miércoles, 9 de julio de 2025

"Regresar a los autores".


 
 
La poeta, bióloga e integrante de mi tertulia literaria Isabel Fernández Bernaldo de Quirós escribió hace unos días este texto hablando de su acercamiento a la literatura de Murakami y a la mía: 
 
"Los libros e historias que hicimos nuestros nos acompañaron en el descubrimiento de otros mundos, vidas y lenguajes, y nunca dejan de acompañarnos. En ese afán me encuentro, revolviendo estantes de biblioteca, acariciando las portadas de las ediciones, ojeando sus páginas amarillentas por la luz del tiempo. Un ejemplo de ello es el libro que me abrió las puertas al conocimiento de Haruki Murakami, "Al sur de la frontera, al oeste del sol", allá por el año 2007 (que es la edición que poseo de Tusquets Editores) y de su peculiar universo. A él siguieron otros como "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" y "La Ciudad y sus muros inciertos".
 
"Inmediatamente, me vino a la mente Justo Sotelo y su ensayo (Tesis Doctoral) "Los mundos de Haruki Murakami". He leído y dado a conocer otros libros suyos, pero, en mi mente y tiempo, aún no tenía cabida esta importante obra. Ahora sí, Justo Sotelo. Iré poco a poco dejándome llevar, de tu mano, por los laberintos del descubrimiento de los maravillosos mundos de Haruki Murakami.
 
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Me dejo que Isabel me lleve de la mano mientras me tomo el primer café de la mañana. Y sigo leyendo lo que escribió acto seguido:
 
"En la Introducción del libro de Justo Sotelo podemos leer:
“Haruki Murakami es, actualmente, el escritor japonés más leído y traducido en el mundo. No es cuestión de comparar la calidad de su obra con la de los grandes escritores japoneses de la historia, como Oe, Mishima, Kawabata, Tanizaki o Ishiguro (incluso un clásico como Sóseki, del que se están traduciendo sus novelas al castellano), sino de constatar su vigencia en esta época. En principio no suele tratar los temas tradicionales de la cultura japonesa. En la primera lectura no se observa el exotismo de muchas culturas alejadas del canon occidental. Más allá de las fronteras geográficas y culturales cualquier lector consigue asimilar sin problemas el mundo narrativo de Murakami, la universalidad de su literatura. Pero tras una relectura se comprueba que el sentido de la estética de su país impregna la mayoría de las páginas del escritor, desde la llamada energía vital (ki), pasando por el concepto de sinceridad de los sentimientos (makoto) y llegando a la intensidad de esos mismos sentimientos (mono no aware). Su literatura es sensorial y plástica, y su realidad está sublimada e idealizada, gracias a las imágenes, los símbolos y las metáforas.
 
“El objetivo último de este estudio es demostrar que Murakami ha construido mundos intermedios entre el natural y el sobrenatural, y mundos naturales llenos de textura implícita (a veces de textura cero), como consecuencia de la transformación del mito clásico en moderno, con aspectos como los enigmas, el viaje, el doble, los pasadizos interiores y las asociaciones de ideas. Para lograr ese objetivo, se analizarán las funciones de autentificación y saturación de sus textos, lo que permitirá apreciar su coherencia interna y el grado de densidad conseguido, con huecos y espacios en blanco (...)"
 
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Y para terminar, Isabel fue tan amable de compartir esta entrevista que me hicieron en una TV hablando de Murakami:
 


martes, 8 de julio de 2025

"Pero, qué guapo".


 
Me dijo ayer mismo Juana Martínez López-Prisuelo cuando se acercó para regalarme su novela "La llave de Luna", que le ha presentado recientemente la actriz Luz Lobato (estoy con ambas en una foto del año pasado en la terraza del Círculo de Bellas Artes). Los piropos me parecen tan curiosos como bonitos y me puse contento, jeje. Esto es algo que me recuerda la breve conversación que mantuve hace poco por aquí con Emma Alonso, quien, al hilo de mi pregunta sobre si era más romántico que sexy o a la inversa, me dijo: "Eres un romántico, sexi no 🤗, bueno un poquito". Y yo le respondí que me recordaba esa vez en la que fui a un programa de la radio donde el presentador llamaba feos a todos sus invitados, y cuando me vio llegar al estudio me llamó feo, pero me miró mejor, rectificó en seguida y dijo "bueno, un poquito feo". La verdad es que podría contar historias curiosas e interesantes que me han ocurrido en televisiones y radios, públicas y privadas. A veces me han llamado para que hablara de ciertos temas diciéndome que tenía que defender una posición concreta, aunque no coincidiera con la mía, con el fin de lograr que fuera una tertulia polémica que subiera la audiencia. Como me negaba a ello, no me invitaban. Y cuando he ido no me han vuelto a llamar, ya que llevaba la contraria a la línea ideológica de esa TV o radio.
 
Este verano me leeré la novela de Juana. Y como vive en Manhattan y es vecina de Woody Allen, al que se encuentra de vez en cuando por la calle, mientras me tomo el primer café de la mañana escucho la música de una de sus películas que más me gustan, un homenaje a los hermanos Marx, algunos de los tipos que forman parte de mi vida y han ayudado a conformar mi carácter.
 
Y París, claro:
 

"Un tranvía llamado deseo" o tres horas dentro de la gran literatura.




 
En su nuevo apartamento, Tennessee Williams escuchaba el sonido de dos tranvías, el de la ruta "Deseo" que iba por la calle Real, y el de la ruta "Cementerios" que iba por el Canal. Y se apercibió de que era una metáfora de la vida del ser humano, y de ahí nació el nombre definitivo de la obra.
 
Ayer fuimos al Teatro Español de la Plaza Santa Ana, con Almudena Mestre y su familia, para despedir la temporada cultural de Madrid. Me apetecía ver la obra de Tennessee Williams que inmortalizó en el cine a Marlon Brando:
 
Es un placer ver evolucionar sobre el escenario durante tres horas a la lánguida, frívola, egocéntrica y soñadora Blanche Dubois (Nathalie Poza), que se ve obligada a regresar a Nueva Orleans tras arruinarse y perder la mansión familiar. No tiene más remedio que ir a refugiarse en el pequeño apartamento en el que viven su hermana Stella (María Vázquez), que está casada con Stanley Kowalski (Pablo Derqui), un guapo buscavidas, jugador, machista y pendenciero, que escandaliza y atrae en la misma medida a Blanche. Es la lucha entre la ilusión y la realidad, y la confrontación entre el viejo y el nuevo Sur. Con Blanche y Stanley, se profundiza así en las complejidades de las relaciones humanas, la inestabilidad mental y el inmenso poder del deseo, tanto el sexual como el anhelo de una vida mejor. El tranvía en sí mismo es un símbolo que representa el viaje de Blanche a través de la vida, el deseo y, finalmente, hacia la muerte.
 
Tennessee es un representante de lo que se llama "gótico sureño", que nos recuerda a William Faulkner, Flannery O'Connor, Harper Lee, Truman Capote, Eudora Welty, y yéndonos más atrás Edgar Allan Poe e incluso la María Shelley que escribió "Frankenstein".
 
En fin, un festín para mis sentidos intelectuales.

 

domingo, 6 de julio de 2025

"¿Romántico o sexy?"


 
El otro día paseaba tan tranquilo por la calle de la fotografía cuando me encontré a tres ex alumnas a las que di clase hace tiempo, creo que antes de la pandemia. Nos contamos un poco nuestra vida (las tres trabajaban ya) y al irme me dijeron a la vez que siempre sería un escritor y profesor sexy. Al escucharlas me eché a reír y les dije, con una sonrisa de incredulidad, que debían graduarse la vista. Ahora me tomo el primer café de la mañana y pienso en ello, como otras veces que me lo han dicho. Lo sexy nace en la sugerencia y la posibilidad. Aquello que nos atrae física y sexualmente crece más en la ausencia parcial, en lo que no se ve, pero se intuye que está en alguna parte. El problema es que lo que cada uno entiende que es "seductor" para los demás a menudo es irreal, una fantasía motivada por la época en la que vivimos. A uno le hace o no sexy su propia autoestima, el que te importe un comino lo que los demás piensen de ti. Me parece que es algo más psicológico que físico, y no tiene que ver con la edad ni con la ropa que te pongas. La moda cambia continuamente, pero no sucede lo mismo con la valoración que cada cual realiza de sí mismo. Nunca he sido sexy, solo un romántico empedernido que con catorce o quince años leía a Lamartine, Hugo y Bécquer, y que con su primer sueldo como profesor particular de matemáticas se compró por esas mismas fechas la obra más romántica que existe y existirá, y que no he dejado de escuchar.
 
El amor, la inteligencia y la belleza son verdaderamente inmortales y sexis:
 

sábado, 5 de julio de 2025

"Y mi obra literaria se sigue estudiando por el mundo".


Este próximo lunes 7 de julio el estudiante camerunés Daniel Domwa leerá su tesis doctoral "Memoria y alteridad en unos cuentos breves de Justo Sotelo, Jorge Ávila y Juan Ramón Santos", en la Universidad de Maroua de Camerún, y bajo la dirección del catedrático Michel-Yves Essissima (en la tercera fotografía). Es una noticia bonita que me contó antes de ayer Richard Vandou (en la segunda fotografía), profesor de literaturas hispanoafroamericanas en español en aquella Universidad, lo que me suscita varias reflexiones. La primera es que África se mueve y los jóvenes estudian cada vez más; la segunda es que soy afortunado. Y la tercera que merece la pena dedicar tantas horas de la vida para crear alguna cosa, la que sea, aunque sepamos que la pequeña aportación acabará formando parte de la inmensidad del mar como esa gota que mueven las olas camino de la infinitud y por sí sola no es nada y a la vez lo es todo. Lo expresa con belleza el poema de William Wordsworth, "Oda a la inmortalidad", que tanto me gusta y citó ayer por la tarde Gracia, la hija de mi amigo José Luis en su despedida de este mundo:
 
Daniel Domwa ya había hecho en 2020 su tesina sobre mis "Cuentos de los viernes" y mis "Cuentos de los otros", ambos editados por Bartleby, para obtener el diploma de Máster en Estudios Hispánicos en la misma Universidad. 
 
Como el amor y el deseo dan sentido a la vida, un sentido humano y eterno, uno de mis relatos, "Desayuno en París", gira alrededor de "La canción de los viejos amantes" de Brel, una de sus historias más hermosas:
 

viernes, 4 de julio de 2025

"Al final de este viaje en la vida"

 

 
Esta foto nos la hizo el camarero de un restaurante de Argüelles, en Madrid. A mi izquierda está Pepe y a mi derecha José Luis. Hemos comido todas las semanas durante más de treinta años, aunque por mi manera de ser, siempre libre e independiente, me he perdido por ahí tantas veces. De todas formas, al final, siempre vuelvo. Hace solo dos años nos dejó Pepe, y ayer lo hizo José Luis, también demasiado joven. José Luis ha estado a mi lado desde los veinticinco años. Era un hombre muy discreto y no le gustaba que se hablara de él, y no lo he hecho. Además siempre digo que no hablo de mi vida privada, y si alguien quiere conocerme lo mejor es que se lea mis libros. José Luis era un progresista convencido y un amante de la Naturaleza y todos los fines de semana se iba a recorrer montañas. Ha sido uno de los primeros lectores de mis libros, hasta el punto de que le convertí en personaje en mi novela "La paz de febrero" y alguna otra historia. Su hija mayor se llama Gracia, como su madre (fueron un tiempo a mi tertulia literaria cuando la hacíamos en Puro Teatro, en Malasaña, y luego en el Café Gijón), y es actriz, estudió en la RESAD y sé que lee siempre mis posts, aunque no diga nada. En realidad sabíamos que esto iba a ocurrir desde hace meses (en Navidad me empeñé en que todos cantáramos un villancico en su casa), y por eso él siempre nos decía que no quería lágrimas y recordáramos los buenos momentos juntos.
 
Esta vida es demasiado corta, y por eso hay que vivirla rodeados de amor y amistad.
 
Gracia, te dejo esta canción de Silvio Rodríguez para tu padre:
 

jueves, 3 de julio de 2025

"Soñadores".


 
A los seres humanos nos gusta contarnos la vida, la nuestra y las de los demás. Y a mí me gusta sentarme en una terracita para que los escritores me escriban esa vida mientras la leo y suena un solo de trompeta.
 
La escritora y profesora Montserrat Abumalham (Nuria Condor) nació en Marruecos, tiene orígenes catalanes y libaneses, fue profesora de estudios árabes e Islam en la facultad de Filología de la Complutense y además escribe novelas y cuentos. Este curso pasado estuvo en la tertulia presencial, y desde entonces me ha dado por leer algunos de sus libros, como son "Cuando el cielo era azul" (2024, Avant) y "Una comuna en Caltanissetta" (2025, La Moderna) y he observado que escribe bien y además lo que escribe me interesa, algo que valoro de verdad, el sentir curiosidad por el nuevo libro que cae en mis manos. La historia de amor entre Marta y Juan de la primera novela podría ser la de la propia autora, y, aunque está escrita en tercera persona, bien podría haber sido ella la narradora que nos va contando la vida de una saga familiar que se extiende a lo largo del siglo XX. De una forma inteligente la autora se convierte en autora implícita y luego en narradora. De esta forma logra una distancia con la historia que a mí me lleva a pensar incluso en el inicio de La Regenta, observando la pequeña ciudad de provincias desde lo alto del campanario o de sus propios recuerdos. La historia se inició con "Todos extraños" (2019), siguió con "Trapos sucios" (2022) y termina con ese "cielo azul" casi de la mano del Concilio Vaticano II y el deseo de libertad de aquellos universitarios que quisieron cambiar el mundo sin lograrlo (salvando las distancias algunas páginas me recuerdan la penúltima película de Bernardo Bertolucci, "Soñadores" (2003), con el mayo del 68). Y se prolonga en "Una comuna en Caltanissetta", cuando los personajes principales, Amparo, Mini, Sonsoles y Victoria, nos llevan con sus vidas hasta la pandemia de la Covid 19 y, puesto que no han podido cambiar el mundo, sueñan con vivir en una especie de comuna de la edad madura, tal y como la imaginó Leonardo Sciacia, el escritor siciliano que decía que El Quijote había que leerlo al menos dos veces en la vida. Si el mundo de Montserrat nace en una ciudad como Ceuta (más que en Tetuán) y pasa por Madrid -universitariamente hablando- termina en Murcia, donde vive la propia autora una vez retirada de sus clases y del ruido del mundo.
 
Y ahora me tomo el primer café de la mañana y me doy una vuelta por Sicilia, en concreto por Caltanissetta, y escucho la trompeta de la que hablaba al principio:
 
Hay algo noble y profundo en la literatura de Montserrat Abumalham.