viernes, 24 de abril de 2020

"Quo vadis".

No es una metáfora sobre la compleja situación que vive hoy el mundo, sino una curiosa anécdota que me sucedió ayer. Ayer fue un esperanzador "Día del Libro" -dentro de lo que cabe- porque se habló de libros en casi todo el mundo. En mi caso me lo pasé dando clase y lo terminé viendo "El filo de la navaja", un grito de rebeldía contra el sistema materialista en el que a veces nos sentimos tan cómodos los seres humanos y a favor de la espiritualidad. De esto hablamos en la vespertina tertulia virtual del "Café Gijón". Además de escuchar los comentarios sobre el libro que lee ahora cada tertuliano, se aludió a otro escritor muy espiritual y que siempre ha gustado a los jóvenes de cada época, Hermann Hesse, y sus maravillosos "Siddhartha" y "El lobo estepario", dos novelas intemporales que también abogan por una sociedad más trascendente. Aun así, no quiero ponerme serio y regresar a la famosa frase de San Pedro vinculada a la persecución del emperador Nerón a los cristianos el año 64. 
 
Entre los comentarios a mi post de ayer, leí este:

"Justo, el otro día, viendo "Quo vadis", Robert Taylor me recordó un montón a ti. Creo recordar que alguna vez te han comparado con Al Pacino. ¿Nunca lo han hecho con Robert Taylor?"

Lo hizo Carmen Algaba, una antigua amiga virtual de esta red social. Le dije que Robert Taylor fue un actor brillante y de los más guapos del Hollywood clásico, y obviamente yo no me parezco ni en pintura (ya fuera de Da Vinci, Miguel Ángel o Rafael). Hace tiempo que ya no me miro en el espejo, por si lo rompo, jeje. En realidad quien me hubiera gustado ser en esa película de 1951, basada en la novela de Sienkiewicz y que tuvo un enorme éxito en su época, es Nerón, pero no el césar, sino el actor que lo interpretó, un Peter Ustinov descomunal, que además cantaba divinamente en español:

https://www.youtube.com/watch?v=XXKmT0Ltb-Y

En fin, yo también tengo derecho a cantar mal por las mañanas cuando me afeito.

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