jueves, 16 de abril de 2020

"¿Para qué poetas en tiempos de penurias?"

Es la famosa pregunta que se hacía el escritor alemán Friedrich Hölderlin en su novela lírica "Hiperión" a finales del XVIII. El filósofo Martin Heidegger le responderá más de un siglo después que el poeta es el "intermediario entre la voz del pueblo y de los dioses". El último fin de semana el crítico literario David Pérez Vega subió a Youtube un video donde el escritor y académico uruguayo Rafael Courtoisie -el último invitado "en persona" que tuvimos en la tertulia del "Café Gijón" antes de iniciarse este confinamiento- nos lee un poema dedicado a la poeta norteamericana Emily Dickinson. Tal vez no sea más que una casualidad que el otro día me refiriera a Nathaniel Hawthorne, uno de los padres fundadores de la narrativa norteamericana, y hoy lo haga a una de las poetas fundamentales del siglo XIX también en Norteamérica. David es profesor en un colegio de Madrid. Nos conocimos en persona esa misma tarde, y al final de la tertulia me comentó que a veces ha dado clase a chicos que después han sido mis alumnos en la Universidad. Mientras me tomo el primer café de la mañana pienso que Hölderlin fue contemporáneo de Hegel, Schiller y Schelling, y que pasó recluido los últimos treinta y seis años de su vida a consecuencia de una prolífica locura. Si en este momento Antonio Zaballos pudiera sacarnos una de sus fotos a lo mejor aparecíamos todos leyendo poesía. En el fondo de su corazón Hölderlin sabía bien que la penuria en estos tiempos, y en todos los tiempos, es más soportable de esa forma.

Antonio también lo sabía:

https://www.youtube.com/watch?v=nFNdyrHW7QI 



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