jueves, 30 de abril de 2020

"La ternura (la tendresse)".

"Se puede vivir sin riquezas, casi sin dinero..., pero vivir sin cariño, nunca lo podríamos hacer".

Como ha ocurrido en España con “Resistiré” del Dúo Dinámico, en Francia han adoptado una canción como himno para sobrellevar la cuarentena. Es “Le Tendresse”(la ternura), una canción editada el año 1963 por el actor y cantante francés Bourvil, y que alcanzó el éxito un año después en la voz de la icónica cantante y actriz Marie Laforet (en la fotografía).

Me gusta la gente, jóvenes, viejos, guapos, feos, simpáticos, sentimentales, cariñosos, románticos, serios, divertidos.

Me gustas tú, que me hablaste de esta canción:

https://www.youtube.com/watch?v=rEjvRktXeis
 
 

miércoles, 29 de abril de 2020

"Péinate por dentro".

"Me dijeron de pequeño" es una canción que describe mi vida y mi interior, me confesó Abel anoche una vez terminada la tertulia virtual del Café Gijón. Es esa apuesta por alguien que está pasando por cada etapa vital. Con esa persona. Construyendo. Redescubriéndose.
¿Que por qué sigo organizando tertulias literarias después de 25 años y en tiempos del Covid-19, ahora virtuales? Supongo que para mirarme menos al ombligo y conocer, egoístamente, a escritores con el amor a la vida como el que siente Abel Jara Romero, con sus 28 años recién cumplidos. Dice: "Soy como el hombre y la mujer invisibles, pero sin la virtud de defender de los malos a la humanidad". También para escuchar su análisis de las tres partes del que será su primer libro de poemas publicado, una que es introspectiva, otra que habla de su relación con los demás y la tercera como una manera de aportar algo a la sociedad. La lucha de Abel es una apuesta diaria por la vida, instante tras instante. Para que nos confiese con emoción que se hizo escritor cuando encontró un desconocido libro de poemas de su abuelo. Y nos enseñe la tercera fotografía que he puesto (el PowerPoint tenía muchas más), donde le gusta caminar solo, entre el silencio del mundo y las flores. Para que me reconozca por la noche, en privado, que sentía algo de miedo de causar una mala impresión a los tertulianos. Y en ese instante me dieron ganas de romper el confinamiento, acercarme a por el coche y marcharme hasta Vallecas para darle un abrazo. Para eso hemos inventado los coches y los trenes y los aviones y los sueños y los cuentos y los libros y los discos y las películas y los abrazos. Lo intenté paliar preguntándole por la música que le gusta. Abel me dijo que le enamora la música de piano, pero que le apetecía que yo escuchara una "canción de cuna" de Manuel Carrasco que describe su vida y su interior. Es esa apuesta por alguien que está pasando por cada etapa vital. Con esa persona. Construyendo. Redescubriéndose. 

Como él, Abel y la canción de cuna que le cantaba su madre bajo la luz de la luna:

https://www.youtube.com/watch?v=GJRj9tu_m44

Sí, organizo tertulias porque sigo creyendo en los seres humanos.




martes, 28 de abril de 2020

"Un cuarteto literario en clave de sol".

Estoy a gusto en la compañía de estos tres escritores gracias a la gentileza de Almudena Mestre, que nos reunió en un interesante artículo publicado en la revista Entreletras, con las cuatro fotografías que he compartido. Más que leer con detalle a Borges, Cortázar y Proust, lo que he hecho siempre con sumo interés ("En busca del tiempo perdido" incluso en dos editoriales distintas), es dedicarme a sentirlos, a pensarlos en los amaneceres y las puestas de sol. En ese sentido a veces me han preguntado cómo he tenido tiempo y sigo teniendo para hacer tantas cosas, como el hecho de escribir tantos libros, por ejemplo. Una de las explicaciones es que he vivido largas épocas de mi vida sin televisión e incluso durante este confinamiento no la pongo nunca, salvo para ver películas. Quizá por eso sigo sin saber qué es Netflix; siempre que leo ese nombre en alguna parte me suena a Nesquik y a que es una empresa que está ganando muchísimo dinero en la Bolsa. De Cortázar ya mostré el otro día en un video cómo "Rayuela" era un conjunto de hojas sueltas, arrancadas, de tanto leerlas y prestarlas, y Borges fue mi lectura incluso cuando me fui a dar una vuelta por la India con la intención de entender el mundo un poco mejor.

En fin, somos lo que amamos, lo que viajamos, lo que leemos. Y todas las veces que decimos que sí.

https://www.entreletras.eu/index.php/letras/320-un-cuarteto-literario-en-clave-de-sol.html




 

lunes, 27 de abril de 2020

"Tous les garçons et les filles".

"Sueño que estoy tomando un café en Deux Moulins y camino lentamente sin rumbo por sus calles hasta llegar a rue Lombard, donde en un pequeño café madame Léonie me lee la palma de la mano y me anuncia que tendré una grata sorpresa y que me dirija a un passage. "Vagando por el Quai des Celestins piso unas hojas secas y cuando las levanto y las miro bien las veo llenas de polvo de oro viejo". Entro en el passage de la Galerie Viviane y él está sentado tomando un café con una media luna. En sus manos sostiene un libro. Consigo leer el título: "Vivir es ver pasar", de Justo Sotelo. Intento saludarle y le susurro... Sr Cortázar. Entonces me despierto y pienso qué grandes sos Julio & Justo. Gracias por crear ilusión de vivir. Me encanta tu magnetismo hacia los perdedores".

Este precioso comentario (junto con la fotografía) lo escribió el otro día en una red social Antonio Lacasa, un amigo reciente del País Vasco, si no me equivoco, tras leer el texto que escribí sobre la bohemia de Aznavour y Montmartre. No sabía que se hubiera leído mi novela "de los treinta" años, es decir, "Vivir es ver pasar".

Las redes sociales no dejan de sorprenderme, así como la generosidad de la gente que se mueve por ellas. Solo puedo devolver a Antonio otra música de París, junto con mi agradecimiento:

https://www.youtube.com/watch?v=LNEEVsZt8vI

En la tertulia virtual del "Café Gijón" de mañana tendremos como invitado al joven escritor Abel Jara Romero.

En diciembre del 19 escribí un texto donde decía que lo había conocido ese mismo año en un acto en Vallecas contra la violencia de género. Al acabar se me acercó un muchacho en silla de ruedas. Me dijo que, aunque yo no lo conociera, me leía todos los días, y que estaba escribiendo una novela y un libro de poemas. Le apetecía ir a la tertulia del "Café Gijón" con la ayuda de su madre, ya que viven en el barrio de Vallecas. Al día siguiente me escribió un correo para expresar la alegría que le había embargado al conocerme en persona. Recordaba una frase que le dije, "lo importante es estar abierto a aprender y a evolucionar". Nada que fuera realmente nuevo, pero relevante para tenerlo presente en este mundo donde por todos los lados a veces es fácil estancarse. Abel nació en Madrid el año 1992 y uno de sus poemas ha sido finalista en un concurso internacional de poesía. Lleva dos martes sin perderse la terlulia on line, y le he pedido que nos hable de él y de su obra o de lo que quiera mañana martes a las 18.30. Antes de ayer me dijo en otro correo que se considera un eterno aprendiz al que le apasiona la escritura. Pronto publicará ese primer libro de poemas, donde habla de la sensación de evolución como individuo gracias a la escucha activa de su interior. Esta sensación se expande de la misma forma en la que interfiere el roce de las personas en nuestras propias vidas y acaba con el sentido definitivo como ser cuando todo lo anterior colabora en un puzzle perfecto para sumar a la especie con esa ascensión directa a la plenitud.

En esta página se le puede leer:

https://www.escritorsentimientos.com/

domingo, 26 de abril de 2020

Hablando de Rayuela, de Cortázar, en un pequeño video.

Manuel Rico, el presidente de la ACE / Asociación Colegial de Escritores de este país, me pidió el otro día un video para subirlo a su web donde hablara en dos minutos de un libro esencial para mí. Y ayer he resumido la historia de la literatura sentado en la hamaca de mi terraza, que es lo que está más cerca del cielo que conozco, el lugar donde acaba "Rayuela" y la búsqueda de la Maga que no es otra cosa que un camino interior para encontrarnos a través de lo que otros han escrito antes que nosotros.



sábado, 25 de abril de 2020

"Deberías escribir la novela de estos tiempos", me han dicho en los últimos días varios de mis amigos.

Apenas tuve que pensar la respuesta. Les dije en seguida que quizá lo haga algún día. Cuando escribes da igual lo que cuentes; lo importante es cómo lo cuentes. Y todavía no tengo la suficiente perspectiva para poder hacerlo. El primer día que pisé la facultad de literatura pregunté al profesor lo mismo que el día en que salí de allí. ¿Hacia dónde va la literatura? Añadí que quería escribir novelas de estos tiempos. El realismo, el naturalismo y demás eran del siglo XIX, las vanguardias y los experimentos del XX. En mis novelas he ensayado con la forma y el fondo, y tengo que seguir evolucionando, como he intentado con mis libros de cuentos en tiempos de Internet. Algo similar le ocurrió a William Faulkner cuando escribió su obra maestra, "El ruido y la furia". Estos días me ha dado por releerla. Es una gran fiesta de la literatura, llena de sinestesias, metáforas, asociaciones de ideas y todo tipo de tropos retóricos que reconstruyen un mundo en evidente descomposición a través de la más alta literatura del siglo XX. Aun así es difícil de seguir, ya que está narrada desde el punto de vista de cuatro personajes y utiliza el monólogo interior que Faulkner aprendió de tanto leer a Joyce. Lo que me ocurre con este libro es que me lo sé de memoria. Me lo estudié durante el proceso de escritura de "Entrevías mon amour", pero también cuando me examiné de él en la asignatura de "El texto narrativo", que me explicó el profesor, y luego amigo, Antonio Garrido (que, por cierto, hace tiempo que no viene por mi tertulia). La familia Compson te atrapa desde el monólogo interior inicial, el de Benji -el "idiota" del que habla Shakespeare en "Macbeth" con la famosa frase de que "la vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia-, hasta la historia que cuenta Dilsey al final de la novela, la criada de la familia, que explica varias cosas esenciales sobre el final del profundo Sur de Estados Unidos.

"El ruido y la furia" se publicó en 1929, una de las fechas emblemáticas de la historia reciente de este mundo, como siempre explico a mis alumnos. Y noventa años después tenemos otra crisis global con el Covid-19 que será estudiada en los libros de texto virtuales de dentro de cincuenta años. Me interesa relacionarlo todo, la literatura, el arte, las matemáticas, la física, la economía, el desarrollo sostenible, la biodiversidad. Por eso sé que tan solo escribiré ese libro que me pidió ayer mi amigo cuando tenga algo que decir y esté suficientemente preparado.

viernes, 24 de abril de 2020

"Quo vadis".

No es una metáfora sobre la compleja situación que vive hoy el mundo, sino una curiosa anécdota que me sucedió ayer. Ayer fue un esperanzador "Día del Libro" -dentro de lo que cabe- porque se habló de libros en casi todo el mundo. En mi caso me lo pasé dando clase y lo terminé viendo "El filo de la navaja", un grito de rebeldía contra el sistema materialista en el que a veces nos sentimos tan cómodos los seres humanos y a favor de la espiritualidad. De esto hablamos en la vespertina tertulia virtual del "Café Gijón". Además de escuchar los comentarios sobre el libro que lee ahora cada tertuliano, se aludió a otro escritor muy espiritual y que siempre ha gustado a los jóvenes de cada época, Hermann Hesse, y sus maravillosos "Siddhartha" y "El lobo estepario", dos novelas intemporales que también abogan por una sociedad más trascendente. Aun así, no quiero ponerme serio y regresar a la famosa frase de San Pedro vinculada a la persecución del emperador Nerón a los cristianos el año 64. 
 
Entre los comentarios a mi post de ayer, leí este:

"Justo, el otro día, viendo "Quo vadis", Robert Taylor me recordó un montón a ti. Creo recordar que alguna vez te han comparado con Al Pacino. ¿Nunca lo han hecho con Robert Taylor?"

Lo hizo Carmen Algaba, una antigua amiga virtual de esta red social. Le dije que Robert Taylor fue un actor brillante y de los más guapos del Hollywood clásico, y obviamente yo no me parezco ni en pintura (ya fuera de Da Vinci, Miguel Ángel o Rafael). Hace tiempo que ya no me miro en el espejo, por si lo rompo, jeje. En realidad quien me hubiera gustado ser en esa película de 1951, basada en la novela de Sienkiewicz y que tuvo un enorme éxito en su época, es Nerón, pero no el césar, sino el actor que lo interpretó, un Peter Ustinov descomunal, que además cantaba divinamente en español:

https://www.youtube.com/watch?v=XXKmT0Ltb-Y

En fin, yo también tengo derecho a cantar mal por las mañanas cuando me afeito.

jueves, 23 de abril de 2020

"Hoy es el Día del Libro".

Por ese motivo vamos a hacer una tertulia virtual extraordinaria. He pedido a los tertulianos que hablen, brevemente, del libro que les apetezca, porque lo estén leyendo o le tengan un cariño especial.

Mi aportación será con "El filo de la navaja". Como cuento en un artículo de Culturamas, no es la mejor novela de la historia, pero me enamoré de joven de la película basada en este relato y que protagonizaban unos guapísimos y maravillosos Tyrone Power y Gene Tierney (el resto de secundarios es de lo mejor que he visto nunca en el cine). De ahí salté a la novela del escritor británico Somerset Maugham, y me he pasado media vida hablando de ella a quien ha querido escucharme e insistiendo en que la bondad es, al fin y al cabo, la fuerza más poderosa del mundo. Un joven norteamericano se va a París porque prefiere la vida bohemia e intelectual a disfrutar del desarrollo económico y social de Estados Unidos en las primeras décadas del pasado siglo. Más tarde viajará a la India en busca de la iluminación, lo que yo hice en la vida real muchos años después. No regresé a Madrid más feliz, pero sí más sabio.

Este es el artículo donde cuento la historia y algo de mi propia historia:

https://www.culturamas.es/2013/10/05/la-novela-de-tu-vida-justo-sotelo/

Ya he compartido la película completa alguna vez en esta red social. Esta noche volveré a verla. Si a alguien también le apetece hacerlo, entonces la veremos juntos:

https://www.youtube.com/watch?v=gmuh-_8BdqY
 
 

miércoles, 22 de abril de 2020

Ana Lena Rivera, una escritora de esta época en la tertulia virtual del "Café Gijón" de ayer.

Empezó a leer novelas de Agatha Cristhie y policíacas cuando era una niña, en su casa de Oviedo. Aunque vive en Madrid desde su juventud y estudió la carrera en esta ciudad y ha continuado trabajando y viviendo en Madrid, el espacio de sus novelas siempre es Oviedo, un lugar donde se conoce y se reconoce. Se quedó embarazada pasados los cuarenta. Como tuvo que cuidarse, durante aquellos meses recluida en casa escribió la que sería su primera novela, que creció con el niño. Y trazó un plan de trabajo para que la novela fuera leída, por lectores y editoriales, y consiguió ganar un premio conocido y comenzar una carrera de escritora, usando las redes sociales, que considera fundamentales en estos tiempos a la hora de hablar con sus lectores. Mi intuición me dice que puede convertirse en una de las grandes escritoras del género en España. Me seducen las escritoras que hablan con naturalidad de su vida, su literatura y la vida en general, incluso económica. Y al resto de tertulianos les ocurrió igual. Por eso le hicieron todo tipo de preguntas con el micro abierto o por escrito a través del chat (así es como doy clase ahora en la Universidad). Lo que quedó fue una hora y veinticinco minutos interesantes, divertidos, hablando de literatura. 
 
¿Se puede pedir algo más en estos tiempos absurdos?



martes, 21 de abril de 2020

"Volver a París".

Me he quedado dormido unos minutos en el sofá y he soñado que volvía a París. Ya sé que otros sueñan con regresar a Manderley o al interior de los cuadros de "Jennie" y "Laura".

Y entonces subía las escaleras de Montmartre que he subido tantas veces en dirección al Sacré Coeur y me perdía entre los cuadros de los pintores bohemios de la Place du Tertre, y bajaba otra vez las escaleras en busca de la heladería donde fabrican los mejores helados de Francia, y me asomaba al Sena desde el Pont des Arts. Y entonces me parecía que veía a Cortázar correr detrás de la Maga porque pensaba que él era Oliveira, y un niño me decía que jugara con él a la Rayuela. Al llegar al final del juego, a ese cielo de nuestros sueños infantiles, comprendía que el niño tenía los rasgos de mi rostro.

Y entonces he despertado y cantaba Aznavour:

https://www.youtube.com/watch?v=fVfnEyLOkrM

La invitada a la tertulia virtual del "Café Gijón" de esta tarde a las 18.30 será la novelista asturiana Ana Lena Rivera.

Nació en Oviedo el año 1972 y, curiosamente, pudo haber sido mi alumna en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid, al estudiar E3, la carrera de Derecho y Administración de Empresas, pero yo aún no era profesor allí. Como se cuenta en una entrevista que comparto al final, trabajó 20 años en una gran multinacional, pero en cierto momento cambió los negocios por la escritura, coincidiendo con el nacimiento de su hijo Alejandro. Con él nació también Gracia San Sebastián, la investigadora protagonista de su serie de intriga iniciada con "Lo que callan los muertos", la novela con la que logró el Premio Torrente Ballester en 2017. La serie ha continuado con "Un asesino en tu sombra (2020). Al principio del curso ya estuvo con nosotros, cuando el escritor Josu Monterroso nos presentó un libro colectivo, editado con la idea de ayudar a los niños con cáncer. Esta tarde será buen momento para escuchar lo que tiene que decirnos sobre su narrativa y lo que opina sobre la literatura en general.

Esta es la entrevista que he mencionado antes:

https://www.actualidadliteratura.com/ana-lena-rivera-entrevista-lo-que-callan-los-muertos/

lunes, 20 de abril de 2020

No solo uso las manos para escribir.

A las 20 de la tarde me acercaré a la ventana a aplaudir. Lo hago desde el primer día, como continúo dando mis clases y haciendo las tertulias. Decidí no hablar en las redes sociales de muertes y virus, de política, de buenos y malos, y la llegada del Apocalipsis que todos nos merecemos por destrozar la Tierra. Como es lógico soy tan humano como cualquiera. Alguien me ha dicho esta mañana que ser libre es lo que está más cerca de ser espiritual, y en su opinión soy una persona muy espiritual. El jueves pasado se publicó este video con los componentes de los tres cuerpos artísticos de la Ópera Nacional de París, la Orquesta, los Coros y el Ballet, con el fin de agradecer a su manera a todos los que están luchando contra la pandemia en primera línea. Ya lo había hecho el Ballet de Roma. Representa a los bailarines en su vida diaria, que siguen entrenando a pesar de los espacios escasos, la vida familiar y la falta de seres queridos. El video fue realizado por el director de la ópera, Cédric Klapisch, y utiliza la famosísima Danza de los Caballeros del "Romeo y Julieta" de Prokofiev, que ilustra bien tres de los sentimientos que todos tenemos: miedo, esperanza y, finalmente, la voluntad de levantar la cabeza y llegar al final de esta situación distópica.

Seguiremos levantando la cabeza a las ocho de la tarde:

https://www.youtube.com/watch?v=OIiG14Ggmu0

Cuando hablan los artistas.

"Los colores de la luz es una investigación de la luz del sol al pasar por los huecos de las hojas de diferentes plantas. Siempre se proyecta en círculos, y estos pierden intensidad según pasen por dos, tres o más huecos, lo que es directamente proporcional a la distancia entre ellos (esto forma parte de la observación) y después cambia la intensidad de luz por temperatura de color. Todo surgió cuando estaba pintando debajo de la parra, y empezaron a proyectarse círculos de luz en el cuadro; puse la mano para ver de dónde venían, y, como estaban relativamente bajos para medir con una escalera las distancias, al día siguiente comencé a observar en los alrededores, y me di cuenta de miles de círculos debajo de todos los árboles. Para analizar los cambios de luz puse unos espejos dentro del estudio, uno biselado y otro roto (con un martillazo en el centro) para tener una refracción de luz todas las tardes y poder analizar sus cambios. Durante dos años hice fotografías todos los días tanto a la luz como a la proyección de sombras, viendo los muchísimos cambios que sufren según sea la atmósfera envolvente..."

Es un fragmento de una entrevista que hice al pintor Antonio Zaballos para la Revista Tarántula.

La releo de vez en cuando para aprender:

https://zaballoss.com/?p=860

domingo, 19 de abril de 2020

"Nadie mira mejor que una mujer enamorada".

Ayer atardecía lánguidamente y coloqué tres libros encima de la mesa. Los miré durante varios minutos. Uno era de Carl Jung, otro de Gilbert Durand y el tercero de Claudio Rodríguez. Al cabo de un rato me acordé de esta foto, donde estoy haciendo el ganso y tumbado sobre las raíces de un inmenso árbol del parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife, planificado en 1926. Gilbert Durand es un filósofo francés que se hizo célebre por su libro "Las estructuras antropológicas del imaginario", de 1960, que supuso, entre otras cosas, la incorporación de la Mitocrítica a los Estudios Literarios, tal y como me enseñó en la Universidad Complutense mi maestro Antonio García Berrio, uno de los mayores expertos en Teoría de la Literatura del mundo. Y yo también lo apliqué, en parte, en la tesis que escribí sobre las novelas de Haruki Murakami. Para Durand el hombre pertenece al régimen simbólico "diurno" (es la lanza, la espada) y la mujer al "nocturno" (es el cáliz, la raíz). Por cierto, Durand nació en el Chamberí francés, mientras que yo lo hice en el Chamberí madrileño. Y la fotografía que he compartido tiene que ver con la síntesis de los dos regímenes, el diurno y el nocturno, que no es otra que la "cópula". Uno de los libros de poemas españoles que más aprecio, "Don de la ebriedad" (1953), el primero que escribió Claudio Rodríguez, con esa claridad que viene del cielo y que inspiró uno de mis "Cuentos de los otros", está recorrido por ese simbolismo, tan del gusto de Carl Jung, resumido en "El hombre y sus símbolos". Mi posición en la fotografía, recostado sobre el útero simbólico de la mujer, representa de alguna forma tal idea.

Las raíces del Universo son maravillosas, y son las que mejor saben mirar, sobre todo cuando están enamoradas.

sábado, 18 de abril de 2020

"Mi nueva Wikipedia y mi sentido de la creación a partir del final del Tristán de Wagner".

Durante estos últimos días mi Wikipedia ha experimentado una interesante transformación, al incorporar buena parte de los artículos científicos que he escrito a lo largo de mi vida, así como entrevistas en diferentes formatos y medios de comunicación. A veces me pregunto que si me he pasado media vida viajando y la otra bebiendo champán, ¿de dónde habré sacado tiempo para escribir y estudiar tanto? En fin, si alguien quiere darse una vuelta por mi vida literaria y académica, no alcohólica, aquí dejo mi nueva Wikipedia, eso sí, con música, porque casi todo lo que he escrito ha sido escuchando la mayor historia de amor de todos los tiempos. Ese preludio y ese final, el acorde de Tristán, el cromatismo. Todo esto abrió una puerta al desarrollo del talento de Bruckner, Mahler, Strauss, Schönberg y tantos otros. La gran audacia del Tristán consiste en que la revolución armónica que contiene no posee un auténtico carácter instrumental si no que se funde con el objetivo dramatúrgico de la obra. La muerte de Isolda es la resolución del éxtasis frustrado en el dúo de amor del segundo acto tanto desde el punto de vista textual como musical:

https://www.youtube.com/watch?v=OAEkTK6aKUM

Yo debía de tener 16 o 17 años cuando escuché completa por primera vez la ópera de Wagner, y a la vez a Mahler y entendí a Beethoven y de qué forma la obra va íntima e indisolublemente unida a la vida. Algo así es lo que he pretendido con todo lo que he escrito, la fusión entre mi vida y mi obra:

https://es.wikipedia.org/wiki/Justo_Sotelo_Navalpotro



viernes, 17 de abril de 2020

"Rick es la idea del hombre que tienen las mujeres".

Antes de empezar con mis clases por videoconferencia y mientras me tomo el primer café de este día primaveral, me apetece escribir algo sobre Rick Blaine, el protagonista de "Casablanca", la película más mítica de la historia. Toda mi vida me han comparado con este personaje, y eso que yo nunca he dicho a nadie aquello de "Here´s Look At You, Kid", una frase que dice Rick a Ilsa en tres ocasiones, y que es considerada por el American Film Institute como la quinta cita o frase de película más célebre de la historia. Lo curioso es que en los doblajes al español se ha traducido de forma distinta: "toda la suerte, Ilsa", "por ti, pequeña" y "ve con él, Ilsa" (escena de la despedida en el aeropuerto cubierto por la niebla) y ha pasado mucho más desapercibida que "siempre nos quedará París" o "atrapen a los sospechosos habituales". Es una expresión cariñosa y coloquial que decía Humphrey Bogart a Ingrid Bergman en los descansos del rodaje mientras le enseñaba a jugar al póker. Por otra parte, la frase con la que he encabezado este texto aparece en un documental de Garci sobre la película. Y la verdad es que, pensándolo bien, Rick no es un tipo que inspire un amor confortable y hogareño, sino, muy al contrario, una relación inesperada, arriesgada y apasionada, de las que tal vez dejan una huella imborrable. A eso habría que añadir que es el hombre más seguro de sí mismo que se haya visto en una pantalla. Y si las mujeres se enamoran de Rick, los hombres le han imitado durante generaciones. Es un héroe existencial que no necesita guardar las apariencias; su rostro es el de la lealtad, la entereza y la esperanza. Rechaza la cobardía y lo mediocre, pero, de alguna manera, acepta la falta de escrúpulos de Renault o Ferrari. Con su máscara humana contra las heridas, Rick siempre será admirado, ya que, además, físicamente no es un adonis inalcanzable.

Ahora el brindis con el champán de la foto, en París. Y la música, porque no se puede vivir sin música:

https://www.youtube.com/watch?v=4TK6oRC_HtE

"Mírame, aquí estoy, pequeña".

jueves, 16 de abril de 2020

"¿Para qué poetas en tiempos de penurias?"

Es la famosa pregunta que se hacía el escritor alemán Friedrich Hölderlin en su novela lírica "Hiperión" a finales del XVIII. El filósofo Martin Heidegger le responderá más de un siglo después que el poeta es el "intermediario entre la voz del pueblo y de los dioses". El último fin de semana el crítico literario David Pérez Vega subió a Youtube un video donde el escritor y académico uruguayo Rafael Courtoisie -el último invitado "en persona" que tuvimos en la tertulia del "Café Gijón" antes de iniciarse este confinamiento- nos lee un poema dedicado a la poeta norteamericana Emily Dickinson. Tal vez no sea más que una casualidad que el otro día me refiriera a Nathaniel Hawthorne, uno de los padres fundadores de la narrativa norteamericana, y hoy lo haga a una de las poetas fundamentales del siglo XIX también en Norteamérica. David es profesor en un colegio de Madrid. Nos conocimos en persona esa misma tarde, y al final de la tertulia me comentó que a veces ha dado clase a chicos que después han sido mis alumnos en la Universidad. Mientras me tomo el primer café de la mañana pienso que Hölderlin fue contemporáneo de Hegel, Schiller y Schelling, y que pasó recluido los últimos treinta y seis años de su vida a consecuencia de una prolífica locura. Si en este momento Antonio Zaballos pudiera sacarnos una de sus fotos a lo mejor aparecíamos todos leyendo poesía. En el fondo de su corazón Hölderlin sabía bien que la penuria en estos tiempos, y en todos los tiempos, es más soportable de esa forma.

Antonio también lo sabía:

https://www.youtube.com/watch?v=nFNdyrHW7QI 



miércoles, 15 de abril de 2020

"En la muerte del pintor Antonio Zaballos".

No me gusta la muerte y tampoco la enfermedad. Sé que antes o después todos vamos a pasar por ahí, pero me duele escribir que ha muerto uno de mis amigos íntimos relativamente joven. Por él y por su familia, y luego por mí. En mi caso lo digo por puro egoísmo, porque no voy a poder caminar más con él, lo que llevaba haciendo desde 1987, cuando nos conocimos en las Cuevas de Sésamo. Desde entonces formamos una especie de dúo. Él era el pintor y yo el escritor. Así ocurrió en sus múltiples exposiciones y en las presentaciones de mis novelas, cuyas portadas me empeñé en que las dibujara siempre él. Algunos editores pusieron mala cara, ya que la portada también formaba parte de la edición, me decían, pero a mí eso siempre me ha importado un comino. Escribo porque me da la gana y las portadas de mis libros las hacen las personas que yo quiero. Esto es como elegir a tus amigos o al amor de tu vida. Jamás he pretendido vivir de mis libros, pero lo que siempre he querido es coger uno de esos libros y saber que ahí se esconden las horas vividas.

Antonio Zaballos aplaudiría lo que acabo de escribir, porque él también era así. Uno de los tipos más libres e independientes que he conocido. Tan solo quiso vivir de la pintura, y se sentía mal ocupado en cosas convencionales, de esas que te dan de comer. El hecho de pensar en sacarse unas simples oposiciones ya le ocasionaba dolor de estómago, pues era consciente de que le quitarían horas esenciales de su vida para investigar la luz, el color, la tierra de Béjar y su libertad. Le quitarían su amada e inquebrantable libertad. Por eso casi siempre andaba con una mano delante y otra detrás, pero con un conocimiento del arte que he visto en pocos artistas de este país.

No pretendo hacer una hagiografía de mi amigo, entre otras cosas porque nunca fue un santo, como tampoco lo soy yo, y porque he escrito muchos textos donde aparece, desde catálogos con su obra, hasta páginas donde se le podía ver como personaje de mis novelas (Antonio aparece en "La paz de febrero", e indirectamente en otras muchos sitios) e incluso posts en las redes sociales. Como la propia vida es así de curiosa, Antonio falleció ayer por la noche unos minutos después de estar conectado a mi tertulia virtual. Y es como si se hubiera cerrado el círculo, nos conocimos en la tertulia literaria de Sésamo y nos despedimos en la del Café Gijón.

He empezado diciendo que no me gusta la muerte, sino la vida, así que ahora me queda recordar la vida feliz que he vivido con él.

"Johana Roldán, una pintora que mezcla lo intelectual con lo sensual, ayer en la tertulia virtual del Café Gijón".

Entre tertulianos que iban de Stuttgart y Toulouse a Tenerife, sobrevolando Andalucía y otros lugares de España, y deteniéndonos en Guadalajara para que la pintora madrileña hiciera un recorrido a lo largo de su obra, siempre a través de la inquieta mirada de sus modelos o incluso con ella de modelo, como en la segunda fotografía, donde intenta extraer lo desconocido de un tronco seco y solitario. Estamos ante esa búsqueda inefable de la luz que todo lo domina, a veces a través de la sexualidad explícita o de los clásicos bodegones, que se mezclan en la primera fotografía. Las palabras pueden ser un lastre en ocasiones. Vivimos en lo mental, sobre todo soñamos en lo mental. Aun así, el arte actual no se sitúa en los museos, asegura Johana, sino que surge del carácter efímero de las "performances", como ocurre en la tercera foto donde la artista grita contra el maltrato a la mujer en el patio del Palacio del Infantado. Candelaria Villavicencio le preguntó por la pintura de lo feo (lo que me recordó al filósofo griego Longino y su tratado sobre lo sublime), Ruth González y Javier del Prado dejaron pinceladas relativas a lo espontáneo y la poiesis aristotélica, Alberto Masa se mostró tan simpático y locuaz como de costumbre, y a las 20 nos acercamos a la ventana (en la cuarta foto aparecen algunos tertulianos de una cifra que ayer se acercó a las 30 personas).

Siempre he sabido que el arte es una forma de luchar contra la mediocridad y el miedo.




martes, 14 de abril de 2020

Otra vez "La letra escarlata" en tiempos del Covid-19.

Ayer por la tarde escuché en la Cadena Ser el testimonio de un enfermero que trabaja en un hospital de Madrid al que señalaron como "infectado" en el bloque de viviendas donde vive, llegando incluso a "desinfectar" con lejía la puerta de su casa. Parece ser que este tipo de comportamientos se está extendiendo por otras partes. Si alguien se entera de que un vecino o tan solo un simple conocido tiene el virus se le señala con el dedo y se apartan de él como si fuera un apestado. Mientras lo escuchaba me vino a la mente una de las novelas norteamericanas más importantes del siglo XIX, "La letra escarlata" (1850), de Nathaniel Hawthorne (1804-1864), en la tercera foto. Está ambientada en el Boston puritano del siglo XVII y cuenta la historia de Hester Prynne, una mujer acusada de adulterio y condenada a llevar en el pecho la letra "A", de adúltera. Hester rechaza revelar la identidad del padre de su hija y trata de vivir con dignidad en una sociedad injusta e hipócrita. Esta edición (en la primera fotografía) incluye una estupenda introducción de la catedrática Nina Baym, cuya labor investigadora se ha centrado en el estudio de la literatura americana del siglo XIX, con escritores como Henry David Thoreau, Robert Frost, Edgar Allan Poe y Ralph Waldo Emerson. En el año 2000 recibió la medalla Jay Hubble que otorga la "Modern Language Association" por sus valiosas aportaciones en esta materia. En 2011 publicó el libro "Women Writers of the American West, 1832-1927". Falleció en 2018. 

Si he mencionado a Nina Baym es por ser la autora del ensayo "The Shape of Hawthorne’s Career" ("Tenemos que volver a aprender el arte olvidado de la alegría"). ¿Por qué no estudiará más la gente y hará más el amor y jugará más con sus hijos y tratará de escribir cuentos para ellos y hablará más con los abuelos en lugar de meterlos en residencias y, sobre todo, en lugar de preocuparse tanto por los virus de los demás?



lunes, 13 de abril de 2020

"La tertulia del Café Gijón vista desde Francia".

El pasado fin de semana ha habido un "apagón cultural" en una parte de las redes sociales españolas, como respuesta a las recientes declaraciones del Ministro de Cultura español hablando de la cultura en tiempos de crisis. Lo primero es la salud, aseguró, y luego poder cultivar el espíritu. Es bastante, obvio, como es lógico, aunque la cultura representa a un sector económico importante y existe mucha gente detrás que también necesita ayuda. Sobre este hecho trascendente ha escrito esta mañana un artículo en el periódico "Infolibre" Javier Pérez Bazo -catedrático de literatura de la Universidad de Toulouse (en la fotografía, idílicamente nevada)-. Y ha tenido la deferencia de citarme a mí y a la tertulia del "Café Gijón" como ejemplo de actividad cultural que se puede realizar en España, junto a las clases de historia del profesor Julián Casanova, y otra serie de actividades voluntarias de tantos artistas en las redes sociales.

El artículo es interesante, se titula "Tiempo de peste y cultura" y compara la cultura en España y Francia. Los franceses quizá sean más aburridos y más feos que los españoles y los italianos (según algunas alumnas mías), pero es indudable que son más cultos, quizá porque allí se presta más atención a la cultura:

https://www.infolibre.es/noticias/opinion/plaza_publica/2020/04/13/tiempos_peste_cultura_105818_2003.html

"La pintora Johana Roldán en la tertulia virtual del "Café Gijón" de mañana martes".

Para la tertulia de mañana a las 18.30 he pedido a Johana Roldán que sea la invitada. Quiero que nos cuente cosas sobre ella y su trabajo de arqueóloga (lo que siempre me recuerda a Indiana Jones, qué le voy a hacer), su honda y reveladora formación como pintora y sus exposiciones por tantos lugares. Que nos vaya mostrando y explicando sus cuadros en la tertulia, junto a las técnicas que ha utilizado. Que nos hable de la inspiración, esa cosa mágica de todo artista, y del "Ut pictura poesis", de Horacio, que tanto me agrada, ya que ella también escribe relatos y hasta canta en un coro. El humanista y médico López Pinciano afirmaba ya a finales del siglo XVI que los pintores y los poetas siempre se encuentran hermanados porque son artífices de un mismo arte. El autor de la "Filosofía antigua poética" (una de las obras más importantes del español) pretendía teorizar sobre el famoso motivo que he mencionado de Horacio o el conocido aforismo del poeta griego Simónides de Ceos, que 500 años a. C. hablaba de la pintura como "una poesía muda" y de la poesía como "una pintura elocuente". Al tener en cuenta la idea de la "mnemotecnia" influyó incluso en Aristóteles con relación a la mímesis y la utilización de la metáfora, un concepto nuevo para los griegos.

Johana se encargó de dibujar la portada de mis "Cuentos de los otros", en 2017 (Bartleby Editores). En las tres fotos que he compartido hoy, muestro cómo sus cuadros se convirtieron en esa portada. Y es como si Aristóteles, Simónides de Ceos y Horacio dieran su aprobación.

Es la magia del arte, la unión entre el arte y la literatura.




domingo, 12 de abril de 2020

"El amor es un viaje entre dos".

Una carretera, Audrey Hepburn y Albert Finney en estado de gracia, el paso del viejo cine de Hollywood a otro más europeo y vanguardista. Una Francia interior preciosa. Tal vez la mejor partitura de Henry Mancini para el cine. Y una nueva obra maestra de Stanley Donen, el director de "Cantando bajo la lluvia", "Funny Face" y "Charada". El primer desnudo de Audrey Hepburn en una película, aunque al final cortaran la escena. Su historia de amor con su compañero de reparto, Albert Finney, en el rodaje, y los celos de Mel Ferrer, que entonces era el marido de Audrey. La vida, el cine y el amor. La ficción y la realidad. La ficción y la verdad. La vida de cualquier pareja a lo largo de los años por una carretera hacia adelante y hacia atrás. A pesar de su sabor agridulce o quizá por esto mismo, me interesa la curiosa manera en la que está construido el guión de Frederic Raphael, que era un gran admirador de la obra de Antonioni, tan profunda como escéptica, y a quien Kubrick eligió para escribir el guión de la que al final sería su última película, "Eyes Wide Shut", en torno a otra pareja y a sus problemas con el sexo o a su ausencia. La película de Stanley Donen es el complejo y divertido viaje por la vida de un hombre y una mujer desde el instante en que se conocen de jóvenes, se enamoran, se acuestan, se casan, caminan juntos, se enfadan, son infieles, se reconcilian, vuelven a pelearse y a amarse y a odiarse y a ser infieles y a amarse otra vez. Quizá en todo esto, en esta mezcla humana e imperfecta de las personas, radique el interés que me provoca esta película sobre el amor y el desamor, a lo que se une la forma desestructurada en la que está contada, un aliciente para todo escritor que pretenda ser actual (he vuelto a verla estos días, junto a la película que he citado de Kubrick y "Blow up", una de mis preferidas de Antonioni).

Por cierto, Stanley Donen, que falleció en 2019 con 94 años, se casó cinco veces, mientras que el guionista de la película, Frederic Raphael, que este próximo agosto cumplirá 90 años, lleva 65 con la misma mujer. Y no lo he dicho antes, pero Hepburn y Finney se miran durante toda la película como en este fotograma. Supongo que el "secreto" estaba en sus ojos o en cómo se atraían sus labios. 

Después de todo siempre he sabido que el amor es un viaje entre dos, y en mi viaje particular hay mucha música de Mancini: 

https://www.youtube.com/watch?v=fS4ZVyeswlw

sábado, 11 de abril de 2020

"Sobre la vida privada de los escritores en tiempos de confinamiento".

Voy a utilizar como excusa un diálogo que se produjo antes de ayer entre el profesor Javier del Prado y yo. Escribió un texto "contra" ciertas actitudes y comportamientos políticos que no le gustan en España, lo que me recordó el libro póstumo de Proust, "Contra Saint-Beuve", y se lo dije. La política me aburre -como tantas cosas- por su escaso nivel intelectual, pero Javier sí lo tiene. 

Dejo hablar a Javier:

"Saint-Beuve fue de los escritores que tuvo más poder en el Romanticismo: poeta, novelista, crítico literario e historiador. Como historiador le tengo un enorme cariño por los 18 volúmenes de su "Historia de Port-Royal". Fue el amante de la mujer de Victor Hugo, la pastosa e insípida Adèle Fouchet, razón probable de que Víctor Hugo acabara echándose en los brazos de la deliciosa bretona Juliette Drouet. Sin embargo, esto no es escritura literaria sino chismorreo literario, algo que tanto gusta en la republica de las letras españolas. ¿Cuál fue la razón del ataque de Marcel Proust? Muy sencillo: Sainte-Beuve es el representante y mayor defensor de lo que se considera la "crítica literaria romántica". Crítica que podríamos resumir argumentando que cuanto mejor se conoce la vida de un autor (sus hábitos, lo que come, cómo viste, cuanto duerme, etcétera) mejor se comprenderá su obra. Pues no, le asegura Proust; señor Sainte-Beuve, usted no tiene razón. La obra es el producto de otro yo diferente del que socialmente conocemos y se pasea por la calle. De otro yo que el acto prospector y creador de la escritura va descubriendo, va sacando a la luz, va creando. La escritura no es un acto de confesión psicológica del yo, sino de la creación ontológica de un nuevo yo que está en el texto, y no en la historia social, que queda fuera del texto. Ya sé que, cuando lea todo esto, Justo me dirá que por qué en vez de dar la tabarra con estas especulaciones, no cuento lo aburridos que son los catedráticos franceses".

Había comentado a Javier por teléfono que un catedrático de literatura de una universidad francesa me escribió el otro día para decirme que, como se aburre tanto en un país tan serio como Francia, y más aún en estos tiempos de confinamiento, le apetecía que lo invitara a mis tertulias virtuales. En la fotografía estoy en una de ellas con Javier. Y ahora, a pesar de que no vaya a ir ningún sitio, me voy a poner el traje y la pajarita de la foto, y en vez de un café para desayunar pienso tomarme una o dos copas de champán. No se me ocurre otra manera más adecuada de aguantar este confinamiento; seguro que Proust haría lo mismo. Si acabo siendo alcohólico, que sea con elegancia y además escuchando al decadente Richard Strauss: 

https://www.youtube.com/watch?v=XG4uBRBMdzY