sábado, 30 de diciembre de 2017

Escribiendo cosas maravillosas.

Abro un ojo, luego el otro, me tomo un café, escucho un concierto de Mozart, leo un rato a Chéjov, me conecto a Facebook, leo el último comentario al post de ayer.

Es de una amiga, Celestina Santos Duque, donde dice que yo siempre estoy escribiendo cosas maravillosas. Busco una foto de la presentación de este año de los cuentos en Madrid, donde aparece ella junto a Carmen Arroba y Almudena Mestre. Recuerdo que estos días otros amigos han puesto fotos por aquí para decir que se están leyendo mis libros, como Javier García, un amigo malagueño encantador y tan enamorado de Pessoa y Portugal como yo, que se llevó los cuentos al restaurante "Pan y chocolate", que está en Fuengirola, aunque viendo las fotos que puso podría ser cualquier taberna de la preciosa capital de Cuba, y Azucena López-Cano, una profesora de La Mancha tan soñadora como don Quijote, que pidió a Papá Noel mi primer libro de cuentos, después de haber leído el segundo.
¿Por qué iba a escribir cosas que no son maravillosas cuando puedo hacer lo contrario?

(Por cierto, este es el Adagio de Mozart que estoy escuchando ahora mismo: https://www.youtube.com/watch?v=j8e0fBlvEMQ)






viernes, 29 de diciembre de 2017

"Suerte".

Anochece lentamente. Paseo por una playa casi desierta. Apenas las huellas de unos niños que corren con un perro. Las olas que van y vienen, dentro y fuera de mí. A lo lejos se ven las luces del pequeño pueblo. Este mar llega a todas las playas del planeta. En muchos lugares la gente lee un libro mientras yo escribo unas reflexiones en el móvil. Sus pies sienten la misma calidez del agua que yo. Estamos unidos, aunque nos encontremos tan lejos. Anochece. El perro se me acerca ladrando tímidamente. Se queda quieto a mi lado. Mueve las orejas y me mira con curiosidad. Me recuerda al perro de mi amiga Yolanda, que se llama Suerte. Siempre que voy se me echa encima. El coche está lleno de arañazos. Son las marcas de sus patas. Como las huellas en la arena.

La playa se llena de personas que leen un libro.




"Canção do Mar".

Ayer estuve comiendo en una taberna de un pequeño puerto de pescadores. Hacia el final de la comida un tipo con la cara llena de arrugas y una mirada melancólica empezó a tocar la guitarra. Al salir le pregunté por el título de la canción. Solo me dijo Dulce Pontes.

Hice una foto para recordar el movimiento de las olas en los labios de aquel viejo.

Por la noche busqué la canción en Youtube y la belleza volvió a apoderarse de mis sentidos:

https://www.youtube.com/watch?v=64t-e6LpytM

Leyendo a la "antipoeta" Marianne Moore.

Hay una poeta norteamericana que nació en el mismo lugar que Eliot, pero un año antes, y murió el mismo año que Pound, aunque muy lejos de Venecia. Se llama Marianne Moore (1887-1972) y se la considera la poeta norteamericana más radical de su país, después de Emily Dickinson, la "antipoeta" por antonomasia.

En su día llegué hasta ella a través de los análisis críticos que hizo de Djuna Barnes, de la que hablé por aquí el otro día.

Compañera de generación de Wallace Stevens y William Carlos Williams, creó un universo poético propio a partir del mundo natural. Llenó su poesía de imágenes y símbolos turbadores de gran belleza y persuasión. Entre sus admiradores están Eliot, Pound, Auden, Ortega y Picasso. Moore posee una poética feminista que rompió con la tradición literaria patriarcal de la época. Ella no quiere hablar de sí misma ni caer en lo confesional, por eso basa su poesía en la polifonía y el collage, en la reutilización de citas y el reciclaje de materiales lingüísticos. Aunque no se la entendió en su época, hoy es considerada una de las poetas más influyentes de la poesía en lengua inglesa.

Este es su poema "El héroe", traducido por Olivia de Miguel, la profesora de la Pompeu Fabra que tradujo su obra completa para Lumen en 2010. El prólogo es suyo y el epílogo de Eliot.

"Donde nos apetece, vamos.
Donde el suelo es áspero; donde hay
malas hierbas altas como frijoles,
dientes hipodérmicos de serpiente, o
el viento trae la «voz espantaniños»
desde el descuidado tejo con
los semipreciosos ojos felinos del búho-
despierto, dormido, «orejas erectas erguidas en finas puntas»-,
en tales lugares el amor no florecerá.

No nos gustan ciertas cosas, y al héroe
tampoco; ni las lápidas extravagantes
ni la incertidumbre,
ir donde no se desea
ir; sufrir y no decirlo;
quedarse escuchando donde algo
se oculta. El héroe se encoge ante
lo que se precipita con aleteo amortiguado y un par
de ojos amarillos –de aquí para allá-

con un trino vibrante y acuoso, bajo,
alto, con gorjeos en basso falsetto
hasta que la piel se eriza.
Jacob agonizante preguntó
a José: ¿Quiénes son estos? y bendijo
a ambos hijos, más al más joven, irritando a José.
Y a su vez, José irritaba a otros.
Y también Cincinato, Regulo y algunos de nuestros
compatriotas, se han sentido, aunque piadosos,

como Pilgrim obligado a caminar despacio
para encontrar su pergamino, cansados pero esperanzados-
sin que la esperanza sea esperanza
hasta que toda base para la esperanza se ha
desvanecido; e indulgentes, considerando
el error de sus semejantes con los
sentimientos de una madre-
mujer o gata. El correcto Negro de levita
junto a la gruta

contesta a la intrépida turista que visita el lugar
y pregunta al hombre que la acompaña: qué es esto,
qué es aquello, dónde está Marta
enterrada; «el general Washington,
allí; su señora, aquí»; hablando como
si representara un papel, sin verla; con
sentido de la dignidad humana
y reverencia por el misterio, de pie como la sombra
del sauce.

Moisés no sería nieto del faraón.
No es lo que como
mi alimento natural,
dice el héroe. Él no sale
a ver paisajes, sino cristal
de roca para ver –el asombroso Greco
rebosante de luz interior- que
no ambiciona nada de lo que ha dejado. A este lo reconoceréis
como el héroe".

(En 1986, John Slatin dijo: "La crítica se ha pasado 60 años aprendiendo a leer a Eliot y Pound, 30 años leyendo a Williams, 20 años leyendo a Stevens. Ahora le toca el turno a Moore". Slatin, J.M. The Savage's Romance: The Poetry of M. Moore, University Parle, Pennsylvania S. U. Park, 1986. En la última foto la poeta está con Auden).




martes, 26 de diciembre de 2017

Unos versos de Arquíloco de Paros.

"El deseo de amor al que mi corazón estaba envuelto / extendió ante mis ojos una gran niebla / y robó la razón a mi tierno pecho".

Son unos versos del poeta Arquíloco de Paros, que vivió entre los años 712 y 664 a.d. Cristo. Nietzsche lo llamó poeta dionisíaco o lírico en "El nacimiento de la tragedia", por contraste con Homero, que sería épico o apolíneo, y a mí no deja de sorprenderme que ya se pudiera escribir así hace casi treinta siglos.

La fotografía la hice el otro día conduciendo por una carretera envuelta en la niebla. Pensaba todo el rato en "Paisaje en la niebla" (1988), la fascinante película de otro griego, contemporáneo nuestro, Theo Angelopoulos (1935-2012), y de pronto me acordé de Arquíloco.

En realidad todos somos parte del mito de alguna forma.

"El hombre tranquilo" siempre ha sido mi película de la Navidad.

Paqui y yo recorrimos el oeste de Irlanda en busca de los paisajes donde John Ford rodó esta película el año 1952 con John Wayne y Maureen O´Hara. Antes había hecho lo mismo uno de los grandes directores españoles, José Luis Guerín, que llamó "Innisfree" (1990) a su película, tal y como se llama el pueblo de la película de Ford. Y yo escribí uno de mis "Cuentos de los otros" también con ese nombre, y que sucede allí mismo, en una de las islas de Arán que lleva el nombre de "Innismore". En ese lugar están las ruinas de "Dún Aengus", un fuerte celta construido sobre un bellísimo acantilado, al que aludo metafóricamente en el cuento. Siempre me ha gustado que mi vida fuera algo parecido a la literatura o a una película.

Este es el cuento y esta es la melodía de amor de la película:

https://www.youtube.com/watch?v=z4bfiTR2kBA

"Innisfree".

"Yo era la princesa del poblado, dijo ella. Y yo el héroe que te rescató, dijo él.

Al llegar a la isla eligieron unas bicicletas para recorrerla. El viejo fuerte circular del que les habían hablado en el “bed and breakfast” se encontraba a unos quince kilómetros. Ella se puso a tararear la canción de “El hombre tranquilo”. Él iba detrás, sonriendo. Dejaron las bicicletas al pie de la colina y subieron corriendo hasta el fuerte.
El viento soplaba con fuerza en la cima.

Allí se besaron apasionadamente.

Gracias por llevarme en tus brazos hasta la edad de hierro, dijo ella. Gracias a ti por elegirme entre tantos hombres, dijo él. Y añadió: Los dioses y los hombres tuvimos el mismo origen. Después vinieron las edades de plata y de bronce. Y naciste tú y yo te rescaté para que dejaras de ser tiempo.

Durante el camino de vuelta comenzó a llover con fuerza, pero siguieron pedaleando varios kilómetros.

Llevas la camiseta tan mojada como la de John Wayne en la escena de la iglesia de la película, rió ella. ¿Aprovechamos para casarnos, pelirroja?, dijo él. ¿No te importa que sea morena?, dijo ella acercando sus labios húmedos a los de él.

Entraron en un pub y se secaron frente a una chimenea.

Un tipo cantaba “La isla de Innisfree” acompañándose de una guitarra".

domingo, 24 de diciembre de 2017

Para mis amigos de Facebook.

Queridos amigos de Facebook os quiero felicitar la Navidad reflexionando con brevedad a partir de esta fotografía que puso por aquí, el otro día, mi amiga virtual de Barcelona Carmen Fernandez.

Ahí están mis dos libros de cuentos, que también se pueden leer como una novela, y que he ido escribiendo tranquilamente a lo largo de los últimos cinco años. De la misma forma que digo que no soy poeta en el sentido semántico del término, siempre me he considerado novelista. Una novela tal vez sea el reflejo más aproximado de la existencia que conozco -visto desde el mundo de la literatura-, donde cabe todo, la satisfacción y la angustia, la pasión y la santidad, el amor y el dolor, como sucece con una sinfonía de Mahler, un cuadro del Bosco o las mentes de Chaplin y Picasso.

Con esos libros he escrito, casi sin darme cuenta, una Poética literaria propia, que no se aparta mucho de las de Aristóteles, Horacio y Cortázar, pero que se refiere a estos momentos que nos ha tocado vivir. Esos dos libros resumen lo que he leído, aprendido y sé de literatura, aplicándola a este siglo XXI tan diferente del anterior. Me lo he pasado muy bien escribiéndolos y sobre todo viviéndolos.

No obstante, sin vuestros peculiares "me gusta" que se inventó el inventor de Facebook y sin vuestros continuos, cariñosos e inteligentes comentarios estos dos libros de cuentos tampoco hubieran existido. Es el momento de pasar la página y escribir una novela, aunque esté varios años haciéndolo, como me ocurre siempre. Después de todo jamás he querido vivir de la literatura, solo que ella viviera de mí.

Feliz Nochebuena, amigos, y muchas gracias.



sábado, 23 de diciembre de 2017

"La consagración de la primavera".

Stravinski soñó con una escena ritual en la que una virgen que ha sido elegida para ser sacrificada danza hasta morir. Su sueño, coreografiado por Nijinsky, ocasionó un escándalo monumental en el París de 1913. Es el misterio del arte que se funde con el nacimiento de algo nuevo.

En 1956 Béjart transformó el sacrificio de la elegida en la unión triunfante entre una elegida y un elegido, símbolo de la fuerza positiva de la primavera. De niño no lo entendí (la primera vez que lo vi en un teatro con apenas diez años), pero estaba claro que Béjart pensaba entonces como pienso ahora, como pensaba ayer viendo la representación de "La consagración de la primavera". 

El arte es la fuente de la eterna juventud.

https://www.youtube.com/watch?v=iweDcZYNGLY

jueves, 21 de diciembre de 2017

Releyendo "El bosque de la noche".

Releyendo "El bosque de la noche".

Suele decirse que Djuna Barnes (1892-1982) es la escritora desconocida más famosa del mundo. Entre otras cosas escribió "El bosque de la noche" (1936), un libro con un lenguaje exquisito, y fue amiga de Duchamp, Joyce, Chaplin, Eliot, Pound, Hemingway o Stein. La edición norteamericana de la novela de un año después llevaba un prólogo de Eliot, lo que le abrió muchas puertas, sobre todo de la crítica.

Este es un resumen de la historia:

Robin Vote es una norteamericana compleja e inmadura. En Europa se casa con el barón Felix Volkbein, empeñado en tener un hijo para mantener su nombre y la tradición familiar. Tras el nacimiento de Guido, Robin lo abandona. Viaja a los Estados Unidos, donde comienza una relación con Nora Flood. Más tarde ambas se van a París, pero Robin sigue sintiendo un oscuro deseo por lo que denomina "amor anónimo", y recorre las calles oscuras de París en busca de amantes furtivos. Un día conoce a Jenny Petherbridge, una viuda manipuladora, que logra separarla de Nora. Años después, Nora regresa a los Estados Unidos y encuentra a Robin arrodillada frente al altar de una iglesia abandonada en medio del bosque.

La novela tiene mucho de autobiográfico. El gran amor de Djuna Barnes fue Thelma Wood (Robin Vote en el libro). Se conocieron en los años veinte en París, cuando Djuna tenía 30 años y Thelma 19. Esta había sido amante de la fotógrafa Berenice Abbot. Convivieron ocho años en una curiosa relación de amor-odio. Djuna exigía a Thelma una fidelidad que nunca pudo darle. A veces salía a buscarla por los bares de la ciudad y otras, como dice en la novela, “tenía que verla deseando marcharse y quedándose”. Fue entonces cuando empezó a beber. También hubo hombres en su vida, como Ernst Hanfstaengl, el hombre al que más amó, y el escritor Charles Henri Ford, 18 años menor que ella. 

Esta novela trasciende la etiqueta que a veces se le ha puesto de "literatura lésbica", llega a la actual teoría "queer" e incluso va más allá, porque todo se realiza a través del lenguaje. Barnes es una discípula de Joyce, pero su obra es más expresionista. 

Ahora recuerdo que Djuna Barnes es una de las escritoras que aparece en la película de Woody Allen sobre París. Siempre es buen momento para volver a ver las calles de la ciudad más bonita y romántica del mundo, de las que se enamoró Djuna y de las que también me enamoré yo, mientras escuchamos "Si Tu Vois Ma Mère": 

https://www.youtube.com/watch?v=bmVTnLR02Nc



miércoles, 20 de diciembre de 2017

Cine y literatura.

A veces me apetece convertirme en personaje de alguna de mis novelas. 

Ayer una persona me envió esta foto. Había más gente y me la hizo un día sin que yo me diera cuenta. Quería que la tuviera porque le parecía el personaje de una película, pero no recordaba cuál. Dudaba entre dos, Bogart o Pacino. En fin, literatura:


martes, 19 de diciembre de 2017

Con la editora Charo Fierro.

Tomando una copa de vino dulce y unas pastas con Charo Fierro, el otro día en su editorial que está cerca de la Glorieta de Embajadores. 

Charo quería darme dos interesantes libros que acaba de publicar su editorial, de los escritores Ana Ares y José Ángel Mañas (el autor de aquellas "Historias del Kronen"), que pronto vendrán a charlar un rato a la tertulia del Café Gijón para hablarnos de ellos.

También hablamos del ensayo que sobre mi obra ha escrito Almudena Mestre y que sacará su editorial este próximo año.

En fin, cosas que pasan en Madrid, una ciudad que es pura literatura.


lunes, 18 de diciembre de 2017

Mis cuentos en México abrazados por un collar de perlas.

La escritora mexicana Lilia García escribió ayer en su Facebook:

"Había que despedirse. Nos escribiremos cartas. Comprimía el pensamiento en pastillas de palabras. Pero las cartas tardan en llegar y seguían una ruta independiente a sus desvelos. Antes de subir al coche, el escritor le entregó un paquete. Toma, ábrelo. Es un libro. Cuando leo uno de tus libros no sé porqué me hago la ilusión de que sus páginas son extensiones de tus cartas, le dijo ella.

Hoy he terminado de leer por tercera vez el libro "Cuentos de los Otros". La lectura me acompaña a mi oficina. El libro esperado por fin me llegó después del pasado seísmo que sucedió en mi país, México. Que la lectura sirva para acercar corazones. Mi corazón está agradecido. Los "Cuentos de los otros" alegran mis noches y mis días. Con todos mis cariños juntos. Muchas gracias".


En un concierto de saxofones.

La otra noche estuve en un concierto de un cuarteto de saxofones que se inició con una obra de cámara de Haydn, continuó con obras de Bartok y Stravinsky y terminó con un vals de Shostakovich.

Es el vals de la última película de Kubrick, "Eyes Wide Shut" (1999):

Mientras escuchaba la música en el teatro no dejaba de pensar en la mirada de Kidman en una escena de esa película y en el 666 que forman sus dedos. Las mujeres no sois el demonio, por supuesto. 

Decía Tarkovski (otro genio como Kubrick) en su maravilloso libro "Esculpir en el tiempo" que lo bello queda oculto a los ojos de aquellos que no buscan la verdad. Una obra de arte es un espacio cerrado... Lo bello es el equilibrio entre las partes. Lo perfecto es algo único o está en condiciones de producir una cantidad prácticamente infinita de asociaciones, lo que al fin y al cabo es lo mismo.


sábado, 16 de diciembre de 2017

Mis libros en una web de lectura de los Países Bajos.

Acabo de encontrar algunos de mis libros en una web de lectura de los Países Bajos, "Boekentips.com".

Es curioso que pasen estas cosas. No tengo agente, voy absolutamente a mi aire en este mundo literario. No hago la pelota a nadie. Y, no obstante, estos libros se mueven solos.

Según dicen ellos mismos (en neerlandés, eso sí, así que supongo que será verdad) se dedican a "recopilar decenas de libros muy recomendables para leer. Pueden ser listas de los libros más vendidos, pero también de libros favoritos para lectores de todo el mundo". 

Es lo que digo siempre. A ver si dan pronto el Nobel a Murakami y me toca algo del reparto, jeje.

https://boekentips.com/auteur/14331778/justo-sotelo

jueves, 14 de diciembre de 2017

"La escuela de Atenas".

"Ya has alcanzado el nivel de Platón. Experimenta el amor platónico. Cada día más intelectual".

Esto lo escribió el otro día por aquí Víctor Fernández Martínez, un amigo virtual que es profesor de Bachillerato de Palomeras, un barrio de Vallecas, en Madrid.

Lo hizo a propósito de uno de mis cuentos.

Mientras me tomo un café pienso que nunca he sabido qué es eso del amor platónico. Poco después me asalta la imagen de la conocidísima "Escuela de Atenas", de Rafael, con Platón y Aristóteles en el medio, el primero con el "Timeo" debajo del brazo y el segundo con la "Ética". Lo que siempre me ha parecido curioso de esta obra es cómo Platón señala con la mano hacia arriba y Aristóteles al frente, lo que me lleva a pensar en el hecho creativo y en cómo se complementa la visión occidental del humanismo (incluso el cristiano), que representan estos dos filósofos y de los que todos hemos aprendido, aunque no nos hayamos apercibido de ello.

Lo de ser cada día más intelectual lo voy a seguir practicando. Supongo que es algo inevitable si uno no deja de leer, estudiar, escribir y asombrarse ante las maravillas del Universo. En ese sentido he buscado en Youtube un pequeño video que explica la obra de Rafael. Supongo que mi amor platónico es la búsqueda del conocimiento, de la iluminación:

https://www.youtube.com/watch?v=UTUwaWuJhGs
 
 

domingo, 10 de diciembre de 2017

Hablando de Píndaro y la felicidad del ser humano.

"Es muy frecuente leer que alguien escribe exactamente como dice tu amiga, como una "catarsis" casi siempre dolorosa, haciendo ostentación de una sensibilidad egoísta y casi enfermiza y haciéndonos sentir culpables a todos de eso que sufre. Si algo me gustó de aquella entrevista por la que te conocí, fue la ausencia de la queja, del miedo al mundo, del desprecio a las redes sociales. Yo paso siempre un buen rato en fb y no tengo que disculparme ante nadie de hacerlo. Tengo conversaciones, como esta, que son inmejorables. La vida es una maravilla. La mayor parte de la gente es buena, aunque imperfecta. O nos esforzamos todos por ver eso o cerramos el chiringito. Píndaro decía: "Por cada cosa buena los Inmortales hacen sufrir dos males a los mortales. Los necios no consiguen aguantarlo, pero sí los sabios, los que ponen hacia fuera el lado bueno de las cosas. (Píndaro. Pítica 3, 82-84). Solo consiguen ser felices los que ponen hacia fuera el lado bueno de la vida, los sensatos. Me encanta poder decir esto a estas horas de la mañana".

Estas son las palabras que escribió la profesora de "clásicas" de Santiago de Compostela Maria Jose Martin Velasco, a raíz de la charla que tuve con la escritora canaria Isabel Medina. 

Creo que la entrevista a la que se refiere, y donde me conoció, es la que me hizo Marta Muñiz Rueda para la revista mexicana "Horizon": http://www.horizontum.com/seguramente-escribir-no-sea-otra…/

(Hablando de Píndaro, la fotografía es de los "Luchadores", una escultura romana del siglo I d.C. descubierta a finales del siglo XVI en Roma. Muestra una escena de lucha o tal vez de "pancracio". Se encuentra en la Galería de los Uffizi, en Florencia).

Hay algo místico en las bibliotecas públicas.

Aunque es un día festivo, entro en una de esas bibliotecas buscando un libro de Natsume Soseki. Unos amigos me han invitado a dar una charla en su colegio sobre este autor y quiero leer uno de sus libros que no encuentro por ninguna parte. De alguna manera Soseki es a la literatura japonesa lo que Galdós sería a la nuestra. Cuando preparaba la tesis sobre Haruki Murakami hice varios cursos de literatura japonesa y leí "Kokoro", "Botchan" y "El caminante", que me gustaron mucho.

Subo los escalones en dirección a la tercera planta mientras leo el anuncio de los próximos conciertos de Navidad, con obras de Bach, Glinka, Piazzola y Haydn. Me acerco a la estantería que va de la M a la S. Al lado del "gato" de Soseki me encuentro con mis "Cuentos de los viernes".

¡Hay tantos libros que nos esperan para ser leídos y para ser reescritos! Los libros saben tantas cosas. Saben que, a veces, las almas de las personas enamoradas no duermen por la noche. Se levantan de la cama sigilosamente, cogen de la mano al ser amado y vagan por la Tierra guiadas tan solo por sus latidos.

Amigos, ¿os han cogido el alma alguna vez por la noche?

jueves, 7 de diciembre de 2017

La vida es una novela que escribo yo.

Vas paseando lentamente, con la única prisa de la eternidad, hablando de los efectos del arcoíris de gravedad sobre la melancólica luz de la tarde, cuando un señor se pone a tocar "La vida en rosa" con su saxofón. 

No tienes más remedio que olvidarte de Pynchon y ponerte a bailar en medio de la plaza, a pesar de que no sea Louis Armstrong quien toque y cante con su voz rota. Es como bailar uno de mis cuentos o uno de esos poemas que no sé escribir.

Si es que la vida es una novela que escribo yo:

miércoles, 6 de diciembre de 2017

En el día de la Constitución, esta entrada va por todos los que lucharon por una España mejor.

La poeta Carmen Carmenchu Sánchez opina sobre mi novela "Entrevías mon amour". Acto seguido recupero la maravillosa voz del poeta Javier Lostalé leyendo un pasaje del libro en un programa de Radio 1 de RNE, "La estación azul".

El otro día Carmen puso la foto y escribió en su muro las siguientes palabras: "Acabo de leer tu libro, Justo Sotelo. La verdad que lo he disfrutado mucho. Me encanta la forma que tienes de explicar una parte de la historia tristemente real. Y al mismo tiempo la vida y el amor de los protagonistas. Y una cosa realmente sorprendente, cómo a veces al mismo tiempo te descubres como un poeta. Realmente ha sido muy agradable la lectura. Y perdón por tardar, no puedo leer mucho, pues se me cansa la vista. ¡Todo un placer leerte!"

Carmen ha hecho un gran esfuerzo para leer la novela. Ante sus problemas con la vista, he pensado que podíamos escuchar este audio de 6 minutos de duración, donde Lostalé lee un pasaje entre los minutos 38.10 y 44.10. Es un diálogo entre el protagonista de la novela, Teo Abad, y su padre, tras el regreso del primero de la guerra de Irak. En el barrio de Entrevías de Madrid esperan a Teo algunas mujeres, sobre todo Judith y Edipa, y también su padre, todavía obsesionado con la Guerra Civil española, que perdió, y con el Valle de los Caídos, que quiere destruir.

El montaje de Radio Nacional es precioso.

http://www.rtve.es/alacarta/audios/la-estacion-azul/estacion-azul-canciones-nuestra-vida-12-04-10/740800/
 
 
 
 

martes, 5 de diciembre de 2017

Comiendo con mi cura vasco favorito.

Ama y haz lo que quieras, dijo San Agustín y siempre me lo repite Javier, mi cura vasco favorito, cuando comemos juntos. 

No me importaría pasarme la eternidad con personas como él (en realidad forma parte de mi círculo más íntimo, ese del que nunca hablo). Es tan buena gente que resume la vida con dos palabras, amor y humor. ¿Cómo no íbamos a llevarnos bien? Además me conoce tan bien que perdona mis pecados en un instante, siempre con una sonrisa en los labios. Asegura que los "santos laicos" como yo en el fondo nunca pecamos o al menos Dios mira para otro lado. 

Y esa es una gran ventaja.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Una escena de película y de seducción.

Siguiendo con James Bond, mientras me tomo un café recuerdo una escena de la primera novela de la saga de James Bond, "Casino Royale", que me explicaron en un Máster como modelo de seducción entre dos desconocidos. Esta novela no se llevó al cine hasta que el actor Daniel Craig se encargó del papel.

Vesper Lynd (interpretada por Eva Green), será el "único" amor de verdad de James Bond. Se conocen en un tren de Alta Velocidad en Montenegro. Ella representa al Tesoro británico y le lleva el dinero para su misión. Morirá al final y él no la olvidará nunca.

El diálogo es muy inteligente, incluso antropológicamente hablando, no solo por lo que se dice o se ve, sino por el valor del lenguaje corporal, la ropa que visten, las miradas y los gestos, la distribución de los objetos sobre la mesa. O el vino francés..., cómo tener una "primera" cita sin vino francés. Y sin Rolex, por supuesto.




"Me encanta que siempre traigas noticias alegres".

Ayer, mientras me tomaba el vermú del mediodía en una terraza tranquila y coqueta, al sol, leí el anterior comentario que escribió por aquí hace unos días Monica Ivulich, una amiga argentina. A veces me tomo un Dry Martini, como James Bond.

No siempre hablo de noticias alegres y divertidas. Reconozco, eso sí, que no padezco el síndrome del telediario ni el de los apocalípticos y agoreros del fin del mundo, empeñados en que el sistema capitalista nos lleva al desastre y todo se va a acabar en cuestión de unos años. En el mundo también pasan cosas buenas, es más, a mí me parece que ocurren más cosas buenas que malas. El ser humano es el invento más perfecto que ha creado la Naturaleza, o imperfecto, pero en cualquier caso fascinante.

Y es que todos me llaman Bond, James Bond, digo Sotelo, Justo Sotelo, quizá porque "paso" del malo y me quedo siempre con la chica (pero solo en las películas de mi imaginación, claro).

sábado, 2 de diciembre de 2017

¿Bailamos?

Ayer la escritora Marta Muñiz y yo bailamos virtualmente. Ella dijo en su muro de Facebook que le habían regalado la partitura del tema principal de la película "La la land", yo le pedí un baile y ella aceptó. 

Por eso este post va de baile, algo que me gusta mucho.

Me ha gustado volver a ver a Marta en este 2017 que ya se está terminando. También me gustó ver este año "La la land", ya lo he dicho varias veces. Es una película inteligente, divertida y muy posmoderna, como tiene que ser el cine actual y el arte en general.
Conocí a Marta hace relativamente poco, en la presentación de hace un par de años de uno de mis libros en León, aunque ya éramos amigos en esta red social. Este año presenté su primera novela en la Casa del Libro de Madrid. Ella ya me había dedicado un poema inspirado en el conde Laszló Almásy, el romántico personaje de otra película fascinante, "El paciente inglés", y yo terminé dedicándole uno de mis "Cuentos de los otros", cuyo prólogo se basa en esa película.

La vida puede ser sumamente bella, divertida, inteligente, culta, simpática, y bailarse al ritmo de "La la land": 

https://www.youtube.com/watch?v=SKDnPGD8CIw

viernes, 1 de diciembre de 2017

Va por Argentina, por su juicio histórico a los implicados en los "vuelos de la muerte".

Va por Argentina, por su juicio histórico a los implicados en los "vuelos de la muerte", para que no se repitan, ni allí ni en ninguna parte. (Y también va por el juez Garzón).

Josefina Arbisu, la madre de Luis Seoane -el protagonista de mi novela "La paz de febrero" (2006)- es una periodista decidida a no olvidar esos hechos y otros similares. En la páginas 95 y 96 se lee lo siguiente. Habla Luis (la novela está escrita en primera persona) y también aparece Beatriz, la hija de Josefina que está enamorada de él:

"La cría no dijo nada más hasta que se subió al coche, y allí dentro terminó por derrumbarse. La abracé y la dejé llorar un buen rato antes de arrancar el motor. Durante el camino de vuelta a casa, en cambio, Beatriz no dejó de hablar. Me dijo que había participado en la redacción del último artículo de su madre, que lo habían escrito a medias, juntas, llorando y riendo a la vez. Había sido algo maravilloso, pero también triste, profundamente triste.

Los dos artículos vinieron a mi mente de golpe y adquirieron un significado distinto al que habían tenido para mí hasta ese instante.

"¿Qué me dicen del secuestro de esos niños, de la adopción de esos niños por parte de los que asesinaron a sus padres? (...) Recordemos que las Abuelas siguen buscando a los descendientes de sus hijos desaparecidos durante el régimen ominoso y que hay causas que están durmiendo en el olvido porque no existía la posibilidad de juzgarlas en aquel país. Estas causas deben activarse: hay más de mil seiscientas personas responsables de terrorismo de estado que tendrían que ser juzgadas. Las leyes exculpatorias, promulgadas en 1986 y 1987 durante el gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989), evitaron que muchos de los presuntos represores que violaron los derechos humanos durante la dictadura fueran juzgados (...) Recordemos, porque hay que recordarlo aunque parezca cruel, porque no se nos puede olvidar, que alrededor de treinta mil personas desaparecieron durante la dictadura militar (...)

(Supongo que ser escritor también es para esto).

jueves, 30 de noviembre de 2017

"El mapa de las librerías en España, sus redes sociales y mi jersey de Sitjes".

Parece que los españoles estamos leyendo un poco más que en los últimos años o al menos comprando más libros. El año 2016 las ventas mejoraron respecto de 2015 y 2014, aunque se concentraron en las librerías de mayor tamaño en detrimento de las más pequeñas. Las primeras facturaron en torno a 1.500.000 euros al año y las segundas a 30.000. 

Estos datos pertenecen a un estudio de la Universidad de Zaragoza, con las ventas, el mapa de las librerías, el uso de las redes sociales como medio de comunicación, etcétera. Todo ello puede leerse en el blog de CEDRO (Centro español de derechos reprográficos). Desde la ACE (Asociación de Escritores de España) colaboramos estrechamente con ellos. En la foto estamos parte de su Junta Directiva, el presidente Manuel Rico (que está haciendo un trabajo encomiable, sobre todo con relación a la situación económica de los escritores españoles y su futuro), Paula Izquierdo, Alicia Aza, Rafael Soler y un servidor. 

http://www.cedro.org/…/blog.c…/2017/11/28/presente-librerias

(Estoy pensando que si los españoles leen más y se venden más libros por fin podré cambiarme el jersey deshilachado o al menos coserlo un poco. También podré viajar a Sitjes para comprarme otro en la misma tienda. No hay nada como el sistema capitalista y la conexión entre todos los sectores productivos para ser feliz).

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Una de las razones del éxito de Facebook.

"De hecho, aunque te parezca muy loco lo que digo, ya tu literatura no es en exclusiva tuya, es nuestra también, de los lectores. Tú ni te das una idea de los amores perdidos y desamores en esas vueltas que das sin darte cuenta. Las yemas de cuantos dedos pasan sobre tu foto, uffff, hasta toqueteos a tu persona, tu foto. Tanto así como nuevos te quiero. Sí, amigo, das vueltas y vueltas por el mundo, y nosotros te agarramos sin permiso. Y nos sonreímos con linda picardía".

He reproducido el comentario que escribió antes de ayer Jorge Doño en mi Facebook cuando me referí a los viajes de mis libros. Jorge es un cantante de rock argentino, amigo en esa red social desde hace tiempo, que tiene algo de personaje de cuento de Cortázar o Borges. Sus palabras me recuerdan la última escena de la excelente película "La red social", de David Fincher, y el motivo por el que el creador de Facebook no se dio de baja de su propia obra (eso de tocar la pantalla del ordenador resulta un tanto curioso; espero que no se estropee ninguna).

Y, hablando de rock, para Jorge y todos mis amigos va la banda sonora de una de mis novelas, "Las mentiras inexactas". Me refiero a "Thick as a brick", de Jethro Tull, el grupo británico de rock sinfónico. Durante mucho tiempo pensé titular la novela de esa forma.

Algunos de los personajes hablan y se mueven al ritmo de este disco mítico de la década de los setenta, cuya carátula (en la foto) se encuentra en la puerta de la librería de la plaza Santa Ana de Madrid donde sucede la acción de la novela. Estuve dos años escuchándola buscando que el lenguaje de la historia fuera el mismo que el que la música ejercía dentro de mi cerebro y mis oídos. 

Este es el ritmo del lenguaje de la novela o, al menos, lo que intenté:

https://www.youtube.com/watch?v=rulfMI9iaVwY



martes, 28 de noviembre de 2017

El Café Gijón será el nuevo lugar de nuestra tertulia literaria.

Ahí nos iremos este martes, como siempre a las 18,30. Ya se sabe que en el Paseo de Recoletos 21, entre las fuentes de Cibeles y Colón, casi al lado de la hermosa galería de arte de Mapfre, se encuentra el café literario más famoso de este país y que por ahí han pasado grandes escritores. El dueño es un ex alumno mío encantador. A estas alturas de mi vida, creo que España está lleno de alumnos míos encantadores.

Santiago Martínez -pintor y arquitecto y que codirige la tertulia desde hace años- hablará del "giro lingüístico", que arranca con Wittgenstein y se basa en el carácter esencial del lenguaje para cualquier análisis posterior de la filosofía. 

Luego habrá debate. Todos mis amigos estáis invitados.

(El cuadro es "Café Gijón" de Josep Costa Vila).