sábado, 25 de abril de 2020

"Deberías escribir la novela de estos tiempos", me han dicho en los últimos días varios de mis amigos.

Apenas tuve que pensar la respuesta. Les dije en seguida que quizá lo haga algún día. Cuando escribes da igual lo que cuentes; lo importante es cómo lo cuentes. Y todavía no tengo la suficiente perspectiva para poder hacerlo. El primer día que pisé la facultad de literatura pregunté al profesor lo mismo que el día en que salí de allí. ¿Hacia dónde va la literatura? Añadí que quería escribir novelas de estos tiempos. El realismo, el naturalismo y demás eran del siglo XIX, las vanguardias y los experimentos del XX. En mis novelas he ensayado con la forma y el fondo, y tengo que seguir evolucionando, como he intentado con mis libros de cuentos en tiempos de Internet. Algo similar le ocurrió a William Faulkner cuando escribió su obra maestra, "El ruido y la furia". Estos días me ha dado por releerla. Es una gran fiesta de la literatura, llena de sinestesias, metáforas, asociaciones de ideas y todo tipo de tropos retóricos que reconstruyen un mundo en evidente descomposición a través de la más alta literatura del siglo XX. Aun así es difícil de seguir, ya que está narrada desde el punto de vista de cuatro personajes y utiliza el monólogo interior que Faulkner aprendió de tanto leer a Joyce. Lo que me ocurre con este libro es que me lo sé de memoria. Me lo estudié durante el proceso de escritura de "Entrevías mon amour", pero también cuando me examiné de él en la asignatura de "El texto narrativo", que me explicó el profesor, y luego amigo, Antonio Garrido (que, por cierto, hace tiempo que no viene por mi tertulia). La familia Compson te atrapa desde el monólogo interior inicial, el de Benji -el "idiota" del que habla Shakespeare en "Macbeth" con la famosa frase de que "la vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia-, hasta la historia que cuenta Dilsey al final de la novela, la criada de la familia, que explica varias cosas esenciales sobre el final del profundo Sur de Estados Unidos.

"El ruido y la furia" se publicó en 1929, una de las fechas emblemáticas de la historia reciente de este mundo, como siempre explico a mis alumnos. Y noventa años después tenemos otra crisis global con el Covid-19 que será estudiada en los libros de texto virtuales de dentro de cincuenta años. Me interesa relacionarlo todo, la literatura, el arte, las matemáticas, la física, la economía, el desarrollo sostenible, la biodiversidad. Por eso sé que tan solo escribiré ese libro que me pidió ayer mi amigo cuando tenga algo que decir y esté suficientemente preparado.

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