A veces paseo por Lavapiés, un lugar de Madrid que está lleno de gente de todas partes, y siempre me detengo en esta fotografía o alguna parecida, como ayer. Ahí mismo vivió Miguel Ángel, uno de mis amigos bohemios, escritor, pintor, filósofo. Recuerdo las charlas en su terraza con otros amigos artistas, como Pepe, Antonio, Paula, Benito, María José, Natalie, Mara. Yo los escuchaba hablar de Rilke, Artaud, Blake, Hölderlin, entre cigarro y cigarro, y copa y copa, y adoptaba mi postura de novelista. Tomaba nota mentalmente o tan solo dejaba fluir las conversaciones y más tarde, semanas, meses e incluso años después las transformaba en mis novelas, en particular "Vivir es ver pasar" (1997), "Las mentiras inexactas" (2012), "Poeta en Madrid" (2021) y "Un hombre que se parecía a Al Pacino" (2023) aunque esta no sea una novela. Mientras tanto aquellas chicas tan románticas se enamoraban de mí. aunque nunca he sabido muy bien porqué.
A lo mejor es que mi vida no es más que una novela con música de Chopin, y eso siempre ha gustado a las mujeres bellas, sensibles e inteligentes: