martes, 30 de junio de 2020

"Eso que tú me das".

El otro día escribí en esta red social que algunos nos estamos convirtiendo en los últimos románticos que quedan de la literatura, con o sin mascarilla. Personalmente, no tengo otra cosa mejor que hacer que ser un romántico. Ayer por la tarde seguimos celebrando la literatura en La esquina del zorro, una librería del barrio madrileño del Puente de Vallecas. Almudena Mestre me acercó en su coche e hizo muchas fotografías, como la primera que he compartido, donde me encuentro con Albertina Oria de Rueda y Ana María López Martín, que es editora de Anaya/Touring. En la librería ya nos estaba esperando Milagros García Fernandez, con su muleta sempiterna y su gran fuerza de voluntad, y Ana, una amiga de Albertina. Al final también apareció Mariwan Shall, que se perdió por el barrio. Luego se unieron a esta fiesta de la literatura (en la segunda fotografía) Yolanda Brown, que está escribiendo una tesis sobre mi obra en la Universidad Autónoma de Madrid y el político, economista y escritor Antonio Miguel Carmona, que estuvo a punto de ser alcalde de Madrid. De 7 a 8 de la tarde estuve charlando también con otros escritores que pasaron por la librería como Gsus Bonilla, Ana Ares, Esther Muntañola y Paco Moral.

Hacía calor, y no encontré ningún bar que tuviera horchata, pero al menos vendí y firmé siete ejemplares de mis libros. Obviamente, la literatura no da para comer, pero, como diría Pau Donés en su última y preciosa canción, por todo lo que he recibido, estar aquí vale la pena:

https://www.youtube.com/watch?v=hE6CsyWv8Zs


lunes, 29 de junio de 2020

Mañana martes será la última tertulia del "Café Gijón" por este curso, y nos iremos a Washington.


Será de la mano de la Dra. Ada Vilageliu Diaz, profesora de la University of the District of Columbia in Washington, DC, donde da clases de literatura y de lengua inglesa. Ada es de Tenerife y obtuvo su doctorado en literatura afro-americana y caribeña en la Howard University, una universidad que es históricamente afro-americana. Su investigación se centra en el estudio de la narrativa "rebelde" que rechaza una tradición literaria racista y machista. Por eso mismo sus clases son una mezcla de activismo narrativo, desarrollo del liderazgo estudiantil y apoyo a las comunidades marginadas. Su charla hará referencia a la literatura afro-americana en el momento de Black Lives Matter / Las Vidas Negras Importan. La lucha por los derechos civiles tiene una larga tradición, pero Estados Unidos se enfrenta a un momento tenso en su historia de relaciones raciales. El libro poético "Citizen: Am American Lyric", de Claudia Rankine, es un ejemplo muy claro de cómo los escritores afro-americanos, especialmente los poetas, utilizan el tema del racismo en este país para crear poesía que refleja la fragmentación de la sociedad y los individuos. Este es un poema del libro que leeremos y comentaremos en la tertulia:

sábado, 27 de junio de 2020

"Un homenaje al artista Antonio Zaballos".

Será mañana domingo a las 12 horas en su estudio de Béjar, en Salamanca. Su familia ha tenido la amabilidad de llamarme para decírmelo e invitarme. Nos reuniremos sus amigos para leer poemas y expresar nuestro recuerdo. Mientras escribo y me tomo el primer café de este día de verano me vienen a la cabeza algunas de las imágenes que tengo con él de las veces en que buscábamos lugares para las portadas de mis novelas. Siempre he querido que él se encargara de hacerlas, en realidad como una excusa para seguir viviendo la literatura de otra manera. Antonio me hizo esas fotografías en la iglesia de Entrevías, cuando estábamos pensando la portada para mi novela "Entrevías mon amour". Para mí la literatura no tiene que ver con el dinero o la fama. Es una manera de vivir, de comportarme. Por eso la elección de la portada también definía mi actitud ante la literatura y la propia vida, porque me permitía estar con las personas que he elegido para que me acompañen en esta vida. Y una de esas personas ha sido Antonio. 

Esta vida es demasiado efímera, pero hay algo que nadie nos podrá quitar -me decía siempre Antonio-, la de vivir, mirar, pensar e incluso soñar como un artista.



viernes, 26 de junio de 2020

"Mi obra literaria sigue expandiéndose por África".

Ayer fue un día de fiesta para el profesor e investigador camerunés Patrick Toumba Haman. Me escribió por la tarde para hablarme de ello y enviarme las fotografías que he compartido. El profesor Toumba se está convirtiendo en uno de los mayores estudiosos de mi obra. Uno de sus discípulos, Daniel Domwa, acababa de defender ante un tribunal su Tesina para la obtención del Diploma de Máster en Estudios Hispánicos, "Identidades tradicionales y posmodernas en Diario de Hoo (2009), de Germain Metanmo, Cuentos de los viernes (2015) y Cuentos de los otros (2017), de Justo Sotelo". Además de la satisfacción que me produce el hecho de observar la resonancia y la repercusión que tiene mi obra en el extranjero (como podría decir el filósofo francés Gaston Bachelard), mi innata curiosidad intelectual me llevó ayer a pasarme el resto de la tarde leyendo textos sobre el escritor Germain Metanmo y el significado de la literatura africana en lengua española. No es el caso de países con influencia española, como Guinea Ecuatorial y el Sáhara Occidental, sino de todos los países africanos de habla francesa e inglesa, como la República de Camerún, que han desarrollado una tradición literaria en lengua española desde la década de los ochenta. Germain Metanmo nació en Bafou (en el oeste de Camerún) el 1 de marzo de 1953. Cursó el Bachillerato en el colegio Saint Laurence de Bafou y estudió en la Universidad de Yaundé, la Universidad de París-Sorbonne y en el Park Lane College of Further Education en Inglaterra. A continuación se doctoró por la Universidad de Cheick Anta Diop de Dakar (Senegal) y obtuvo un diploma como traductor superior en el Instituto Universitario de Lenguas Modernas y Traductores de la Universidad Complutense de Madrid. Es autor, entre otras obras, de "El varón" (1985), "Voces de mi tierra" (1999) y el citado "Diario de Hoo".

En palabras del profesor Alain Lawo-Sukam (University of Texas), "la literatura hispano-camerunesa se ubica dentro de la literatura africana en lengua española y atestigua el constante crecimiento del español fuera del mundo hispánico", en "Hispanismo en África Subsahariana más allá de la colonia: una aproximación a la literatura hispano-camerunesa" (Revista Iberoamericana, 2014). La literatura hispano-camerunesa forma parte de una nueva y creciente vertiente de la literatura en lengua española por autores oriundos de países que no han sido colonizados por España. El surgimiento de dicha literatura se debe en gran parte a la introducción del español como materia de enseñanza en los institutos y universidades por razones políticas, socio-económicas, culturales y religiosas. Es una literatura de representación y de resistencia realista. Enfoca la realidad del vivir cotidiano no solamente del camerunés sino del africano y el ser humano en general. La temática del exilio, el neocolonialismo, la injusticia, la miseria y la subjetividad de la mujer y de la naturaleza no se limitan al espacio geográfico camerunés sino al mundial. E s también una literatura que puede relacionarse con la de los clásicos del mundo europeo y latinoamericano en cuanto al desarrollo de la temática de la magia y/o lo metafísico que domina la narración en "La divina Comedia", "La Celestina", el "Quijote", el "Fausto" de Goethe o lo real maravilloso y el realismo mágico en "El reino de este mundo" y "Cien años de soledad". El estudio de la literatura hispanocamerunesa y de la literatura en lengua española en los países no-hispanos en general abre una nueva perspectiva sobre la (re)definición de la literatura hispánica y del mundo hispano en su conjunto.

Y a mí me gusta ser testigo de todo ello.






jueves, 25 de junio de 2020

"Una rodilla, una escritora, una librería, una película de Rohmer, un cuadro de Cézanne y el efecto Gauguin".

Esa rodilla podía ser "La rodilla de Clara" (1970), la película de Eric Rohmer, uno de mis directores favoritos, pero es "La rodilla de Justo". La escritora es Almudena Mestre y la librería es el mítico quiosco que siempre ha estado en la Plaza Santa Bárbara de Madrid, junto a Alonso Martínez. La terraza es de la cervecería Santa Bárbara, uno de esos lugares donde más veces me habré sentado en mi vida. Al lado estuvo hasta hace bien poco el CUNEF, el Colegio Universitario donde estudié la carrera de Económicas. Y ahí quedé el otro día con Almudena para tomar algo, ya que no nos veíamos desde la última tertulia del mes de marzo en el Café Gijón. Tampoco soy Jerome, un escritor y diplomático de mediana edad que intenta conquistar durante las vacaciones de verano (todas las películas de Rohmer suceden en verano) a Clara, una joven de 17 años que tiene novio y que es la hija del dueño de la residencia donde se encuentra. Ni Almudena es Aurora, la novelista italiana que anima a Jerome a que siga adelante con una operación de seducción que tiene mucho de afirmación personal. En realidad yo casi tengo más que ver con el propio Rohmer. Era un artista tan celoso de su intimidad personal como coherente con su misma idea del arte. "Si el precio a pagar a cambio del éxito tiene que ser la quiebra de mi libertad o mi intimidad, entonces lo considero demasiado caro, y por consiguiente, inasumible", escribió en una carta al director de un festival de cine al que no quiso ir. Hay una cosa que me gusta mucho del cine de Rohmer, su análisis objetivo de la subjetividad de sus personajes, que nunca paran de hablar en sus películas. Rohmer no juzga y se limita a desvelar la complejidad de sus personajes. "La rodilla de Clara" refleja el "efecto Gauguin" con los colores uniformes de la ropa y las montañas lisas y azules sobre el lago de Annecy, cerca de Talloires, al este de Francia. Por su situación entre cumbres alpinas y sus efectos de luces, este lago ha despertado siempre gran interés entre los pintores. El cuadro más conocido es "El Lago Azul", de Paul Cézanne. Los traslados en barca a motor, los días claros que se alternan con la bruma, una fuerte tempestad y el aire alpino de montaña buscan un efecto dramático, no solo físico, en los espectadores. 

La bebida que más me gusta en esta época del año es la horchata, y sobre todo la que sirven cerca de la catedral de Valencia, y con unos fartons. Una vez me subí a un tren en Atocha y me fui a Valencia solo para tomar una de esas horchatas. El otro día no había horchata en la terraza de la fotografía. Almudena pidió dos jarras de cerveza y se bebió las dos. Yo no tomé nada, me limité a hablar y a escuchar, como en el cine de Rohmer. Mientras volvía a casa pensé que no me importaría darme una vuelta por el este de Francia en busca del cuadro de Cézanne y el efecto Gauguin.






miércoles, 24 de junio de 2020

"Chet" es un álbum del trompetista de jazz Chet Baker lanzado por primera vez en 1959.

En alguna ocasión se ha subtitulado "The Lyrical Trumpet of Chet Baker" y presenta actuaciones de Baker con el flautista Herbie Mann, el saxofonista Pepper Adams, el pianista Bill Evans (del que hablé ayer en esta red social), el guitarrista Kenny Burrell, el bajista Paul Chambers y Philly Joe Jones a la batería. Fue grabado en diciembre de 1958 y enero de 1959 y lanzado en el sello Riverside. Escuchando la primera canción del disco. "Alone Together", se puede entender el espíritu que flotó ayer por la tarde en la tertulia virtual del "Café Gijón". Ayer dije también que Bill Evans es considerado el "poeta" del piano del jazz. Este disco es una de las pocas ocasiones en que Baker y Evans grabaron juntos. El pianista no es el protagonista, pero contribuye al verdadero sentido del disco con el primer acorde en el primer tema que he citado anteriormente. Una vez escuchado es casi imposible no escuchar el álbum completo. 

Veamos:

https://www.youtube.com/watch?v=kKd2Y6Ec0-Y

Ayer por la tarde Antonio Infante Gómez tocó el primer acorde de la tertulia hablando de la vida y la música de Chet Baker, su malditismo, su forma de tocar el "jazz de los blancos", su éxito con las mujeres. Siempre se ha dicho que a las mujeres más inquietas culturalmente les atraen los artistas libres, diferentes, especiales, anti burgueses, aunque al final terminen casándose con los burgueses. Y tras ese primer acorde literario y musical tuvimos la suerte de contar con dos músicos profesionales a los que ya había invitado en otra ocasión al Café Gijón para que nos hablaran de su música y de sus obras. Por una parte Ricardo Virtanen, doctor en literatura y miembro de la banda de música Lobos Negros, que nos dio una lección magistral sobre la historia del jazz y sus músicos (Charlie Parker, Dexter Gordon, Miles Davis, John Coltrane, Bill Evans, el "jazz libre" y esa ruptura del lenguaje musical, algo que cuesta tanto a los escritores, siempre tan conservadores), a partir de las respuestas a nuestras continuas preguntas. Nos habló de su padre, "el sheriff", uno de los impulsores del jazz en Madrid y su relación con Tete Montoliú, Pedro Iturralde y tantos otros músicos, junto a los míticos locales como Whisky Jazz, Balboa Jazz y Clamores. Y luego estuvo Jorge Cabello, compositor e intérprete de música clásica, que aportó aspectos técnicos a la charla y contribuyó a lograr una tertulia culta, inteligente y divertida. Y es que apenas sin pretenderlo, como uno de los muchos caprichos que tengo siempre en mi vida, dedicamos una tertulia al jazz y pudimos observar que esta música nace y muere a cada instante y por eso es eterna, como si en realidad cada melodía fuera atrapada en el aire por el músico de al lado, a la vez que fuera del escenario él y ella mueven ligeramente las piernas y los brazos y se cogen de la mano.




martes, 23 de junio de 2020

"Sobre la resonancia de lo que escribo".

Antonio Carmona es un conocido político, economista y periodista de este país que el otro día leyó la historia que escribí en las redes sociales sobre la relación que he mantenido toda la vida con "El País", y ha querido publicarla en el "Diario Progresista", el periódico que dirige. Es una forma de constatar la resonancia que provocan las cosas que uno escribe. Quizá por eso me ha venido a la cabeza Roman Jakobson (Moscú, 1896- Boston, 1982), filólogo y teórico de la literatura que habló de las funciones del lenguaje, de las que tuve que examinarme en su día en Linguística, una asignatura tan compleja y difícil como divertida. Aún recuerdo lo que la profesora nos hizo sudar a la escritora Cristina Cerrada y a mí en sus clases, y del examen que tuvimos que hacer en un aula antigua y con encanto del edificio A de Filología de la Universidad Complutense. Jakobson elaboró un modelo de la comunicación humana que contiene seis funciones: referencial, emotiva, conativa, fática, metalingüística y poética. Esas funciones reposan sobre otros seis factores diferentes: emisor, receptor, mensaje, contexto, código y canal. Yo utilizo el lenguaje para comunicar cosas, pero siempre en el contexto intelectual que me parece más adecuado en cada momento. Algunas veces escribo libros científicos, otras novelas y cuentos, e incluso textos breves para las redes sociales, como mi historia personal con el periódico "El País", que luego se empeñan en publicarme en otros sitios. 
https://www.diarioprogresista.es/este-habia-sido-siempre-mi-periodico-por-justo-sotelo/

Además siempre se puede leer el artículo mientras se escucha jazz, como también podría argumentar Jakobson. Y eso es lo que estoy haciendo yo ahora mismo a la vez que me tomo el primer café de esta preciosa mañana de uno de los días más largos del año, y ya que esta tarde tendremos jazz en la tertulia a través de Chet Baker. Me gusta mucho Bill Evans, el llamado "poeta del piano", interpretando por ejemplo "Like Someone in Love":

lunes, 22 de junio de 2020

"Chet Baker, en la tertulia de mañana martes del Café Gijón".

Baker es uno de los grandes trompetistas del jazz, hipnótico y absorbente, que me resulta fascinante. Como sé que también le gusta mucho a nuestro tertuliano Antonio Infante, le he pedido que nos hable de él y de una época especial en la historia de la literatura y la música de Estados Unidos.
Me ha enviado el siguiente texto:
"Chet Baker, un triste solo de trompeta". En "La voz del ángel desdentado" (El País 15/09/2009), Elsa Fernández-Santos dijo que era un "trompetista desdentado con voz de ángel, yonqui errante amante de los coches caros y las mujeres bellas, un mito al que perseguían demasiadas leyendas, algunas gloriosas, otras innombrables". Por una deuda de droga, unos acreedores le rompieron los dientes como venganza. Sin dientes nadie es capaz de tocar la trompeta. Y en "La generación Beat, crónica del movimiento que agitó el arte y la cultura contemporáneas", Bruce Cook dice de los escritores que la encabezaron, como Jack Kerouac, William Burroughs y Allen Ginsberg, que "aunque nunca habían sido tomados en serio por el establishment literario, durante un tiempo fascinaron a la prensa popular como representantes de la revuelta en una época muy dócil". Luego lo remata asegurando que "los beats eran todo -y lo único- que estaba sucediendo". Antes de que el rock irrumpiera con fuerza, el jazz hizo su viaje revolucionario, desde el Ragtime, de la primera década del siglo XX, hasta el Bebop, que irrumpe tras las big-bands anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Charlie Parker, Chet Baker y otros hicieron algo más que poner música de fondo al movimiento Beat. Se inmolaron en el altar de las drogas ante un público que creía estar viviendo una revolución y quedó en simple rebelión formal hasta el definitivo parón que se produjo el año 1968. ¿Qué ha quedado de la época que inauguró la generación Beat?"

Y esto lo añado yo:

Esta grabación es de 1987, en Tokio, un año antes de que Chet Baker, el 13 de mayo de 1988, derrotado ya por la heroína, falleciera al caerse desde la ventana de un modesto hotel de Amsterdam. Tenía 59 años. El 11 de marzo de 1988 había dado en Madrid su penúltimo concierto en el Colegio Mayor San Juan Evangelista, un auténtico templo del jazz:

https://www.youtube.com/watch?v=z4PKzz81m5c

Esta es la actuación en directo en Tokio:

https://www.youtube.com/watch?v=Kjf6gb8hjW8



domingo, 21 de junio de 2020

"La música es un trozo de sol hecho prisionero".

Es una frase de Mahler. Me gusta escuchar sus sinfonías en el coche, entre montañas y cascadas, con las ventanillas abiertas, dejando que la emoción se apodere de todos los sentidos y también de la piel. La Segunda Sinfonía, "Resurrección", resulta esencial para constatar que los mundos posibles del arte tienen identidad propia. La escuché en directo por primera vez dentro de una iglesia del norte de Inglaterra, en el Lake District. En la mayor parte de los países europeos donde he estado se interpreta música clásica en las iglesias, aunque sean localidades pequeñas, algo que lamentablemente no ocurre en España. Con esa sinfonía Mahler plasmó la idea de inmortalidad a través de la liturgia cristiana. Para un judío la resurrección existe, pero sin una significación específica, por lo que se propuso entender el cristianismo; solo de esa manera podía reflejar en la música su abismo interior. El mundo resucita en el itinerario vital del músico. En el primer movimiento asistimos a los funerales del héroe, el "Titán" que ha muerto en la primera sinfonía. El dramatismo de la muerte se ennoblece con el consuelo de la resurrección. Durante el verano de 1893, Mahler busca un lugar tranquilo para dedicarse a la composición de sus obras. Y este lo encuentra en un pequeño albergue en Steinbach junto al lago Attersee, cerca de Salzburgo. Allí construirá una casita donde desarrollará su trabajo creador. Escribe el andante, el tercer movimiento, scherzo, y la introducción al movimiento final. Desea terminar la obra con un movimiento coral, al estilo de Beethoven, pero no encuentra el texto apropiado. En febrero del año 1894 muere Hans von Bülow y asiste a su funeral. El coro interpreta la coral de Friedrich Klopstock "Auferstehn", "resucitar". El mismo día diseña esquemáticamente el movimiento, pero no le dará forma hasta el verano siguiente. Para las personas no creyentes representa un canto a la utilidad de la vida, dándole un valor que trasciende más allá de su propia naturaleza. En el fondo es solo música y lo que puede expresar no son teorías filosóficas. Se limita a hacernos partícipes de unos sentimientos y si estos sentimientos nos producen un estado de bienestar. Existen innumerables versiones de la Segunda Sinfonía. Me gustan muchas, como la de Claudio Abbado en Lucerna (2006), pero la de Dudamel con los jovencísimos músicos de la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela (de nuevo en los Proms de Londres) quita, literalmente, el aliento. Después de unas entrevistas, la sinfonía comienza en el minuto 7.20.

Con Mahler aprendí desde joven que no se trata de hablar de Dios, sino de hablar con Dios:

https://www.youtube.com/watch?v=rKrsEbjXYX8

sábado, 20 de junio de 2020

"La vida es una bicicleta de dos ruedas, la del amor y la del humor".

Ayer me fui a desayunar con mi cura vasco favorito, Javier Ruiz de Arcaute. Mientras tomábamos un café con leche y un cruasán, me dijo la frase con la que he encabezado este texto. Al final solo se nos juzgará por el amor que hayamos dado, señaló cuando nos despedíamos y él encendía un puro con sus 86 años a cuestas. Esta frase me recordó la 1ª Carta de San Pablo a los Corintios, uno de los textos más hermosos y profundos que se han escrito sobre el amor:
 
1. Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
2. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
3. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
4. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece,
5. No actúa con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido,
6. No se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
7. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8. El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá.
9. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías también son algo muy limitado.
10. Y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.
11. Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño.
12. Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido.
13. Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el amor."

En el coche busqué el CD con la música de la película "Azul", del año 1993, la obra maestra del polaco Krzysztof Kieslowsk, uno de los directores de mi vida. Zbigniew Preisner escribió su "Canción para la unificación de Europa" a partir de la epístola de San Pablo, y una bellísima Juliette Binoche llevaba a cabo una de esas interpretaciones difíciles de olvidar. Es cierto momento el personaje de Julie acaricia las notas del concierto que había empezado su marido, Patrice, muerto en un accidente de tráfico junto a su hija Anna, y ella comprende que debe acabar la obra porque lo único que tiene sentido es el amor. A través de él se aceptará a sí misma y alcanzará la libertad:

https://www.youtube.com/watch?v=TmnvWmuUBEw

Se me olvidaba añadir lo que Javier siempre dice de mí, que soy un "santo laico". Lo digo por lo de la segunda rueda de la bicicleta.

viernes, 19 de junio de 2020

"Un libro, una librera y una librería".

Una de las mejores maneras de echar una mano a los libreros es acercarse a sus librerías y comprar libros. Eso también te permite charlar con ellos de literatura, como hice ayer por la mañana con Soledad Garnero en su librería café "La forja de las letras" de la calle Cervantes, en el Barrio de las Letras de Madrid. A un paso se encuentra la casa de Lope de Vega, que ahora es un museo. Muy cerca están la calle que lleva su nombre y la iglesia de las Trinitarias, donde enterraron a Cervantes. Y en medio la calle Quevedo y la casa que alquiló a Góngora. Son cosas de una ciudad como Madrid, ya que yo también viví a un paso varios años en mi ático abuhardillado. El caso es que la librería de Soledad está en un lugar por donde me agrada pasear. Al acercarme a la puerta de la librería, me reconoció a pesar de la mascarilla y me dijo que me veía más guapo que nunca. (Estoy pensando que tal vez lo mejor sea dejarme la mascarilla puesta incluso cuando pase esta pandemia y no se me verán las arrugas y los años). Soledad y yo hablamos un rato, y me llevé un libro que se llama "Ellos", escrito por Virginia Woolf. La inglesa, a la que considero a la altura de Joyce y Faulkner, escribió varios ensayos dedicados a los escritores Swift, Addison, el bello Brummell, Hazlitt y De Quincey.

Y así me pasé el día, leyendo lo que dijo la autora de "La señora Dalloway" sobre cinco personajes ingleses de los siglos XVIII y XIX, mientras pensaba que apenas sé nada de casi nada y que la búsqueda del conocimiento no tiene rival.



jueves, 18 de junio de 2020

"Et si tu n'existais pas".

Me preparo el primer café, miro los Wasap que he recibido durante la noche y me encuentro con un video de Juliette Binoche y la canción más famosa de Joe Dassin. Después de escucharla recuerdo que era la canción favorita de Natalie, una joven francesa que conocí hace muchos años y convertí en personaje de mi novela "Las mentiras inexactas". Curiosamente era el vivo retrato de Juliette Binoche de joven (el mismo de la fotografía de esta actriz que he compartido en el post). En la página 56 se comenta de ella que era "una francesita de Aix-en-Provence que apareció por la librería buscando una novela de un autor desconocido y se quedó casi un año. Tenía una cara redonda de muñeca de porcelana, unos enormes ojos negros y una sonrisa que te partía el alma". En las páginas 84 y 85 hablan de ella Sergio Barrios, el joven dueño de la librería de la Plaza Santa, y Nora Acosta, su profesora de literatura de la Universidad, que le dobla la edad y que se ha enamorado de él. (Uno de los leitmotiv de la novela es si es posible el amor entre dos personas que se llevan tantos años):

"¿Cómo era Natalie?, le hizo otra pregunta antes de que diese la vuelta al disco. Una mujer especial, dijo Sergio sin demasiado interés.
Una mujer especial, repitió Nora para sí.
¿Todavía la quieres?, intentó olvidarse de que tenía cincuenta años, y podía ser su madre. Supongo que no, le respondió Sergio volviéndose hacia ella.
Natalie..., dijo Nora entre susurros.
Natalie era encantadora, pero vivía en París, dijo Sergio aún con el disco en la mano. Durante un tiempo no logré quitármela de la cabeza, pero al final comprendí que pertenecíamos a mundos diferentes, y no tenía sentido que intentáramos crear nada duradero. Todos decían que hacíamos una buena pareja, incluso lo decía mi padre. Mi padre jamás se metía en mi vida, pero ya ves, parece ser que aquella chica le gustaba. Natalie se ganaba la vida impartiendo clases particulares de francés; reunía poco dinero, pero no le importaba. Solía decir que cuando era pequeña sus padres ganaban casi lo mismo. A los pocos meses de vivir en España le ofrecieron unas clases de literatura en una universidad de Marsella, pero las rechazó. Recuerdo que una tarde discutimos ese asunto aquí mismo, junto a esa mesa a la que estás sentada, y ella terminó llorando. Natalie no quería regresar a Francia porque se había enamorado de mí".

A la Natalie real no la he vuelto a ver después de tantos años. Supongo que vivirá en Francia, quizá en Marsella (París no le gustaba nada), y habrá ido envejeciendo como la propia Juliette Binoche en el video, como lo hemos hecho todos. Y también supongo que ya no se acordará de mí. Eso sí, a lo mejor sigue escuchando esta canción:

https://www.youtube.com/watch?v=cdSFTp3KBUk

miércoles, 17 de junio de 2020

"Este había sido siempre mi periódico".

Empecé a leerlo cuando salió el año 1976, siendo un adolescente. A lo largo de más de media vida, no dejé de leerlo ni un solo día, con la excepción de Navidad y Año Nuevo, en los que no salía a la calle. Y esto sucedía aunque estuviera en el extranjero. Me había acostumbrado a las pequeñas manchas de tinta en los dedos tras pasar las hojas de atrás a adelante. Por ahí leía a Fernández-Santos, Haro Teclen, Carlos Mendo, Francisco Umbral, Antonio Gala o a Soledad Gallego-Díaz, que ayer ha dejado de ser su directora (la primera mujer desde la fundación del periódico). El hecho de que entre sus fundadores estuviera el hijo de Ortega y Gasset (conocí a la familia durante los meses que trabajé en una oficina del Banco de Bilbao situado en la calle Zurbarán esquina con Monte Esquinza, aprendiendo el oficio de broker, del que no tardé en aburrirme porque solo consistía en ganar dinero en medio de un estrés insoportable y que no es bueno para la salud). Cuando el ERE de hace unos años casi dejé de leerlo, pero a veces me vencía la curiosidad y lo leía a escondidas de mí mismo si lo encontraba en cualquier parte, en un café, una biblioteca o un aeropuerto. En verdad que en los últimos años los periódicos se están convirtiendo en una especie de revistas temáticas, unas veces cercanas al HOLA y otras a un "reality show". Los jóvenes ya no leen la prensa escrita tradicional y muchos todavía no se han apercibido de ello. Por otra parte, los dueños de mi periódico son ahora bancos y fondos de inversión con los que nunca me tomaría un café.

En fin, siempre seré un sentimental.

(Por casa anda enmarcada la primera portada del diario, en la fotografía).

Ayer por la tarde la tertulia virtual del "Café Gijón" empezó con una canción desde Senegal.

"Oh tierra negra, tierra de oro
Tierra negra de nuestros orígenes
Solo te debemos respeto
Por la civilización que trajo al mundo
Ah tierra de mi antepasado

Estoy esforzándome para lograr la unidad
entre todos tus hijos
Deja que regresen
Y redescubran las obras de los ancestros


Ha habido muchos reyes
Muchos reinos se han ido
Este dia es nuestro
Vamos a construir un mundo
Porque el futuro nos pertenece


(Coro):
Dijeron que esta es una tierra de pobreza
Pero en verdad esta es una tierra de riquezas
Somos un pueblo digno


(Coro al final de la canción):
África está llena de hospitalidad
África está llena de prosperidad
África está llena de oro
África tiene diamantes
África está llena de talento
África está tan llena de sabiduría".


Este es el video con la canción:
https://www.youtube.com/watch?v=wUcoSwQZKwU

Usando la magia de los "Griots", los ancestrales poetas ambulantes, desde Senegal la profesora Pilar Benito nos habló del pasado y el presente de ese país, y por extensión del África Occidental. Quiso hacerlo comenzando con "Fatafina" una canción que no dejo de escuchar desde anoche y con la que me acabo de tomar el primer té de este precioso día, interpretada por Sona Jobarteh. Sona nació en Londes en 1983 y se la considera la primera mujer virtuosa de Kora, que es una mezcla de arpa y laúd que a mí me recuerda a una guitarra flamenca. Y lo interesante es que proviene de una familia Griot de África Occidental. Es una pionera moderna en una antigua tradición que estaba dominada por los hombres y que se ha transmitido solo de padres a hijos durante los últimos siete siglos (primera fotografía). Me parece que la letra de la canción resumen el argumento y el sentido de la charla que nos ofreció Pilar, junto a varios profesores de Senegal que poseen una madurez y una amabilidad considerables y que se encontraban en lugares diferentes del país. Y aquí quería llegar mientras escribo estas líneas y apuro el té con leche y sin azúcar, como tiene que ser. Ayer por la tarde nos juntamos 37 tertulianos en Washington, Stuttgart, Toulouse, España y Senegal, y aquello me pareció un pequeño milagro tecnológico. Mientras Pilar (segunda foto) nos hablaba de la literatura oral, tradicional, de los Griots, junto a la cultura, la educación y las costumbres de aquella parte del mundo, los tertulianos utilizábamos la plataforma de Zoom desperdigados por medio mundo. Creo que es una metáfora de la eternidad de este mundo, representada además por los tambores del propio Griot que tuvimos en directo en la tertulia, y la voz y el kora de Sona Jobarteh. Pilar tuvo el buen gusto de acabar con una canción de Manolo García en busca del agua:

https://www.youtube.com/watch?v=QKdQIwA5nsc

Espero que, poco a poco, ya no sea un estigma ser mujer y ser negra.



martes, 16 de junio de 2020

"Sguro que eres gay o estás casado

Es una de las frases que más veces me habrán dicho en mi vida. Viene esto a cuento porque anoche la escuché en una divertida película francesa que dirigió la belga Cécile Telerman el año 2005, "¿Por qué las mujeres siempre queremos más?", interpretada por tres buenas actrices. En realidad es una película de mujeres en torno a los 40 donde los hombres serían los actores secundarios, pero no especialmente tontos, con un título original que sería más exacto con lo que cuenta la historia, "Tout pour plaire". Es una de esas películas diferentes que emite el canal Sundance, que creó Robert Redford y está especializado en películas independientes. Juliette, Florence y Marie son amigas desde la infancia. Marie es médica en un hospital público; lleva ocho años casada con Pierre, un pintor sincero, cariñoso y divertido, con el defecto de no llevar ni un euro a casa. Florence está casada con Julien, un empresario voluntarioso y tajante con el que tiene un hijo, Ludovic; apocada y temerosa, trabaja de redactora en una agencia de publicidad. Juliette es abogada, pero no logra que sus clientes la paguen ni encuentra un hombre que la quiera. Las tres mujeres se plantean si esa vida es la que van a llevar el resto de sus vidas, lo que les ocasiona un vértigo difícil de superar, como se observa cuando aparece un director de cine, atractivo y carismático, que se mueve en el mundo cultural e intelectual de un París que ellas nunca han conocido. Sin un respiro entre el trabajo y su vida privada, consiguen robar unos momentos para verse y hablar sin tapujos. Y eso es lo más logrado de la película, las conversaciones de las tres cuando están juntas, haciéndose las uñas, en la piscina o la sauna. Sus diálogos son inteligentes y afilados, a años luz de los de las comedias norteamericanas similares.
 
En cierto momento las tres se ponen a bailar esta canción para olvidar que no pueden estar complaciendo siempre al hombre que les ha tocado ("tout pour plaire"), y lo hacen con mucha gracia.

Tengo la sensación de que los hombres cada vez se enteran menos de lo que pasa:

https://www.youtube.com/watch?v=JvKuZyN3LZ8



lunes, 15 de junio de 2020

"Mañana martes la tertulia del Café Gijón se va a Senegal".

Pilar Benito Alonso es una profesora de Historia que está ayudando en una escuela de Senegal, intentando que el mundo sea un poco más justo, en la medida de sus posibilidades. Nos conocimos hace varios años en una Feria del Libro de Rivas, una localidad que está a las afueras de Madrid (ella era profesora en un instituto de Vallecas), donde se acercó a que le firmara una novela, y acto seguido vino a la tertulia, a la que ha seguido vinculada a lo largo de este tiempo. El mes pasado le propuse que nos hablara de la vida y la literatura en aquel lugar. 

El otro día me envió el siguiente texto sobre ella y lo que desea hacer en la tertulia:

"El color y el arte en la literatura oral africana: los Griots". 

¿Quién soy? Saber quién eres es importante. Ahora mismo soy una mujer activista en pro de los derechos humanos, en palabras de mi amiga y escritora Isabel Villalta.

Toda mi vida he sido profesora, todavía lo soy y moriré siéndolo. Soy Pitusa, Mary Pili, la señorita Rottenmeir; para alguien solo Pi, por supuesto mami, para alguien muy especial soy mame Pilar, y últimamente he pasado por Coumba Ndiaye, Astou Diome, Maïmouna Sadio.

Aquí en Senegal la gente me pregunta por mi nombre verdadero cuando les digo que me llamo Maïmouna. El nombre es lo primero que necesitamos si queremos conocer a alguien, porque es lo que nos identifica con nuestra familia, nuestros antepasados y nuestro linaje. Aquí cuando alguien te dice su nombre, jamás te van a decir solo el nombre, suelen decirte uno o dos nombres además del apellido.

Por tanto, hablar de la literatura africana nos va a llevar al respeto por las tradiciones, a la identificación con la etnia, con la lengua, con la ubicación geográfica de sus antepasados y sus costumbres. 

El primer impacto al llegar a Senegal, tras recibir la primera bocanada de calor, fue el color. 

La literatura africana es arte.

No podemos referirnos a ella sin pensar en el color y un cúmulo de facetas artísticas, teniendo en primer plano del escenario la música y el baile. Así intentaré hacer una comparación, desde sus comienzos, en la Edad Media, S.XIII hasta nuestros días. Y hablar de una de sus castas más respetadas y de mayor influencia, tanto en la historia del África Occidental como en su literatura actual: Los Griots". 

(Pilar piensa invitar a bastante gente de allá para que hablen en la tertulia, incluidos profesores de Universidad. Lo harán en cuatro idiomas, español, francés, inglés y woolof. Por cierto, un griot -en la segunda fotografía- es un narrador de historias que cuenta las cosas como un poeta, un cantante de alabanzas o un músico ambulante).






domingo, 14 de junio de 2020

"A los pájaros les gustan los escritores".

Ayer sábado por la mañana me senté a descansar y a ver pasar la gente en un banco de madera de la Gran Vía después de una larga caminata por las calles del centro de Madrid. Ese banco está delante del viejo edificio de la Cadena SER, donde se instaló no hace mucho una tienda de ropa que tiene mucho éxito. A su espalda se encuentra la mítica Casa del Libro, mi librería favorita de Madrid, que casi siempre aparece en mis novelas y cuentos. En la radio trabajó Iñaki Gabilondo, un periodista al que me gustaba escuchar y que aparece en varios capítulos de mi novela "La paz de febrero" como una manera de unir las vivencias cotidianas de los personajes con la resonancia internacional de la Guerra de Irak. Esa es mi forma de amueblar todo lo que escribo; en realidad es la forma en que se encuentra amueblada mi cabeza. Me entretuve contando las personas que entraban y salían de la librería y la tienda de ropa con la inocente esperanza de que hubiera más movimiento en la primera que en la segunda. Se acercó un gorrión y se situó debajo de mi pie. Se mantuvo en esa posición varios minutos sin que hiciera falta que le echara migas de pan para comer. "Érase una vez", le dije entre susurros, y ya no se movió. Tal vez pensó que yo era Gabilondo y le iba a hablar de alguna guerra perdida.

Busqué en Youtube una música que sé que le gusta al periodista vasco, y la puse en voz baja, como si continuaran los susurros. El pájaro se volvió, dio dos o tres saltos, me sonrió y echó a volar:

https://www.youtube.com/watch?v=SZ6sZ67_IcE

sábado, 13 de junio de 2020

"En torno a Stig Dagerman, el niño prodigio de las letras escandinavas del siglo XX".

La semana pasada releí el mítico libro de conversaciones entre Hitchcock y Truffaut, con vistas a la tertulia que íbamos a tener sobre el director inglés. Al referirse a su película "Yo confieso", de 1952, en la que Montgomery Clift interpretaba a un sacerdote que, debido al secreto de confesión, no puede revelar un asesinato y Anne Baxter a su antigua novia, Hitchcock aseguraba que no quería a Anne Baxter como protagonista, sino a la actriz sueca Anita Björk, que se presentó en Estados Unidos acompañada de "su amante y un bebé ilegítimo". Adelantándose a un posible escándalo, la Warner devolvió a Björk "a sus fiordos" y al cine de Ingmar Bergman. Su amante era el escritor Stig Dagerman, que se suicidaría pocos años después. Ayer por la tarde me llamó al móvil Jaime, un antiguo alumno al que hace mucho que no veo. Fue profesor de música en un instituto de Ciudad Real y acto seguido en uno de Badajoz, su tierra natal. En cierto momento hablamos de los escritores que nos siguen gustando, y Jaime se refirió entonces a Stig Dagerman. Me dije que eran demasiadas casualidades. Tras colgar busqué por casa algún libro de un escritor que nació cerca de Estocolmo el año 1923, que frecuentó los ambientes anarquistas y que se convirtió en habitual de sus publicaciones. Escribió su obra entre los 21 y los 26 años, cuatro novelas, cuatro obras de teatro, un volumen de novelas cortas, cuentos, ensayos y algunos poemas. Se suicidó en Enebyberg en 1954. En los últimos años solo había publicado "Nuestra necesidad de consuelo es insaciable", un texto muy breve, poético y trágico, filosófico, político, tan intenso como cegador. Como le sucedió al Strindberg que admiraba con devoción era un hombre idealista y soñador, inconformista, angustiado por la evolución del mundo. Tal vez porque había crecido en un mundo donde se juntaron las peores dictaduras del siglo XX, tanto comunistas como fascistas, y que, entre otras cosas, había dado lugar al existencialismo, con las ideas del absurdo, la sinrazón y la angustia de vivir.

Este es el texto premonitorio de ese fatal desenlace, pura literatura, por otra parte:

http://www.contranatura.org/…/Fil…/PDF/Dagerman-Consuelo.pdf





viernes, 12 de junio de 2020

"El arte siempre está enfrentado al poder y a la censura. A propósito de la Quinta Sinfonía de Shostakovich y una escultura de Pushkin en un parque de Madrid".

Ayer paseé durante un buen rato por un parque pequeño y poco visitado, el de la Fuente del Berro, junto a la estilizada torre de RTVE y la M-30. Estuve sentado junto a la estatua del poeta romántico Alexandr Pushkin, donada a Madrid por el pueblo ruso en 1981 y que inauguró el alcalde Tierno Galván, que había visitado Moscú dos años antes. En reciprocidad Madrid les envió una escultura de Cervantes. A pesar de morir joven en un duelo, Pushkin es el poeta ruso más influyente a lo largo del siglo XIX. Buscó un lenguaje que se apartara del neoclasicismo, con claras resonancias francesas debido a su esmerada educacón, y defendió la libertad por encima de todo, lo que le supuso varios destierros. Pensando en estas cosas, derivé hacia el proceso creativo de las obras de arte, al tiempo que escuchaba en Youtube a otro ruso, la Quinta Sinfonía de Shostakovich, estrenada en Leningrado en 1937. La escuché por primera vez en directo en el Teatro Real siendo muy joven y ya entonces me contaron su curiosa historia. La censura suele manifestarse prohibiendo, mutilando o manipulando las obras. Siempre he considerado a Shostakovich como el último sinfonista romántico, pero que evolucionó con rapidez hacia la modernidad, como se puede apreciar en su Cuarta Sinfonía y en su segunda ópera, Lady Macbeth, consideradas demasiado difíciles de entender. Fue amenazado con ser deportado a Siberia si no recuperaba un estilo compositivo más tradicional. En Leningrado ya había sido detenido el marido de su hermana María y ella incluso deportada a Siberia. Sus abuelos también fueron desterrados. Shostakovich escribió su obra sinfónica presa de una enorme carga emocional y utilizó el lenguaje diatónico para lograr el pretendido "realismo socialista" por parte de las autoridades comunistas. A principios de los treinta, Prokofiev aseguró que el dominio de ese "realismo socialista" y de las músicas regionales de las repúblicas soviéticas darían como resultado un arte provinciano. La Quinta Sinfonía termina de manera triunfal porque Shostakovich estaba obligado a seguir los preceptos que le imponía el poder.

Sigo pensando en todo ello mientras me tomo un té y vuelvo a escuchar la sinfonía de Shostakovich interpretada por la Joven Orquesta Gustav Mahler, con unos jóvenes intérpretes que tienen tanta calidad como entusiasmo. El arte siempre termina triunfando, con independencia de sus propios autores. En esta obra resulta patente la influencia de Mahler y Chaikovsky (que puso música a varias obras de Pushkin, con lo que se cierra el círculo del que estoy hablando hoy).

Es lo que tiene la belleza, la calidad y el buen gusto:

https://www.youtube.com/watch?v=PeJPmIbiqp4



jueves, 11 de junio de 2020

"El principito" y la "alegría" como experiencia teatral.

El pasado 6 de abril, en los momentos más duros de este confinamiento, se cumplieron 77 años de la publicación de una de las obras más hermosas de la literatura. Una amiga me regaló hace años una novela de Olga Lucas -la mujer de José Luis Sampedro-, y anoche encontré entre sus páginas este texto donde cuenta su primera experiencia en un escenario representando "El principito". Yo apenas lo recordaba.

"La vivencia del aquí y ahora es un reto al que me enfrento a diario ya que mi tendencia es a la evasión, a estar presente a medias. No recuerdo ninguna obra de teatro en la que haya mantenido una atención constante como espectadora; sin embargo, al estar al otro lado, sobre el escenario, el 31 de mayo de 2003, durante hora y media no existió ni el pasado ni el futuro. Una compañera del colegio mayor adaptó El principito a diálogo para poder representarla y repartió los papeles entre algunos de los colegiales. A mi me tocó ser el principito por mi voz aniñada, no porque supiera interpretar. De hecho, era la primera vez que me subía a un escenario. Pude ver la evolución de la obra desde cerca, cómo podía ir creando mi personaje y cómo mis compañeros hacían lo mismo con el suyo. Experimenté todo tipo de sentimientos hacia el texto. Al principio ni siquiera me gustaba, luego llegué a odiarlo porque nada salía como la directora esperaba. Pero un día se produjo un “clic”, o fue algo que se desató dentro de mi, el caso es que lo entendí. Cerca del día del estreno, comprendí el sentido de la obra, cómo el principito era el reflejo del aviador, por qué hacía tantas preguntas... algo fue creciendo y llegó al clímax la noche del estreno. A pesar de ser un grupo de aficionados intentamos no descuidar ningún detalle, ni de la interpretación ni de la puesta en escena. Recuerdo que sonaba Alegría, de El circo del sol, minutos antes de que se abrieran las puertas del salón de actos. Esa música ambientaba varios momentos de la obra y nos ayudaba a meternos en nuestros papeles. La directora nos habló del momento presente, de disfrutar de lo que estábamos haciendo, de quienes éramos cada uno en la siguiente hora y media. Creo que nadie se acordó de quién era en la vida real hasta la mañana siguiente. La concentración que experimenté mientras duraba la representación no la había vuelto a repetir hasta que retomé, años más tarde, el yoga, donde la energía de la clase me ayuda a mantener la mente “aquí”. Durante esa hora y media el público no existía, aunque mirara al patio de butacas veía aquello que mi principito estaba viendo, el desierto al aterrizar en la tierra, las estrellas cuando estaba en su pequeño planeta discutiendo con la rosa... Sentí el dolor de haber abandonado aquello que más le importaba, o me importaba, una flor que era mi única amiga; también expliqué minuciosamente al aviador cómo había que quitar las raíces de los baobabs para que no se hicieran dueños de mi planeta y cuidé al cordero que estaba encerrado en la caja dibujada por el aviador. Pude ver en el zorro a mi amigo, sentí miedo de la serpiente y de sus amenazas, luego el alivio al comprender que la muerte que ella me podría dar me llevaría de vuelta a mi planeta. Todo es ficción. Lo que acabo de describir está en un libro que ha leído prácticamente todo el mundo, los espectadores sabían lo que iba a ocurrir en cada momento. La diferencia es que yo lo viví, sé que si hubiera formado parte de los que nos miraban en las butacas hubiera mirado el reloj, me hubiera movido en el asiento, me habría parecido que se hacía larga, pero sobre el escenario el tiempo no existía, no tenía conciencia de él. Solo la siguiente frase que tenía que decir estaba en mi cabeza, no porque me la supiera de memoria, sino porque era la única respuesta lógica que podría dar a mi interlocutor".

Ahora escucho la música que ha citado mi amiga. Casualmente dos alumnas de este curso me acaban de exponer un trabajo sobre El Circo del Sol, y además ayer por la mañana me encontré en la terraza de un Café a dos amigos que tomaban el sol tranquilamente y, en cierto momento, les hablé de la entrañable pareja que formaron Olga Lucas y José Luis Sampedro, y que de alguna manera reflejo en una de mis novelas.

La Alegría es contagiosa:

https://www.youtube.com/watch?v=X3f_yyGr46Y