Es la famosa
pregunta que se hacía el escritor alemán Friedrich Hölderlin en su
novela lírica "Hiperión" a finales del XVIII. El filósofo Martin
Heidegger le responderá más de un siglo después que el poeta es el
"intermediario entre la voz del pueblo y de los dioses". El último fin
de semana el crítico literario David Pérez Vega subió a Youtube un video
donde el escritor y académico uruguayo Rafael Courtoisie -el último
invitado "en persona" que tuvimos en la
tertulia del "Café Gijón" antes de iniciarse este confinamiento- nos lee
un poema dedicado a la poeta norteamericana Emily Dickinson. Tal vez no
sea más que una casualidad que el otro día me refiriera a Nathaniel
Hawthorne, uno de los padres fundadores de la narrativa norteamericana, y
hoy lo haga a una de las poetas fundamentales del siglo XIX también en
Norteamérica. David es profesor en un colegio de Madrid. Nos conocimos
en persona esa misma tarde, y al final de la tertulia me comentó que a
veces ha dado clase a chicos que después han sido mis alumnos en la
Universidad. Mientras me tomo el primer café de la mañana pienso que
Hölderlin fue contemporáneo de Hegel, Schiller y Schelling, y que pasó
recluido los últimos treinta y seis años de su vida a consecuencia de
una prolífica locura. Si en este momento Antonio Zaballos pudiera
sacarnos una de sus fotos a lo mejor aparecíamos todos leyendo poesía.
En el fondo de su corazón Hölderlin sabía bien que la penuria en estos
tiempos, y en todos los tiempos, es más soportable de esa forma.
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