija de John y ­Agnes. No obstante, lord Osterleigh, el rico padre de Agnes, no aprueba la rapidez de su yerno para casarse. Todo se complica cuando el doctor Carruthers trata de extorsionar a Kate. Sabe que ella dio una dosis mortal de cloroformo a Agnes cuando le rogó que acabase con su sufrimiento. La eutanasia, un asunto que a Wharton siempre le había interesado, vuelve a aparecer, arrojando "nueva luz sobre sus preocupaciones".
 
Esta obra permaneció inédita hasta el verano de 2017, cuando las profesoras Mary Chinery y Laura Rattray encontraron el manuscrito en la Universidad de Texas. Fue una noticia de resonancia mundial. Era una obra completa que, con la ironía y mordacidad habituales en la autora, satirizaba las costumbres de la alta sociedad de su época. Como afirmó Rebecca Mead en 'The New Yorker', no estaba escondida en el ático, sino oculta a plena vista. 
 
Y ahora me tomo un café mientras escucho la banda sonora de la película de Scorsese, con un Bernstein todavía en plena forma. Una hora de música sinfónica con la que me dormí anoche pensando en Daniel Day-Lewis y Michael Pfeiffer, dos de los actores más guapos y más grandes de su generación:

 

martes, 30 de marzo de 2021

"Un poeta en Lisboa y otro en Madrid unidos por la voz de Mariza cantando un fado".

Javier García es un encantador escritor de Coín (Málaga) al que no conozco en persona, aunque somos amigos desde hace muchos años en esta red social. Es un enamorado de Lisboa y de Fernando Pessoa. El otro día puso la fotografía de mi novela que está leyendo, y escribió lo siguiente en su muro: 
 
"Capítulo IV
 
Escena 2
 
Mahler y Beethoven, en la buhardilla, en otro momento. (Están desnudos).
 
MAHLER: Se reían de ti, supongo que te darías cuenta. Y por eso te morías por dentro cada vez un poco más.
 
BEETHOVEN: No me molestaban, sus risas me ayudaban a luchar para intentar superarme.
 
MAHLER: ¿Y tu inmensa soledad?
 
BEETHOVEN: En eso te doy la razón, estoy solo, siempre he estado solo, inmensamente..."
 
("Poeta en Madrid". Justo Sotelo. Ediciones Huso. Madrid. 2021).
 
Y luego Javier añadió lo siguiente:
 
"Qué delicia de libro, una mezcla de sentencias, de vida, de sentido y sensibilidad, una locura maravillosa que nos trae Justo Sotelo, del que suelo decir que es el último hombre del Renacimiento, por tanto saber, por tanto crear y por tanto sentir".
 
Y ya que me hacen regalos a mí, me gusta devolverlos. En realidad una de las cosas que más me gustan es hacer regalos. 
 
Después de volver a leer estas palabras, hoy me apetece tomarme el primer café de la mañana regalando a Javier un poema de Pessoa cantado por Mariza, a la que conocí hace un tiempo en el Auditorio Nacional de Música de Madrid. A Javier y a mí nos gusta la belleza y el sentido estético de la vida, la delicadeza y el buen gusto. Yo amo Lisboa como la ama Javier y los dos amamos a Pessoa y el fado. En mis muchos paseos por Lisboa (aparece en mi novela "Las mentiras inexactas") siempre me he preguntado si me encontraría alguna vez con Pessoa, tal vez en un café leyendo el periódico o en un banco mirando el río.
 
Sería una manera de charlar un rato con uno de los símbolos de lo que significa ser poeta:
 

lunes, 29 de marzo de 2021

"Los embajadores", de Henry James.

 

Ayer domingo fue un bonito día para releer a Henry James, uno de los escritores que más admiro y que más me ha enseñado sobre el punto de vista.

Leí hace años la que quizá sea su obra maestra "Los embajadores", el choque entre la inocencia americana y la experiencia europea. Es la historia del viaje a París de Lambert Strether, un maduro hombre de mundo enamorado de la señora Newsome, una viuda rica de Nueva Inglaterra. Esta le pide que rescate a su hijo, Chadwick, de las garras de una malvada "europea". Sin embargo, este embajador caerá rendido a los pies de la cultura europea y a nuevas maneras de relacionarse.
Pues bien ayer quise leer de otra forma el libro, aplicando a Genette y tomando varios elementos de Jean Pierre Richard. En primer lugar busqué identificar los motivos de la historia. Se trata de un trabajo que toma en cuenta elementos de lexicografía, estilística, retórica o semiótica, entre otros, con la finalidad de establecer el tema. Así se clasifican los motivos de manera que permitan llegar a subtemas o a temas. En segundo lugar se procede al análisis del material, con la descripción de su paisaje literario. Se trata de demostrar cómo se encadenan los motivos para construir un universo. La tercera etapa es donde se desvela la visión del mundo del autor. Esta es una fase puramente interpretativa y utilicé el método sociocrítico mediante la confrontación de los datos textuales con el contexto de producción de la obra que se analiza. De esta forma leí esta novela desde tres ejes esenciales: captar, comprender y valorar.
 
Y además escuchando a Brahms, que gustaba mucho a James, con una Hilary Khan sencillamente perfecta:
 



domingo, 28 de marzo de 2021

"Una reseña casi definitiva sobre mi "Poeta en Madrid", escrita por Angels Santa Bañeres., catedrática de literatura de la Universidad de Lleida".

Además de aparecer en el diario digital "Nueva Tribuna" de antes de ayer, el artículo será publicado más adelante en la revista de crítica literaria de la Universidad de Lleida, "L'ull crític". Esto es importante para un escritor ya que su auténtica trascendencia (su repercusión, como diría el filósofo francés Bachelard en su famosísima "Poética del Espacio") se produce cuando se publican abundantes estudios sobre su obra en la Universidad. El goce intelectual aún es mayor para mí cuando la autora compara la novela con la de Roger Martin du Gard, y las de Gide y Beckett, escritores que intentaron renovar la forma literaria de la novela tradicional. 
 
Angels Santa Bañeres también ha rastreado los orígenes textuales de mi novela, algo habitual en una profesional e intelectual como ella. Mientras la leía no he dejado de pensar en Satie:
 
Y esta es su conclusión:
 

 
 
 

sábado, 27 de marzo de 2021

"Hoy es el Día Mundial del Teatro y reflexiono sobre el arte nuevo y el arte antiguo".

Mi mente y mis gustos artísticos son absolutamente progresistas. Siempre miro hacia adelante, sabiendo lo que voy dejando detrás. El otro día me di una vuelta en el coche por las calles de Madrid, como hago tantas veces, y escuchaba la obra maestra del siglo XX sobre la primavera, un escándalo para las mentes conservadores de aquel 1913, y eso que se estrenó en París, la capital mundial de la cultura. No quiero imaginarme lo que habría ocurrido en Madrid y en el resto de España de haberse estrenado aquí, donde suele ignorarse a los artistas y escritores de vanguardia. Cada época necesita un nuevo lenguaje, y supo verlo Stravinsky a través de una escena ritual en la que una virgen que ha sido elegida para ser sacrificada danza hasta morir. Estamos ante la eclosión de la naturaleza que se renueva, la erupción estremecedora de la savia universal. Ya desde el preludio, un débil sonido de la flauta contiene ese valor en potencia, y que se extiende a toda la orquesta. Es el profundo temblor de la pubertad universal. Así cada instrumento es como un brote que irrumpe de la corteza de un árbol secular y tanto me recuerda a la Rama Dorada de Frazer. Se escucha la proximidad de un cortejo. Es el Santo que llega, el Sabio, el Pontífice, el más anciano del clan. Un gran temor se apodera de todos. El Sabio bendice a la Tierra. Su bendición es como una señal para la erupción rítmica. Y comienza el juego de los adolescentes. La Elegida devolverá a la Primavera la fuerza que le sacó la Juventud.
 
Ahora, mientras me tomo un café, entro en el Teatro de los Campos Elíseos para escuchar y ver la representación original del ballet cien años después, con la dirección de Valery Gergiev y la coreografía de Nijinksky, que supuso incluso un mayor escándalo que la propia música, ya que los bailarines no bailaban de una forma tradicional. El público abucheó con tal fervor que los bailarines no escuchaban la música, y Stravinsky tuvo que subir al escenario para marcar el tempo.
 
¿Por qué siempre seremos tan conservadores los seres humanos?
 
 



 

viernes, 26 de marzo de 2021

"Días de vino y rosas".


"Poeta en Madrid" se ha marchado a Colombia con el escritor Pedro Saugar Segarra y la revista Correo Cultural. Pedro asegura que lo suyo más que una reseña es una "no reseña", y comenta que me descubrió con “Las mentiras inexactas” (2012), y añade que "después me embarqué en sus universos paralelos, en las lecturas metaliterarias que navegan por los pasadizos interiores de su obra. Y me dejé llevar desde la librería más antigua de Madrid hasta una isla de piratas en el Caribe, fondeando en cada rincón del maravilloso viaje a través de la galería de tripulantes excéntricos con los que el autor homenajea a esas noches de vino y rosas que tantos mortales añoramos". 
 
Al leer la última frase busqué un disco de Mancini. Horacio y Omar Khayyam también se refirieron a esas noches y días de vino y rosas, y cualquiera que ame la vida con pasión, que es la única manera en la que se puede amar. 
 
Y ahora vuelvo a escuchar esta melancólica música de jazz y cine, a la vez que apuro el café:  
 
 
Esta es la reseña:
 
 

 

 

jueves, 25 de marzo de 2021

"Cuando me convierten en verso".

Esto es lo que ha hecho la escritora de Málaga Presina Pereiro en un inteligente poema que dice tantas cosas de mí y eso que no nos conocemos personalmente. Aun así a lo mejor sí que me conoce un poco; como digo siempre, a los escritores se los conoce por sus libros. Sé que ha leído mi novela "Poeta en Madrid" y ha escrito una reseña que todavía no se ha publicado. Además desde este año se ha incorporado a la tertulia on line del Gijón.

"Podría estar viajando de forma recurrente
con boleto dorado a la memoria,
excursión opcional por viejas emociones y
recorrido con fotos sin color a la nostalgia.
Podría, sin estorbos,
recorrer las calles de un Nueva York helado,
girar en las farolas del viejo Buenos Aires,
dar vida a marionetas en el puente de Carlos,
mirarme en el reflejo de un parlamento blanco
a orillas del Danubio
y recorrer Paris,
compartir una absenta con Modi
y hablarle de Picasso,
observar el arte del Moderno Tate, (emocionarme),
pasear el Madrid de Sotelo con Malher y con Relham,
preguntar a Galdós, en la cuesta Moyano,
si era ineludible el fin de Fortunata,
ser la segunda voz de un fado en Barrio Alto
y la emoción del peregrino que alcanza Santiago,
volar y nadar entre algas azules, aquí, cerca de casa.
Oír en Recoleta la calma voz de Borges explicando poemas
y a Mozart dirigiendo esa flauta que es mágica
decir que ayer regresé a Manderley
y sentir que una mosca es mi cuerpo,
enamorarme de Hubbell y de Katie,
ser como eran y olvidar lo que fue doloroso".
 
("Con boleto dorado", del libro inédito "Versos de Alberta Reis", de Presina Pereiro).
 
Me tomo un café y pienso en la música apropiada para este poema. Resuenan muchas melodías en mi cabeza, como la de Waxman que acompaña a la cámara de Hitchcock mientras llega a Manderley, y el jazz de Herrmann por las calles de Nueva York en la película de Scorsese, pero decido quedarme con el final, con Hubbell y Katie, y su historia de amor a través del tiempo y el cine, cuando ella le pasa la mano por el flequillo al principio de la película y vuelve a hacerlo al final, al encontrarse casualmente por la calle después de muchos años sin verse y saber que no volverán estar juntos, pero siempre estarán enamorados:
 

miércoles, 24 de marzo de 2021

"Tertulia on line del Café Gijón con Manuel Rico".

"Un poeta de la elegancia, de la memoria y de la defensa del bien común".

En la primavera de 2009 Manuel Rico estrenó un cuaderno. Lo hizo con un poema que, inacabado, le ha acompañado a lo largo de casi una década, "Calle Canal de Mozambique. 1963", que terminó tras estarlo escribiendo esos diez años. Era el nombre de la calle en la que vivió la mayor parte de su infancia, hasta los once años, en un barrio hoy desaparecido.
 
De esta manera comenzó la tertulia on line del Café Gijón de ayer por la tarde con el escritor Manuel Rico. Somos amigos desde hace muchos años y ambos nos admiramos intelectualmente. En mi caso siempre admiraré a los escritores que pueden estar meses o incluso años escribiendo un poema, y a los que son capaces de resumir la historia de la literatura gracias a su continua lectura y a las miles de horas de escritura dedicadas a obtener una literatura de calidad. Es lo que ha ocurrido con este poema y otros que Rico nos leyó de su libro "Cuaderno de historia" (2021, Pre Textos):
 
"CALLE CANAL DE MOZAMBIQUE. 1963".
 
"Los años nos rebelan, de pronto,
la dimensión de la ceniza. En silencio, respiran
de modo entrecortado
las calles que me hicieron
en la ciudad de estambre de los años difíciles
en que crucé niñez y adolescencia.
 
Cuando regreso, a veces,
a las calles mutadas y paseo por ellas, reconozco
comercios todavía varados en un hueco
del asombro de entonces.
 
Pero no existen los barrios que aún asoman
a los desvanes del recuerdo. Hablan
de desarrollo y bienestar
quienes sembraron capas de desmemoria
sobre las cuestas y las fuentes,
sobre la música vivida: bienestar de hormigones
de rota identidad y tapias altas,
de canciones ajenas y vocablos
desconocidos.
 
Barrio de la Alegría, agregación inhóspita
al Madrid desahuciado que vivía en los bares
un silencio de alcohol y usados naipes. Tardes
de domingo del padre y sus penurias,
de la madre incompleta y del olor
a cuero y correajes en los viejos tranvías.
 
No tengo casa, allí, a la que volver,
ni patio con higuera y altas parras,
ni mesa de trabajo, tampoco librería
de roble o de nogal
donde aguardan los libros de las tardes de siesta
el inútil retorno
de un verano confuso del sesenta y tres.
 
Vuelvo a veces al barrio con la lluvia de octubre
y sólo reconozco recovecos sin uso,
algún extraño muro y la noticia
de un momento de gozo
en el rostro aviejado de algún camarero
a punto de apropiarse
de la ancianidad y los retiros.
 
Canal de Mozambique, calle
que ya no es, que fue resol
en los inviernos secos de un Madrid estepario,
sol casi naranja y tibio en las fachadas
que -ahora lo sé- exponían su muerte y nuestra infancia
sin retorno, su noticia
de nieves y silencio, su temor a ser nada".
 
Rico es un gran escritor de la memoria y el compromiso. Sus libros, ya sean de poemas, novelas o de viajes (más de 30 en su conjunto), se detienen a mirar por una ventana que ya no existe o aquella calle hoy desaparecida, y a la vez persiguen el bien común. Almudena Mestre preguntó a Rico por la relación existente entre su intimidad y el mundo exterior donde se situó entonces el barrio de la Alegría, y le pidió que analizara la estructura del libro, e intervinieron Antonio Infante, Miguel Ángel Yusta, María José Muñoz Spínola, Francisca Arias Tovar, Mariwan Shall, Pepo Paz Saz, Javier Pérez Bazo, Javier del Prado, Mirta Amanda Barbonetti y, por último, José Manuel Rico, el joven arquitecto hijo de Rico al que no le funcionaba el micrófono y escribó por chat las palabras que he captado en la segunda foto.
 
Y Manuel Rico se emocionó.
 




 

martes, 23 de marzo de 2021

"2ª edición de mi Poeta en Madrid".

Ayer por la mañana mi editora, Mayda Bustamante, me envió esta fotografía de la portada de mi novela, ya en su 2ª edición tan solo en un mes.

En estos tiempos vertiginosos donde casi todo es efímero y pasa de moda en una semana o menos, resulta agradable comprobar cómo muchas personas han dedicado parte de su tiempo a entrar en una buhardilla de la calle Atocha de Madrid, donde vive y escribe un tal Gabriel Relham, ese personaje que se llama como Gabriel Araceli, el joven protagonista de la primera serie de los Episodios Nacionales de Galdós, y se apellida Mahler al revés, un tipo que podría ser yo o cualquier artista que se encuentre creando su obra. 
 
Así que hoy voy a desayunar en Tiffany. ¿He dicho alguna vez que Holly /Audrey y yo somos amigos?
 

lunes, 22 de marzo de 2021

"El escritor Manuel Rico nos acompañará mañana en la tertulia on line del Café Gijón".

Nos hablará de su último libro de poemas, "Cuaderno de historia" (2021, Pre-Textos). Ha estado muchas veces en la tertulia y yo le he dedicado incluso uno de mis ensayos literarios, aunque de parte de su obra narrativa. 

En un video de "Conocer al autor" habla del libro, y dice que este "Cuaderno de historia" es un libro esencial para él, que le explica a él mismo y su generación. Manuel Rico, que es el presidente de la Asociación de Escritores de España, añade que "en la primavera de 2009 estrené un cuaderno. Lo hice con un poema que, inacabado, me ha acompañado a lo largo de casi una década (...) "Calle Canal de Mozambique. 1963". Ese era el nombre de la calle en que viví la mayor parte de mi infancia, hasta los once años, en un barrio hoy desaparecido (...) Alrededor de ese poema fueron desplegándose, lentamente, nuevos poemas".  

https://www.conoceralautor.es/libros/ver/cuaderno-de-historia-de-manuel-rico

Me apetece reproducir el poema de la página 23: 

LA PRIMERA VENTANA 

"La ventana que ya no es. La muerta 

ventana que dejó, temblorosas, 

imágenes aún vivas contra el tiempo y la arena. 

 

La ventana de las casas en que he vivido, 

mas ante todo 

la ventana de entonces, la que daba

 a un campo sin ciudad y vertederos,

 a las calles huidizas de los huidizos, al frío vertical

 y al calor imprevisto y a la niebla.

 

 La ventana abierta a la avenida 

y a los escaparates, al blanco y negro frágil

 de los sueños vacíos. 

 

La ventana 

tras la que crecieron tus ojos, creció el mundo

 y el domingo. 

La ventana".

 


 

 


 

domingo, 21 de marzo de 2021

"Toda nueva era necesita su revolución".

"El último bohemio se pierde para encontrar la salida en un bosque por el que ya transitaron Borges, Shakespeare, Mahler, Puccini, explora, medita, renace, se reinventa para no morir en la época de Facebook, Twitter o Instagram. Lo único que parece ser inmune al cambio perpetuo es el amor (...)" 

 Ayer se consagró la primavera y casi a la misma hora mi "Poeta en Madrid" aparecía citado en un periódico de León, La Nueva Crónica, en la columna de Marta Muñiz, de la que he reproducido las frases anteriores. Marta ha elaborado una larga reseña, pero ha querido incluir un aperitivo en el periódico: 

https://www.lanuevacronica.com/reinventarse-o-morir 

Hablando de reseñas en revistas literarias, el escritor Rafael Soler publicó el pasado 8 de marzo otra sobre mi novela en la prestigiosa revista "Todo Literatura", de la que yo aún no había hablado, y que comienza planteando dos preguntas: "¿Puede escribirse una buena novela con la respiración y el ritmo de una sinfonía? ¿Cuál debería ser el papel del creador en la sociedad nuestra donde impera lo urgente y lo banal?"  

https://www.todoliteratura.es/noticia/54396/criticas/poeta-en-madrid:-el-lenguaje-por-bandera-de-justo-sotelo.html

Rafael es novelista, poeta, ingeniero, Vicepresidente de la ACE y fue profesor de la Universidad Politécnica (en la fotografía estoy con él en junio del 2020 en la terracita del Café Comercial, donde espero presentar, presencialmente, la novela este junio). Rafael asistió a la presentación virtual de la novela y al terminar se sentó a escribir, y ahora me apetece decir alguna cosa en respuesta a sus anteriores preguntas, mientras me tomo el primer café de esta mañana que ya es de primavera. Yo siempre he pensado que se puede escribir una novela con el ritmo y la respiración de una sinfonía, por ejemplo, la "Sinfonía Fantástica" de Héctor Berlioz. Esta música rompió con todo lo que se había escuchado hasta ese momento (1830), con la excepción de Beethoven, y sirvió a Wagner para seguir avanzando en busca de un nuevo lenguaje musical, algo que siempre estoy pidiendo para la literatura, en lo que también incidía Marta Muñiz en su artículo: 

https://www.youtube.com/watch?v=C-SiMo3FP58 

 Respecto de la segunda pregunta de Rafael, considero que el papel del artista es crear obras que se alejen de lo urgente y de lo banal. El verdadero arte no tiene prisa y se lleva mal con lo superficial y lo vulgar. Tal vez aluda a estas preguntas cuando presente la novela. Me gusta improvisar mientras voy viviendo y estudiando. 

Esa es la felicidad del artista de mi época.



sábado, 20 de marzo de 2021

"A las 10.37 empiezan la primavera y la poesía".

La famosa rima IV de Bécquer asociaba la primavera a la poesía y esta a la música, a un beso y al rostro de una mujer hermosa. Es el tiempo de la juventud, y pienso en ello mientras me tomo el primer café de esta mañana de sábado y escucho a la Joven Orquesta Sinfónica de Galicia interpretando la Sinfonía en re de César Franck, una de las músicas más hermosas y románticas de la historia, en un concierto grabado en 2019. También leo lo que Bécquer escribió en 1871, y a veces me acompaña durante el paseo por el Monte de las Ánimas que tanto le gustaba, junto al arco de ballesta que forma el Duero a su paso por Soria y la ermita de San Saturio de la foto, uno de mis lugares de este mundo.
 
"No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
 
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
 
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
 
Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
 
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!"
 
Y yo añado que mientras existan jóvenes que amen la música y la interpreten de esta forma habrá poesía:
 
Bécquer es poesía y Franck, la juventud es poesía y el Duero, como la primavera.
 

 

 

viernes, 19 de marzo de 2021

"Dedicatoria en el Día del Padre".

En el Día del Padre quiero reproducir la dedicatoria que he escrito para mi hijo en "Poeta en Madrid" (en realidad también es para mi padre):

"Para mi hijo Justo, que se llama como mi padre, porque quiere ser maestro y dedicar su tiempo y su vida a los niños. Estoy pensando en lo importante que es aquel maestro que todos hemos tenido en el colegio. Recuerdo al padre Plaza, mi profesor del Pilar en tantas asignaturas que me fueron abriendo los ojos a la vida. Yo tenía 13 años y él sabía que había empezado a escribir. Al llegar el examen final de Literatura, no me preguntó por los escritores y sus obras del temario, y solo me pidió que escribiera un cuento. Sin ser consciente de ello, aquel día me convertí en escritor".
 
El padre Plaza nos solía poner música en sus clases, como fondo y como sin querer. Le gustaba mucho Pergolesi. 
 
A veces nos preguntamos de dónde venimos:
 

jueves, 18 de marzo de 2021

"Umberto Eco, Javier Cercas y Justo Sotelo".

Ayer el catedrático de literatura Germán Gullón, en conversación con la artista Hailet van Ree, subió a su canal de Youtube un video sobre las ideas del semiólogo Umberto Eco expuestas en "The Role of the Reader" (1979) y la conocida dualidad entre novela "cerrada" y novela "abierta". Y para ilustrar esta oposición puso como ejemplo dos novelas que ha leído recientemente. Una novela cerrada sería "Independencia" (2021), de Javier Cercas, publicada por Tusquets, y una novela abierta la mía, "Poeta en Madrid", publicada por Huso, un debate significativo en estos tiempos de cambio de paradigma literario.
 
Todavía encuentro cosas interesantes que llaman mi atención:
 
 

 

miércoles, 17 de marzo de 2021

"Es el tiempo que dedicas a la rosa lo que hace a la rosa tan importante".

"Peter, o alguien que podría ser Peter, quizá yo mismo, ya que estoy empezando a leer su último libro, "El precio que pagas" (2021), de la editorial Berenice, se sienta en un tren y se pone los auriculares para escuchar la última canción de Leonard Cohen. Enfrente de él o tal vez de mí se sienta una chica (que igualmente podría ser yo) con otros auriculares y se dispone a escuchar otra música o a lo mejor la misma música".

Así comenzó la tertulia on line del Café Gijón de ayer por la tarde, en la que se presentó el último libro de este ingeniero de Moguer (el del tren también podría haber sido Juan Ramón Jiménez a lomos de su bello Platero mientras reinventa la poesía antes de irse fuera de España y escribir su inmortal "Espacio"), y todos nos subimos en el tren de la buena literatura. Y nos enteramos también de cómo era la abuela del narrador mientras este resuelve un crucigrama sin que deje de prestar atención a lo que está haciendo la chica de enfrente y preguntarse de qué manera se escribe una novela o quién sabe si se pregunta por el tiempo de esta narración que va desde Huelva a Madrid. El narrador prefiere pensar en "La diligencia" de John Ford y no tanto en el "Ulises" de Joyce, aunque quizá no se aperciba de que está hablando de lo mismo. Tras detenerse en La Palma del Condado todo se llena de la figura y la música de Elliott Murphy. El narrador conoce bien a este artista que nos ha mandado un breve video desde París para saludarnos, y que ha escrito el prólogo del libro y se encuentra en la segunda fotografía.
 
Y nos habló el editor Javier Ortega, que analizó con inteligencia el contenido del libro. Y nos habló nuestro experto en cine Eduardo Larrocha sobre la lectura cinematográfica del mismo, con las citas de películas como "Breve encuentro", "Mud" y "Cuentos de Tokio". Y nos habló Almudena Mestre, con relación al tiempo, el espacio y el otro. Y habló Mariwan Shall sobre el sentido último del escritor. Y habló Javier del Prado del viaje en tren, del trayecto que es como la propia vida. Y habló Antonio Tello sobre la mayor o menor dificultad de un texto. Y habló también Chema Menéndez como ingeniero de telecomunicaciones y su relación con la literatura y la misma vida. Y habló Francisca Arias y esas ideas germinales en la obra de Peter. Y pedí al padre de Peter, que es profesor de filosofía del Instituto de Moguer y que ha ilustrado el libro, que nos dijera algunas palabras sobre el libro y su hijo.
 
Al final, Peter y el narrador de su libro recordaron la frase de "El principito" con el que he empezado el post y rellenó el crucigrama antes de llegar a la estación de Atocha y despedirse de la chica de enfrente.
 




 

martes, 16 de marzo de 2021

"Atardecer en la Complutense con el semáforo en verde".

Estudiar, pensar, dar clase, escribir es encontrarse con el semáforo permanentemente en verde, como me ocurrió ayer por la tarde y en realidad todos los días. Se hacía de noche con suma lentitud sobre la Universidad Complutense que fundó Alfonso XIII, como a veces me ha ocurrido en otros lugares parecidos, como las Universidades de Salamanca, Valladolid, Santiago, La Laguna y Alcalá de Henares, por decir algunas que vienen ahora a mi cabeza, mientras me tomo el primer café de un precioso martes aún de invierno. En aquellos instantes pensaba en todos los profesores y en todos los escritores que me han precedido, y escuchaba en el coche a Mahler, el último movimiento de "La canción de la tierra", ese bellísimo adiós inmortal que escuché por primera vez en una de las filas de arriba del Real, cuando no se había recuperado como teatro de ópera, en el sitio de los estudiantes. Mahler empezaba a ser redescubierto y en Madrid se sentía una auténtica pasión por su música tan apasionada como libre y compleja. Como yo apenas era un jovencito imberbe, miraba alrededor y me veía rodeado por aquellos jóvenes entusiastas con barba y camisas de cuadros que buscaban la belleza y el sentido del humanismo en los libros de Marx, Nietzsche y Marcuse, y en la música de Mahler. Lo que sí recuerdo es que mi semáforo ya estaba en verde y empezaba a comprender el significado de ese "adiós" de Mahler a través de los poemas de la dinastía Tang (años 618-907), en la antología de "La flauta china", que tradujo al alemán Hans Bethge:
 
Analizar e interpretar las revoluciones artísticas y culturales que se han producido a lo largo de la historia, como diría Kuhn respecto de los paradigmas, es otra manera de hablar de mis clases, de mis pensamientos, de los textos que escribo. Se lo decía el otro día a mis alumnos.
 
Y, a pesar de las mascarillas, veía sus ojos iluminados, a punto de ponerse en verde.
 

 

lunes, 15 de marzo de 2021

"Seguimos haciendo y escribiendo literatura en la tertulia on line del Café Gijón".

Mañana martes presentaremos el libro de Peter Redwhite "El precio que pagas" (2021), publicado por la editorial Berenice. Peter es un joven ingeniero, escritor y tertuliano habitual desde hace muchos años. Su libro es un viaje en tren desde Huelva a Madrid donde se mezclan los pensamientos de alguien que podría ser Peter, con la cabeza llena de literatura y de música (y también de fútbol, filosofía y de todo lo que pasa por su mente en forma de flujo de conciencia, incluido yo mismo, que aparezco junto a Murakami). No es ni una novela ni un ensayo, simplemente un texto de esta época, donde se pueden encontrar elementos de una Bildungsroman y la novela de viajes que inauguró Ulises.
 
Hablaremos el editor, Peter y yo, y quizá veamos un pequeño video que ha enviado desde París el músico y escritor Elliott Murphy, que ha escrito el prólogo. El primer libro de Peter, "Cortos americanos" (Izana, 2013), me pareció espléndido y le escribí el prólogo, donde aproveché para trazar una breve Poética sobre el cuento. Al leer esta entrada en mi blog de 2014 no recordaba que para acompañar el texto puse una foto con Peter y Antonio Zaballos, lo que siempre me hace ilusión:
 
Y no quiero irme a clase sin escuchar la canción con la que empieza el libro, entre las muchas que hay en su interior, la "Suzanne" de un Leonard Cohen espléndidamente mayor:
 

domingo, 14 de marzo de 2021

"Matrimonio del cielo y el infierno".

En 2007 el crítico Juan Ángel Juristo escribió en el Cultural del ABC que mi novela "La paz de febrero" le recordaba a Joyce y Camus. En 2009 el crítico Santos Alonso afirmó en La Revista de Letras que en las páginas de mi siguiente novela, "Entrevías mon amour", veía a Faulkner. El año 2012 Juristo comentó de nuevo en el suplemento cultural del ABC que mi novela "Las mentiras inexactas" tenía cosas del mundo de Perec. En este 2021, hace solo unos días, la escritora Almudena Mestre, que está conmigo en esa foto de 2018 en un bar del barrio de Barajas después de la presentación de Rafael Soler (Vicepresidente de la ACE) de su ensayo sobre mi obra literaria, ha publicado una reseña, casi un breve ensayo, sobre mi última novela "Poeta en Madrid" (2021), de la editorial Huso, donde me ha subido a los altares. 
 
Esta es la reseña:
 
Los ángeles y los arcángeles que están por ahí arriba no van a poder evitar un "oh" de sorpresa, y dejarme un sitio entre ellos (a lo mejor William Blake tendría algo que decir), aunque reconozco que siempre me ha hecho más gracia el calor del infierno, junto a Paolo y Francesca, por ejemplo, adonde se los llevó Dante por un exceso de amor, mientras escuchamos a Chaikovski: